Poesía española: Leandro Alba (Valladolid, 1991)
Leandro Alba (Valladolid, 1991)
La despedida
Se acabaron los días de fiebre,
los días eternos,
y las heridas secas en las piernas;
ya dejamos de hacer nuevos amigos,
mientras los soles se esconden más rápido
tras las montañas;
ahora somos nuestros padres,
y nuestros abuelos un recuerdo,
y los caballos sobre los que galopábamos
en una llanura de pasillos y puertas
ahora descansan tranquilos.
Unas sábanas de viento limpias
como el lloro de una madre,
una pelota escondida, junto a un dinosaurio extinguido,
en el fondo del armario.
Una tarde-noche
Convertimos nuestra casa en una selva
donde los gatos rugían como leones,
y los riachuelos cruzaban las baldosas
sobre las que nuestros pies
danzaban en las madrugadas.
Cada nueva planta era un motivo más
para volver a lo salvaje, para quedarnos
en nuestros primeros días, el descubrimiento
de las noches cálidas, los vestidos ocultando,
como el sol una bandada de pájaros, la evidencia de los cuerpos.
Contigo es fácil diluirme en la metáfora,
y más seguro agarrarme a las boyas de los recuerdos
que nos esculpieron en medio de las olas que se agitan.
Ojos delicados
Teníamos los ojos delicados,
dos pequeñas perlas
siempre muy cerca de caerse.
Nuestros hijos habrían tenido
también dos perlas chicas
y frágiles, a punto de desprenderse,
y los hijos de nuestros hijos
habrían poseído otras dos perlas
enanas, también endebles
ciegas, con las que verían el mundo
que no vimos nosotros.
Caer
Se van cayendo ya los restos,
se van cayendo ya las últimas
palabras,
se va cayendo ya
la tersura de lo excitante,
las gotas de gasolina del coche
se van cayendo;
se caen los aviones al océano,
se van cayendo las postales
del frigorífico, se van cayendo
los teléfonos móviles al agua y las llamadas
se van perdiendo,
se van cayendo los planes, y los ideales
se van cayendo, se van cayendo las chimeneas
con el fuego crepitando dentro se van cayendo,
y la ropa de invierno se va también cayendo,
los grifos se van cerrando, y abriendo
se van las ventanas,
y las flores se van marchitando, y luego resucitando,
y luego venciendo,
y primero una semilla en un jarrón, y más adelante en otro
mientras todo a su alrededor sigue cayendo.
Los colmillos limados
Ha llegado el momento de limar los colmillos
con los que me he desgajado entero el cuerpo,
comenzando por la capa de un horizonte inventado,
siguiendo por la capa de las promesas frágiles,
continuando por la carne donde moraba el olvido.
De tanto desgarrarme, ahora camino
con mi esqueleto libre, expelido por el viento,
y me siento avanzar más rápido
entre las otras tumbas.
De tanto desgarro, he terminado encontrándome
frente a una realidad limpia y joven,
dejando entrever en mi sonrisa
unos colmillos yermos.
Tallado en el tronco
Entierro los pies en este lodo viscoso
que ha nacido del baile del agua
con el resto de historias no contadas.
Estamos dispuestos, aquí y ahora, a sobrevivir
al destino de la naturaleza
y rascar en las cortezas de la vejez nuestros nombres adolescentes,
un corazón y una flecha,
porque si están tallados en la esencia de lo inevitable
entonces seremos siempre perennes.
En nombre de mi lengua
En nombre de mi lengua
de la que nacieron las espadas
que cortaron todas las cuerdas,
en nombre de ella me dispongo
a establecer nuevos vínculos,
largas corrientes de invocación
de lo íntimo, rutas inexploradas
hacia la profundidad de los gestos,
hacia el lugar donde espero descubrir el porqué
de los amaneceres tardíos.
Leandro Alba. Nacido en 1991 en Valladolid y graduado en periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca (España), desempeño en la actualidad labores relacionadas con campañas de publicidad, marketing digital y redes sociales en una multinacional española. Previamente, desde temprana edad, he ejercido el periodismo en diversos medios de comunicación, tanto en periódicos digitales como en radio.
#bye.com por YEnrique
Unos ojos delicados dejaron caer una tarde-noche en nombre de mi lengua. Con los colmillos limados, quedó tallado en el tronco la despedida.
…ronronean susurradas palabras de tu pluma a mi oído y reinventan significados, sensaciones y recuerdos… Gracias