Diótima. Encuentro Nacional de Poesía: Poemas de Álvaro Vallarta

 

 

 

Presentamos la serie Diótima en la cual publicamos a Álvaro Vallarta invitado al Segundo Encuentro Nacional de Poesía efectuado los días viernes 17, sábado 18 y domingo 19 de mayo en la Biblioteca General del H. Congreso de la Unión, en el Centro Cultural de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y en el Museo Nacional de las Culturas del mundo, respectivamente.

 

 

 

 

Álvaro Vallarta

 

 

CINEMANÍA

 

“Yo nací - ¡respetadme! –

con el cine”.

Rafael Alberti

 

“Juego de manos, a la sombra de un cine de verano”.

Joaquín Sabina

 

“Nuestro deseo era escapar/de los lugares comunes,/

abominar la melcocha sentimental”.

Hugo Gutiérrez Vega

 

Tiene el amor las dimensiones de una sala de cine.

- ¡Oh, musa adolescente, besarte quiero a solas bajo esta luna hollywoodense! -.

Yo te amaré infinitamente tras las montañas celestes de la Paramount Pictures. Aquí mis manos se rendirán discretas sobre tus muslos y de puro amor me alumbrará tu cuerpo al apagarse.

El mar aprendió todas sus lágrimas del cine y todo sucede en primera persona de un lugar sin tiempo. Fuimos por un instante todo el tiempo y todos los lugares con pequeñas historias.

Ahora somos los protagonistas de una pasión secreta, íntima como lo que el viento se llevó y violenta como El último tango en París. Desconfiamos de los finales felices. A ti te gustan los besos en las películas, pero si el amor toca dos veces y no le abre nadie, es mejor todavía.

Me levanto de mi asiento y grito: ¡Viva las lágrimas, aunque sean de cocodrilo!

De pronto, retrocedieron nuestros enemigos, se escucharon las campanas, cayó la noche en las habitaciones mientras amanecía en el campo de batalla; atraparon a los asesinos, la mujer se quedó con él, se casaron, se murieron; huyeron con sus amantes y vivieron felices para siempre.

Se encienden las luces. Alguien se suena la nariz escandalosamente. En este mundo la felicidad tiene los días contados. Y salimos del cine para interpretar un amor de bajo presupuesto.

 

 

 

CUESTIONES DE IDENTIDAD

 

“Por tu culpa estoy también en guerra conmigo mismo”.

Najwan Darwish

 

¿De dónde somos nosotros?

¿De qué ciudad con túneles y niños bajo tierra?

¿De qué país o familia anterior a las fronteras?

 

¿Y el hambre?

¿Y la violencia?

¿De dónde han venido?

 

Seguramente esas enfermedades las trajeron ellos.

 

¿Y quiénes son ellos?

¿Los has visto?

 

Dicen que son negros

dicen que son blancos

que viven en familias felices

que abrazan a sus hijos

que visitan a su madre en su cumpleaños

dicen que son hondureños

dicen que no son hondureños

que se llaman Juan, Pedro o José

dicen que son mexicanos

dicen que no son mexicanos

que cantan en las iglesias

que entierran a sus muertos

que lloran en el cine

y que ya no pueden

o no quieren recordar

de dónde han venido.

 

Por el bien de esta nación

yo propongo declararle la guerra

a los negros y a los blancos

alejarnos de las familias felices

evitar los abrazos y los cumpleaños

debemos desconfiar de aquellos

que se llamen Juan, Pedro o José

vigilar a los que lloran en el cine

denunciar al que canta en las iglesias

y nunca más enterrar a nuestros muertos.

 

 

 

EL FIN DE LA OSCURIDAD

 

Homenaje a Paul Bogard, por su libro del mismo título.

 

La extinción de la noche y sus rincones

es una continuación del progreso.

 

Ya casi no queda oscuridad

en la ciudad ciega de luces.

 

 

 

EN PALABRAS DE BÉCQUER Y MACHADO

 

El poeta escribe desde el invierno

y nunca con el corazón caliente

porque el corazón no tiene gobierno

y es mentira que el verso nunca miente.

 

Solo escribo de amor cuando me acuerdo

de esa mujer que no sabe que existo

solo hablo de los dioses que no he visto

y de nubes que ocupan un recuerdo.

 

Hoy escribo de ti mientras te olvido.

Amor es un poema conjugado

en primera persona del pasado.

 

Solo cantamos lo que hemos perdido

y solo lo perdido nos fue amado

en palabras de Bécquer y Machado.

 

 

 

FUTURO

 

Para Pablo

 

En esta humilde casa

vivieron nuestros abuelos.

 

En esta humilde casa

vivieron nuestros padres.

 

Nosotros no queremos

seguir viviendo en esta casa.

 

 

 

RESPONSO AL PADRE DE MALVA MARINA

 

“Un ser perfectamente ridículo”.

Pablo Neruda

 

Esta tarde he leído que enterraste una flor en los periódicos,

tiene el nombre cálido y celeste de una orquídea que cosecha tempestades.

 

Oh niña entre las rosas, oh presión de palomas.

 

¿No queda amor en este mundo para tu niña enferma?

 

Tiene el Amor

una cabeza deforme

como de punto sobre la coma.

 

Todas las noches ríe

todas las noches llora.

 

Malva Marina Trinidad la nombraste

pero tu amor no quiso quererla

o nunca tuviste amor

para tu propia sangre.

 

Tiene el Amor

una cabeza deforme

como de punto sobre la coma.

 

Neftalí Ricardo Reyes Basoalto:

¿Tuviste alguna vez

el corazón tan generoso

como un grano de trigo?

 

Desde el fondo de ti y arrodillado

un niño triste como yo nos mira.

 

Tiene el Amor

una cabeza deforme

como de punto sobre la coma.

 

En una patria al sur de tu alma solitaria

una flor del campo enfermó de hidrocefalia.

 

La enterraron entre nubes

la enterraron en tu monte

la enterraron en tu olvido.

 

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

 

Nada en esta tierra es sagrado para la muerte.

 

Desde

entonces

tiene el Amor

una cabeza deforme

como de punto sobre la coma.

 

No te perdono, Pablo,

aunque este sea el último dolor que ella te causa

y estos sean los últimos versos que yo te escribo.

 

 

 

SI SUEÑAS QUE VAS AL CIELO

 

"Del vómito a la sed,

atado al potro del alcohol,

mi padre iba y venía entre las llamas".

Octavio Paz

 

“Vosotros debéis hacer política, aunque otra cosa

os diga los que pretenden hacerla sin vosotros”.

Antonio Machado

 

Padre, si sueñas que vas al cielo, trae contigo una estrella.

El día se sienta frente a la computadora y escribe sus párrafos de sol y viento, para ti la madrugada es el tiempo entre palabras. A lo lejos se forman las nubes en la mirada de mi bisabuela. Tú conoces el fondo de las promesas que no marchita el aire de la noche, porque sabes que en la política y entre nosotros un hombre vale por su palabra. Me dices que estos muros blancos de silencio te recuerdan el oficio de tu padre, días coléricos de manos agrietadas en que los borrachos no dejaban dormir a las estrellas.

¿Qué te preguntabas, padre, cuando mirabas las nubes? ¿Qué sentimiento llevaste por tanto tiempo como un clavo en la espalda? ¿A qué esperanza te aferraste en la noche morada de violencia para no seguir los mismos pasos que tu padre y el padre de tu padre?

Ahora tus mañanas guardan el aroma de humildes cocinas donde los alimentos decantaban sus antiguas bendiciones. Por las noches todavía te desvelas esperando el ruido y la desgracia de un borracho que ya no sube por estas escaleras.

Padre, si sueñas que vas al cielo, trae contigo una estrella.

Ahora recuerdas con el orgullo de un rey jubilado que las canchas de basquetbol y los hoteles fueron tu reino. Los domingos te quedabas a vivir en las salas de cine hasta que fuera lunes.

¿Crees que tú y yo hubiéramos sido buenos amigos? Desde otro tiempo, un muchacho de camiseta roja y pantalón blanco me sonríe. Conociste a tu mujer en una entrevista de trabajo cuando no se habían inventado todavía los celulares. Al edén subvertido del matrimonio jamás te acostumbraste. Padre, si sueñas que vas al cielo, trae contigo una estrella.

Algunos días despertabas junto a mi madre, escuchabas mi risa, te mirabas al espejo y sabías que no eras como tu padre. Ningún borracho volvió a subir jamás por estas escaleras.

Mis antiguas resonancias no son del mar, padre, son de tu voz sobre los libros de la noche: Érase una vez un muñequito de trapo, érase una vez un padre, érase una vez un niño.

Me enseñaste que las palabras son silvestres, que las palabras son como las mujeres. Me enseñaste que un poeta habla por las palabras como el político debería hablar por la gente. Tu corazón se prolonga en mis latidos y tu voz es mi voz, pero con experiencia, por eso salimos a marchar en nuestra soledad incorruptible para que en trance de poesía la dignidad se haga costumbre.

Padre, si sueñas que vas al cielo, trae contigo una estrella.

Yo quisiera ser el padre del niño que tú fuiste; enseñarte a andar en bicicleta; hablarte del mundo y sus peligros; abrazarte como un hijo a su padre y leerte por las noches y besarte la frente y decirte:

Si sueñas que vas al cielo, trae contigo una estrella.

 

 

 

SOMOS LA SUMA DE INFINITAS RESTAS

 

“Más de 30 mil desaparecidos en México”.

CNN en Español, septiembre de 2017

 

Somos la suma de infinitas restas

somos cuartel de sílabas cobardes

la sombra de un viento que por las tardes

nos deja más preguntas que respuestas.

 

Somos la honda suma de lo perdido

el margen de error de nuestra memoria

sombra de luz, porvenir del olvido

y un país que tropieza con su historia.

 

Somos toda la inocencia perdida

y somos esa inmensa minoría

que resta cuando suma y cuando olvida.

 

Somos ahora y siempre todavía

somos el sueño de alguna otra vida

triunfo de ausencia sobre poesía.

 

 

Álvaro Vallarta (Ciudad de México, 2000). Animal con palabras. En 2018 fue becario en el Festival Cultural INTERFAZ y trabajó como parte del staff de Círculo de Poesía durante el Encuentro Internacional de Poesía en Ciudad de México. En 2019 participó en los festejos conmemorativos del Día Internacional de la Poesía en San José, Costa Rica. También ha realizado traducciones para las revistas electrónicas Círculo de Poesía y Taller Ígitur. Su primer libro La patria íntima (UNAM, 2018) resultó ganador ex aequo del Premio de Poesía Joven UNAM 2018 junto con Cosas inútiles y otros poemas de Iván Palacios Ocaña. Actualmente estudia en la Universidad Nacional Autónoma de México.

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