Poemas de Ingeborg Bachmann (Austria, 1926-1973). Traducción de Luciano Pérez

 

 

Estos poemas se publicaron en la Alforja. Revista de Poesía, Nueva Época, número 34, otoño 2005, pp. 40-43

 

 

 

Ingeborg Bachmann (Austria, 1926-1973)

Traducción de Luciano Pérez

 

 

El tiempo aplazado

 

Vienen días más duros.

Que por retractación un tiempo aplazado

aparecerá en el horizonte.

Pronto debes atar el zapato

y los perros cazar atrás en los patios de marchas.

Pues las entrañas de los peces

llegan a enfriarse con el viento.

Pobremente quema la luz de los altramuces.

Tu mirada recorre la niebla:

que por retractación un tiempo aplazado

aparecerá en el horizonte.

 

Al otro lado te hunde la amada en la arena,

la cual trepa alrededor de su dolido cabello,

y va cayendo en su palabra,

y la obedece para callar,

y la encuentra pálida de muerte,

dispuesta al adiós en cada abrazo.

 

No veas a tu alrededor.

Ata tu zapato.

Caza atrás a los perros.

Arroja los peces al mar.

¡Apaga los altramuces!

 

Vienen días más duros.

 

 

 

 

Todos los días

 

La guerra no explicará más,

está fuera de la ley. Lo no correspondido

llega a ser de todos los días. El héroe

permanece lejos de los que combaten. El débil

es empujado a la zona de fuego.

El uniforme del día es la paciencia,

la condecoración es la infeliz estrella

de la esperanza sobre los corazones.

 

Será otorgada,

cuando nada más suceda,

cuando se calle el tambor de fuego,

cuando el enemigo llegue a ser invisible

y a la sombra de la armadura eterna

la cubra el cielo.

 

Será otorgada,

por la huida de las banderas,

por el valor ante el enemigo,

por la traición de los secretos indignos

y por el desdén

a cualquier orden.

 

 

 

Ve, pensamiento

 

Ve, pensamiento, ya que un vuelo de clara palabra

es tu ala, que se levanta y va más allá,

donde los metales ligeros se adormecen,

donde el aire se recorta

en un nuevo pensamiento,

donde las armas hablan

de un solo hecho.

¡Pásanos allá!

 

Las olas arrastran madera hacia arriba y la hunden.

La fiebre te arranca, te hace caer.

La fe se ha ido hacia una montaña.

¡Deja en pie lo que está en pie, ve, pensamiento!,

 

nada persuade a otro como nuestro dolor.

¡Nos corresponde todo!

 

 

 

Exilio

 

Soy una muerta que se transforma

no declarada como tal en ninguna parte

desconocida en el reino de la prefectura

sobrante en las ciudades doradas

y en la tierra verde

 

desde hace mucho descartada

y cuidándose de nada

 

Ahora con el viento, tiempo y repique

que bajo los hombres no puedo vivir

 

yo con la lengua alemana

estas nubes a mi alrededor

que observo desde casa

floreciente a través de todo idioma

 

Oh cuánto se oscurece

la oscuridad, los tonos de la lluvia

ahora pocos caen

 

Pues en zonas claras los muertos se llevan hacia arriba

 

 

 

La corriente

 

Tan llena de vida y tan cerca de la muerte,

a nadie puedo así convenir,

me arranco pues de mi parte de tierra;

 

al quieto océano empujo la verde caña

de en medio del corazón y me lavo a mí misma.

 

¡Suben pájaros de estaño y el olor a canela!

yo sola soy la asesina de mi tiempo.

Ebrios y azules nos convertimos en crisálidas.

 

 

Die gestundete Zeit

 

Es kommen härtere Tage.

Die auf Widerruf gestundete Zeit

wird sichtbar am Horizont.

Bald  musst du den Schuh schnüren

und die Hunde zurückjagen in der Marschhöfe.

Denn die Eingeweide der Fische

und kalt geworden in Wind.

Ärmlich brennt das Licht der Lupinen.

Dein Blick spurt im Nebel:

die auf Widerruf gestundete Zeit

wird sichtbar am Horizont.

 

Drüben versinkt dir die Geliebte im Sand,

er steigt am ihr wehendes Haar,

er fällt ihr ins Wort,

er befiehlt ihr zu schweigen,

er findet die sterblich

und willig dem Abschied

nach jeder Umarmung.

 

Sieh dich nicht um.

Schnür deinen Schuh.

Jag die Hunde zurück.

Wirf die Fosche ins Meer.

Lösch die Lupinen!

 

Es kommen härtere Tage.

 

 

 

Alle Tage

 

Der Krieg wird nicht mehr erklärt,

sondern fortgesetzr. Die Unerhörte

ist alltäglich geworden. Der Held

bleibt den Kämpfern fern. Der Schwache

ist in die Feuerzonen gerückt.

Die Uniform des Tages ist die Geduld,

die Auszeichnung der armselige Stern

der Hoffnung über dem Herzen.

 

Er wird verliehen,

wenn nichts mehr geschieeht,

wenn das Trommelfeuer verstummt,

wenn der Feind unsichtbar geworden ist

und der Schatten ewiger Rüstung

den Himmel bedeckt.

 

Er wird verliehen,

für die Flucht von den Fahnen,

für die Tapferkeit vor dem Freund,

für den Verrat unwürdiger Geheimnisse

und die Nichtachtung

jeglichen Befehls.

 

 

 

Geh, Gedanke

 

Geh, Gedanke, solang ein Zum Flug klares Wort

dein Flügel ist, dich aufhebt und dorthin geht,

wo die leichten Metalle sich wiegen,

wo die Luft schneiden ist

in einem neuen Verstand,

wo Waffen sprechen

von einziger Art.

Verficht uns dort!

 

Die Woge trag ein Treibholz hoch und sinkt.

Das Fieber riss dich an sich, lässt dich fallen.

Der Glaube hat nur einen Berg versetzt.

Lass stehn, was steht, geh, Gedanke!

 

Von nichts andrem als unsrem Schmerz durchdrungen.

Enstprich uns ganz!

 

 

 

Exil

 

Ein Toter ich bin der wandelt

gemeldet nirgends mehr

unbekannt im Reich des Präfekten

úberzählig in den goldenen Städten

und im grünenden Land

 

abgetan lange schon

und mit nichts bedacht

 

Nur mit Wind mit Zeit und mit Klang

Der ich unter Menschen nicht leben kann

 

Ich  mit der deutschen Sprache

dieser Wolke um mich

die ich halte als Haus

treibe durch alle Sprachen

 

O wie sie sich verfinstert

die dunklen die Regentöne

nur die wenigen fallen

 

In hellere Zonen trägt dann sie Toten hinauf

 

 

 

Strömung

 

So weit im Leben und so nah am Tod,

dass ich mit niemand darum rechten kann,

reiss ich mir von der Erde meinen Teil;

 

dem stillen Ozean stoss ich den grünen Keil

mitten ins Herz und schwemm mich selber an.

 

Zinnvögel steigen auf und Zimtgeruch!

Mit meinem Mörder Zeit bin ich allein.

In Rausch und Bläue puppen wir uns ein.

ingeborg bachmann
autoren ba
piper verlag, fotoarchiv
georgenstr. 4, 80799 münchen

Ingeborg Bachmann. Fue una de las voces líricas más notables que surgieron en Alemania después de la Segunda Guerra. Nació en Klagenfurt, Austria, en 1926, y murió en un accidente de auto en 1973 en  Roma (Italia), donde radicaba. Formó parte del Grupo 47, círculo poético fundamental para activar la nueva poesía alemana. El estilo de Ingeborg es netamente moderno. Ritmos y metáforas vuelan libres, son aire y apuntan hacia muchas direcciones. En su momento se dijo que su poesía era muy enigmática.

Luciano Pérez. Es originario de la Ciudad de México, nacido en 1956. Egresó de los talleres literarios del INBA, donde fue discípulo de los escritores Agustín Monsreal y Sergio Mondragón. De 1986 a 2006 laboró en la Subdirección de Acción Cultural del ISSSTE, primero como promotor de talleres literarios, y de 1989 a 1998 en la revista cultural del instituto, memoranda, donde fue secretario y luego jefe de redacción.  De 2007 a 2012  estuvo en Ediciones Eón, como redactor y corrector, y después como editor en jefe. Desde 2013 se ha dedicado a traducir del alemán al español, tanto para la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, como para  Editorial San Pablo. Narrador, ensayista y poeta, ha publicado los siguientes libros: Cacería de hadas (1990), Cuentos fantásticos de la Ciudad de México (2002), y Antología de poetas de lengua alemana (2006).  Actualmente es editor de la revista cultural en línea Ave Lamia, y aquí publica sus ensayos literarios, históricos y de cultura popular, además de cuentos de corte fantástico, así como también traducciones de autores alemanes.

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