Peregrino (Fragmento): José Vicente Anaya (Villa Coronado, Chihuahua, México, 1947-2020)
José Vicente Anaya (Villa Coronado, Chihuahua, México, 1947-2020)
PEREGRINO
(Fragmento)
Ser el viento que sopla
hacia donde quiere; y
el sonido que oímos, pero
que no sabemos de dónde
viene ni a dónde va.
Budismo Chan
I
viaja EL PLANETA TIERRA viaja
LA GALAXIA
rondan LAS ESTRELLAS rondan
mientras Dios le sopla al polvo
que parece llenar la luz del Sol
EN UNA RENDIJA
(herida de mi carne mal herida)
vuelcos giros brincos cambios
CONSTELACIONES DE MOLÉCULAS
que contienen el todo que contienen
tengo la mirada perdida
en los mapas celestes / y
las estrellas se queman con mis ojos
NO miro NO
(entre que trueno y tropiezo)
ni el aire leve
que cruzo y que me cruza
—manga de cielo
sacada de la manga—
soy sigilo de tigre
y olvido a dónde voy /
caigo y sin caer me caigo
entre una neblina de blanca oscuridad
y el silencio me ahoga
en un pozo profundo / / /
quedo quebrado entre las quebraduras
de mi corazón... y en sus girones VIAJO
grita mi sangre / ¡ay! /
circula congelada
/mi pecho quiere tronar/
se me cae la quijada
EL AZAR TIRA LOS DARDOS AL AZAR
AL AZAR TIRA LOS DARDOS EL AZAR
EL AZAR TIRA LOS DARDOS AL AZAR
dardos de luz dardos de acero
que se suceden, ciegos,
como un rayo feliz tras la desgracia;
o la desdicha, que se encandila,
tras el relámpago del gozo
/dardos de luz dardos de acero/
el filo del alma
punza y corta
saliendo de los ojos
y el ojo se aguza
para ver lo pequeño en su grandeza
sube hacia mí
una caída en el vacío
sube y sube
—quedo perplejo—
se extiende
y me rebasa
hasta darme la pequeñez
del infinito
y la nada de mi ser que me atosiga...
en mi pueblo, Villa Coronado, habla el polvo
con aliento de fuego
que trae desde el desierto
(¿qué quiere
decirme el polvo
con esa seca voz,
con su vaho pesado
de verano, con
tristísimos cantos de torcazas /
qué quiere decirme
si seca tanto
los adobes de las casas?)
va viene y va
mi corazón marchito
soy el que camina, el andariego,
el que viene va y viene
siguiendo las huellas de un Buda ebrio
que reencarnó en un rarámuri, quien,
con una sonrisa empeyotada
borra las huellas... borra las huellas
sin huellas
tomo de guía a la Estrella del Alba Matutina
/y de noche me sueño entre AURORAS BOREALES/
caminando voy caminando
para traer el fuego
que cabe en la pupila
caminar es un destino
/atino y desatino/
también pierdo la ruta
/me estanco/ /me extravío/
llego a ninguna parte
porque no tengo que partir
¿de dónde a dónde voy? —a mi esqueleto—
¿cuándo empecé este viaje
que no tiene principio
y amenaza con nunca terminar?
los parajes me invitan al descanso
/soy parte del paisaje/
cuando toca mi cuerpo la brisa de unos labios
y me rinden los brazos del amor
el mar me llamó en San Blas, Nayarit,
con su boca mundial:
“Ven a conocer a Dios y al Diablo”
me dijo —y yo, aguja en el pajar del Universo,
quedé, como brizna (que soy) en bólido de humo,
zozobrando
con agua salada en mis pulmones—
/dejé muda a la muerte/
y, a mis espaldas,
el Océano Pacífico, meciéndose,
indiferente a mi aflicción,
mandó tronar sus olas
en el tris que mi alma volvió al cuerpo...
desde entonces, ante mis ojos,
el mar es un santuario
al que me rindo
como si contemplara
la lúcida pupila de Unarúame, Tata Riochi/
con mirada tranquila, voladora,
seguí la ruta de un albatros, en Bahía de Términos,
volé y volé —/la brisa me llevó/—
despacio suave lento
al ancho tiempo ido que siempre ha estado en mí
/ay/honda/nada/
todo este trajín me lleva y clava en el rincón donde se queja el viento
(montañas de Basíware)
vuelan ALBATROS vuelan
por el malecón de La Paz,
en Baja California Sur—
y parece que hasta aquí me han traído
desde (la isla) Ciudad del Carmen
(fugada del Caribe)—
me abandona el albatros y quedo
e n m í m i s m a d o
entro en el más pequeño rescoldo imaginado
(escondido entre los huesos)
y ya no salgo
más que triza y ceniza
dispersa y machacada
—/y al fin/— tengo ganas de volver,
volver y ser
la misma mismísima penumbra
que ya he sido
(en estas ocasiones
voy más rápido y más lejos
que cuando vago en los confines de
selvas
montañas
y desiertos / / / y llego pronto
a donde nunca he deseado ir
pero es el SITIO—
me atolondro
y pierdo la cuenta de los años,
amores
y deudas que tengo con el tiempo)—
entro en el más pequeño rescoldo imaginado
La franca carcajada del Buda
me alcanza y me adelanta
en el camino a Macuiltianguis (zapoteco)
a Tónachic (rarámuri)
—estas montañas son altísimas antenas—
en un trayecto de luz
que el León Indomable me señala
con su bondadoso corazón
(el Jefe Rarámuri, el Sipiáame,
el chamán que sonríe con chispas en los ojos,
el Buda-Piel-Roja)
Soy el tránsfuga del polvo de mis huesos
—¡malajo!—
estoy fuera de mí, sin ti, salido—
y me emparento
con la Luna LICÁNTROPA
tan grande y pesada
que parece que caerá
sobre el Bolsón de Mapimí—
no hay lobos
pero me aúllan
en las cavernas de mi alma
y otra misma Luna llena
en Balancán, Tabasco,
se hizo LICAN-TRÓPICA...
hasta la caña inventa su sabor
en estos climas / / /
San José del Pacífico me alimentó
con hongos psilosybe
y vi los brillos (mensajes visuales)
de filamentos en los pinos
verde esmeralda
verde thalo
verde pistache
zarco
verde malaquita
verde oscuro
verde jade
verde claro
b r i v e r d e a n d o
y el firmamento fue un tropel de azules
azul añil
azul rey
azul de Prusia
azul turqueza
índigo
azul marino
azul claro
azul oscuro
azul cerúleo
luzazul
b r i a z u l a n d o
/una mujer, antorcha en mano,
bajó del cielo/
y, con la delicadeza
del amor
que se asoma
tras el hombro,
tocó los nervios
terminales de mi piel
(como quien toca un instrumento
musical piano-marimba)
/recalé con otra luz/
que, sin origen,
venía de muy adentro,
de algún ancestro mío
que avivaba
la más diminuta charamusca
enmedio de su frente
(con sólo concentrar su pensamiento)
José Vicente Anaya (Villa Coronado, Chihuahua, México, 1947-2020). Poeta, ensayista, traductor y periodista cultural. Fundador del movimiento infrarrealista. Ha publicado más de 30 libros, entre ellos: Avándaro (1971), Los valles solitarios nemorosos (1976), Morgue (1981), Punto negro (1981), Largueza del cuento corto chino (7 ediciones), Híkuri (4 ediciones), Poetas en la noche del mundo (1977), Breve destello intenso. El haiku clásico del Japón (1992), Los poetas que cayeron del cielo. La generación beat comentada y en su propia voz (3 ediciones), Peregrino (2002 y 2007), Diótima. Diosa viva del amor (2020), Mater Amatisima/Pater Noster (2020) y Material de Lectura (poesía Moderna, UNAM, 2020), entre otros. Ha traducido libros (publicados) de Henry Miller, Allen Ginsberg, Marge Piercy, Gregory Corso, Carl Sandburg y Jim Morrison. Ha traducido a más de 30 poetas de los Estados Unidos. Ha recibido varios premios por su obra poética. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores CONACULTA-FONCA. Formó parte de la Sociedad de Escritores de México y Japón (SEMEJA). En 1977, funda alforja. REVISTA DE POESÍA. Desde 1995 ha impartido seminarios-talleres de poesía en diferentes ciudades de México. Ha asistido a encuentros internacionales de poesía y dado conferencias en varios países como Italia, Estados Unidos, Colombia y Costa Rica. Colaboró en la revista Proceso.
Excelente que se haya publicado el poema