Primer Encuentro de Poetas Iberoamericanos: Jaime Magnan Alabarce (Chile)
Para el Primer Encuentro de Poetas Iberoamericanos en Ciudad de México, se contará con la participación de 90 poetas, además de la implicación del Ayuntamiento de Salamanca y de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes. Despuès de XXV ediciones celebradas en Salamanca, España, el prestigioso Encuentro de Poetas Iberoamericanos, que dirige Alfredo Pérez Alencart, cruza el Atlántico y tiene nueva sede en Ciudad de México, ahora coordinado por la poeta hispano-mexicana Carmen Nozal.
Jaime Magnan Alabarce (Santiago de Chile)
Camino a Belén
Mi abuela, al calor del fogón, contaba historias.
Su voz tersa hablaba de un pesebre en Belén,
una estrella en el cielo alumbraba el camino
por donde viajaban reyes de oriente lejano
y sencillos pastores con sus ovejas a cuestas.
La abuela y sus cuentos iluminaban la noche,
derretían el frío y engañaban el hambre…
Eran las mejores navidades que recuerdo.
Hoy, la abuela mira al vacío. No cuenta historias.
Pero en sus ojos siempre hallo el camino a Belén.
Peces en soledad
El tejado enfermo,
en la casa de vidrio,
es una membrana permeable;
suda gotas de rocío
confundiendo lágrimas vacías.
El piso, un mar inundado
se evapora cansino
empañando paredes,
multiplicando hongos
en cortinas arrugadas.
En esta casa de agua,
ya no hay fantasmas que moren,
sólo peces llorosos en soledad.
Desfiladeros
Cada vez que pronuncias mi nombre
tu voz se convierte en un desfiladero
interminable, estrecho, profundo
y consciente, me extravío en él
entonces, aguardo en silencio
la luz que irradia tu pecho
guía mis pasos perdidos
hasta alcanzar tu próxima palabra…
un nuevo desfiladero
interminable,
estrecho
y profundo.
Cruel sol de invierno
Ayer, el día se fundió en lluvia
borrando las huellas de tu huida.
Mi viejo corazón ahogó su destino
en un charco de agua nauseabunda.
El silencio, una vez más, nubló mi vista
impidiendo contemplar con nitidez
el cruel sol de invierno,
el único cirio encendido,
que abriga mis cuitas eternas.
Paisaje invernal
Teorizo pintar un cuadro,
un paisaje invernal, uno de esos,
donde la nieve reina desnuda
derramando su manto de impoluto armiño
que esconde vaporoso las huellas del autor
un condenado a su propia amnesia
circunscrita a un lienzo en blanco.
La desnudez del crudo,
la tristeza estacional,
la metáfora de la muerte
transitan su propio paraíso
Abigarrado, se libera de todo color
para trascender en objeto
siguiendo los dictados de Signac
y operar el recuerdo lejano de la vida
en evidente blanco y negro…
un frío paisaje de invierno
firmado por otro dios de turno.
Labios
Esos labios que besan,
apenas saben conjugar el verbo amar,
son labios analfabetos,
discursos que celebran, con escándalo,
faltas horripilantes de ortografía…
Esos labios que prometen,
sufren de intrínseca amnesia temporal
Esos labios, que invitan al pecado
emulando el rojo de la manzana prohibida,
o el azul de un utópico edén vanguardista,
son lúdicas trampas mortales.
Esos labios, que profesan vanidad
son la puerta del aparato digestivo
y yo, no soy comida de nadie…
Silencio
El silencio es un muro,
una gran muralla china
que divide los hemisferios
de mi pensamiento…
Sumido en la confusión,
habito la larga noche de la ignorancia.
Libre
En la inmensidad de este acto
bato mis alas de papel y soy libre
en minúsculo espacio contenido
en cuatro puntos cardinales infranqueables.
Susurro: la libertad es un estado mental,
la individualidad de una flor en el desierto
la piedra dormida de un camino en soledad,
un asteroide errante transita en espacio sideral,
cinco abalorios componen un viejo collar,
la confusión de ser libre
en la inmensidad de la muerte,
un verso a medias,
escrito sobre este papel.
Oraciones lejanas
La voz silente del pasado
susurra oraciones lejanas,
en lenguas desconocidas;
recuerdos de viejas canciones
que entonaba mi imperecedera abuela
y vuelvo a ser el niño originario,
exiliado de las entrañas de mi madre
abrazando las cuatro estaciones
cuya sabiduría ha guiado mi vida,
la sal derramada sobre la tierra
estrangula las vetas ancestrales,
los surcos sedientos de las siembras
se convierten en estatuas de cemento.
Yo no escribo poemas…
Hilvano palabras
construyo frases
frases cansadas
frases gastadas
frases que no dicen nada
frases breves
frases tristes
frases ofensivas
frases calladas
frases olvidadas
frases que no son frases…
Frases…
las junto, las amaso, las modelo
entonces, compongo poemas…
poemas que no son poemas.
Castillo de arena
Un castillo de arena,
edificado a la deriva,
espera fatuo la muerte:
las olas invasoras
acarician la playa
sucumbiendo todo a su paso
un campo plano;
será todo rastro,
un murmullo en el tiempo,
el olvido de sus constructores.
Ríos de un país lejano
Las lágrimas que surcan tu rostro
son ríos profundos de un país lejano;
y los meandros que describen,
tortuosos en su lento andar,
son vestigios de viejas ruinas
en esta tierra, habitada por dolientes.
Ya son tantos los cursos de agua salada
Que uno más, posibilita un nuevo mar
contenido entre dos inalcanzables laderas,
Y no quisiera estar ahí, oficiando de Pilatos,
cuando intentes caminar sobre él.
Porque no tienes pericia de equilibrista.
Ni yo convicción de salvavidas.
Egoísmo
En esta vida,
y en las que vendrán,
ascenderé al Everest
en escalada libre;
colmaré con mis poemas
una nueva Biblioteca de Alejandría;
arrasaré en los Olímpicos
y ostentaré soberbio
un imbatible récord de preseas…
Eso y mucho más.
Pero no podré caminar sobre el mar…
porque nunca sabré cómo preparar mi corazón…
Jaime Magnan Alabarce. Santiago de Chile, 1967. Narrador y poeta. Entre 2010 y 2019 fue el coordinador del Concurso Literario Gonzalo Rojas y editor de las antologías respectivas. Actualmente dirige el fanzine Chonchón del Taller Esquinas de un Círculo. Sus trabajos han sido reconocidos en varios certámenes literarios e incluidos en antologías publicadas en Hispanoamérica. Poemarios: “Oficio de geógrafo” (2016), “Años de piedra” (2017), “Geografía de la lluvia” (2018) y “El tiempo en los árboles” (2019).