Primeras raíces. Poesía en lenguas indígenas: Juana Peñate Montejo (Chiapas, México). Nota y selección de Susana Bautista Cruz

 

 

 

 

Primeras raíces: poesía en lenguas indígenas

Curaduría de Susana Bautista Cruz

 

 

“Con la lengua se labra el tiempo, se esculpe el saber, se aprende a leer el viento”, nos dice Delmar Penka, ensayista tseltal, en Nombrar las lenguas, texto que nos invita a reflexionar acerca de un México multicultural y plurilingüe, donde los pueblos indígenas contemporáneos han enriquecido diferentes campos del arte mexicano. Para tener una aproximación numérica, el censo más reciente se señala la existencia de 16 millones de personas indígenas y aproximadamente siete millones de ellas hablan alguna de las lenguas indígenas nacionales. De estas personas, seis millones son bilingües ya que hablan también español. No obstante, el reconocimiento jurídico[1] y la paulatina transformación de políticas lingüísticas y educativas en favor de las lenguas indígenas, más de la mitad se encuentra en alto riesgo de desaparecer.

El campo literario, específicamente, la poesía escrita en lenguas indígenas varía de una región a otra. Entre las lenguas que más se escriben están las que tienen un considerable número de hablantes y un alto grado de prestigio lingüístico como las lenguas náhuatl, diidxazá/zapoteco y maya-peninsular. Sin embargo, estas lenguas que se han mantenido como herederas de una rica y muy antigua tradición, resultan minoritarias frente a la hegemonía del español. De ahí, el singular papel que los escritores en lenguas indígenas están realizando, al contribuir con sus obras en la recuperación del prestigio de sus lenguas y recobrar su historia y su tradición literaria. Es importante destacar que se trata de una escritura bilingüe, en una lengua indígena y en español, traducida por el propio escritor.

Esta breve selección poética busca abrir, explorar y exaltar el significado que tiene la palabra como sinónimo de idioma o lengua como búsqueda del origen, de pertenencia y resistencia cultural y lingüística. En este sentido, considero que hay que seguir insistiendo en visibilizar nuestro pensamiento, para que las nuevas generaciones conozcan y se reconozcan en la literatura escrita en sus propias lenguas, para que no sean otros los que hablen por nosotros, para repensar cómo queremos seguir escribiendo nuestras propias historias como hombres y mujeres binnizá, hñahñu, jñatrjo, kumiai, ñuu savi, na savi, mayas, en otros pueblos.

 

 

[1] El Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI) reconoció a través de su Catálogo de las Lenguas Indígenas Nacionales (2008), referente de consulta para la elaboración de políticas públicas sobre la diversidad lingüística, tres categorías: 11 familias lingüísticas, 68 agrupaciones lingüísticas y 364 variantes lingüísticas. En México, estas 68 lenguas indígenas y el español se consideran lenguas nacionales.

 

 

 

 

 

Danza de la lluvia: poesía del relámpago

Por Susana Bautista Cruz

 

De las 68 lenguas indígenas mexicanas, trece se hablan en Chiapas quizá las más reconocidas son las lenguas mayenses: Tsotsil y Tseltal. Lenguas de los pueblos nativos de los Altos de Chiapas y algunos municipios colindantes. Voces de hombres y mujeres que han vivido largos períodos de violencia estatal y de injusticias y de pobreza. Pero también la sacudida social que representó el surgimiento del EZLN (1994) y su repercusión política y cultural. Particularmente en las diversas expresiones del arte en sureste mexicano. Así surgió un proceso de (auto)reconocimiento étnico y resistencia lingüística donde la poesía escrita por las mujeres de estos pueblos emergió con asombrosa fuerza y sabiduría.

Tal es la emergencia de la poesía escrita en lengua Lakty’añ o Ch’ol y español por Juana Peñate Montejo, a quien le tocó abrir camino asistiendo desde la selva norte a talleres literarios en San Cristóbal de las Casas. De aquella época surgió la publicación Palabra Conjurada. Cinco voces. Cinco cantos. (1999) Muestra colectiva de poesía y narrativa que comparte con Josías López K’ana (tseltal), Enrique Pérez López (tsotsil), Nicolás Huet Bautista (tsotsil) y Ruperta Bautista (tsotsil). Tanto Peñate como Bautista presentan en sus poemas una visión crítica acerca a la masacre de Acteal (1997).

A dos décadas de distancia, la poeta ch’ol ha logrado un posicionamiento sólido a fuerza de trabajo y disciplina. Destacan sus poemarios Jk’aba’ mach chäñ ñäch’älix/Mi nombre ya no es silencio; Ipusik’al Matye’lum/Corazón de Selva; Sahumerio a la Tierra y Ñumeñ mi kajel tyi kolel bajche’ k’uxe/Voy a crecer más que el dolor. Así como los reconocimientos el Premio de Poesía Pat O’tan (2000);  Y el Bolom dice (1997), hasta la más reciente distinción como ganadora del Premio de Literaturas Indígenas de América, PLIA, 2000 con el título Isoñil ja’al/Danza de la lluvia, obra elegida entre 60 poemarios bilingües, escritos en 17 lenguas indígenas de México y 9 de Argentina, Bolivia, Colombia, Guatemala y Perú.

“Desde las altas montañas ch’oles, específicamente de Tumbalá, Chiapas, mi voz renació en tiempos de pandemia, era una voz antigua recién mojada, mezclada entre frío y calor, entre miedo y tranquilidad, que buscaba el reencuentro con mi esencia”, nos comparte la poeta en la introducción de Isoñil ja’al/Danza de la lluvia. Y es que este poemario coloca frente a nosotros, la tragedia y el sufrimiento, pero también la templanza ante el dolor y las injusticias.

Las escenas cotidianas de la migración, los hijos desaparecidos, la mujer sumisa que ya está harta de la violencia de su pareja están descritos con la fuerza de su palabra. “La lluvia es una metáfora de vida, pero también de la muerte que nos alcanza en tiempos de crisis, nos inunda a veces de placeres y otras tantas nos inunda de tristeza y dolor. ¿Quién, si no es la lluvia, que danza en tiempos en que el calor sofoca el cuerpo?, ¿Quién, si no es la lluvia, que danza junto a la desesperanza que agoniza?” nos invita a reflexionar con acierto y agrega: “Es la lluvia que danza, que busca, encuentra y reencuentra, en los tiempos en que la vida se confronta con la muerte, de vez en cuando abraza el cuerpo tímidamente y a veces cae bruscamente lastimando la piel de tierra” (Peñate J., 2021).

Fiel a la sabiduría ancestral de los rezadores ch’oles escribe y convoca:

 

Jiñi ja’al miꞌ meꞌk ich’ujlel jiñi x-ixikob,

ik’ay jiñäch ch’ujulty’añ icha’añ matyeꞌlum,

tyambä iꞌkꞌ,

ixuꞌ chajklel ñichty’añ.

La lluvia abraza el espíritu de las mujeres,

su canto es conjuro de la selva,

aire eterno,

poesía del relámpago.*

 

El Premio de Literaturas Indígenas de América, PLIA es un reconocimiento de los más prestigiados ya que reconoce la creación literaria de escritores en lenguas indígenas de América. Premio convocado por la Universidad de Guadalajara, el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), Secretaría de Cultura, Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) y las secretarías de cultura y de educación del estado de Jalisco. Está dotado de un monto económico, la publicación del título vencedor, así como la entrega del reconocimiento en una ceremonia de premiación en la Feria Internacional del Libro, (FIL) de Guadalajara. Juana Peñate Montejo es la segunda mujer en obtener este galardón. Agradezco a la autora compartir esta breve selección poética de Isoñil ja’al/Danza de la lluvia.

 

 

Notas

 

(1) Las lenguas que se hablan en Chiapas: Akateco, Ch’ol, Chuj, Jakalteco, K’iche, Lacandon, Mame, Mocho, Teko, Tojolabal, Tseltal, Tsotsil y Zoque.

(2) La lengua Lakty’añ o Ch’ol pertenece a la familia maya. Se habla principalmente en los municipios de Tila, Tumbalá, Sabanilla, Salto de Agua y Palenque. También en menor número de hablantes en Ocosingo y Yajalón, Chiapas. Y en cinco municipios de Tabasco.

Referencia: http://atlas.inpi.gob.mx/chiapas-2/

Peñate, J. (2021, p. 18). Isoñil ja’al/Danza de la lluvia. Universidad de Guadalajara, Secretaria de Cultura, INALI, INPI. México.

* Peñate, Juana. (2013, pp 44-45). Ixuꞌchajklel nichty’añ/Poesía del relámpago en Ipusik’al matyeꞌlum/Corazón de selva. Pluralia ediciones y CONACULTA. México.

 

 

 

 

Juana Peñate Montejo (Chiapas, México)

 

 

 

 

Danza de la lluvia

 

¿Qué hace el mundo en la noche gélida

en el que el caracol canta junto a la danza de la lluvia?

Oigo danzar a la lluvia en febrero,

silenciosa se interna en mi soledad,

nostálgica como cuando el alma es huérfana,

o cuando solo se quiere susurrar un olvido.

Miro danzar a la lluvia en mayo,

tormentosa, furiosa,

en un cielo gris con ganas de llorar,

con ganas de aventarle el coraje al viento.

Veo danzar a la lluvia,

efímera existencia mía,

desnudez de una meditación solitaria,

en medio de la llama de los candiles,

caen los ojos de la lluvia sobre mi costado,

cae el hacha del rayo sobre la tierra,

tortura y hiere.

Aún así, danzo con la lluvia junto al parpadeo de mi corazón.

 

 

 

 

Las ancestras

 

En el altar de las altas montañas de k’ukwits,

las voces retumban y murmuran las oraciones ancestrales en

lenguas de rayo,

lenguas de fuego suben al universo como un canto sonoro.

 

En la muerte del abuelo sol y en el nacimiento de la abuela luna,

las ancestras invocan silencio,

solo el tarareo de sus voces en un eco unísono en sonoridad con la selva

y el dueño de los antiguos rituales.

 

Las ancestras llaman, invocan, interrogan,

aquellas voces silenciadas en el tiempo,

aquellas sombras invisibles, asesinadas,

violadas e incendiadas en secreto.

 

Levantan el copal, sahúman el santuario,

el aire fluye, los ríos confluyen entre caudales,

entonces las energías se levantan en una sola alma.

 

*k’ukwits. Nombre propio de un cerro que significa Cerro de quetzales o pluma de quetzales.

 

 

 

  

X-Askuñ

 

Suenan las trece campanadas

desde la iglesia de San Miguel Arcángel,

tu ataúd ataviado de negro reposa tu cuerpo,

los rostros de las mujeres, se lamentan.

 

Hace tres meses te vi partir en ese microbús descarrilado,

llevabas el morral del bisabuelo,

ese morral viejo y ahumado que llevaba años colgado en el horcón,

en tu rostro revelabas una leve agonía, pero me sonreías.

 

Ahora tu cuerpo como un tronco inmóvil en ese féretro,

pienso que es un sueño, quiero despertarme,

saber que respiras, saber que vendrás a tomar tu pozol,

que llegarás con el manojo de verduras en la mano,

el puño de chile en tu morral.

 

X-Askuñ, x-Askuñ, recorriste un sueño sin libertad,

un sueño fugaz,

solo este puñado de lágrimas que ahora no caben en la jícara,

X-Askuñ, x-Askuñ, tu sudor de tierra,

tu agua de tierra, lo beberé a sorbos,

lo tomaré en silencio y lo regaré para no seguir tu muerte.

 

*X-Askuñ Nombre propio en lengua Ch’ol.

 

 

 

 

 

Canto del quetzal

 

¿Cuándo llegará al fin en que el tiempo sepulte

la inmundicia de la humanidad?

¿Cuántas voces habrán de silenciarse para reintegrarnos

al universo en un solo canto?

¿Cuántos siglos más habremos de esperar el nuevo principio

de la música

que quedó detenida en el silencio de la montaña?

Mientras eso suceda, escucho el llamado de las voces mediante

el canto del quetzal en tiempos de lluvia.

 

 

 

 

Estoy aquí

 

Estoy aquí con unos fragmentos derrumbados,

como derribaron a mi abuelo en tiempos de cacería,

estoy aquí en busca del silencio para recomponer mi boca destruida,

para saber el olor de la resina quemada,

para subir el canto en mi boca,

estoy aquí para escarbar el alma de la traición,

para sumergirme en la sombra que muerde mi lengua,

en esta selva guardo mi cuerpo

para que siga danzando entre los siglos.

 

 

 

 

 

 

 

 

Isoñil ja’al

 

¿Chuki mi imel jiñi pañumil cheꞌ tyi tsuwañ akꞌlel

cheꞌ mukꞌ tyi k’ay puy tyi ityojlel isoñil ja’al?

Mi kuꞌbiñ tyi soñ ja’al cheꞌ tyi pebrero,

ñächꞌäl mi ityilel tyi kbajñelil,

ch’ijiyem mi ityilel cheꞌ meꞌbaꞌ jiñi ch’ujlel,

o cheꞌ yomjach imuku sub ñajäyel.

Tsaꞌ jk’ele tyi soñ ja’al cheꞌ tyi mayo,

mäkäkñaj, mich’ikña,

ikꞌtyokañbä pañumil, weñ yom uk’el yilal,

cheꞌ bajcheꞌ yom ichokbeñ imich’ajel jiñi ikꞌ.

Mi jk’el tyi soñ ja’al,

ñumeljachbä k’uxtyälel,

pits’ilbä bajñal ñaꞌtyayaj,

tyi yojlil itsꞌäbtsꞌäbñäyel k’ajk,

mi iyajlel iwuty jiñi ja’al tyi ktyojlel,

mi iyajlel jiñi jacha chajk tyi ipam lum,

mukꞌ tyi low, mukꞌ tyi mil,

ankese cheꞌächi, mi ksoñiñ ja’al yik’oty itsꞌäbtsꞌäñäyel kpusik’al.

 

 

 

 

Chuchuꞌbälob

 

Yaꞌ tyi ch’ujulbä weꞌtyeꞌ icha’añ ñukbä matye’el icha’añ k’ukꞌwits

käñlaw ity’añob yik’oty wälwälñayob mi yälob jiñi ch’ujul k’ay tyi

ty’añ mamäl,

iyakꞌ k’ajk mi iletsel tyi pañumil cheꞌ bajcheꞌ uts’atybä k’ay.

 

Cheꞌ mi ichämel jiñi k’iñ, cheꞌ mi yilañ pañumil jiñi lakch’ujuñaꞌ

jiñi chuchuꞌbälob mi ik’ajtyiñob ñächtyälel,

jiñjach ijäjäk’ayob mi ikomob ibäj isoñil matye’el

yik’oty iyumob cha’añ oñoꞌch’ujutyesayaj.

 

Jiñi chuchuꞌbälob muk’ob tyi pay, woliyob tyi wokol ty’añ, mi

melob k’ajtyiyaj,

icha’añ jiñi machbä muk’ik iyäjk’elob tyi ty’añ,

icha’añob machbä tsikilobik, tsänsäbiloꞌbä, tyikꞌläbiloꞌbä yik’oty

mukul pulemoꞌbä.

 

Woli iletsañob jiñi pom, woli ibuts’iñob ch’ujulbä ajñiꞌbäl

jiñi ikꞌ woli iñumel, jiñi jaꞌ yolyolñaj woli iñumel,

cheꞌ jiñi pejtyelel pꞌätyälel mi ikomob ibä tyi jump’ej ch’ujlel.

 

 

 

 

 

 

x-Askuñ

 

Tsiñtsiñaj jiñi uxlujump’ej ijats’o tyak’iñ

yaꞌ tyiꞌ yotylel ch’ujutyesayaj Sañ Mikel Arkankel,

awajñib ikꞌwoxañ ya baki ñolol abäkꞌtyal,

jiñi iwutyob x-ixikob woli ijak’ob yoj.

 

Uxp’ej uw cheꞌ tsaꞌ majliyety, tsaꞌ jk’eleyety tsaꞌ letsiyety ya tyi

ñoxi xäñiꞌbäl,

tsaꞌ achꞌäma majlel ichim lakñojtye’el,

jiñi noxiꞌ chim añixbä ibuts’il wajalixbä jok’ol yaꞌ tyi noxiꞌ oy,

yaꞌ tyi awuty añ ts’ityaꞌ ch’ijiyemlel, tse’ekñaj atyiꞌ.

 

Wäle abäkꞌtyal cheꞌjax bajcheꞌ tyomel tyeꞌ yaꞌ añety tyi awajñib,

mi kñaꞌtyañ cha’an ñajaljach, kom mi ijajmel kwuty,

mi kñaꞌtyañ cha’añ woli ajap ikꞌ,

mi kñaꞌtyañ cha’añ tyalety ajap asaꞌ,

cha’añ mi kajel ajulel yik’oty juñbuts apimel tyi akꞌäb,

yik’oty juñjojp ich tyi achim.

 

X-Askuñ, x-Askuñ, tsaꞌ ñumiyety tyi ñajal machbä jocholik,

machbä tyamik,

jiñjach wäle juñjop uk’el machbä ochik tyi tsimaj,

X-Askuñ, x-Askuñ, abuꞌlich lum, awa’al lum, mi kajel kapeꞌ tyi

jujump’is, ñächꞌäl mi kajel kapeꞌ cha’añ ma’añik mi ktsäkleñ majlel

aty’um bij.

 

 

 

 

 

Ik’ay xk’ukꞌwits

 

¿Jalaj mi ikajel tyi k’otyel iyoralel cha’añ jiñi tyamlel mi imuk käytyäl

itsukulel pañumil?

¿Jayp’ejtyo ty’añ mi ikajel iñächꞌtyesäñtyel cha’añ mi imejlel

lakotsañ lakbäj tyi pañumil tyi juñmujchꞌ k’ay?

¿Jayp’ejtyo ñajtylel mi ipijtyäñtyel cha’añ mi ichaꞌ itsijiꞌbäyel

ityejchib soñ

tsaꞌbä käle tyi ñächꞌäl yaꞌ tyi malil matye’el?

Cheꞌ añ ili kpijtyayaj, mi kuꞌbibeñ ipäyol ty’añtyak

tyi ik’ay jiñi k’ukꞌwits cheꞌ tyi yoralel ja’al.

 

 

 

 

Wäꞌ añoñ ilayi

 

Wäꞌ añoñ ilayi yik’oty juñp’ajl chaꞌp’ajl ty’añ yajleñtyakixbä

cheꞌ bajcheꞌ tsaꞌ yäsabeyob ibäktyal ktatuch cheꞌ yoralel ajñel

tyi matye’el,

wäꞌ añoñ ilayi woli ksäklañ ñächꞌtyälel cha’añ mi imejlel kläw ili

ktyiꞌ tsijlembä,

cha’añ mi imejlel kuꞌbibeñ iyujts’il jiñi pulembä lew,

cha’an mi mejlel kletsañ k’ay tyi ktyiꞌ,

wäꞌ añoñ ilayi cha’añ mi mejlel kpikbeñ ich’ujlel jiñi k’el wuty,

cha’añ mi kts’aj kbäj yaꞌ tyi ixojoꞌlel mukꞌbä ik’ux kakꞌ,

ila tyi matyeꞌlum mi kloty kbäkꞌtyal

cha’añ mukꞌtyo kbej chaꞌleñ soñ tyi ityojlel jaꞌbilel.

 

 

 

 

Juana Peñate Montejo (Tumbalá, Chis., 1977), poeta en la lengua Ty’añ (Ch’ol) y español; promotora y gestora cultural, conductora de radio y televisión, traductora y docente. Estudió Derecho en el Centro de Estudios Superiores de Tapachula, Chis. Ha realizado diversos cursos y diplomados en creación literaria. Ha publicado los poemarios Mi nombre ya no es silencio, Ipusik’al matye’lum/Corazón de selva (2013), Sahumerio a la Tierra y Ñumeñ mi kajel tyi kolel bajche’ k’uxe/Voy a crecer más que el dolor (2022). Ganadora del Premio de Poesía Pat O’tan (2000), segundo lugar del concurso de cuento Y el Bolom dice (1997) y del Premio de Literaturas Indígenas de América, PLIA 2020, con el título Isoñil ja’al/Danza de la lluvia. Su poesía ha sido traducida al inglés y al portugués. Actualmente, es directora de la Casa de la Cultura en Tumbalá, Chis., donde organizó y coordinó el 1er. Festival Nacional de Arte y Cultura Ch’ol, 2022.

 

 

 

 

Susana Bautista Cruz. Es originaria de la comunidad mazahua de Rioyos Buenavista del municipio mexiquense de San Felipe del Progreso. Es escritora, docente y promotora de poesía en lenguas originarias. Estudió Derecho y Letras Modernas en la UNAM. Cuenta con una especialidad de Derechos Humanos y una maestría en Derecho. Fue becaria del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, donde colaboró durante una década en las Jornadas Lascasianas Internacionales, dedicadas al estudio y la defensa de los pueblos indígenas y afroamericanos. Actualmente, es integrante de la Agrupación de Escritores Mazahuas.

Sus estudios e intereses se diversifican en el derecho indígena, los estudios feministas y de género, así como en la promoción de la literatura indígena contemporánea.​ Es titular del curso: “Los labios de la tierra. Mujeres poetas en lenguas indígenas” en Skribalia, Escuela Global de Escritores en Línea. E imparte la clase Mujeres indígenas en la asignatura “México: Nación Multicultural”, del PUIC-UNAM. Fue coordinadora académica del Diplomado Literaturas Mexicanas en Lenguas Indígenas (2019) del INBAL. Ha participado en el Diplomado Latidos de la Cocina Tradicional Mexicana de LEM (2020) y en el Diplomado de Literatura Mexicana del siglo XX (2018) del INBAL; en ambos con sesiones dedicadas a exponer un panorama de la literatura en lengua indígenas (fin de siglo XX e inicio del siglo XXI). Recientemente, participó en el Seminario Introducción a la Literatura Mexicana Moderna y Contemporánea, con una sesión dedicada a la literatura en lenguas originarias en Casa-estudio Cien Años de Soledad de la Fundación para las Letras Mexicanas.

Ha participado como ponente en la Feria de las Lenguas Indígenas Nacionales (2021); el International Symposium Indigenous Writers and their Critics/Simposio Internacional de Escritores Indígenas y sus Críticos en la Universidad de California, San Diego UCSD, 2020; en el Festival Internacional de Literatura en Lenguas Originarias, en Xalapa, Ver., 2019; en el Congreso Nacional de Literatura, Historia y Cultura. Celebración de la Palabra y su Diversidad, Universidad de Colima, Col., 2019; en el Encuentro Escribir el Futuro en Lenguas Indígenas, en San Cristóbal de las Casas, Chis., 2019; en el Encuentro Despertar de los pueblos indígenas a través del arte, en la Universidad Pedagógica Nacional sede Chilpancingo, Gro., 2019  y en el 2º Encuentro de Literatura y Oralidad en Lenguas Mexicanas, en Zacatecas, Zac. 2019, en el Festival de Literatura en el Norte, FeLiNo, Tijuana, 2018.

Ha sido jurado del Premio Indígena Literario Erasmo Palma, 2021; de la Octava Convocatoria del Premio de Literaturas Indígenas de América PLIA, 2020; y de la Primera Convocatoria de Creación Literaria en Lenguas Originarias “Gusanos de la Memoria” 2020. Ha colaborado con diversos artículos, ensayos, prólogos y reseñas en libros, revistas arbitradas y publicaciones electrónicas como Tierra AdentroRevista SinfínRevista de la Universidad de MéxicoArmas y Letras, Punto de PartidaRevista bilingüe La Presa / A JournalDesinformémonos, Caleidoscopio Verbal. Lenguas y Literaturas Originarias.

Sus poemas han sido publicados en Hasta que comienza a brillar. Antología de cuento lésbico (2021), Ese gran reflector encendido de pronto.Antología de poesía de la diversidad en México 1919-2019, (ISIC, 2020); Anuario de Poesía de San Diego, San Diego Poetry Anual, (Vortex, 2018); Afuera. Arca poética de la diversidad sexual (Diablura, 2017). Cuenta con un poemario RÕma (edición de autor).

Desde 1993 colabora en la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM.

Fecha de actualización: 19 de febrero de 2022