Poesía joven en español: Antonio Catalán (México, 1998)
Antonio Alonso Catalán (Ciudad de México, 1998)
SONETO DEL ONE-NIGHT STAND QUE DESEMBOCA EN UN TRISTE PEREGRINAR DE REGRESO A CASA POR LA AVENIDA DE LOS INSURGENTES
La duda al caminar por Insurgentes
me punza en los resquicios del oído
y la noche se escucha en el crujido
de la rota razón de los dementes.
Ayer, la noche en fuego, las vertientes
del agua en el concierto del gemido,
la danza entre el deseo y el olvido
al son de la fricción y las simientes.
Combustible mezcal, pieles, espasmo
cuando la oscuridad en el orgasmo
quiebra su necedad de ser oscura.
Es una noche más que se disuelve
como el humo rapaz que siempre vuelve
al aire tras el sueño y la locura.
PETICIÓN A DERRIDA
Monsieur Jaques,
Le confieso que leer su texto me cuesta
como le costaría a una araña ebria transitar los hilos de su casa.
Le expreso mi profunda admiración
y confiésome una hormiga
ante su torre de babel colmada de arlequines.
(¡No hable!
No tiene que mencionarme que ya hay
un convoy de termitas royendo
cada frase de este escrito)
Tengo, sin embargo, un objeción:
Sin consciencia, sin presencia ni presente,
metros abajo de los huesos de la fenomenología,
ante el cráneo de Saussure como un ridículo Hamlet,
y –si usted quiere –con su palabra differance
picándole los huevos a mi inteligencia
(perdone la expresión),
hay algo doliente en mis subsuelos,
una inquietud constante,
la presencia (¡Sí, lo dije!)
de una sed presente (oops, I did it again...).
Me gustaría que me explicara
(ya que su texto ha dejado a mi razón
fulminada entre palabras carroñeras)
qué es esta sed, esta melancolía,
esta cosa (si quiere) presente,
como sea, latente, punzante;
esta crepitación (¡me cago en todo!),
este dolor de araña que envenena
mientras teje el texto del que nada escapa...
Atentamente,
Una Palabra Rota
LA ORILLA
I sat upon the shore,
Fishing, with the arid plain behind me...
T.S. ELIOT
Tiene el mar su mecánica como el amor sus símbolos
PERE GIMFERRER
A la orilla del mar
como al filo de un pensamiento
estoy en el límite de lo humano
ante el mar abierto
ante la hora abierta
ante los azules párpados del mundo
cerrados en el horizonte
Soy el límite de lo humano
desnudos los pies estoy
sentado en el borde
la marisma del recuerdo va escalando
subiendo va la marea
que desliza su sintiempo de caricias
por la piel de mi experiencia desgarrada
Sentado en el borde ante esta abierta duda
con el viento apresurando mis relojes se descubre
mi deseo:
el agua necia lacerándose
en las rocas impasibles de los siglos
Atrás de mí como un abrupto sueño
la ciudad y sus sórdidos tumultos
el tumulto de ríspidas rutinas
las rutinas ahogadas puntualmente
en los sólidos ríos de las calles
Y pienso
en el helado crisol de desencuentros
que guardan mis ciudades
en el seno de su pútrida lactancia
allá atrás
a espaldas de este mi momento
de mareas preguntas y horizontes
Tal vez musite un nombre de mujer
tal vez musite tu nombre
quebrado en la violencia de los vientos
acribillado por el filo
del instante en que te pienso
Porque de qué sirve ya
cuando duele saber que tal vez
te nombren en las calles
otras voces que no quiero conocer
o acaso por aceras y avenidas
hay otra esquina somnolienta
que termina de olvidarnos
quién lo sabe
Quizá...
Pero el amor ha de tener un ritmo como este
como la lírica sincopada de las olas
el duelo el acto el golpe
las costas y su armónica sonata
la lúbrica paciencia de estas piedras
rasgadas por el tiempo y sus pleamares
Ha de tenerlo el amor
ha de tenerlo
Porque ya no puede estar en esa tierra rota
atrás donde el mar no enseña sus canciones
en aquel yermo corroído
por el paso y la tristeza de la gente
Ya no puede estar y yo lo sé desde esta orilla
en la frontera entre aquel sueño artificial
y el mar abierto en su verdad traslúcida
Sentado al borde al filo de lo humano
la sonata azul acaricia mi recuerdo
que musita un nombre quebradizo...
(Ha de tener este canto pétreo
líquido anacrónico
olvidado...
Ha de tenerlo el amor
ha de tenerlo)
VERANA ELEGÍA
****
Ahora con mi paso triste, roto,
horado la ciudad como si fuera
las grietas en su lento desplazarse
forjando por los muros su desgracia,
el golpe del reloj sobre el asfalto
con sus sordas manecillas, su paciencia
y un secreto merodeando las esquinas
con agudos aguijones grita el último
vestigio envenenado de tu nombre:
****
¿y para qué?
arde la duda escrita
con el filo del recuento de una historia
¿por qué sobrevivimos todos los disparos iniciales?
¿para qué la búsqueda, el adivinar,
el verla pasar toda enigma y primavera,
la urdida minuciosa del encuentro
el choque de pájaros de lava:
los ojos encontrados, el infarto de un segundo
la mirada, el saludo... para qué?
****
LAS CULPAS
Es culpa del azar y sus clepsidras.
C'est la faut de la fatalité.
Culpa y no, arena que se acaba,
arena que condensa su caída
en el ínfimo roce de un segundo.
****
LENGUAS
Pulido tu alemán al filtrarse por tus labios de magnolia,
así tu palabra de pájaros esquivos
forjaba partituras con fervientes acuarelas,
trazos al aire de fugaces golondrinas.
Y mi español de potro desbocado,
de abejorro peregrino, de colmena
entretejida de tristezas, de zumbantes melodías
(así las abejas de mi lengua
merodeando la oclusión de tus orquídeas,
entre campos de azafrán).
LENGUAS II
¿Cómo decirte la impotente marejada de mi verbo?
Mi palabra la vehemencia de las olas, mi palabra choque
contra el antiguo muro del idioma.
No la densidad de sus aguas y sus sombras,
no la jauría de tigres líquidos,
o la marea renovando su estampida:
Del otro lado del silencio
escuchabas solamente
inquebrantables sílabas del mar.
****
LAS MUERTES PARCIALES
Al final queda el pecho abierto como un campo.
Qué fragilidad de páramo al incendio,
ante la chispa repentina de unos ojos
o la fricción que aguarda en los lugares
donde alguna vez cobramos vida.
¡Qué vulnerable, qué ínfimo
ante el sensible gatillo en la memoria!
Qué cuerpo de espinas muestra el mundo,
qué coléricos colmillos portan las canciones,
qué caricia eléctrica el contacto
de todo cuanto aún guarda tu nombre.
Qué patíbulo, amor mío,
qué bala certerísima el poema
que apunta sus fusiles hacia el punto
que quiebra el espinazo en un instante.
****
MICHELLE
Comme si
-dice el poeta francés-
Como si una canción, en tres palabras,
como si tres palabras en medio del bullicio
donde todo canta al borde del silencio
te dijeran todo cuanto ahoga
la explosión inefable del encuentro:
Michelle
Est-ce que tu l'écoutes ?
Ráfaga sonora, fuga
mínima en los acueductos del lenguaje...
Un coup de des
tan implacable como todos
tan azarosamente exacto.
La mot juste -dice Flaubert-
On a de trouver la mot juste
Michelle
ma belle
El mar rima con tu nombre
en el discurso de su luz
en la hojarasca de su espuma.
Michelle, ma belle,
sont des mots qui vont très bien ensamble
très bien ensamble...
Como si una canción condensara
-con la brevedad de su melódico aleteo-
en un instante solamente,
en la certidumbre inigualable de unos ojos
toda nuestra historia.
Antonio Alonso Catalán nació en la Ciudad de México en 1998. En 2017 publicó una plaquette titulada Mariposas y ruinas (distribuida por Editorial Trajín), la cual presentó en la Librería Gandhi (sucursal Mauricio Achar), la FIL Zócalo 2017 de la CDMX y en la Universidad del Claustro de Sor Juana. En junio de 2018 participó en el Décimo curso de creación literaria/ Xalapa 2018 de la Fundación para las letras mexicanas (en colaboración con la Universidad Veracruzana) en el género de poesía. Actualmente estudia Escritura creativa y literatura en la Universidad del Claustro de Sor Juana y Lengua y literaturas hispánicas en la UNAM (SUA).