Poesía

Poesía joven en español: Guillermo Hidalgo (México, 1996). Selección de Carlos Sánchez Emir

 

 

Guillermo Hidalgo (México, 1996)

 

 

infancia

 

godzilla no sólo era mi amigo imaginario, también era mi compañero de clase en la primaria.  una tarde lo invité a mi casa, comimos hot-dogs y le mostré el pedazo de cielo que me habían regalado en mcdonalds.

no lo miró.

pasé años preguntándome qué podía sorprenderle a alguien que ha visto a través de un agujero negro y ha limpiado lápiz labial de un cadáver.

después de todo, para algunas especies la palabra azul no existe.

 

 

 

Fuimos

 

Fuimos alguna vez una herida en el ojo (hecha con un cortaúñas) la cual rellenamos con tierra y pequeñas piedras

hasta cubrirla por completo

todo con el fin de que nadie descubriera nuestro pequeño panal de células

al que llamábamos “mundo”.

 

 

 

América en guerra

 

¿qué pasará por la mente de los soldados?

pienso en ellos

los huelo

los siento en los talones

y sé lo mucho que quieren morirse en mi cama

porque saben que yo trataría a mis tropas con cariño

porque no estaría seguro de vivir sin pupilas

en una rueda llena

de amaneceres y bocas casi muertas

mientras el regimiento vuelve a sus hogares

con los bolsillos rotos

las arterias completamente líquidas

y los tobillos cargados de flores

 

rasgando soplo a soplo las heridas del té y del karma

parecieran ataúdes recorriendo un tristísimo mar

que quizá es mi piel

o mi ojo vuelto níquel

vuelto imán                 vuelto madera

porque los veo como si todo fuera una obra de teatro

donde los personajes pasan los días inyectándose en las piernas

para no sentirse solos

para no tener que mostrar los secretos que guardan detrás de la rodilla

en ese punto en el que ya no importa

si ayer durmieron atados de pies y manos

porque quizá yo piense en ellos

y en todos los soldados de boston muertos en guerra

y en todos los fetos de boston muertos en guerra

y en todas las albercas invertidas muertas en guerra

y en todos los acuarios de boston muertos en guerra

acuarios que visito los días viernes

cuando las bombas hacen una pausa

y dejan de lamernos el cuello

de cosernos los párpados

de leernos los horóscopos:

hoy hará un mal presagio             dicen las bombas

tu padre perderá el cabello y la sangre se le hará blanca       dicen las bombas

mercurio retrógrado

venus retrógrado

plutón retrogrado

si fuera martes podrías tomar fotografías aéreas

de distintos países

y lagunas y selvas y reactores nucleares

pero no es martes y tu signo de agua te hará

querer arrancarte las pestañas

y llenarte la garganta de diazepam o de cadáveres de aves

según sea el caso                                dicen las bombas

 

 

 

Conversación entre Tsangyang Gyatso y Li Po

 

licor de luna

mientras el bosque quema

a sus ahogados

 

 

 

Orient express

 

lo más cerca que estuve de oriente

fue aquel minisúper japonés enclavado

en el centro de la ciudad donde mamá podía

conseguir tofu a mitad de precio

y yo podía verle las piernas a la cajera.

no tenía más de 15 años y pensaba

que en un futuro podía

mostrarle que no debería temerle a nada,

ni siquiera a las bombas fabricadas en indianápolis

o a las aves exóticas de la tienda de mascotas

ubicada frente a su minisúper,

porque yo a veces le temía

a su figura de buda obeso que parecía proteger

su caja registradora,

mis padres me dijeron

que era su dios, algo parecido al jesús

del que siempre me hablaban en la escuela,

pero más feliz y menos sangriento,

seguro porque a diario podía verle las piernas

a la cajera, pensaba yo.

años después volví

al minisúper y ya ni siquiera existía,

quizá funcionaba como centro de lavado de dinero,

dijo mi padre,

quizá era operado por inmigrantes ilegales,

dijeron las noticias,

quizá la cajera de lindas piernas

jamás existió en realidad,

me dijo buda,

el verdadero buda gautama en un sueño que tuve

después de probar por primera vez las drogas,

tenía 20 años y pienso que a mamá no le habría gustado verme así,

como tampoco le gustó la idea de no conseguir

comida oriental a un buen precio

y como a la cajera no le pareció que su abuela hubiera quedado viuda

a causa de un piloto norteamericano,

así como a buda (hace un par de milenios)

no le pareció la idea

de encontrarse a un muerto

a unos cuantos pasos de su enorme palacio,

porque es cierto: los muertos parecen juguetes,

más si están manchados de lodo

o si están envueltos en fuego, pienso,

como aquel monje que adorna

la portada del primer disco de rage against the machine,

disco que seguramente

ni la cajera

ni mis padres

ni el ejército norteamericano

ni buda

                              escucharon.

 

 

 

Guillermo Hidalgo (1996) Becario en la categoría de Poesía en el Noveno Curso de Verano para Jóvenes Escritores de la FLM y la Universidad Veracruzana en 2017 y en el Festival Cultural Interfaz en 2018. Autor de los libros de poesía Cementerio Club (Herring Publishers) y Poética Noir (Herring Publishers).

 

Un comentario en "Poesía joven en español: Guillermo Hidalgo (México, 1996). Selección de Carlos Sánchez Emir"

  • Maravilloso, no cabe duda que este joven es a la poesía nacional lo que Charly García a la música argentina.

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