Poesía joven en español: Vanesa González (México)
Vanesa González (Ciudad de México, 1994)
I DESIGNIO
Quebrándose la membrana del olvido,
ya nada es igual.
Me aquejan de golpe visiones turbias
en las que llevo a mi madre en los hombros
y de la mano a mi hija a través de una ciudad
en llamas.
Despierto a que no son sólo mis cinco pétalos
secándose de adentro hacia afuera:
soy la esposa de las que pelearon y fenecieron
en la guerra,
quienes me dejaron en ajuar de boda
un largo velo sujetado por una turba de promesas.
Por eso bajo a la cocina, apenas
con hambre y sed,
como semillas, lluvia, tierra, bueyes, sudor, hoces, cuerdas
y bebo, lluvia, nubes, cerros, piedras, bombas, botes, mangueras
hincho mis pulmones de aire; polvo, polen, brisa, mierda
debo asegurar mi permanencia aquí,
donde las naves nunca del todo se queman.
II PIRA
El día en que me voy,
entro por mi propio pie,
con mi propia fuerza,
a la pira centelleante y fúnebre
de mi abandono.
El fuego hace de mi sangre sombras,
humo negro que se suelta
para intoxicar el cielo.
Lloraron por última vez en su oscuro cuenco,
agrias canicas ónix
mis ojos carboneros.
Lo que yo era,
huele a prado seco;
lo que hubiera sido,
impregnó las alas de los búhos
extendidas sobre mi boca.
Mas soy yo misma también
quien mira la columna de cenizas
desde la popa,
obligada, por designio, a marcharme
en este amanecer: ¿a dónde?
La capa de hollín no deja leer los astros.
III PROMESA
Ante la partida me he vuelto, de pronto,
capaz de prometer.
No te inquietes
si para cuando regreses
lo que tú conocías se ha ido,
las casas han cambiado de color
o los ríos han torcido su rumbo…
Ven a verme, entonces,
ven y ábrete espacio en mi seno.
Desde esta pradera desolada,
oirás una pulsación
que no se ha ido,
ni ha cambiado,
ni se ha torcido.
Una pulsación será la resistencia.
LÁZARO
En las manos que limpian
la herida imperativa
de los pies expulsados,
¿está Dios?
Aun si la carne se infecta y se pudre
apesta y supura
se pierde
como se pierde todo
en las manos que limpiaron,
¿estuvo Dios?
El agua no se tornó vino,
Lázaro sin pies ya no caminará,
por eso mis mangas habrán de mojarse
noche tras noche
con la hierba estival.
(En ese entonces,
¿Dios estará?)
Brenda Vanesa López González (Ciudad de México, 1994). Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas, actualmente alumna de posgrado en la Universidad Nacional Autónoma de México. Su gran interés por el lenguaje la ha motivado a participar en diversos talleres de creación literaria así como a realizar estudios formales de los idiomas inglés, japonés e italiano dentro del país y en el extranjero. Dichos estudios le han permitido desempañarse como traductora en instituciones tales como la Universidad Nacional Autónoma de México y la editorial National Book Trust, India.
En el ámbito de la escritura creativa, sus textos han sido publicados en medios impresos y digitales entre los que destaca la antología conmemorativa Décimo Cuarto Festival Universitario de Día de Muerto. Homenaje a Jorge Luis Borges (2011), la revista electrónica Antología Virtual de Minificción Mexicana (2014) y el Periódico de Poesía UNAM (2020).