Poesía

Gonzalo Rojas (Chile): Por César Vallejo

 

 

 

 

Este poema se publica a propósito de la serie de ensayos que organiza el poeta Víctor Coral (Perú) para la Revista Literaria Taller Igitur, el cual aparece citado en el ensayo En la cumbre del oxígeno hermoso: acercamientos a César Vallejo, de Marco Antonio Murillo, que nuestro lector puede leer en el siguiente enlace:

 

 

 

En la cumbre del oxígeno hermoso: acercamientos a César Vallejo. Por Marco Antonio Murillo

 

 

 

 

 

Gonzalo Rojas (1916-2011)

 

 

 

Por Vallejo

 

Ya todo estaba escrito cuando Vallejo dijo: —Todavía.

Y le arrancó esta pluma al viejo cóndor

del énfasis. El tiempo es todavía,

la rosa es todavía y aunque pase el verano, y las estrellas

de todos los veranos, el hombre es todavía.

 

Nada pasó. Pero alguien que se llamaba César en peruano

y en piedra más que piedra, dio en la cumbre

del oxígeno hermoso. Las raíces

lo siguieron sangrientas cada día más lúcido. Lo fueron

secando, y ni París pudo salvarle el hueso ni el martirio.

 

Ninguno fue tan hondo por las médulas vivas del origen

ni nos habló en la música que decimos América

porque éste únicamente sacó el ser de la piedra más oscura

cuando nos vio la suerte debajo de las olas

en el vacío de la mano.

 

Cada cual su Vallejo doloroso y gozoso.

No en París

donde lloré por su alma, no en la nube violenta

que me dio a diez mil metros la certeza terrestre de su rostro

sobre la nieve libre, sino en esto

de respirar la espina mortal, estoy seguro

del que baja y me dice: —Todavía.

 

 

 

 

Gonzalo Rojas Pizarro (Lebu (Chile), 20 de diciembre de 1916 - Santiago (Chile), 25 de abril de 2011). Poeta y profesor chileno. En 1936 colabora en el periódico El Tarapacá (Iquique), donde publica sus poemas y un ensayo sobre el escritor español Ramón María del Valle Inclán. Durante sus estudios en Concepción funda la revista Letras en el Liceo de Hombres. Estudia Derecho en la Universidad de Chile y, más tarde, se matricula en el Instituto Pedagógico de la misma Universidad. Posteriormente, trabaja en el Instituto Barros Arana y en las minas de Atacama, donde se dedica a la alfabetización de los trabajadores. Se incorpora como jefe de redacción en la revista Antártica de Santiago de Chile y en 1938 ingresa en el grupo “La Mandrágora”, de tendencia surrealista. Dirige la Sociedad de Escritores de Chile (SECH) y su revista, Alerce. Durante estos años participa activamente en el quehacer literario, de la que posteriormente, recibe en Chile el nombre de la Generación del 38.

En 1952 pasa a formar parte de la Universidad de Concepción en las cátedras de Literatura Chilena y de Teoría Literaria del Departamento de Español, donde imparte clases hasta 1970; ese año Salvador Allende, presidente de la República, le nombra Consejero Cultural en China. En 1955 funda las Escuelas de Temporada de la Universidad de Concepción, y en los años siguientes lleva estas actividades también a otras provincias chilenas, abriendo así la universidad al pueblo. Tras el golpe de estado de Pinochet se exilia en 1973, primero a Alemania Oriental y, más tarde, a la antigua Unión Soviética. En 1974 fija su residencia en Caracas, donde imparte clases en la Universidad Simón Bolívar y en el Centro Rómulo Gallegos. En 1979 regresa a Chile gracias a una beca Guggenheim y da conferencias en diversas universidades americanas; un año después graba sus poemas en la Biblioteca del Congreso en Washington.

En 2002 es nombrado académico de honor de la Academia Chilena de la Lengua. Miembro del Instituto de Literatura Latinoamericana de Pittsburg, su obra ha sido traducida a varios idiomas y su nombre aparece en gran parte de las antologías literarias del mundo, también en la Biblioteca del Instituto Cervantes de Bremen, que es denominada así el 6 de octubre de 2005.

 

 

 

 

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