Diótima. Encuentro Nacional de Poesía: Poemas de Sergio Mondragón

 

 

Presentamos la serie Diótima en la cual publicamos algunos poemas de Sergio Mondragón invitado al Segundo Encuentro Nacional de Poesía a realizarse los días viernes 17, sábado 18 y domingo 19 de mayo en la Biblioteca General del H. Congreso de la Unión, en el Centro Cultural de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y en el Museo Nacional de las Culturas del mundo, respectivamente.

 

 

 

 

POEMAS DE SERGIO MONDRAGÓN

 

 

 

Tarde con lluvias

                                                           Para Evodio Escalante

 

Déjame tocar este alto sax que acaba de caer

veré de, apretándole la garganta,

hacerle contar del 1 al 10

y decirme de cuál pie cojea mi día

de qué llave sale ese drop drop de frac y gabardina

que taladra la tesura de estos días de abril

el dorado color de esta primavera

y el olor de los brotes verdes y frescos

en todos los árboles de mi ciudad

(y que no me deja ver con ojos renovados

la alegría de la fiesta que se avecina

el color de esas norias que habitan junto al río

ni el espectáculo que nos prepara el cordero de Aries

en las fibras veteadas de un futuro cercano

de un presente que arde

como este alto sax que acaba de desaparecer

entre los pliegues de esta tarde con lluvias)

 

 

 

Heptasílabo eterno

 

Ya se apagan las luces

ya se acuestan los cuerpos

ya se acerca lo Obscuro

con su carga de sueño.

Ya los párpados pesan

ya se prenden las luces

de los teatros malditos;

las carcomidas tablas

de escenarios antiguos

abren grietas horrendas

a la negrura espesa

ah Sueño que eres vida

tómame de la mano

llévame a tu morada;

déjame ver el rostro

deslumbrante y obscuro

de tu plácido espanto.

 

 

 

¿Qué es?

 

No es la oculta ribera de los meses ni el desolado cora-

zón batiendo ni el silencioso rumor de blancas aguas,

no es la cabeza de piedra en la curva del río ni el pájaro

muerto ni el rumor de la hierba ni el canto del viento

entre las rocas

no es imagen ni sentimiento, no es el movedizo pensa-

miento, no es motivación o cálculo ni razón ardiente ni

pez todavía vivo y palpitante entre la arena (no es pez

todavía vivo y palpitante entre la arena, pero acaso sea lo

que siente el pez todavía vivo y palpitante entre la arena)

no es de este mundo, no es poema ni escultura, no es mis

manos ni mis ojos, no es la huella de tu pie, no es el ár-

bol Arturo ni su significado lleno de belleza, no es la

belleza ni el horror, no es el deseo, ni siquiera es el amor,

ni los cuerpos, ni la palabra nunca pronunciada (no es la

palabra nunca pronunciada, pero acaso la palabra nunca

pronunciada haya tratado de nombrarlo)

¿es tal vez fuego directo, quemadura real, frotadura in-

temporal, respuesta instantánea, florecimiento repenti-

no, coloratura inmediata, carne concreta, agonía sin

tiempo, rabia helada?

¿es quizá la única experiencia memorable, el solo calor

inolvidable, la única posible cercanía, la sola justifica-

ción de la existencia, es el recuerdo ya olvidado y súbi-

tamente recordado? (¿o es el recuerdo del recuerdo y el

olvido del olvido, o el olvido del recuerdo en el recuer-

do del olvido?)

 

 

 

El aprendiz de brujo

 

En realidad, señoras y señores, yo no soy otra cosa que un

aprendiz de brujo.

tengo las escobas, quiero que barran y limpien mi casa

las ollas relucientes

todo como llevado de la mano de Brahms.

 

sé tumbarme entre la hierba, dormirme entre las flores

despertar y gritar ¡viva la libertad!

y recuerdo que la bruja Raquel me dijo un día:

libertad libertad girasol girasol

mientras me clavaba las uñas en la espalda

echados ambos en las risas de los soleados

aguardientes

de Colombia

de sus cartas.

 

el aprendiz de brujo está bajo los árboles

hay mucha luz, es mediodía y la hora zumba

canciones

exiliadas

el calor refresca la curvada espalda del Escriba

aprendiz de brujo

 

¿pero dónde está la llave, aprendiz de brujo?

¿en una carta? ¿en un lance de judo?

¿en el aljibe sobre el que estás sentado?

¿y si ella no viene el miércoles, y si tu clase de yoga no

empieza mañana?

¿y si no recibes el mensaje de Jan Arb?

ese pájaro en la rama está llamándote

aprendiz de brujo: toc toc toc.

 

maestro, ten misericordia de los aprendices de brujo

que abren tus redonma

ten misericordia del aprendiz de brujo

que escribe este poema.

 

 

 

Padmasana

                                                           A Octavio Paz

 

Desligados del cuerpo

radiantes en la conciencia

con la visión del alma como a través de un río

con alas de cantárida y rumor de escarabajos

comprendiendo y sumando

conociendo el peso de las cosas

la ligereza del aire

las hebras del mar en la vereda

la luciérnaga de incienso sobre el piso

 

desligados del cuerpo

entre follajes de viento y escalas de música

entre portones de niebla que se abren como un canto

y puentes sobre las rocas

y pasadizos secretos que nos hablan con sus manos

tatuadas de signos que respiran

 

desligados del cuerpo

juego imaginativo que busca una salida

antesala de espejos que se curvan y saltan

momentáneo dejar la silueta doblada

momentánea salida por la puerta de al lado

por el trasfondo

huir dentro del cráneo desequilibrando los brazos

deslizarse furtivo con los ojos cerrados

salirse del día correr fuera del tiempo

remontar el río en la barca del otro

ser por un momento lo que no somos

lo que somos verdaderamente

dejar que la ola nos devore un instante divino

tocar con dedos vivos el espacio incandescente

 

oh desligarse del cuerpo

contemplar el paisaje prohibido del sol

retornar al origen

 

esperanza de juncos que aguarda pacientemente

disciplina sagrada prevista y calculada

 

pacto      renunciamiento

oxígeno     vegetales

 

futuro brillante que nos llama por nuestro nombre

desde este lado de la puerta

 

 

 

El alma secreta de las cosas

 

En el cuerpo en la carne:

el principio del alma

en la escoba con que barro en la forma

de mi mano:

la puerta hacia el paraíso

en la sombra de la araucaria

sobre el muro

en los brotes verdes y negros

de la jacaranda en primavera

en el sonido de la campana y en el ruido

de esas alas:

la clave de tus tristezas

la respuesta buscada la palabra

perdida.

en la nube que tapa el sol

mientras dialogas

en el sonido del timbre

un segundo antes de descargar el golpe

en el canto de los pájaros

mientras abrazas a tus hijas:

la respuesta fugaz del universo.

en el aburrimiento en la desolación en la melancolía

en la mitad del túnel

la escuela tenaz

el sufrimiento justo y real

el pago exacto de tus deudas.

por eso:

hay un alma en cada cosa hay

un lenguaje secreto que debemos aprender hay

una llave de oro en las palabras hay

una clave rellena de tierra en los cuerpos hay

un campo magnético que comunica tus rodillas

y mis manos

que comunica mis palabras con la pista del sol

que comunica todo lo viviente y hasta el polvo

con tus alados pensamientos.

por eso:

abre los ojos y destapa las orejas

no seas el fariseo sin orejas ni ojos

no sea yo la negación de todo este paisaje

bien dibujado en el trasfondo de lo real

de lo que llamas vida

no sea yo el que cierre los oídos y la voz

a tantos ojos vivos a tanto sagrado ruido

a todo ese esfuerzo de la vida por mostrarnos

sus pechos y su alma.

 

 

 

Retrato hablado

 

Vive de la caridad pública

con el sudor de su cuerpo

empapa las hojas del poema

se mueve en el cielo entre telones

en estas tierras que están llenas de dioses

se ríe solo —se carcajea solo—

y esto le sucede aun en público.

A la postre resultará —perro destino—

que sus poemas son incomprensibles

que como los antiguos samuráis

escribe para la canalla

de los intelectuales y las cortesanas:

¡poco tienen que ver esos poemas

con el sentimiento de la gente sencilla!

pero él con el simple corazón de la gente del campo

conversa con el viento

cree en este mundo

como Alicia

para al otro lado del espejo

cierto que no tiene la sencillez de Bashoo

mas recordad: en ese corazón

el Universo resuelve sus problemas

Sergio Mondragón. Cuernavaca, 1935. Estudió periodismo e hizo estudios de lengua y literatura japonesa en la UNAM. Fue corresponsal del periódico ‘Excélsior’ en Japón, donde residió dos años.  Ha sido profesor de literatura en la Universidad Iberoamericana de México y en las universidades de Illinois, Indiana y Ohio en los Estados Unidos, así como editor de varias revistas culturales, entre ellas “El corno emplumado”, “Japónica”, “Memoranda” y “Revista de estudios budistas”. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores. Forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Es autor de antologías de poesía hispanoamericana, mexicana y norteamericana; coeditor de la antología de poesía japonesa moderna, “Un rebaño bajo el sol”; y de la Revista de Literatura Mexicana Contemporánea que publican la Editorial Eón y la Universidad de Texas. Tiene cinco libros de poesía publicados y uno de ensayos. En 2010 obtuvo el Premio Internacional de Poesía Zacatecas, y el Premio “Xavier Villaurrutia” de escritores para escritores

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.