In Xóchitl in Cuícatl (1490). Diálogo de la poesía: Flor y canto. [Ms. Cantares Mexicanos, fol. 9v.- 11 v.]
Reunidos alrededor del palacio del señor Tecayehuatzin, de Huexotzinco, los varios príncipes poetas que hacen su aparición en este diálogo, expresan su propia interpretación acerca de lo que es el arte y la poesía, "flor y canto". El diálogo se abre con una invitación de Tecayehuatzin a los diversos poetas, seguida de un elogio del simbolismo de la "flor y el canto". Tecayehuatzin se pregunta desde un principio si la flor y canto será realmente lo único verdadero, lo único capaz de dar raíz al hombre en la tierra.
In Xóchitl in Cuícatl (1490)
DIALOGO DE LA POESIA: FLOR Y CANTO
[Ms. Cantares Mexicanos, fol. 9v.- 11 v.]
TECAYEHUATZIN
Invitación a los poetas
¿Dónde andabas, oh poeta?
Apréstese ya el florido tambor,
ceñido con plumas de quetzal,
entrelazadas con flores doradas.
Tú darás deleite a los nobles,
a los caballeros águilas y tigres.
Su llegada al lugar de la música
Bajó sin duda al lugar de los atabales,
alIí anda el poeta,
despliega sus cantos preciosos,
uno a uno los entrega al Dador de la vida.
"Flor y canto": el don del pájaro cascabel
Le responde el pájaro cascabel.
Anda cantando, ofrece flores. Nuestras flores ofrece.
Allá escucho sus voces,
en verdad al Dador de la vida responde,
responde el pájaro cascabel,
anda cantando, ofrece flores.
Nuestras flores ofrece.
La poesía del príncipe Ayocuan
Corno esmeraldas y plumas finas,
llueven tus palabras.
Así habla también Ayocuan Cuetzpaltzin,
que ciertamente conoce al Dador de la vida.
Así vino a hacerlo también
aquel famoso señor
que con ajorcas de quetzal y con perfumes,
deleitaba al único Dios.
"Flor y canto", único verdadero?
¿AlIá lo aprueba tal vez el Dador de la vida?
¿Es esto quizás lo único verdadero en la tierra?
Invitación y alabanza de los príncipes poetas.
Por un breve momento,
por el tiempo que sea,
he tomado en préstamo a los príncipes:
ajorcas, piedras preciosas.
Sólo con flores circundo a los nobles.
Con mis cantos los reúno
en el lugar de los atabales.
Aquí en Huexotzinco he convocado esta reunión.
Yo el señor Tecayehuatzin,
he reunido a los príncipes:
piedras preciosas, plumajes de quetzal.
Sólo con flores circundo a los nobles.
AYOCUAN
Respuesta de Ayocuan. El origen de la "flor y el canto".
Elogio de Tecayehulltzin y de la amistad.
Del interior del cielo vienen
las bellas flores, los bellos cantos
Los afea nuestro anhelo,
nuestra inventiva los echa a perder,
a no ser los del príncipe chichimeca Tecayehuatzin.
¡Con los de él, alegraos!
La amistad es lluvia de flores preciosas.
Blancas vedijas de plumas de garza,
se entrelazan con preciosas flores rojas:
en las ramas de los árboles,
bajo ellas andan y !iban
los señores y los nobles.
Las flores y los cantos de los príncipes, ¿hablan acaso al Dador de la vida?
Vuestro hermoso canto:
un dorado pájaro cascabel,
lo eleváis muy hermoso.
Estáis en un cercado de flores.
Sobre las ramas floridas cantáis.
¿Eres tú acaso, un ave preciosa del Dador de la vida?
¿Acaso tú al dios has hablado?
Habéis visto la aurora,
y os habéis puesto a cantar.
Anhelo de hallar flores y cantos.
Esfuércese, quiera las flores del escudo,
las flores del Dador de la vida.
¿Qué podrá hacer mi corazón?
En vano hemos llegado,
en vano hemos brotado en la tierra.
"Flor y canto": recuerdo del hombre en la tierra.
¿Sólo así he de irme
como las flores que perecieron?
¿Nada quedará en mi nombre?
¿Nada de mi fama aquí en la tierra?
¡Al menos flores, al menos cantos!
¿Qué podrá hacer mi corazón?
En vano hemos llegado,
en vano hemos brotado en la tierra.
Las "flores y cantos" perduran también con el Dador de la vida
Gocemos, oh amigos,
haya abrazos aquí.
Ahora andamos sobre la tierra florida.
Nadie hará terminar aquí
las flores y los cantos,
ellos perduran en la casa del Dador de la vida.
Expresión de duda: aquí es la "región del momento fugaz",
¿Cómo es en el más allá?
Aquí en la tierra es la región del momento fugaz.
¿También es así en el lugar
donde de algún modo se vive?
¿Allá se alegra uno?
¿Hay allá amistad?
¿O sólo aquí en la tierra
hemos venido a conocer nuestros rostros?
AQUIAUHTZIN
La respuesta de Aquiauhtzin
Por allá he oído un canto,
lo estoy escuchando,
toca su flauta,
sartal de flores,
el Rey Ayocuan. Ya te responde,
ya te contesta,
desde el interior de las flores Aquiauhtzin,
señor de Ayapanco.
La búsqueda del Dador de la vida.
¿Dónde vives, oh mi dios,
Dador de la vida?
Yo a ti te busco.
Algunas veces, yo poeta
por ti estoy triste,
aunque sólo procuro alegrarte.
Desde la región de las flores y las pinturas se busca al Dador de la vida
Aquí donde llueven
las blancas flores,
las blancas flores preciosas,
en medio de la primavera,
en la casa de las pinturas,
yo sólo procuro alegrarte.
Todos aguardan la palabra del Dador de la vida.
¡Oh. vosotros que de allá de Tlaxcala,
habéis venido a cantar al son de brillantes timbales,
en el lugar de los atabales!
Flores fragantes:
el señor Xicoténcatl de Tizatlan.
Camazochitzin, quienes se alegran con cantos y flores,
aguardan la palabra del dios.
Invocación insistente al Dador de la vida
En todas partes está tu casa
Dador de la vida.
La estera de flores.
tejida con flores por mí.
Sobre elIa te invocan los príncipes.
El pájaro cascabel, símbolo del Dador de la vida, aparece cantando.
Con su venida llueven las flores
Los variados árboles floridos se yerguen
en el lugar de los atabales.
Tú estás allí:
Con plumas finas entreveradas,
hermosas flores se esparcen.
Sobre la estera de la serpiente preciosa.
anda el pájaro cascabel.
anda cantando,
sólo le responde al señor,
alegra a águilas y tigres.
Ya llovieron las flores,
¡comience el baile, oh amigos nuestros,
en el lugar de los atabales!
Nueva pregunta.
¿A quién se espera aquí?
Se aflige nuestro corazón.
El Dador de la vida se hace presente en las flores y los cantos.
Sólo el dios,
escucha ya aquí,
ha bajado del interior del cielo,
viene cantando.
Ya le responden los príncipes,
que llegaron a tañer sus flautas.
CUAUHTENCOZTLI
Yo Cuauhténcoz, aquí estoy sufriendo.
Con la tristeza he adornado
mi florido tambor.
Las preguntas sobre la verdad de los hombres y los cantos
¿Son acaso verdaderos los hombres?
¿Mañana será aún verdadero nuestro canto?
¿Qué está por ventura en pie?
¿Qué es lo que viene a salir bien?
Aquí vivimos, aquí estamos,
pero somos indigentes, oh amigo.
Si te llevara allá,
allí sí estarías en pie.
MOTENEHUATZIN
Motenehuatzin toma la palabra.
Sólo he venido a cantar.
¿Qué decís, oh amigos?
¿De qué habláis aquí?
Aquí está el patio florido,
a él viene,
oh príncipes, el hacedor de cascabeles,
con llanto, viene a cantar,
en medio de la primavera.
Flores desiguales,
cantos desiguales,
en mi casa todo es padecer.
Flores y cantos: lo que ahuyenta la tristeza.
En verdad apenas vivimos,
amargados por la tristeza.
Con mis cantos,
como plumas de quetza1 entretejo a la nobleza,
a los señores, a los que mandan, yo, Motenehuatzin.
Oh Telpolóhuatl, oh príncipe Telpolóhuatl,
todos vivimos,
todos andamos en medio de la primavera.
Flores desiguales, cantos desiguales,
en mi casa todo es padecer.
También él, Motenehuatzin, ha oído un canto inspirado.
He escuchado un canto,
he visto en las aguas floridas
al que anda allí en la primavera,
al que dialoga con la aurora,
al ave de fuego, al pájaro de las milpas,
al pájaro rojo: al príncipe' Monencauhtzin.
TECAYEHUATZIN
De nuevo Tecayehuatzin exhorta a todos a alegrarse.
Amigos míos, los que estáis allí,
los que estáis dentro de la casa florida,
del pájaro de fuego enviado por el dios.
Venid a tomar el penacho de quetzal,
que vea yo
a quienes hacen reír a las flautas preciosas.
a quienes están dialogando con tamboriles floridos:
Los príncipes, los señores,
que hacen sonar, que resuenan,
los tamboriles con incrustaciones de turquesa,
en el interior de la casa de las flores.
Escuchad,
canta.
parla en las ramas del árbol con flores,
oíd cómo sacude su florido cascabel dorado.
el ave preciosa de las sonajas:
el príncipe Monencauhtzin.
Con su abanico dorado
anda abriendo sus alas.
y revolotea entre los atabales floridos.
MONENCAUHTZIN
Flor y canto: riqueza y alegría de los príncipes.
Brotan, brotan las flores.
abren sus corolas las flores.
ante el rostro del Dador de la vida.
Él te responde.
El ave preciosa del dios.
al que tú buscaste.
Cuántos se han enriquecido con tus cantos, tú los has alegrado.
¡Las flores se mueven!
Por todas partes ando.
por doquiera converso yo poeta.
Han llovido olorosas flores preciosas
en el patio enflorado,
dentro de la casa de las mariposas.
XAYACÁMACH
Flor y canto: modo de embriagarlos corazones.
Todos de allá han venido,
de donde están en pie las flores.
Las flores que trastornan a la gente,
las flores que hacen girar los corazones.
Han venido a esparcirse,
han venido a hacer llover
guirnaldas de flores,
flores que embriagan.
¿Quién está
sobre la estera de flores?
Ciertamente aquí es tu casa,
en medio de las pinturas,
habla Xayacámach.
Se embriaga con el corazón de la flor del cacao.
Resuena un hermoso canto,
eleva su canto Tlapalteuccitzin.
Hermosas son sus flores,
se estremecen las flores,
las flores del cacao.
TLAPALTEUCCITZIN
Salutación del recién llegado.
Oh amigos, a vosotros os ando buscando.
Recorro los campos floridos
y al fin aquí estáis.
¡Alegraos,
narrad vuestras historias!
Oh amigos, ha llegado vuestro amigo.
También quiere hablar acerca de las flores.
¿Acaso entre flores
vengo a introducir
la flor del cadillo y del muicle,
las flores menos bellas?
¿Acaso soy también invitado,
yo menesteroso, oh amigos?
Descripción de s/ mismo: "cantor de flores".
¿Yo quién soy?
Volando me vivo,
compongo un himno,
canto las flores;
mariposas de canto.
Surjan de mi interior,
saboréelas mi corazón.
Llego junto a la gente,
he bajado yo, ave de la primavera,
sobre la tierra extiendo mis alas,
en el lugar de los atabales floridos.
Sobre la tierra se levanta, brota mi canto.
Su origen y su vida: flores y cantos.
Aquí, oh amigos, repito mis cantos
Yo entre cantos he brotado.
Aún se componen cantos.
Con cuerdas de oro ato
mi ánfora preciosa.
Yo que soy vuestro pobre amigo.
Sólo atisbo las flores, yo amigo vuestro,
el brotar de las flores matizadas.
Con flores de colores he techado mi cabaña. Con eso me alegro,
muchas son las sementeras del dios.
Invitación a alegrarse.
¡Haya alegría!
Si de veras te alegraras
en el lugar de las flores,
tú, ataviado con collares, señor Tecayehuatzin.
La vida: experiencia única.
¿Acaso de nuevo volveremos a la vida?
Así lo sabe tu corazón:
Sólo una vez hemos venido a vivir.
Respuesta: flores y cantos deleitan al hombre y acercan al Dador de la vida.
He llegado
a los brazos del árbol florido,
yo florido colibrí,
con aroma de flores me deleito,
con ellas mis labios endulzo,
Oh, Dador de la vida,
con flores eres invocado.
Nos humillamos aquí,
te damos deleite
en el lugar de los floridos atabales,
¡señor Atecpanécatl!
Allí guarda el tamboril,
lo guarda en la casa de la primavera,
allí te esperan tus amigos,
Yaomanatzin, Micohuatzin, Ayocuatzin.
Ya con flores suspiran los príncipes.
AYOCUAN
Alabanza de Huexotzinco: no es una ciudad guerrera.
Asediada, odiada
sería la ciudad de Huexotzinco,
si estuviera rodeada de dardos,
Huexotzinco circundada de espinosas flechas.
Huexotzinco, casa de timbales y cantos, casa del Dador de la vida.
El timbal, la concha de tortuga
repercuten en tu casa,
permanecen en Huexotzinco.
Allí vigila Tecayehuatzin,
el señor Quecéhuatl,
allí tañe la flauta, canta,
en su casa de Huexotzinco.
Escuchad:
hacia acá baja nuestro padre el dios.
Aquí está su casa,
donde se encuentra el tamboríl de los tigres,
donde han quedado prendidos los cantos
al son de los timbales.
Las casas de pinturas donde mora el Dador de la vida.
Como si fueran flores,
allí se despliegan los mantos de quetzal
en la casa de las pinturas.
Así se venera en la tierra y el monte,
así se venera al único dios.
Corno dardos floridos e ígneos
se levantan tus casas preciosas.
Mi casa dorada de las pinturas,
¡también es tu casa, único dios!
TECAYEHUATZIN
La primavera llega y se va.
"El sueño de una palabra ilumina”: son verdaderos nuestros amigos.
y ahora, oh amigos,
oíd el sueño de una palabra:
Cada primavera nos hace vivir,
la dorada mazorca nos refrigera,
la mazorca rojiza se nos torna un collar.
"¡Sabemos que son verdaderos
los corazones de nuestros amigos!
Miguel León-Portilla (Ciudad de México, 1926), maestro emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, es el mayor conocedor de la cultura náhuatl, “leyenda viva”, como lo nombrara la Biblioteca del Congreso de Washington en 2013. Es miembro de la Academia Mexicana de la Historia y de El Colegio Nacional, así como de la Academia Cubana de la Lengua, entre otras asociaciones. Ha recibido el doctorado Honoris causa por más de quince universidades del mundo. Se le han otorgado numerosas distinciones, como el Premio Nacional de Ciencias Sociales, Historia y Filosofía (1981), la Medalla Belisario Domínguez (1995), la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio (1999), el Premio Internacional Menéndez Pelayo (2001), el Reconocimiento al Mérito Universitario (2007) y la Medalla Fray Bernardino de Sahagún (2014). Entre sus obras destacan Visión de los vencidos (1959, 2007, traducida a más de quince idiomas y reimpresa en innumerables ocasiones), la edición en tres volúmenes de los Cantares Mexicanos (2011), Toltecáyotl, aspectos de la cultura náhuatl (2014) y Quince poetas del mundo náhuatl (2015).