Poesía

Juan Rulfo: La fórmula secreta

 

 

 

 

LA FÓRMULA SECRETA

 

Juan Rulfo

 

Ustedes dirán que es pura necedad la mía

que es un desatino lamentarse de la suerte,

y cuantimás de esta tierra pasmada

donde nos olvidó el destino.

 

La verdad es que cuesta trabajo aclimatarse

al hambre.

 

Y aunque digan que el hambre

repartida entre muchos

toca a menos, lo único cierto es que todos

aquí

estamos a medio morir

y no tenemos si siquiera

donde caernos muertos.

 

Según parece

Ya se nos viene de a derecho la de malas.

 

Nada de que hay que echarle nudo ciego a

este asunto.

Nada de eso.

Desde que el mundo es mundo

hemos andado con el ombligo pegado al

espinazo

y agarrándonos del viento con las uñas.

 

Se nos regatea hasta la sombra, y a pesar de

todo así seguimos:

medio aturdidos por el maldecido sol

que nos cunde a diario a despedazos,

siempre con la misma jeringa,

como si quisiera revivir más el rescoldo.

Aunque bien sabemos

que ni ardiendo en brasas

se nos prenderá la suerte.

 

Pero somos porfiados.

Tal vez esto tenga compostura.

 

El mundo está inundado de gente como

nosotros,

de mucha gente como nosotros.

Y alguien tiene que oírnos,

alguien y algunos más,

aunque les revienten o reboten

nuestros gritos.

 

No es que seamos alzados,

ni es que le estemos pidiendo limosnas a la

luna.

Ni está en nuestro camino buscar de prisa la

covacha,

o arrancar p’al monte

cada vez que nos cuchillean los perros.

 

Alguien tendrá que oírnos.

 

Cuando dejemos de gruñir como avispas en

enjambre, o nos volvamos cola de remolino,

o cuando terminemos por escurrirnos sobre

la tierra

como un relámpago de muertos,

entonces

tal vez

nos llegue a todos

el remedio.

 

(Escrito en 1965 para la película del mismo nombre, dirigida por Rubén Gámez).

 

 

 

 

Juan Rulfo nació el 16 de mayo de 1917 en Jalisco. Registrado en Sayula, vivió parte de su infancia en la población de San Gabriel. Como escritor, Rulfo se apropió de las experiencias que desgarran el precario orden familiar: la guerra, el despojo, la orfandad; y de su región de origen, cuyo entorno inmediato fue el de las haciendas y el campo destruidos por la violencia de la Revolución y la Cristiada. Sin embargo, la verdadera vida de Juan Rulfo está en su obra: el autor fue esencialmente un orfebre que permitió a la literatura remontarse a dimensiones inéditas para su época.

Novelista, cuentista, fotógrafo y editor, a Rulfo se le reconoce, sobre todo, por su volumen de cuentos El llano en llamas (1953) y su primera novela Pedro Páramo (1955). A partir de la aparición de estos títulos mantuvo un contacto frecuente con el cine; su segunda novela, El gallo de oro (1958), el cortometraje El despojo (1959) y su participación en el filme La fórmula secreta (1964) son producto de ello. Durante las dos últimas décadas de su vida, se encargó de editar en el Instituto Nacional Indigenista una de las colecciones de antropología contemporánea más importantes de México. En todas estas variadas manifestaciones puede comprobarse que el pensamiento y las actividades de Rulfo se movieron al centro de poderosos polos: la ficción y la historia, la tradición literaria escrita y las riquísimas vertientes orales, la imagen verbal y la imagen fotográfica, la vanguardia estética y la innovadora superación de esa misma vanguardia, la cultura cristiana y la sólida pervivencia de culturas indígenas en México y en América, la modernidad laica y la vitalidad de concepciones del mundo distintas, pero de ningún modo inferiores, la antropología y la realidad presente, la geografía rural y la vertiginosa mutación del paisaje urbano; pares de conceptos que para el autor fueron retos y estímulos, unas veces en franco contraste y otras en armonía.

Juan Rulfo falleció en la Ciudad de México el 7 de enero de 1986. Desde entonces, sigue siendo uno de los escritores mexicanos más leídos en su país y el extranjero; sus títulos han sido traducidos a decenas de idiomas y su obra –literaria y fotográfica– sigue siendo motivo de innumerables estudios, homenajes y reapropiaciones.