Gioconda Belli (Managua, Nicaragua, 1948). Ganadora del XXX Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma
Gioconda Belli Gioconda Belli Pereira (Managua, Nicaragua, 1948)
ganadora del XXX Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma
Selección y semblanza por Juan Esquivel
PETICIÓN
Vestime de amor
que estoy desnuda;
que estoy como ciudad
—deshabitada—
sorda de ruidos,
tiritando de trinos,
reseca hoja quebradiza de marzo.
Rodeame de gozo
que no nací para estar triste
y la tristeza me queda floja
como ropa que no me pertenece.
Quiero encenderme de nuevo
olvidarme del sabor salado de las lágrimas
—los huecos en los lirios,
la golondrina muerta en el balcón—.
Volver a refrescarme de brisa risa,
reventada ola
mar sobre las peñas de mi infancia,
astro en las manos,
linterna eterna del camino hacia el espejo
donde volver a mirarme
de cuerpo entero,
protegida,
tomada de la mano,
de la luz,
de grama verde y volcanes;
lleno mi pelo de gorriones,
dedos reventando en mariposas,
el aire enredado en mis dientes,
retornando a su orden
de universo habitado por centauros.
Vestime de amor
que estoy desnuda.
COMO TINAJA
En los días buenos,
de lluvia,
los días en que nos quisimos
totalmente,
en que nos fuimos abriendo
el uno al otro
como cuevas secretas;
en esos días, amor,
mi cuerpo como tinaja
recogió toda el agua tierna
que derramaste sobre mí
y ahora,
en estos días secos
en que tu ausencia duele
y agrieta la piel,
el agua sale de mis ojos
llena de tu recuerdo
a refrescar la aridez de mi cuerpo
tan vacío y tan lleno de vos.
DANDO EL PECHO
Al cogerla tengo que tener cuidado.
Es como tratar de cargar un montoncito de agua
sin que se derrame.
Me siento en la mecedora
la acuno,
y al primer quejido,
empiezo a dar leche como vaca tranquila.
Ella vuelve a ser mía,
pegadita a mí,
dependiendo de mí
como cuando sólo yo la conocía
y vivía en mi vientre.
DEL DIARIO DE ARIADNA
Me lanzaron al laberinto de Creta
porque me sabían enamorada del Minotauro
y estoy atrapada en una cueva
en un resquicio donde él no puede verme.
Minos está tan cerca
que hasta puedo oír su respiración.
No me busca sabiéndome prisionera
del cuidadoso acertijo que urdió para apresarme.
Lo conozco y asimismo lo descomprendo,
lo amo y unísonamente lo odio;
su tormenta de sonidos me mantiene insomne las
noches.
Veo la luz de la entrada
quisiera salir,
enseñarte Teseo el punto débil
pero temo, aguardo,
aquí en esta cueva del tiempo,
invisible, transparente,
sospechosamente calculando
cómo salvarlo de vos Teseo,
que me llamás: ¡Ariadna! ¡Ariadna!
para que te entregue el hilo brillante
conque lo sacarás para siempre
de este laberinto de mi vida.
¿QUÉ SOS NICARAGUA?
¿Qué sos
sino un triangulito de tierra
perdido en la mitad del mundo?
¿Qué sos
sino un vuelo de pájaros
guardabarrancos
cenzontles
colibríes?
¿Qué sos
sino un ruido de ríos
llevándose las piedras pulidas y brillantes
dejando pisadas de agua por los montes?
¿Qué sos
sino pechos de mujer hechos de tierra,
lisos, puntudos y amenazantes?
¿Qué sos
sino cantar de hojas en árboles gigantes,
verdes, enmarañados y llenos de palomas?
¿Qué sos
sino dolor y polvo y gritos en la tarde,
—“gritos de mujeres, como de parto”—?
¿Qué sos
sino puño crispado y bala en boca?
¿Qué sos, Nicaragua,
para dolerme tanto?
LUCIÉRNAGAS
A las cinco de la tarde
Cuando el resplandor se queda sin brillo
Y el jardín se sumerge en el último hervor dorado del día
Oigo el grupo bullicioso de niños
Que salen a cazar luciérnagas.
Corriendo sobre el pasto
Se dispersan entre los arbustos,
Gritan su excitación, palpan su deslumbre
Se arma un círculo alrededor de la pequeña
Que muestra la encendida cuenca de sus manos
Titilando.
Antiguo oficio humano
Éste de querer apagar la luz.
¿Te acordás de la última vez que creímos poder iluminar
la noche?
El tiempo nos ha vaciado de fulgor.
Pero la oscuridad
Sigue poblada de luciérnagas.
Gioconda Belli Pereira (Managua, Nicaragua, 9 de diciembre de 1948) poeta y novelista, publicó su primer poemario, Sobre la grama, en 1972. A éste le han seguido más de una veintena y con ellos numerosos premios y reconocimientos, como el Premio Casa de las Américas, el Premio de Poesía Generación del 27, la Orden de las Artes y las Letras de Francia.
Su padre fue Humberto Belli, empresario, y su madre Gloria Pereira, fundadora del Teatro Experimental de Managua. Gioconda se educó en el Colegio de La Anunciación en Managua, pero después viajó a España y más tarde a Estados Unidos, donde hizo estudios profesionales en periodismo y publicidad; en ese país ha vivido buena parte de su vida, hasta que en 2013 decide establecerse de forma definitiva en Nicaragua.
En su obra, el cuerpo y la sexualidad, en especial la femenina, siempre están presentes. Otra vertiente de su trabajo, quizás la más celebrada, ha sido su profunda conciencia política. Militante del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), luchó contra la dictadura somocista para después trabajar por varios años en la gestión de la Revolución Popular Sandinista, de la cual acabaría desilusionada —como tantos otros escritores nicaragüenses (Ernesto Cardenal, Sergio Ramírez)— al mirar el rumbo autoritario del gobierno de Daniel Ortega.
Pero más que el compromiso político son la sensualidad, la ternura y desde luego la inteligencia los principales pilares de su poesía, “razón emocionada”. En esta selección es esto lo que nos interesa. Decía Paz que el erotismo es una poética corporal y la poesía una erótica verbal. Esta relación entre erotismo y poesía es una constancia en el lenguaje de nuestra querida Gioconda Belli y ésta misma es la que le ha hecho ganar, hace sólo unos días, el XXX Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma.