La cinta de Moebius: Amanda Berenguer (Uruguay)

 

 

Este poema integra la entrevista que la poeta Enzia Verduchi realizó a Amanda Berenguer. Nuestro lector puede leer dicho trabajo en el enlace siguiente.

 

 

Entrevista: La constelación de Amanda Berenguer. Por Enzia Verduchi

 

 

 

 

LA CINTA DE MOEBIUS*

 

Amanda Berenguer

 

 

 

Palpo lentamente

una cinta de Moebius siento

ese breve vértigo de entrecasa

o escalofrío en su jaula toco

ese pájaro por fuera y esa ostra por dentro

sucesivos palpitantes

sigo su unilátera hoja ambigua

hermafrodita

exterior e interior a un mismo tiempo

 

pulso el insalubre vibrátil sedimento

de la pura verdad

los seudópodos hacia lo oscuro

las ideas de paso sonámbulo que andan

por los alrededores de las doce del día

la celda callada la pieza “se alquila”

en el patio de la ruidosa boca ciudadana

 

rozo marchitas flores de visón

recién polinizadas

sus hojas de foca brillante a cuenta

de negra primavera los cuerpos de pelo lacio

de fibra córneo escamosa colgados

en los andenes ahumados o en los muelles

donde los changadores escupen tierra

o en los salones para pasajeros

 

así resortes trabados en cajas fuertes

recuerdos

así bengalas sin encender

recuerdos

así expresos estacionados vacíos

recuerdos acaricio

la memoria pronta a saltar elástica

una fotografía instantánea sobre el pretil

de la oficina de treinta pisos fábrica

en Tokio o Brasilia

hacia la posición natural de descanso

 

tanteo recorro camino la otra cara

la fabulosa cara la doble cara la misma

cara tu cara anacrónica

mi cara alquimia social

¿te asustas? ¿respiras? ¿comprendes?

te veo y nos ven sobremanera

el rostro semblante fachada

o superficie anterior no olvides

recuerda el anverso presencia

marchando a hasta para por

según sin sobre la cara de dos vueltas

interminables

 

apura cara de juez tu veredicto

escucha cara del montón escucha

cara de perro otra y otra más

cara de pocos amigos no mezcles

grasa aceite agua hirviendo

cara de vinagre

cara de risa la expresa

que viste y calza máscara para gases

cara y cruz abrazadas

gestando huevos de oro en la bodega

de la “Santa María” hollando el aqueronte

dispara carabina ametralladora

hasta el caracú profundo caracú expuesto

Ácaramba! carantamaula

 

resbalo entro cavo

esta cueva centrípeta refugio

atrayente mina carbonífera

(32 mil metros cúbicos de roca viva

para abrir el túnel de Simplón)

atestada de diamantes venenosos

canjeables por vida por menos

que vida por vida desvivida

este corredor sin salida corredor

en derredor ovillo alrededor lazo enroscado

escalera rampa encaracolada

¿quién de nosotros quién

le encuentra el cabo a la madeja?

vagabundos caminantes ahí

ahí en el hueco de tu mano

 

se ven ahí

las tres inciertas parcas mineras

investigadoras educando

conejos de India filamentos eléctricos

murciélagos de onda ultra corta

para un curso experimental

de expertos en corruptología

ahí en el fondo en la cripta anunciación

subimos paloma uterina escudo

caparazón cúpula de barro arriba ascensor

muro Le Corbusier cielo de cemento

último piso

torre esferoidal de acero construcción

voladiza en ladrillos de vidrio

techo astronómico boquiabierto

astrolabio

provisto de limbos graduados

para medir el ángulo sujeto a error

de la eternidad entre nosotros

entre casa observatorio

entre tú y yo amantes

hechos una misma velocidad de cuerpo y alma

alunizamos en nuestro propio corazón

dimos la vuelta a la tierra de Moebius

marchamos sobre su pista enguantada

a kilómetros años luz de vertiginosa

felicidad.

 

 

(de Materia prima, 1966; en Poesías 1949-1979, Calicanto, Buenos Aires, 1980)

 

 

 

 

 

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