Primer Encuentro de Poetas Iberoamericanos: Rosa Alice Branco (Portugal)
Para el Primer Encuentro de Poetas Iberoamericanos en Ciudad de México, se contará con la participación de 90 poetas, además de la implicación del Ayuntamiento de Salamanca y de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes. Despuès de XXV ediciones celebradas en Salamanca, España, el prestigioso Encuentro de Poetas Iberoamericanos, que dirige Alfredo Pérez Alencart, cruza el Atlántico y tiene nueva sede en Ciudad de México, ahora coordinado por la poeta hispano-mexicana Carmen Nozal.
Rosa Alice Branco (Portugal)
DÍA DE ANIVERSARIO
a Hugo
Siempre que te escribo aparecen husos entre nosotros:
11 de la mañana en Isla Negra y dos de la tarde
en tu cuarto. En la casa de Neruda hasta las figuras de popa
miran el mar. Coleccionables, como las que se venden
en la barraca de afuera, de varios tamaños y precios.
Te escribo a cualquier lugar que nunca sé donde queda.
Perro de caza, rastreo tus vestigios por ahí:
entre las ropas que faltan busco las que te abrigan,
huelo la loza que ensuciaste, indago la ciencia de tu naturaleza
esparcida por la casa. La casa de Neruda en Isla Negra
es transparente: puedo seguirla a lo largo de la costa, de la voz del guía,
esa voz absurda que podías haber oído tres horas antes
si entre tú y yo no hubiera husos. Tal vez el poeta
se haya pinchado en un huso y el exilio sea sólo la ceguera
de los otros. Imponentes las figuras inclinadas miran a lo lejos,
más allá del vidrio. La más bella mira la tumba de Neruda
entre la multitud de visitantes que exigen una fotografía
con él. Instantáneos: se van unos y otros vienen a ser fotografiados.
La tierra es fotogénica y está siempre a mano. Ahora ya es tarde
en Isla Negra y demasiado temprano en tu cuarto.
Tal vez el amor sea una figura de proa que desafía al barco
entre el alborozo de las aguas. Está girada hacia ti
que nunca sé dónde estás y eres mi norte.
UN VASO PARA MI SED
Barrio árabe. Subir y bajar.
Dentro de lo que soy y no sabía.
El olor de las vocales coloreando el regazo
de las montañas. Mi hijo duerme
con el nombre de las calles junto al Darro
y el pequeño gato que apareció en la puerta.
Nuestros pasos son el arabesco del gemido
del pequeño Boabdil en plena caída.
Tú eres mi gerundio, la negación del tiempo
fuera de las murallas. Intocable el olvido.
Desciendo por tu cuerpo hasta el empedrado de las calles
y mi corazón reptante come el polvo
del viento. Un vaso para mi sed.
Aprendo con la ciudad
a llevar el instante en el bolsillo de las monedas.
Granada ya no llora y el río me extiende
su lecho. ¿Deberé pernoctar en este camino
donde el ala herida del pájaro le alimenta
el vuelo? Aprendo la risa huérfana de los muros de arcilla,
las señales de los muertos subiendo por el aire
hasta la mezquita. Aprendo con la lengua de las calles,
con los dientes de leche de Albayzin.
Fin de la tarde. Procesión de colores comiendo
la blusa hasta la carne con un vaso de vino
y la nieve de la montaña. Dentro de mí
la piel de la ciudad penetra el cuerpo moreno
de los gitanos en vuelo rasante sobre la nada.
DIA DE ANIVERSÁRIO
ao Hugo
Sempre que te escrevo aparecem fusos entre nós:
11 da manhã em Isla Negra e duas da tarde
no teu quarto. Na casa de Neruda mesmo as figuras de ré
olham o mar. Coleccionáveis, como as que se vendem
numa barraca cá fora, de vários tamanhos e preços.
Escrevo-te para qualquer lugar que nunca sei onde fica.
Cão de caça, procuro os teus vestígios por aí:
entre as roupas que faltam busco as que te agasalham,
cheiro a louça que sujaste, procuro a ciência da tua natureza
espalhada pela casa. A casa de Neruda em Isla Negra
é transparente: posso segui-la ao longo da costa, da voz do guia,
essa voz absurda que podias ter ouvido três horas antes
se não houvesse fusos entre nós. Talvez o poeta
se tenha picado num fuso e o exílio fosse apenas a cegueira
dos outros. Imponentes as figuras inclinadas miram longe,
para lá do vidro. A mais bela olha a campa de Neruda
por entre a multidão de visitantes que exigem uma fotografia
com ele. Instantâneos: vão e outros vêm ser fotografados.
A terra é fotogénica e está sempre à mão. Agora já é tarde
em Isla Negra e demasiado cedo no teu quarto.
Talvez o amor seja uma figura de proa desafiando o barco
por entre o alvoroço das águas. Está virada para ti
que nunca sei onde estás e és o meu norte.
UM COPO PARA A MINHA SEDE
Bairro árabe. Subir e descer.
Dentro do que sou e não sabia.
O cheiro das vogais colorindo o colo
das montanhas. O meu filho dorme
com o nome das ruas junto ao Darro
e o pequeno gato que apareceu à porta.
Os nossos passos são o arabesco do gemido
do pequeno Boabdil em plena queda.
Tu és o meu gerúndio, a negação do tempo
fora das muralhas. Intocável o esquecimento.
Desço pelo teu corpo até ao empedrado das ruas
e o meu coração rasteiro come a poeira
do vento. Um copo para minha sede.
Aprendo com a cidade
a trazer o instante no bolso das moedas.
Granada já não chora e o rio estende-me
O seu leito. Deverei pernoitar neste caminho
onde a asa ferida do pássaro lhe alimenta
o voo? Aprendo o riso órfão dos muros de argila,
os sinais dos mortos subindo pelo ar
até à mesquita. Aprendo com a língua das ruas,
com os dentes de leite de Albayzin.
Fim de tarde. Procissão de cores comendo
a blusa até à carne com um copo de vinho
e a neve da montanha. Dentro de mim
a pele da cidade penetra o corpo dos ciganos
em voo rasante sobre nada.
Rosa Alice Branco é poeta, ensaísta, investigadora e tradutora. Com um PhD. em Filosofia, tem 4 livros de ensaio e 13 livros de Poesia em Portugal e vários livros no estrangeiro. Cattle of the Lord foi considerado um dos 12 melhores livros de Poesia de 2016, nos USA. Em 2018 sai Traçar um nome no coração do branco pela Assírio & Alvim, a mesma editora que, em 2022, lhe publica: Amor cão e outras palavras que não adestram. Em Outubro de 2022, o livro de divulgação A Cor das Coisas é publicado pela Contraponto Editores.
Fotografía: Bárbara Soares