Tú sonríes solo de noche
Tú sonríes solo de noche.
Paredes de cera absorben la oración.
Estoy conversando con Dios asentado a cáscaras de nuez,
deletreo en voz tranquila, acaricio las palabras.
Santos eran amigos míos antes de estar puesto arriba,
junto a Él para estar en un sentido,
me han devenido inútiles de todos modos.
Tal vez regresaran por decadencia,
esconderán entre las raíces
aspirando a la luz.
De la ciudad trastorno caen soles.
Tu corazón es un animal caliente codilleado en mis brazos.
La noche esta fría, tiene redondas y pálidas estrellas,
se deshace en decenas de pétalos por la mañana
cuando ya no sabemos nuestros nombres
y porque, desde cuándo y al cuales son todas estas fotos
de donde nos miran extranjeros.
Nado en un par de fragmentos que brillan intensamente
- un ave que nos cubre con las alas abiertas
nos toca con su pico de oro -
no te recordarás mi nombre
cuando mirarás la foto desvanecida y amarillada.
Esta pasa cuando las jóvenes mujeres cortan el pelo
y el viento lo lleva de aquí allí.
Anillos perdidos en océanos desconocidos
Los recuerdos, estas novias perdidas,
los deja en el cajón secreto -
anillos perdidos en océanos desconocidos.
Olvidamos las cosas y los años lloran sobre nosotros.
Dibujamos muros y construimos caminos de papel,
coloramos los días,
pero hoy nos envuélvanos en pulido y humo.
Santos pequeños,
dominados de presente y lucidez,
nos perdemos cuando las estrellas caen
en las noches de invierno.
No me mira como a una piedra,
soy solo un diario en que escribes cada día,
pero eso se aprende en la universidad
de libros con paginas amarilladas.
Dos mundos son unidos por los hombres,
así como el tiempo pasa por la clepsidra
mezclando los siglos.
Hago colección de ficciones refinadas e historias perdidas,
yo no soy culpable y me corto la lengua en juego.
Alejandro, tu nombre flota por la ciudad,
suspendido por las hojas de cristal,
llevado por las aves con plumas de oro,
laminado por las piedras del rio que ama las orillas.
Soy un pescador que espera en silencio.
Una imagen rota de mí,
llevado por las aguas de cada vez más profundas.
Cuentos para los niños desobedientes
Entro y salgo con una sonrisa,
cruzo de un lado al otro el mar que no perdona.
Me dieron las pastillas las damas sin caras -
tú eres nuestro hermano de aquí y de más allá -
nos rompieron sobre las manos y los pies,
al final del día encontré también las jeringas.
El perro Judas había dado su fin sin nosotros,
sin alcohol y sin letras redondeado serán nuestras vidas,
sombras destrozadas sin dormir.
No lastimaría quedarme en mi casa,
espera pegado al muro y escucha el reloj tocado de óxido,
escuchar como se secan los recuerdos en las viejas caras.
(ay, señora, marchita, su muerto parece más vivo
seguramente la ternura tiene un precio y el sombrero te atrapa y
el color y el modelo, ay pero también los gestos,
le han amado hasta la última hora).
Hasta que nos separemos
esculpo el diario con la cortapluma aburrida.
Adiós y hasta la vista, escucho voces,
palabras como vidrio garabateado.
Y el secundario se atascó, pero nunca se sabe, estimada señora.
Adiós, no, no, mejor hasta la vista!
En algún lugar en la oscuridad
En algún lugar en la oscuridad me veo,
el que espera con mueca en la cara,
con una sonrisa amarga en el rincón de la boca.
El crisantemo de ceniza y la casa cerrada,
un cuadro colgado volcado.
Un largo día me deseaba,
me arrepentí de no haberlo detenido para abrazarle,
pegándomele a mi pecho, sincronizarnos los latidos de las corazones.
La momia del bosque está jugando -
encontrar un lugar es un arte
como el milagro de sobrevivir entre amigos y mesas redondas,
partidas de la casa en ningún lugar y regresos más tarde posibles.
Lágrima después de lágrima - pero sigue respirando.
Y si fuera toda la vida piedra petrificada,
y si ni los muchos años no me o bastara,
igual de insistente, como la lágrima en la mejilla de un niño perdido,
te esperaría.
La sonrisa de la sombra
Para la que fue y será Jacqueline
El sol nunca se pone.
Ni el corazón que no deja de ofrecer vida
siempre que el amor lo haga brillar,
siempre que el amor viva.
No desaparecen tampoco ni las montañas,
ni los mares,
ni el fuego en el fondo de la tierra.
El sol nunca se pone.
Y la sonrisa de los niños tampoco desaparece,
siempre que el amor de la madre y del padre
ilumina los días más oscuros.
Y si el sol nunca se pone,
¿cómo podría no sonreír
la sombra de la hermosa J.?,
que, firmemente, siempre estará unida
con su amante.
Febrero solo contigo
El mar está en calma, y me susurras,
las olas traen a la orilla los cadáveres de púrpura,
es el único intercambio honesto de este último invierno,
en febrero solo contigo.
Los muertos se elevan sobre el agua y caen,
el velo de niebla se cierra detrás de ellos.
Respiro el oro esparcido entre nosotros,
dos piedras acariciadas por el viento extranjero.
En el fondo del corazón,
aumenta el amor por ti, misteriosamente,
en el largo silencio usado como una máscara.
Si va a vagar detrás de una nube,
le preguntaré al sol
para buscar una sonrisa en tu rostro,
encontrarte un día,
sin ser molestado por el rugido del mar.
Dios no da reposo,
nos coloca bajo la suela húmeda y fría.
Febrero sin ti - caballo blanco vagando por las colinas.
Sabía tu nombre pero lo olvidé
Una hendidura abierta sobre una cicatriz.
El lado oscuro del miedo me golpea,
siento mis brazos arrancados de mis hombros.
Cruzo el abrasador de la noche con la sed en mente.
Si no voy a dejar este idioma, ahí es donde estás.
Sigo una columna deambulando con sentimientos,
desconcertado por la alegría de una muerte rápida y sin gloria,
Vamos a reír y rodar a través de las palabras.
Montando el unicornio que conoce el último camino
incluso sin golpearlo contra la sangre.
Rompiendo el dogma, borrando el patrón,
luego preparé mi gran travesía
mientras pones la suela en un trozo de tiza
y esperas que la gente diga que has estado en algún lugar.
Todo está pintado de blanco,
no entiendo las marcas garabateadas en la carne.
Ángeles olvidados en el alféizar de la ventana,
estatuillas que las oraciones devolverán a la vida.
La bala de plata tampoco me golpeó esta vez.
Allí donde no puedo encontrarte
Me desperté muerto.
Eso me pasa cada vez que no te encuentro a mi lado.
No me creerás,
mirando detrás del ojo con fugas y todavía me parece natural
- una herida vaciada de carne azul.
Y si no tuve la suerte de morir joven,
para reavivarme por amor a ti y así sucesivamente,
con la carne ardiendo,
todas las horas estaban atrapadas en lo profundo de mi cerebro,
letras que pican como hierro caliente.
En los intestinos,
el futuro leído en las vísceras de las mujeres escondidas en el fuego negro.
Empaqué el sueño de un insecto
en miles de gestos con los que quiero sorpréndete.
Vi mi cuerpo flotando y volaba paralelo a mi lado.
un doble yo. Me preguntaba si alguien más nos estaba mirando.
Dios sabe cuántos somos en este mundo,
cuántos nos quedamos y cuántos llegamos hasta al final.
Bailarín en el alambre en el último paso,
viajero en la nada.
Caen en el vacío.
Todo a mi alrededor debe ser revisado,
no es fácil para mí hablar y reescribir.
Me caigo y no quiero soñar más que me estoy levantando.
Conejo verde de lata
Alguien muy alto camina entre nosotros
en zapatos de metal,
nos permite fluir por el bulevar largo.
La corriente de la humildad, las lágrimas y el amor.
Pongo mucho patetismo en lo que escribo, soy cálido,
tibio y es como si recordara la tumba.
Cavo muy poco y salen unos dedos,
gotas de nieve enrojecidas por tanta expectativa.
Lo que me dije a mí mismo entonces, están cavando un agujero.
introdúcelo, muéstreles cómo se encuentran bien
- un faraón con ojos vacíos.
Conejo hecho de lata verde en el frente,
conejo por detrás, todo conejo.
Agridulce tu dulce beso, comprado con monedas pequeñas
desperdiciado con ruido en el asfalto.
Tarde extraña y triste,
fundido en círculos concéntricos,
cuando más cerca, cuando más lejos.
El gueto rosa
Me reí, metí las manos en el suelo seco,
el túnel casi me había tragado -
¿cómo no hacer rostro astillado y
venderte cuando tienes la carne fresca?
Las personas sin sombra te valorarán más que los dineros pegados en tu frente,
tu silencio la llevará a la tumba con rejas.
Vamos en el vagón, me llamaron,
además de la cerca de alambre de púas lentamente-lentamente
brazo a brazo con los muertos,
alineados en el olvido,
escondidos de la historia más allá de los muros.
Ya no me quedaban los zapatos de niño,
el viento me puso en un prado de hoja perenne -
desde allí se puede ver el horizonte,
la tierra soñada de la que provienen nubes de algodón de azúcar -
solo puedo tocarlos por las noches cuando me duermo pensando en mi madre.
Papá debería haber estado allí arriba,
un dios desterrado en otoño
por la brisa enviada por el ala de la mariposa cabeza de muerto.
Quedo atrás por un momento
y no te encuentro.
Nodos de humo cortados con la última mirada.
Mihai Firică nació el 26 de julio de 1970 en Craiova. Estudió Letras-Historia y Derecho, teniendo una especialización de postgrado en Gestión de Relaciones Internacionales. Asistió a varios cursos y pasantías en periodismo organizados por el IJC en Rumania, Bulgaria y Croacia. Debutó como poeta en la revista „Ramuriˮ en 1989, colaboró con las publicaciones culturales más importantes de Rumanía y sus poemas fueron traducidos al inglés, francés, español, árabe, húngaro, chino, japonés y búlgaro en revistas, antologías y volúmenes. Es miembro de la Unión de Escritores de Rumanía - Rama Oltenia desde 1997. Por el volumen de versos Biografie sumară (Breve Biografia), 1996, recibió el Premio por debut en poesía de la Academia Internacional „Mihai Eminescuˮ. El segundo volumen de poesía Limba șarpelui călător (El lenguaje de la serpiente viajera), 1997, recibió el Premio „Marin Sorescuˮ y el Premio de Poesía de la Unión de Escritores de Rumanía - Rama Craiova. En 2017 publicó el volumen de versos Ultimele zile și viața de după (Los últimos días y la vida de más allá). Por su actividad literaria y periodística fue galardonado con varios premios otorgados por prestigiosas revistas de Rumania.
Carmen BULZAN (Seudónimo Carmen Peregrina). (Rumanía). Poeta, ensayista, traductora de/al español, catedrático en sociología, miembro de la Unión de Escritores de Rumanía y miembro de la Unión de Escritores Rio de Janeiro, Brasil. Su obra poética suma 15 libros de poesías, entre cuales: Peregrinando (2008), Vademecum (2013), Instantes españoles (2014), Armonías celestiales (2018), Sombra de la misteriosa luz (2019). Su obra poética fue traducida al: español, francés, inglés, serbio, portugués, japonés, árabe y apareció en muchas antologías internacionales de poesía. Ha traducido Miguel de Unamuno (poesía, novela, ensayos), Alfredo Pérez Alencart, Carmen Martínez y.o. Premios recibidos: el Diploma de honor de la Asociación „Vorba Noastră” de Viena (Austria, 2003), el Premio de Excelencia, Drobeta-Turnu-Severin (Rumania, 2011), el Premio Eminescu de traducción, Bucarest (Rumania, 2011), el Premio Umberto Peregrino y Gran Mérito Cultural, Rio de Janeiro (Brasil, 2016), Medalle d’or en el Festival Internacional de poesía ”Mihai Eminescu”, Craiova (Rumanía, 2017, 2019), el Premio de la Unión de Escritores de Rumanía para traducción (2018). Para su laborioso trabajo de traducción fue reconocido como Huésped distinguido de la Ciudad de Salamanca (2018), España.