Wilson Alves-Bezerra (São Paulo, Brasil): Necromacia tropical. Traducción de Jesús Montoya
Wilson Alves-Bezerra (São Paulo, Brasil, 1977)
De Necromacia tropical
Traducción de Jesús Montoya
Llama
Quémalo, señor,
al país que sobró.
Al monte, a las matas, al aldeano, al mono
Todo va a ser diezmado;
Mata a la niña en la choza,
Mata al harapiento,
Mata al niño en la escuela,
Mata a la manada de lobos guará
Mata al quilombo,
Mata al mulato en el metro
Mata todo cuanto se mueve
Mata al mico y al bananal
Mata en la choza al malungo,
Arremete al muerto en Catumbi
Mata todo lo que se mueve por aquí.
Quema,
Quémalo mucho, señor,
al país que sobró.
Quema cuanto vive,
Quémalo hondo,
Quémalo, señor.
Mata al jaguar
Al jabirú en su vuelo
A la garza, a la cutia, a la joven
Asfixiada, en su mirar horrorizada
Mata al caimán, acaba con el árbol angelim
No dejes nada en pie
Y quémame también a mí;
Señor, es lo correcto,
Construir el desierto
En siete días,
para replantar después
la Obra de Cristo
cimentado
sobre la sombra siniestra
de la pólvora de la nada que quedó:
Soya transgénica
ganado nazi,
transfóbico
hacendado misógino
en la balsa racista
del río del pavor.
Quema,
Quémalo mucho, señor,
al país que sobró.
Quema cuanto vive,
Quémalo hondo,
Quémalo, señor.
Quema mi aliento
Quema mi alivio
Quema la historia
Quema todo cuanto soy.
Funda tu Iglesia de miserias
Tu iglesia de muertos,
Tu altar de cenizas,
Tu catecismo de iras,
Tus horrendos fieles, señor.
Funda tu iglesia perversa
En la hacienda de huesos
De tierra del Pau Brasil.
Frita la paz en la llama
vista seca
Garganta arañada
Cabeza palpitante
Nudo en el pecho;
El mandatario consiente
Quemarme los ojos
Para de nuevo
votar consciente;
Quemarme los dedos
Para nada decir,
Para nada saber de la muerte
ni del miedo;
Quemar huevos, vaginas, úteros, clítoris
Quemar todo cuanto fulge,
cuanto sangra,
cuanto vive,
cuanto siente.
Quema, prende, revienta
Para que nada se regenere.
Quémalo, que el hacendado
prometió al pastor más iglesias
por la soya retoñada;
mata maldita, mata pisada,
mata agreste,
el bosque es una huerta,
son pocas sus matas,
sus matas nada son.
Mana agua de ceniza
del desagüe de la boca
de las ratas.
Quema,
quémalo entero, señor,
al país que sobró.
El pantanal es el horno
de tu campo de concentración.
Mata absorto
Mi grito
Mi huerto de martirios
por los horrores que causó.
Mata de nuevo
los ciento treinta mil muertos.
Mata, genocida,
a quien ya muere en la carencia.
Mata, que hay mucha vida
alrededor.
Ven que te quemo,
Jesús de azulejo,
Iglesia de necios,
Pastor de tergal,
Hacendado órgano clorado,
Ven que te cazo
hecho cada jaguar
que mandaste a quemar.
Ven que te vamos a matar.
Mata-Macunaíma
Mata-Muiraquitã
Mata-Mãe d’Água
Mata-Cunhatã
Mata-Maria da Penha
Mata-Preña
de Amor
Mata-Marielle,
Mata-Más amor
Mata Viva
Máxima
Mata Atlántica,
Amazónica,
pantanera,
Atávica-Mata
Mata-Zumbi
Mata-Marighella
—Yo rechazo la llama siniestra del que me incendió.
[17 de septiembre de 2020]
Historia Natural de mi Patria
Finalmente,
después de quinientos veintiún años
de muertes, exterminios y desobediencias
de miles de hectáreas menos
de cuerpos derrumbados
Lenguas & etnias destrozadas
Lenguas extirpadas sobre altares salándose
Sabemos
Finalmente
después de sucesivos
genocidios
-jaguares danzan en la memoria aún-
-cotorras gorjean agitándose ardidas-
Esperanza
-qué palabra tan ancestral-
Psicosis
-qué palabra tan exacta-
Personas armadas en las elecciones
Sabemos
Finalmente,
Después de la fiebre y del ratón
De la vejiga, de la lombriz, del lumbago
De la española
De la meningitis, de la tristeza, del catarro
De la cólera
De la memoria, del miedo, del senado
Del cáncer en la cabeza, en la esperanza
en la próstata
Sabemos
Finalmente,
Al centro, en el bosque,
Al norte, en la Amazonia,
En el río claro de los nazis,
Y al sur, en la Patagonia,
en la ciudad de los traidores
Y fuera de ella
Y antes de ella
e incluso antes de las ciudades
Sabemos
Que no se inquieta
Que no tarda, no falla,
ni acaba, ni se precipita,
Que se revela fácil,
y por lo tanto enigmático,
Que no hay viático que pague
lo que sabemos
Es que finalmente,
A pesar de la sociología,
De la historia pasada y perenne
De la historia repetida
De la biología
De los seres humanos y de las aves
De Comte
De Marx y de Darwin
-nuestra carne no nos niega-
cada pliegue reproduce el dictado
que sabemos
Es que no importa
Cuánto tarden en perecer nuestros huesos
En perecer nuestros sueños,
Cuán afligidos queden nuestros ojos con la barbarie
Que nuestras nietas recuerden los detalles
Que nuestros traumas se renueven cada día
Sabemos
Lo que resta
Es saber decir
Repetir
Hacer constar
Poder decir
Proseguir sin callar,
Sin atragantarse
o extinguir
lo que sabemos
En verdad
En los años de gracia
-que de desgracia fueron-
en los años, no de la cobra,
pero sí del buey y del ratón
Esmerilhândia se hizo pasto
-que ya fue-
Y cada cual
Y cada quien
Y cada uno
Y cada vez más
era lanzado del avión, del metro,
del bus repleto en la circunstancia de sí;
en el umbral de la explosión, en el cuartel del cabo,
Donde el mar quebraba el pecho,
Donde cerraba el portón a la calle,
Y tú, vagando, famélico y volado
Vía al río que cuerpo sin lecho era
Un resumen de memorias sin principios
Una niebla de esperanzas idas y embriaguez sin compañía
La bahía devolviéndole a la costa
El olor cautivante de la mierda
humana,
Allá, pues,
Donde el cuerpo es poco,
Sofocante,
cayéndose antes de en algo agarrarse
El deseo y la memoria
Adelante
Distantes
Anhelantes
Apenas allá
y finalmente
es que se sabe:
moriríamos
como la primera india
violada,
envuelta en sangre y semen de la guardia real
-oh, gentiles-
como el primer indígena
a pedradas
cubierto de sangre y baba colona,
Opresora patria más allá del mar,
no por el peso de la historia
sino por la brasa y pólvora lamidas,
oh, providencia divina
irrefrenable
a vuestra justa causa natural
Se derramaba en nosotros
todo el mal
de un socio y semejante del club
Un compañero de diques
más vil que los demás,
el hombre que vendía el gas
para la bombona estallar.
El hombre que siempre venía
Y no cesaba de regresar
Nuestro mal
Nuestro mandamás.
El memorioso del Alzheimer
El portero de Auschwitz
El propietario de Ycuá Bolaños
El matador de musulmanes –musulmán también él–
El que no tiene monedas y se autoproclama billonario
El presidente del brasero, del desfiladero, el emperador de la perrera.
Ellos se equivalen
Ellos no se equivocan
Y nos consumen
Y eso es triste.
Era el año cero, el 2020.
Y será aún hoy.
¿No oyes?
Las balas del golpista le atraviesan la vena zanjada
Y tú no sonríes.
Es todo lo que sabemos.
[Circa, 2 de septiembre de 2021]
Wilson Alves-Bezerra (São Paulo, 1977). Es poeta, traductor, crítico literario y profesor de literatura en Brasil. Publicó las siguientes obras literarias: Histórias zoófilas e outras atrocidades (cuentos, EDUFSCar / Oitava Rima, 2013), Vertigens (poemas en prosa, Iluminuras, 2015, galardonado con el Premio Jabuti 2016), O Pau do Brasil (poemas en prosa, Urutau, 2016-2020, cinco ediciones) y Malangue Malanga (poemas, Multinacional Cartonera, 2019). Tiene libros publicados en Portugal - Exílio aos olhos, exílio às línguas (Oca, 2017), y en Chile: Historias zoofilas y otras atrocidades (LOM, 2018). Tradujo al portugués autores hispanoamericanos como Horacio Quiroga (Contos da Selva, Cartas de um caçador, Contos de amor de loucura e de morte, todos por Iluminuras), Luis Gusmán (Pele e Osso, Os Outros, Hotel Éden, todos por Iluminuras) y Alfonsina Storni (Sou uma selva de raíces vivas, Iluminuras, 2020, con apoyo de una Beca Looren / Fundación Pro Helvetia). Su traducción de Pele e Osso, de Luis Gusmán, quedó finalista en el Premio Jabuti 2010, en la categoría Mejor traducción literaria español-portugués. Tiene un doctorado en Literatura Comparada por la Universidad del Estado de Río de Janeiro, y una maestría en Lengua Española y Literatura Hispanoamericana por la Universidad de São Paulo. En Brasil, publicó los ensayos: Reverberações da fronteira em Horacio Quiroga (Humanitas/FAPESP, 2008), Da clínica do desejo a sua escrita (Mercado de Letras/FAPESP, 2012) y Páginas latino-americanas – resenhas literárias (2009-2015) (EDUFSCar / Oficina Raquel, 2016). Actualmente es coordinador del Programa de Posgrado en Estudios de Literatura de la Universidad Federal de São Carlos, donde actúa como docente en las carreras de grado y posgrado.