Poesía -John Donne
John Donne (1572-1631)
Nota aclaratoria
John Donne, según el juicio de su contemporáneo Ben Jonson, “merecía ser llevado a la horca” por no haber respetado el acento tónico de la tradición métrica inglesa. En realidad, tal juicio resulta válido sólo para sus Sátiras. Donne fue un extraordinario experimentador de nuevas formas poéticas; sus búsquedas, sin embargo, se sitúan en las antípodas de todo formalismo: no se proponen pasar el contenido por el hecho de Procusto de una forma preestablecida que en adelante lo determine. Como la vida misma de Donne, su personalísimo proceder se orienta hacia la fusión plena de materia y forma, de lo sensible y lo inteligible, de la carne y el espíritu, ampliando de esa manera el universo de lo decible: “Los misterios de amor se escriben en el alma, pero el cuerpo es el libro en que se leen”. (Recordemos al paso que Donne es el autor del primer poema lésbico escrito en Inglaterra: Elegy 3 “Chang”.)
José Luis Rivas
El aniversario
Todos los reyes y sus favoritos,
todo el lustre de honores, ingenios y bellezas,
el mismo sol que edades suma en tanto ellos pasan,
son ahora más viejos que hace un año,
cuando por vez primera nos miramos.
En torno nuestro avanzan las cosas a su ruina,
tan sólo nuestro amor no conoce un ocaso;
no supo de un ayer ni sabrá de un mañana,
y nunca en su carrera se aleja de nosotros,
siempre fiel al primero, último…eterno día.
Deben dos timbas guardar nuestros cuerpos:
la muerte en una sola no sería divorcio.
Como los otros príncipes, nosotros
—a quienes basta ser príncipes uno de otro—
al final dejaremos estos ojos y oídos,
preñados de promesas tan sinceras
y lágrimas de sal que saben a dulzura.
Pero las almas, donde tan sólo amor reside
—los otros pensamientos son huéspedes de paso—,
Igual pasión tendrán, o una mayor, ya arriba:
una vez en la tumba el cuerpo, el alma aparte.
Y seremos, entonces, dos bienaventurados,
pero no más nosotros que el resto de la gente.
Aquí sobre la tierra somos reyes, y nadie
como nosotros lo es, ni lo es de tales súbditos.
¿Quién igual de confiado que tú o yo, a quienes nadie,
salvo uno de los dos, podría traicionarnos?
Evitemos temores falsos y verdaderos,
amemos con nobleza; vivamos y ganemos
a nuestras vidas muchos años hasta que cuenten
setenta. Dicho el año dos de nuestro reinado.
El sueño
Amada mía, sólo por ti habría segado
la dicha de este sueño;
era un asunto idóneo a la razón,
demasiado violento para la fantasía.
Así que fuiste sabia al despertarme,
pero no interrumpiste mi sueño, lo ampliaste:
Eres tan de verdad que pensar en ti basta
para volver los sueños ciertos, ficción la historia.
Entra en mi brazo; y como estimaste mejor,
que no soñara todo: realicemos el resto.
Como un relámpago, o la luz de un fósforo,
me espabilaron tus ojos, no tu ruido;
aunque, a primera vista
(pues amas la verdad) un ángel te supuse,
mas al ver que podías leer en mi corazón
y que entrabas mejor en mis ideas que un ángel
al saber por qué soñaba y en qué momento
el colmo del placer iba ya a despertarme, tú viniste;
tan sólo un sacrilegio podría ser, lo admito,
pensar que fueras algo distinto de ti misma.
Viniéndote y quedándote, probaste que eras tú,
pero me dejas al levantarte una duda:
que ya no seas tú misma.
Es débil el amor si el miedo es igual de fuerte;
no es todo espíritu, ni es puro ni valiente el amor,
si su mezcla amalgama miedo, honor o vergüenza.
Quizá, tal una vela que debe estar muy pronta
a ser prendida y luego extinta, igual me tratas;
tú viniste a encenderme, para volver te vas:
cumplir de nuevo quiero mi sueño, o bien, morir.
Mensaje
Devuélveme mis ojos largo tiempo sin rumbo…
¡y ya fijos en ti, ay, demasiado tiempo!
Pero si ya aprendieron muchos vicios allí,
muchas maneras y afectos fingidos
de suerte que no pueden mirar ya lo bueno,
entonces mejor quédatelos.
Sano y salvo devuélveme mi corazón,
al que ningún abyecto pensamiento desdora.
Pero si el tuyo le enseñó a burlarse
de las promesas
y a romper juramentos que le hiciste,
entonces mejor quédatelo: ya no es el mío.
Pero no, el corazón y mis ojos devuélveme
para sentir y mirar tus engaños,
y poder solazarme a risas cuando
te afijas y acongojes
por alguien que te rehúye
o que te iguala en la mentira.
Traducción: José Luis Rivas
The Anniversary
All Kings, and all their favourites,
All glory of honours, beauties, wits,
The sun itself, which makes times, as they pass,
Is elder by a year now than it was
When thou and I first one another saw:
All other things to their destruction draw,
Only our love hath no decay;
This no tomorrow hath, nor yesterday,
Running it never runs from us away,
But truly keeps his first, last, everlasting day.
Two graves must hide thine and my corse;
If one might, death were no divorce.
Alas, as well as other Princes, we
(Who Prince enough in one another be)
Must leave at last in death these eyes and ears,
Oft fed with true oaths, and with sweet salt tears;
But souls where nothing dwells but love
(All other thoughts being inmates) then shall prove
This, or a love increasèd there above,
When bodies to their graves, souls from their graves remove.
And then we shall be throughly blessed;
But we no more than all the rest.
Here upon earth we’re Kings, and none but we
Can be such Kings, nor of such subjects be;
Who is so safe as we? where none can do
Treason to us, except one of us two.
True and false fears let us refrain,
Let us love nobly, and live, and add again
Years and years unto years, till we attain
To write threescore: this is the second of our reign.
The Dream
Dear love, for nothing less than thee
Would I have broke this happy dream;
It was a theme
For reason, much too strong for fantasy,
Therefore thou wak'd'st me wisely; yet
My dream thou brok'st not, but continued'st it.
Thou art so true that thoughts of thee suffice
To make dreams truths, and fables histories;
Enter these arms, for since thou thought'st it best,
Not to dream all my dream, let's act the rest.
As lightning, or a taper's light,
Thine eyes, and not thy noise wak'd me;
Yet I thought thee
(For thou lovest truth) an angel, at first sight;
But when I saw thou sawest my heart,
And knew'st my thoughts, beyond an angel's art,
When thou knew'st what I dreamt, when thou knew'st when
Excess of joy would wake me, and cam'st then,
I must confess, it could not choose but be
Profane, to think thee any thing but thee.
Coming and staying show'd thee, thee,
But rising makes me doubt, that now
Thou art not thou.
That love is weak where fear's as strong as he;
'Tis not all spirit, pure and brave,
If mixture it of fear, shame, honour have;
Perchance as torches, which must ready be,
Men light and put out, so thou deal'st with me;
Thou cam'st to kindle, goest to come; then I
Will dream that hope again, but else would die.
The Message
SEND home my long stray'd eyes to me,
Which, O ! too long have dwelt on thee ;
Yet since there they have learn'd such ill,
Such forced fashions,
And false passions,
That they be
Made by thee
Fit for no good sight, keep them still.
Send home my harmless heart again,
Which no unworthy thought could stain ;
Which if it be taught by thine
To make jestings
Of protestings,
And break both
Word and oath,
Keep it, for then 'tis none of mine.
Yet send me back my heart and eyes,
That I may know, and see thy lies,
And may laugh and joy, when thou
Art in anguish
And dost languish
For some one
That will none,
Or prove as false as thou art now.
José Luis Rivas. Nació en Tuxpan, Veracruz, el 28 de enero de 1950. Poeta y dramaturgo. Estudió Filosofía y Letras Españolas en la ffyl de la unam. Ha sido investigador en el Centro de Investigaciones y Servicios Educativos y en el de Estudios Sociales de la fcpys de la unam; redactor de Diálogos; jefe del Departamento de Educación en el ivec; fundador y miembro del consejo de Caos; editor de Agua que Pasa; coordinador de La Gaceta del fce; director editorial de la uv. Traductor de Pierre Reverdy, Michel Tournier, Jean Marie C. Le-Clezio, Henri Bosco, Georges Schehadé, t.s. Eliot, Saint–John Perse, Jules Supervielle, Derek Walcott, Arthur Rimbaud, Joseph Brodsdky y Les Murray. Colaborador de Agua que Pasa, Caos, Crítica, Enlace, Extensión, La Gaceta del fce, Letras Libres, Novedades, Pauta, Revista de la Biblioteca de México, Revista Universidad de México, Sábado, y Vuelta. Becario del fonca, 1989. Miembro del snca desde 1994. Premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer para obra publicada 1982 por Tierra nativa. Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1986 por La transparencia del deseo. Premio Nacional de Periodismo 1987. Premio Xavier Villaurrutia 1990 por Brazos de mary por la traducción de Poesía completa de t.s. Eliot. Premio Nacional de Traducción de Poesía 1990 por Poetas metafísicos ingleses. Premio Ramón López Velarde 1996 por Río. Medalla Gonzalo Aguirre Beltrán 2002. Su poemario La transparencia del deseo se incluye en la compilación Premio de Poesía Aguascalientes 30 años, 1978-1987, Joaquín Mortiz/Gob. del Edo. de Aguascalientes/inba, 1997.