Diótima. Encuentro Nacional de Poesía: Poemas de Ivana Melgoza
Presentamos la serie Diótima en la cual publicamos algunos poemas de Ivana Melgoza, invitada al Segundo Encuentro Nacional de Poesía efectuado los días viernes 17, sábado 18 y domingo 19 de mayo en la Biblioteca General del H. Congreso de la Unión, en el Centro Cultural de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y en el Museo Nacional de las Culturas del mundo, respectivamente.
Ivana Melgoza
I
La pantalla de mi celular está rota
sus grietas se extienden sobre los mensajes del año pasado
pienso que el vidrio terminará de fracturarse cuando una mancha oscura comience a crecer en la pantalla y
absorba consigo todas tus fotos
será mi forma de desvanecerme frente a ti
en un mosaico inexplicable de píxeles
II
Pienso en algo tan sencillo y a la vez confuso como tus pies cruzando descalzos mi cuarto después de apagar la luz
mientras tratas de guiarte con los grumos de azúcar que cubren el piso porque no puedo evitar comer galletas sin
retenerlas en mi boca
Siempre hay algo que se escapa, pienso de nuevo, y me imagino cómo sería pisar sin querer tu chamarra de
mezclilla mientras alguien canta las mañanitas en el edificio de enfrente
Usar suéter en días de calor
Ciertos días a ciertas horas me pongo suéter aunque no tenga frío
es mi manera de vencer el miedo
me cubro el pecho
continuamente estoy a punto de llegar
me pica la tela
Cruzo por el costado más iluminado de la calle como si la luz quemara los ojos
que me espían
que esperan que tropiece
tengo calor y sudo debajo de mi fina armadura de tela
Tienes que cuidarte
me repiten
como si fuera mi responsabilidad que ciertas manos a ciertas horas traten de romper este escudo inútil que me
raspa la piel
Ivana Melgoza. Estudia Historia del arte en la Universidad del Claustro. Ha publicado con La Rabia de Axolotl, Ritmo, Blanco Móvil, entre otros. Publicó el poemario Gestos (Fondo Editorial de Morelos, 2017), ha sido becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas en el curso de creación literaria Xalapa 2017. Cree fervientemente que lo bailado nadie te lo quita y sus más grandes amores son Roland Barthes y las cumbias rebajadas.