Poesía

Poesía joven en español: David Cacho (México, 2000). Selección de Carlos Sánchez Emir

 

 

Todos estos poemas pertenecen a un poemario titulado Sin camuflaje que se mantiene inédito.

 

 

David Cacho (México, 2000)

 

 

SAL

 

Pensaron que el mar estaba enfermo

cuando el cristal invadió las costas,

se preguntaron si el cielo arrojaba la piedra

o si en el agua se gestaba su forma,

sus balsas atracaron en las orillas,

la gente observó la ofrenda que el mar les regaló

y estos cadáveres fueron amaneciendo con la noche.

Para unos fue una señal de castigo divino,

para otros, el envío celestial para iniciar las cosechas;

la sangre de este mineral enajenó a los curiosos,

por la boca nació el amor hacia el mar

y ese fue el mensaje de dios para el pueblo.

 

 

 

FILTRACIONES DEL ROJO

 

I

 

Me puse a ver detenidamente la tarde,

el cielo es una piel que se amorata,

roja es la contención de la noche,

rojo es escala de negro.

 

Al fuego cedí toda mi fe,

roja es la vida en su apogeo,

de sangre es la flor cuando el día muere.

 

En el fuego vi a la materia transformarse,

cuando el fuego toca una piel pone rojos los tejidos,

rojo soy yo y esta pared que me sostiene.

 

Filtraciones del rojo han cercenado mi rostro,

roja es la nervadura de mi piel,

la memoria del volcán

y el fuego de la creación.

 

 

II

 

Rojo racimo rasga rosas ralas,

rojo río rosea redes rotas,

rocas resaltan ruinas recordadas,

rojos rizos recuerdan ramas rotas.

 

Rebeldes rubíes, ríspidos ricinos

recto roble, raquítica retama;

remos reman recuerdos recogidos,

remos reman raíces renegadas.

 

Rojos rubíes rocosos recuerdan

rojas raras remeras remachadas,

relámpagos rojos ramas receptan,

 

relieves rasos riñen rotas ramas.

Rojo río, rojizas ramas rosas

río rocía, roza rojas rosas.

 

 

III

 

El bermellón de Tiziano con el tiempo ennegrece,

el ocre rojo solo se puede comprar en el norte de África,

el cinabrio si te cae en la boca te intoxica;

no encontré calzones rojos en el súper,

maldito año nuevo.

 

Este año

yo le daré todo el rojo a mi madre

aunque se quede sin fuego la palabra,

mi madre tiene cincuenta y cinco años,

nunca ha ido a un jardín de tulipanes,

yo le prometí que veríamos tulipanes en una tarde roja,

yo le prometí que seríamos más eternos

que el perfume de los campos.

 

 

 

NUEVO SOL

 

En alguna otra galaxia sin nosotros

hay un nuevo sol y una nueva luz,

un sol luminoso en la semilla de otra galaxia,

un sol sin odas y de rostro transparente.

 

Hay un sol naciendo en la intimidad de otro cielo,

un cielo que anida un sol sin pájaros,

un sol que se levanta con el espíritu del agua

y desdibuja las olas de algo que se parece al mar

pero podría no serlo.

 

El nuevo sol no existe en el ojo del águila,

ni en los saltos jabonados del delfín,

el nuevo sol lo he imaginado

en mis sueños más profundos de hombre

que a veces se parecen

a los sueños más profundos de dios.

 

 

 

LAS VENTANAS DE MI VIDA

 

La luz que se diezma ante mis ojos

a veces lleva adentro un pájaro;

en la ventana se esconde la revelación:

los cuerpos danzan libremente

y el sol nos guiña un puñado de recuerdos.

 

En el litoral existe un mínimo esfuerzo

por encontrar la transparencia;

la insípida sensación del vidrio

es el hallazgo más benévolo,

toda evidencia de pureza

ante mis ojos se reduce

a un cielo imposible de imitar.

 

En la ventana siempre hay lluvia

aunque el verano se haya ido con las últimas corolas;

siempre hay sol

aunque la luz ya no dé hacia nuestras manos;

siempre hay ausencia

donde se ve la cicatriz.

 

 

Hay otra ventana que mira hacia a la mía

y nuestro puente lo enlazan memorias de la carne,

en cada extremo existo como una fuga

de mi propio ser pulverizado.

 

Hay una parte de la vida

donde ya no puedes ver con claridad

y asomas la cabeza en el abismo

para encontrar alguna flor en el paisaje

y todo eso se parece a una quimera

pero en esa ventana no existe

rastro alguno de árbol o de hombre.

 

Debajo de un nuevo día

está incubada la esperanza

para hacer un mundo nuevo;

miro fijamente hacia el exterior,

busco los mapas de quien fui

pero nadie responde.

David Cacho (2000). Cursa la carrera de Estudios Latinoamericanos en la Facultad de Filosofía y Letras. Escribe poesía, cuento y ensayo. Tiene un proyecto de música urbana llamado Bruno Giordano donde experimenta con ritmos como el reggaeton, el r&b y el trap. Su máximo logro ha sido conocer el mar. Goza de placeres mundanos, le asustan los intelectuales y le gustan las peras.

Un comentario en "Poesía joven en español: David Cacho (México, 2000). Selección de Carlos Sánchez Emir"

  • Muy buen trabajo con el lenguaje. Felicidades.

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