Poesía argentina: Alberto Girri (1919-1991)
La poeta argentina Marta Cwielong, que forma parte de nuestra Consejería editorial, construye una curaduría de la poesía argentina. Mediante un trabajo de lectura y revisión, nos acerca una de las valiosas tradiciones del siglo XX hispanoamericano.
Alberto Girri (1919-1991). Nació y murió en Buenos Aires, ascético, intelectual, árido, incomprensible. Su poesía despojada e impersonal fue objeto de grandes controversias literarias.
Cuando la idea del yo se aleja
De lo que va adelante
y de lo que sigue atrás,
de lo que dura y de lo que cae,
me deshago,
abandonado quedo
del fuerte soplo,
del suave viento,
y quieto, las espaldas
vueltas las manos hacia arriba,
apoyo en el suelo,
corazón
abjurando de armas, faltas,
de oraciones donde borrar las faltas,
blando organismo, entidad
que ignora cómo decir: “Yo soy”
y en la enfermedad y la muerte,
vejez y nacimiento,
ya no encontrarán lugar,
como no lo encontraría el tigre
para meter su garra,
el rinoceronte el cuerno,
la espada su filo.
Antes hacía, ahora comprendo.
De "Obra poética IV"
Poema con un poema
Del emperador
que desvalido se adormece
en su jardín,
tiene algo este
anciano a quien súbitamente
el deseo,
huésped no invitado,
vuelve, persiste en sacudirlo.
También se amodorra,
y los dos son como gatos,
no les importa
sino sobrevivir;
pero en su precario retiro
el viejo no enhebra canciones,
y en lugar de ir entreviendo
ejércitos que incendian y destruyen
concita sobre él un retorno
en procesión de bellezas
ahora agrias,
cada cual mostrándole
la forma de un triángulo
allí donde hubo un sexo,
todas
semejantes
a las tardías flores
que en el imperial jardín
aguardan el invierno.
La poesía entendida como una manera de organizar la realidad, no de representarla
Lo que en ella place
place a la índole de las cosas,
inicialmente dirigidas a nadie,
y en esencia visiones,
y la reflexión
determinando que impulsos, ideas oscuras,
cobren análogo peso, homologadas
en sentencias que otras
sentencias transforman,
apremiadas
por lo que la poesía exige,
lo que el poema
ha de ofrecer a la vista,
afectar a los sentidos,
lo que tendrá
de móvil ofrenda
en un mundo estático,
y lo que el paisaje, los millones
de universales gestos piden,
ser formulados
en tejidos de perenne duración, claros
de diseño, voces modificando
hábitos de conceptos y categorías,
y atendiendo
a que más allá de la verdad
está el estilo,
perfeccionador de la verdad
porque en sí lleva
la prueba de su existencia.
Escríbela,
extrae de ese orden
tus objetos reales,
mayor miseria
que morir o la nada
es lo irreal, lo real sin objetos.
Marta Cwielong, nació en Longchamps, Buenos Aires, Argentina. Ha publicado su obra bajo los títulos: Razones para huir, De nadie, Jadeo animal, Morada (Valencia, España), Pleno de ánimas, Las vírgenes terrestres, (Observación de poetas latinoamericanas, trabajo de investigación y creación). La orilla, Memorias del hambre, (Ediciones POE Guatemala). 2 Poetas de Argentina, publicación compartida con Mariana Vacs, Ediciones Corazón de Mango, Colombia. No esperes que me anuncie, publicación bilingüe catalán-castellano compartida con el poeta valenciano Pere Bessó. Participa en numerosas antologías y festivales de Poesía de Latinoamérica. Su poesía ha sido traducida al catalán, polaco, italiano y francés. Embajadora de La Guacha Revista Nacional de Poesía.