Francesca Bottari (Italia). Traducción de Antonio Nazzaro
Francesca Bottari (Italia)
Traducción de Antonio Nazzaro.
Revisión de la traducción: Elizabeth Uribe Pérez
Todos los poemas son inéditos
Censo cósmico
Quisiera hacer
un censo cósmico
de tu cuerpo. Contar las estrellas
sobre tu piel, los ríos
que nacen y luego desembocan
en tu corazón, las venas
todas las arterias
y las galaxias que tienes en los ojos,
quisiera reunir a los ángeles de tu carne
hacerlos cantar
como cuando ríes,
cuando llegas. Lugo quisiera
contar las espirales
que remontan tu espina
dorsal. Escuchar tu ritmo, quisiera
dibujar el mapa espacial
de tu rostro: La Vía Láctea, tu sonrisa
los planetas,
los agujeros negros, donde
cuando te beso me pierdo. Pero más que todo
yo quisiera
ponerme en el bolsillo una célula tuya
y cuando haya sol
mirarla
a contraluz
para ver los colores del cosmos
y la naturaleza
del Universo.
Abuela
Te despiertas con el café, negro e hirviente
y la pastilla para digerir
la espera que aquella mínima compra
te acompaña de la mano hasta la hora del almuerzo.
Tu índice artrítico
examina la cocción de la parmigiana
y el tomate oleoso en círculos amarillos se derrama
desde la esquina negra de la bandeja
recién deshornada.
Te sientas en la cocina
estrecha entre el olor del embutido de ayer
y el sillón
de siempre.
El cigarrillo apenas apagado
flota aún en el aire
como una coliflor.
La televisión te espera
en el reflejo del sol que golpea la vitrina
empolvada
y aquella flor de nieve
colocada junto a la foto
del abuelo.
Carta a la muerte
Querida muerte,
cuando esté dentro del último respiro
te pido extenderme una mano.
No lograré verte, tendré miedo
dentro de un vacío lleno de luz.
Cuando esté allí, sujétame
luego espárceme en el viento
y ponme en el lugar del silencio
que sube desde un lago. Hazme río
y cuando sea mar
vuélveme inaprensible
como en el agua la sal. Luego
si me queda
tiempo, concédeme un letargo
en el centro de la tierra
y despiértame sentada
sobre cada estrella. Y solo entonces
reordéname
en tres leños de madera
dentro de una chimenea.
Calentaré una sala de estar
luego para siempre desapareceré:
nube de humo
disuelta en el día.
La vida en una flor
La revolución hoy es percatarse, de la vida en una flor. Está en el garbo de un gato que sentado mira algo que una persona no ve. Está en la gentileza, sin conveniencia. Es hacer encajar una palabra cortés en la brevedad de un mensaje. Es tomarse el tiempo para pensar, orar, sonreír. Y cuando se necesita, para sufrir. Es realizar, más que esperar. La revolución hoy es rendir homenaje tanto a la luna como al sol, saber que las sombras existen, no para ser mal etiquetadas, sino para acompañar la propia luz. La revolución está en el mes de mayo, en el grito de agosto y en los fantasmas de noviembre. Es la plegaria silenciosa de la nieve. Es volverse testigos del matrimonio entre mares y ríos, montes y valles. La verdadera revolución hoy es maravillarse con la majestuosidad de un sauce y reconocer la misma fuerza, en una brizna de hierba. Es saber que “el amor” es relación, y “el amar” está en el movimiento del dar. La revolución es comprender que no está la belleza para salvar el mundo, sino el hombre, percatándose de ella.
Glicina
Debo estar loca:
me acerco a cada glicina
lo olfateo, lo miro.
Es mi amante, sí
debo estar loca:
me emociono al tocarlo
a lo largo del camino
que cada vez alargo
para ver
florecido a otro.
Censimento cosmico
Vorrei fare
un censimento cosmico
del tuo corpo. Contare le stelle
sulla tua pelle, i fiumi
che nascono e poi sfociano
nel tuo cuore, le vene
tutte le arterie
e le galassie che hai negli occhi,
vorrei radunare gli angeli della tua carne
farli cantare
come quando ridi,
quando vieni. Poi vorrei
contare le spirali
che risalgono la tua spina
dorsale. Ascoltare il tuo ritmo, vorrei
disegnare la mappa spaziale
del tuo viso: la Via Lattea, il tuo sorriso
i pianeti,
i buchi neri, dove
quando ti bacio mi perdo. Ma più di tutto
io vorrei
mettermi in tasca una tua cellula
e quando c’è il sole
guardarla
in controluce
per vedere i colori del cosmo
e la natura
dell’Universo.
Nonna
Ti svegli con il caffè, nero e bollente
e la pastiglia per digerire
l’attesa che quella minima spesa
ti accompagna per mano fino all’ora di pranzo.
Il tuo indice artritico
tasta la cottura della parmigiana
e il pomodoro oleoso a cerchi gialli fuoriesce
dall’angolo nero della teglia
appena sfornata.
Siedi in cucina
stretta fra l’odore del cotechino di ieri
e il divano
di sempre.
La sigaretta appena spenta
aleggia ancora nell’aria
come un cavolfiore.
La televisione ti aspetta
nel riflesso del sole che colpisce la vetrina
impolverata
e quella stella alpina
posata accanto alla foto
del nonno.
Lettera alla morte
Cara morte,
quando sarò dentro l’ultimo respiro
ti chiedo di allungarmi una mano.
Non riuscirò a vederti, avrò paura
dentro un vuoto pieno di luce.
Quando sarò lì, afferrami
poi sparpagliami nel vento
e mettimi al posto del silenzio
che sale da un lago. Fammi fiume
e quando sarò mare
rendimi inafferrabile
come nell’acqua il sale. Poi
se mi rimarrà
tempo, concedimi un letargo
al centro della terra
e risvegliami seduta
sopra ogni stella. E solo allora
riordinami
in tre ciocchi di legno
dentro un caminetto.
Scalderò un soggiorno
poi per sempre sparirò:
nube di fumo
dissolta nel giorno.
La vita in un fiore
La rivoluzione oggi è accorgersi, della vita in un fiore. È nel garbo di un gatto che seduto guarda qualcosa che una persona non vede. È nella gentilezza, senza convenienza. È far rientrare una parola cortese nella brevità di un messaggio. È prendersi il tempo per pensare, pregare, sorridere. E quando serve, per soffrire. È realizzare, più che sperare. La rivoluzione oggi è omaggiare la luna quanto il sole, sapere che le ombre esistono, non per essere etichettate male, ma per accompagnare la propria luce. La rivoluzione è nel mese di maggio, nel grido di agosto e nei fantasmi di novembre. È la preghiera silenziosa della neve. È diventare testimoni del matrimonio fra mari e fiumi, monti e vallate. La vera rivoluzione oggi è stupirsi della maestosità di un salice e riconoscere la stessa forza, in un filo d’erba. È sapere che “l’amore” è relazione, e “l’amare” è nel movimento di dare. La rivoluzione è comprendere che non è la bellezza a salvare il mondo, ma l’uomo, accorgendosi di essa.
Glicine
Devo essere pazza:
mi avvicino a ogni glicine
lo annuso, lo guardo.
È il mio amante, sì
devo essere pazza:
mi emoziono a toccarlo
lungo la strada
che ogni volta allungo
pur di vederne
fiorito un altro.
Francesca Bottari. Nací en Cles el 15 de septiembre de 1984 y nunca ha habido nada diferente para mí entre cepillarme los dientes o escribir poesía. Ambas son dos necesidades para vivir mejor. Después de graduarme en Idiomas e Instituciones Jurídicas Económicas de Asia Oriental en Venecia, viví en China y otros países. En el pasado me dediqué al periodismo y a los reportajes. Hoy vivo en Bassano del Grappa, donde cada día me entreno para vivir mejor escribiendo poesía. www.francescabottari.it
Sono nata a Cles il 15 settembre 1984 e non c’è mai stato nulla di diverso, per me, nel lavarmi i denti o scrivere poesia. Sono entrambi due bisogni per vivere meglio. Dopo essermi laureata in Lingue e Istituzioni Giuridiche Economiche dell’Asia Orientale a Venezia, ho vissuto in Cina e in altre nazioni. In passato mi sono occupata di giornalismo e di inchieste. Oggi vivo a Bassano del Grappa, dove ogni giorno mi alleno a vivere meglio scrivendo poesia. www.francescabottari.it
Antonio Nazzaro (Turín, Italia, 1963). Periodista, poeta, traductor, video artista y mediador cultural. Fundador y coordinador del Centro Cultural Tina Modotti. Colabora con las revistas italianas Atelier, Fuori/Asse y Crackers y latinoamericanas PoÆrea (Chile), Ablucionistas (México) y Taller Igitur (México). Director de la colección de poesía latinoamericana Territorio d’Incontro por Edizioni Arcoiris (Italia), de la colección de poesía italiana Territorio de Encuentro por Uniediciones (Colombia) con el patrocinio del Instituto Italiano de Cultura de Bogotá, y de la colección de poesía Stanze por Edizioni Carpa Koi (Italia). Ha realizado publicaciones bilingües en italiano y español de los libros Olor a, Turín Caracas sin retorno (Edizioni Arcoiris, Italia, 2015) y Appunti dal Venezuela. 2017: vivere nelle proteste (Edizioni Arcoiris, Italia, 2017) así como de los poemarios Amor migrante y el último cigarrillo (RiL Editores, Chile/Arcoiris, Italia, 2018) y Cuerpos humeantes (Uniediciones, Colombia, 2019). En la India recibió en el Naji Naaman literary prizes 2019 el premio por la mejor obra social con el libro Appunti dal Venezuela. 2017: vivere nelle proteste. Solo entre 2020 y 2022 ha traducido los poemarios: Fárrago de Marco Amore (Uniediciones, Colombia/Samuele Editore, Italia, 2020); Olimpia de Luigia Sorrentino (Ril Editores, Chile, 2020); Estaciones Remotas de Stefano Simoncelli (Carpa Koi, Italia/Uniediciones, Colombia, 2021); Casa de los huesos de Prisca Agustoni (Pro Helvetia, Suiza/Ril Editores, Chile, 2021); Poemas de la oscuridad de Giuseppe Nibali (Uniediciones Sello Editorial, Colombia, en coedición con Carpa Koi, Italia, 2022); Dino Campana Suramericano, Cantos Órficos y otros poemas de Dino Campana (Abisinia Editorial, Argentina, 2022).