Poesía

Pablo Agustín Secchi (Argentina)

 

 

 

 

Pablo Agustín Secchi (Argentina)

 

 

 

La casa que habito es demasiado frágil

vieran cómo se recuesta en la Santa Rita para no ceder

el agua ablanda sus paredes

y el mordisco de la tristeza le perfora las chapas

en este incendio de agua

hasta los recuerdos se derrumban

si tuviera el don de elegir cómo entregar mi vida

sería así

aplastada de lluvia.

 

 

 

 

Sobre mi río

es tan delgada la tristeza del invierno

que si me dieran la suerte de poder escribir un poema

un solo poema

no sé qué palabras usaría

para evitar la torpeza de romperlo

pero en el medio

en el centro de la laguna del papel

apoyada sobre una pata

pondría una garza

 

 

 

 

Ahora que el aire delicioso lo anuncia

voy a la planta a elegirla

(no como único tesoro

sino como ingenuo alimento que guarda ruinas

con las que armo silenciosas siestas

en caminos de cerco y polvo

donde mi hermano todavía es niño

y la felicidad

todavía innecesaria:

si de algo éramos dueños

era de las mandarinas)

hoy ya no sé distinguirlas

algunas me siguen pareciendo una fruta inocente

que suelta a jugar en mi boca la infancia

sin embargo, hay otras

cada vez más lejanas

que se van para adentro de un poema

conservando la acidez

la dulzura

como una rojiza palabra.

 

 

 

 

En estas prodigiosas islas del Paraná

algunas flores son tan delicadas

que no se pueden nombrar:

en el aliento se romperían

acá se aprende a andar con cuidado

(de niño he quebrado pájaros en el aire

cuando indebido apoyaba un dedo

sobre la celosa lámina de vidrio

de una escondida laguna)

me ha enseñado esta verde inmensidad

que a ciertos silencios si se los toca

les puede pasar lo mismo.

 

 

 

 

Querida poeta

llueve en el lugar donde leo su poema

fronteras adentro

(me pregunto si esta novedosa tristeza

toma el indefinido contorno de la lluvia)

poeta, dígame:

Cuántas golondrinas caben en una niña

cuántas niñas con sus golondrinas caben en una campana

cuántas campanas con esas niñas y sus golondrinas caben en un grillo

cuántos grillos con campanas y niñas con golondrinas caben en una noche

y cuántas noches con grillos, campanas, niñas, golondrinas,

caben en otra palabra

(ahora los asfódelos,

los que tampoco conozco

y ya no me sueltan)

cuántas palabras se pueden soportar

¡ay poeta!

cómo se protege la más amada herida

escogiendo de la explosión el lugar

la hora

en que estalle el cuerpo todo

como lo hace en flor inocultable

el invisible capullo.

 

 

 

 

Pablo Agustín Secchi (San Pedro, Buenos Aires, Argentina, 1975). Trabajo de albañil desde hace más de veinte años. Nunca me relacioné al mundo de la literatura, más que por la necesidad de leer y escribir, desde que aprendí, a pesar de haber abandonado de chico la escuela. Hace relativamente poco, debido a la pandemia, me animé a publicar en Facebook algunos poemas, donde a partir de una repercusión inesperada, me han publicado en blogs, revistas, y páginas de poetas reconocidos y reconocidas. Por ejemplo, en la revista La Náusea, de Barcelona; La Islíada, de Cuba; Vuela Palabra, de la directora Marisol Bohórquez Godoy; Camote, de Buenos Aires; Mal de ojo, revista latinoamericana; Revista Kundra; Revista Montaje, de Santiago de Chile; Revista Cardenal, de México; Burak, de Buenos Aires; La libélula vaga, de Aleisa Ribalta Guzmán.