Poesía latinoamericana: Enrique Bernales Albites (Perú)

 

 

 

 

 

 

 

Enrique Bernales Albites (Perú)

 

 

 

Big Sur (del libro Regreso a Big Sur, 2019)

 

Acantilados y la fuerza de las olas

Visiones de verano:

un manto dorado sobre el Pacífico violento

Las risas de los niños

Los turistas, una masa humana:

un espacio reducido

 

La brisa sopla en los rostros

de los amantes. A lo lejos, albatros

en llamas, se arrojan contra

el mar Pacífico. Ella dice:

Es Big Sur. Eso siempre pasa

 

Los turistas corren despavoridos

huyen en sus vehículos. Godzilla

sale de las aguas

 

Ella observa calmada

le dice: No te doy paz

Él la mira enamorado y responde:

Es Big Sur: eso siempre pasa.

 

 

 

mi país (del libro Séptimo poema, 2020)

 

mi país no existe

allí no hay delfines rosados

ni hombres que coman gatos

tampoco piñas tan inmensas que

logren opacar el resplandor del sol

 

mi país no existe

es la figura de mi padre ausente

 

yo vengo de mi país

vengo de mí mismo

yo soy sus delfines rosados

el caníbal reductor de cabezas

las líneas de Nazca

el brillo de mis ojos

 

mi país no existe

mi país soy yo

empieza en el norte

muy cerca de la línea del Ecuador

o más bien en la punta hirsuta de mis cabellos

termina en Tacna al sur

en la frontera con Chile

o diría mejor en alguna uña

de mi pie izquierdo

 

la capital política de mi país no está en Lima

sino en mi corazón

su población se estima en

un habitante como mucho

carece de una religión oficial

ni siquiera posee su propia moneda

 

ha nacido del barro primordial

producto de esperma y óvulo

de países más grandes

 

mi país está sólo en Sudamérica

apenas bañado por la inmensa espuma

del pacífico mar

 

un día, mi país morirá…

 

 

 

Bucéfalo (del libro Séptimo poema, 2020)

 

Junto a un río de una ciudad cualquiera,

un jinete recorre la foto ennegrecida

donde Bucéfalo y yo le sacamos la lengua.

 

Los edificios llenos de gente están vacíos, repetía,

mientras Bucéfalo recordaba sobre mi rostro que

en alguno de ellos vivió la niña que poblaba mis sueños.

 

Junto a un río de una ciudad cualquiera,

nosotros, los veloces camaradas,

fragmentamos el tiempo

para inventar nuevos horizontes.

 

Lo poco que aprendí de la vida fue saber cómo caer

Saint Paul St. 5 p.m.

Bucéfalo y yo, toditos empolvados,

nos refrescamos en las aguas para curarnos el susto

 

Conocí a Bucéfalo el día en que mamá

le desinfló las llantas con un cuchillo de cocina

para evitar que me cayera en la vida,

las calles ruidosas del sector siete de la ciudad,

donde la hierba ya había dejado de crecer.

 

Pocos años después con el mismo cuchillo

empezaría a cortarme en las yemas de los dedos

y ofrendaría mi sangre en pequeños recipientes

esperando para descender al sótano.

 

Bucéfalo y yo hemos recorrido caminos diferentes:

Él… escondido en la oscuridad de un sótano.

Yo… huyendo de las ciudades.

Bucéfalo y yo hemos recorrido el mismo camino

porque huir de las ciudades no es otra cosa que

esconderse en la oscuridad de un sótano.

 

Contra todo pronóstico hemos sobrevivido.

 

Ahora, Bucéfalo y yo recorremos las ciudades,

nos enfrentamos en las carreteras

a los molinos de viento

cantando una canción en libertad.

 

 

 

Los mangos de Mirza Asadullah Khan Ghalib (Del libro inédito Indostánica, 2020)

 

El sultan de los eruditos,

Maulana Sarfaraz Hussain Dehlavi

me ha enviado una carga preciosa,

esta vez se trata de mangos,

cada mango es

una garrafita

que atesora la dicha

de su leekor,

vino de fina consistencia y

ligero jarabe aromático,

loado sea Allah!

 

Mientras disfruto de la textura

de un mango Alphonso, el apetitoso

obsequio de Maulana Sarfaraz Hussain Dehlavi,

vienen a mí los diferentes nombres

que adornan mis cartas y que se rinden a tu poesía

de sabrosas dimensiones, oh tú, virtuoso

manjar, más dulce que el nectar de caña,

primoroso cultivo de huerto celestial:

Alphonso, Aziz-Pasand, Baadaami,

Baaraah Maasi, Bishop, Bombay Green,

Chausa, Dasehri, Dil-Pasand,

Fajri Samar Bahisht, Fasli,

Gulaabakhsh, Hamlet,

Husn-aara, Jahaangir,

Kishan Bhog, Khatta Meetha,

Khudaadaad, Langra,

Mahmood Samar,

Malda, Malghoba,

Naazuk-Pasand, Neelam,

Nishaati, el Rasaal de Hyderabad,

Ramkela, Ratol, Rahmat-e-Khaas,

Roomaani, Safeda,

Sarauli, Sinduri,

Sultan-us-Samar,

Totapari, Xavier,

Zaafraani, Zard Aaloo

 

Vasudeva es Makhan-Chor,

Yo, Ghalib, Amram-Chor,

Ambos poetas, ambos danzantes

entregados a la vida que es canto,

música, danza ritual, latido de Bhumi:

comunidad dulce y abundante.

 

Krishna, con más nombres sagrados

que la fruta favorita de Aaryavarta,

es ladrón de corazones y mantequilla,

Ghilab, ladrón de mangos con sus versos.

Govinda y Ghilab devoran mantequilla

y mangos, respectivamente,

para entregarnos

Logos y sensualidad

con su Mango-gita de amor:

Leekor dulce y abundante.

 

 

 

La canción del señor (Del libro inédito Indostánica, 2020)

 

Confundido Partha, acércate a mí,

Escucha con sincero corazón,

El esplendor que nace de mí es como el sol,

No hay que pedirle humildad al astro,

Más bien, hay que dejarlo brillar hasta

Que nos incinere porque allí está su poder,

Porque allí está su saber,

Su poder es el Logos, el lenguaje mismo

De la creación y la destrucción, la danza

Que ejecuta el gran yogui Shiva Nataraja,

El Ananda Tandava, ayer, ahora y siempre,

El Logos es ternura, es la Inmanencia del ser,

El Logos es cosmos, el cosmos es palabra,

Levántate Bharata, vence a tus enemigos,

Arjuna hazte muchos en tus contemporáneos,

como yo lo hice con Brahma, estamos en el mismo

campo de batalla, la llanura de Kurukshetra, contempla

los ejércitos, los parientes, combate una vez más, hijo mío,

despierta Bharata y vence una vez más,

aléjate de los ghunas

y afirma mi reino que es palabra bendita,

que es la gloria de mi ser,

yo, Yogavatara, guío a mi pueblo

en la batalla final con el amor que

nace de mi corazón:

metáfora bendita y cariñosa.

 

 

 

Iphigenia (inédito, 2020)

 

Fui testigo del sacrificio de Iphigenia

a manos de su padre, el rey Agamemnon.

El sacrificio:

Una interfaz que comunica

Dos sistemas

El mundo de los hombres

El mundo de los Dioses

Sangre y Fuego reinan sobre el cuerpo

De una bella princesa

La respuesta llega de inmediato

Odiseo grita:

Soplan los vientos

Los barcos, listos, para navegar hasta Asia

Η Τροία θα καταστραφεί

 

 

 

 

Enrique Bernales Albites (Lima, 1975). Es un autor y gestor cultural peruano residente en Colorado, EE.UU. Posee un doctorado en Literatura Latinoamericana por Boston University. Actualmente se desempeña como Associate Professor of Spanish en University of Northern Colorado. Ha reorganizado el mítico grupo de poesía Inmanencia con Florentino Díaz. Ha publicado los libros de poesía Inmanencia (1998, 2020), Inmanencia: regreso a Ourobórea (1999), 21 poemas: Cerridwen (2004), Regreso a Big Sur (2019), Séptimo poema (2020), la novela Los territorios ocupados (2008), y la antología de poesía peruana de los noventa, Los relojes se han roto (Ediciones Arlequín, Guadalajara, 2005). Ha participado en diferentes encuentros literarios en Estados Unidos, México, Argentina, Francia y España. Sus poemas han sido publicados en revistas literarias como Colorado Poets Center, Confluencia, Hiedra, Hostos Review, Arkansas Review, Santa Rabia, Mood Magazine, Revista Anestesia, Ablucionistas, La Libélula Vaga, etc. Es curador en el portal de artes y letras Ablucionistas y mantiene una página cultural en la revista ViceVersa de New York con entregas semanales de poemas, cuentos, reseñas y crónicas.

 

 

Un comentario en "Poesía latinoamericana: Enrique Bernales Albites (Perú)"

  • el octubre 2, 2020 a las 11:37 pm
    Enlace permanente

    Buenos poemas, me gustó mucho “Mi país”.

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