Poesía

Fernando de Herrera (Sevilla, 1534-1597)

 

 

 

Fernando de Herrera (Sevilla, 1534-1597)

 

 

Serena Luz, en quien presente espira

divino amor, qu'enciende i junto enfrena

el noble pecho, qu'en mortal cadena

al alto Olimpo leyantars' aspira;

 

ricos cercos dorados, do se mira

tesoro celestial d'eterna vena,

armonía d'angélica Sirena,

qu'entre las perlas i el coral respira:

 

¿cuál nueva maravilla, cuál exemplo

de la inmortal grandeza nos descubre

aquessa sombra del hermoso velo?

 

Que yo en essa belleza que contemplo

(aunque a mi Daca vista ofende i cubre)

la inmensa busco, i voi siguiendo al cielo.

 

 

 

Fernando de Herrera (Sevilla, 1534-1597). Su padre fue hidalgo de pocos bienes, y el futuro poeta se educó a las órdenes del maestro Pedro Fernández de Castilleja sin obtener título académico alguno. Fue amigo del humanista Juan de Mal Lara, con quien compartió la ambición de saber enciclopédico, característica del hombre del Renacimiento. Herrera cursó estudios eclesiásticos y recibióórdenes menores. Tenía una pasión por la libertad absoluta. Era un espíritu refinado que no se abría fácilmente a la intimidad, era enemigo de favores, fue severo en sus costumbres y amaba la soledad y el silencio. Sintió una pasión intensa por la Condesa de Gelves, Doña Leonor de Millán, esposa de Don Álvaro Colón y Portugal, segundo Conde de Gelves y biznieto del Descubridor, quien fijó su residencia en Sevilla en 1559. Toda la lírica amorosa de Herrera gira en torno a este amor. Jamás descubre en su poesía el nombre de la mujer amada, a la que celebra por medio de varios epítetos: Luz, Estrella, Lumbre, Lucero, Sirena, Aglaya y Eliodora. El pintor Francisco Pacheco, en su Libro de retratos mencionó el nombre de su amada en un elogio a Herrera. Después de la muerte de la Condesa en 1581, Herrera renunció totalmente a la poesía y trabajó tan sólo en obras de preceptiva literaria y de historia. Fernando de Herrera fue un gran perfeccionista del verso; ingenió una ortografía más ajustada al sonido de las palabras y una puntuación especial para señalar las pausas de la elocución, los hiatos, las sinéresis y las dialefas. Pulía y corregía sus trabajos escrupulosamente en busca de una perfección que nunca le parecía lograda; modificaba una y otra vez sus composiciones y llegaba hasta a rehacer por completo una obra entera si no le satisfacía. En su poesía hay elementos que anticipan el Barroco: énfasis, grandilocuencia, cultismos latinizantes, suntuosidad, opulencia verbal, complicación sintáctica, acumulación y brillantez de metáforas. Se ha perdido también un Arte poética citada por Francisco de Medina en el prólogo a las Anotaciones, y una Historia general de España citada por Francisco de Rioja y Rodrigo Caro. En 1592 se publicó Tomás Moro, una biografía del santo inglés escrita por él que al parecer es un fragmento de la Historia de las cosas más notables que han sucedido en el mundo.

 

 

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