Cuestión de estilo: Donato Di Poce (Italia). Comentario y traducción de Hiram Barrios
Cuestión de estilo: Donato Di Poce
Comentario y traducción de Hiram Barrios
Ma se un giorno scoprissi d’essere un poeta
un silenzio scolpito nell’urlo della Storia
io con ammirazione mi ucciderei.
Pero si un día descubro que soy un poeta
un silencio esculpido en el grito de la Historia
yo con admiración me suicidaría.
Donato Di Poce
Donato Di Poce es un creador polifacético cuya apuesta habita en un cruce entre la poesía, el aforismo, la fotografía y las artes visuales. Suele definirse como “ex poeta”, etiqueta que explica en buena medida las preocupaciones centrales en su quehacer literario: el cuestionamiento de la figura del poeta y —más importante aún— la naturaleza de eso que llamamos “poesía”.
Parece claro: quien se define como “ex poeta” acentúa una distinción, marca una distancia que puede leerse como una suerte de disidencia: Questione di stile (Cuestión de estilo, Eretica Edizioni, 2022), su título más reciente, ahonda y confronta convenciones en torno a la poesía y al poeta. Los poemas de este volumen enarbolan una crítica sutil a las figuras que solemos ubicar entre los que se autodenominan “poetas”: los académicos, los aficionados, los rebeldes o incluso “malditos”, los laureados y los que, sin tener esas credenciales (e incluso esas aspiraciones), buscan “una página de cielo”, es decir, la poesía en su esencia.
Questione di stile / Cuestión de estilo también es una loa personalísima: Di Poce homenajea a la poesía al recorrer la huellas que en él han dejado sus poetas favoritos (Leopardi, Ungaretti, Saba). Invita a recuperar el acto poético como la búsqueda primordial de la belleza. Se trata de una poesía directa, muchas veces transparente, donde la sencillez aparente sugiere matices y devela una mirada siempre dispuesta a encontrar la belleza donde no se le esperaba. Pues, para Di Poce, la vida —y no la poesía— es una cuestión de estilo.
Cuestión de estilo
Tus versos son grises –me dijeron–
Carecen de estilo
Parecen cuentos inconclusos.
Quizá no saben que la Poesía
Me trasforma continuamente
Un día soy kurdo, el otro albanés
Otro más, soy un tren
Golpeado por error por un misil americano.
Creía haber nacido para escribir Aforismos
Pero la Prosa de la vida me confunde las ideas
Y quizá mañana seré dentista, médico, jardinero.
¡Yo lo sé! No soy un Poeta
Pero la poesía duerme a mi lado
Con una caja de colores en el bolsillo.
Yo no sé qué es la Poesía
Pero la vida, créanme,
Es una cuestión de estilo.
Mis poetas favoritos
Leopardi, por respirar
El infinito hasta el último momento
Saba, por ser honesto con todos
Incluso consigo mismo.
Ungaretti, por buscar la inmensidad
En una sola palabra.
Sereni, el más grande Poeta
Del silencio creativo.
Penna, que pasó la vida escribiendo.
Pasolini, por su carta al Papa
Y sus herejías.
Caproni, por haber recogido todas las palabras
Que huyeron de mi alma.
Roversi, por escribir
Un libro que no existe.
Rimbaud, porque juega al ajedrez con Duchamp.
Apollinaire, porque amaba el Arte.
Withman, porque se dormía entre las hojas.
Celan, por sobrevivir a la Historia.
Rilke, porque vivió diez años sin escribir nada.
Pessoa, por su ojo Japonés.
Prevert, porque amaba a la gente.
Borges, porque sólo veía con la imaginación.
Giordano Bruno, porque me ha dictado
Los Aforismos Satánicos.
De Andrè, porque era un Poeta
Que también sabía jugar.
Y pensar que yo
Estaba a punto de convertirme en escritor.
Las lágrimas del diablo
Théophile Gautier
Amaba las palabras hechas de aire y de tierra
Busqué cómo ser agua y fuego
Un aliento de amor
Entre la humillación y el éxtasis.
Tocaba lo invisible con la mano
Y respiraba cuerpos distantes
Milímetros y milímetros de por qué.
Por ti fui fruto y sueño
Pero quizá sólo era un golpe del viento
Que buscaba en el abismo
Las raíces de su soledad
Como un silencio de nieve
Que se derrite entre las languideces
De un cuerpo mal amado
Y las lágrimas del diablo
Que encienden en las llamas del Universo
El alfabeto de una redención imposible.
No asesinen a los poetas
Para Guillaume Apollinaire y Sergio Gabriele
No sabemos nada de los Poetas
De los verdaderos entendámonos
De los que encantan cuando no molestan.
De los demás se sabe, hay de Poetas a Poetas
Como hay de Hombres a Hombres
Yo no hablo de los Poetas enrolados
En la feria del escándalo
Ni de los del párpado dorado.
Pienso en esos Poetas
Que hablan una sola vez
Y en los que piensan por todos
Y arden una vida entera en el silencio.
Pienso en Poetas muertos
Por exceso de amor, exceso de soledad
Y quizá nos dejaron
Una leve sonrisa, un abrazo inconcluso
No en los que te lapidan a halagos
Y después te destrozan el Alma
Dejándote marchitar en el estiércol cotidiano.
Ahora que no escribo más, no hablo más
No pienso ni siquiera en voz alta
Y me contento con vivir a la sombra de los besos
Entre las cicatrices de una estrella
Y la sonrisa de una morena gentil
Solo les pido no asesinar a los Poetas.
Pero si un día descubro que soy un poeta
un silencio esculpido en el grito de la Historia
yo con admiración me suicidaría.
Muchos Muchos poetas
En una habitación había muchos Poetas
Estaban los famosos, los Académicos,
Los aspirantes al Nobel
Los debutantes y los más o menos,
Pero eran muchos, muchos Poetas.
No faltaban las damas de honor frau – frau
Las adoradas musas de la nariz para arriba
Ni las viudas en duelo pero sin tabú.
Todos medían miradas, palabras y gestos
Alguien sonreía de lejos
A otra persona que fingía no verlo
Se miraban, se ignoraban, se reflejaban en los otros
Estaban todos ahí
Y eran muchos, muchos Poetas.
Yo que llevaba en el bolsillo
Tres barcos de tinta
Dos páginas de cielo
Y un Amor invisible
Fingí estar allí por casualidad
Estar allí por error
Pero cuando ya me iba
Alguien dijo.
“¿Pero tú no eres un Poeta?”
¡Sí! –respondí– pero sólo un poco.
A la sombra de la levedad
III
La levedad tiene la fuerza
Del mar de invierno
Del magma de los volcanes
De los relámpagos nocturnos
Pero se apaga como una luciérnaga
Apenas intentas capturarla
Questione di stile
I tuoi versi sono grigi –mi dissero–
Mancano di stile
Sembrano racconti inconclusi.
Forse non sapevano che la Poesia
Mi trasforma continuamente
Un giorno sono Curdo, l’altro Albanese
Un altro ancora, sono un treno
Colpito per errore da un missile Americano.
Credevo d‘essere nato per scrivere Aforismi
Ma la Prosa della vita mi confonde le idee
E domani forse sarò dentista, medico, giardiniere.
Io lo so! Non sono un Poeta
Ma la poesia mi dorme accanto
Con in tasca una scatola di colori.
Io non so cos’è la Poesia
Ma la vita credetemi
È una questione di stile.
I miei poeti preferiti
Leopardi, per aver respirato
Fino all’ultimo l’infinito.
Saba, per essere stato onesto con tutti
Anche con se stesso.
Ungaretti, per aver cercato l’immenso
In una parola sola.
Sereni, il più grande Poeta
Del silenzio creativo.
Penna, che ha scontato la vita scrivendo.
Pasolini, per la sua lettera al Papa
E le sue Eresie.
Caproni, per aver raccolto tutte le parole
In fuga dall’anima mia.
Roversi, per aver scritto
Un libro che non c’è.
Rimbaud, perché gioca a scacchi con Duchamp.
Apollinaire, perché amava l’Arte.
Withman, perché s’addormentava tra le foglie.
Celan, per essere sopravvissuto alla Storia.
Rilke, perché ha vissuto dieci anni senza scrivere nulla.
Pessoa, per il suo occhio Giapponese.
Prevert, perché amava la gente.
Borges, perché vedeva solo con l’immaginazione.
Giordano Bruno, perché mi ha dettato
Gli Aforismi Satanici.
De Andrè, perché era un Poeta
Che sapeva anche suonare.
E pensare che io
Stavo quasi per diventare scrittore.
Le lacrime del diavolo
Théophile Gautier
Amavo le parole fatte d’aria e di terra
Cercai d’essere acqua e fuoco
Un respiro d’amore
Tra l’umiliazione e l’estasi.
Toccavo con mano l’invisibile
E respiravo corpi distanti
Millimetri e millimetri di perché.
Per te fui fragola e sogno
Ma forse ero solo un colpo di vento
Che cercava nell’abisso
Le radici della sua solitudine
Come un silenzio di neve
Che si scioglie tra i languori
Di un corpo male amato
E le lacrime del diavolo
Che brucia tra le fiamme dell’Universo
L’alfabeto di un’impossibile redenzione.
Non assassinate i poeti
Per Guillaume Apollinaire e Sergio Gabriele
Non sappiamo niente dei Poeti
Di quelli veri intendiamoci
Di quelli che quando non disturbano incantano.
De resto si sa, ci sono Poeti e Poeti
Come Uomini e Uomini
Io non parlo dei Poeti arruolati
Alla giostra dello scandalo
Né di quelli dalla palpebra d’oro.
Penso a quei Poeti
Che parlano una volta sola
E a quelli che pensano per tutti
E ardono un’intera vita nel silenzio.
Penso ai Poeti morti
Per troppo amore, troppa solitudine
E magari ci hanno lasciato
Un sorriso lieve, un abbraccio in concluso
Non a quelli che ti lapidano di lusinghe
E poi ti strappano l’Anima
Lasciandoti marcire nel letame quotidiano.
Ora che non scrivo più, non parlo più
Non penso nemmeno ad alta voce
E mi accontento di vivere all’ombra dei baci
Tra le cicatrici di una stella
E il sorriso di una brunetta gentile
Vi chiedo solo di non assassinare i Poeti.
Ma se un giorno scoprissi d’essere un poeta
O un silenzio scolpito nell’urlo della Storia
Io con ammirazione mi ucciderei
Tanto tanto poeti
In una stanza c’erano tanti Poeti
C’erano quelli famosi, gli Accademici,
Gli aspiranti Nobel
Quelli esordienti e quelli così così,
Ma erano tanto, tanto Poeti.
Non mancavano le damigelle frau – frau
Le adorate muse dal nasino all’insù
Né le vedove addolorate ma senza tabù.
Tutti misuravano sguardi, parole e gesti
Qualcuno sorrideva da lontano
A qualcun altro che fingeva di non vederlo
Si guardavano, s’ignoravano, si specchiavano
C’erano proprio tutti
Ed erano tanto, tanto Poeti.
Io che avevo in tasca
Tre barchette d’inchiostro
Due pagine di cielo
E un Amore invisibile
Finsi d’essere lì per caso
D’esserci per errore
Ma mentre andavo via
Qualcuno disse.
“Ma tu non sei un Poeta?”
Si! –risposi– ma solo un poco.
All’ombra della leggerezza
III
La leggerezza ha la forza
Del mare d’inverno
Del magma dei vulcani
Dei fulmini notturni
Ma si spegne come una lucciola
Appena cerchi di catturarla
Donato Di Poce. Questione di stilo. Eretica Edizioni, 2022.
Donato Di Poce es un poeta, fotógrafo, artista visual y crítico literario nacido en Sora, Frosinone, Italia, en 1958. Ha publicado más de una veintena de títulos de poesía, más de 40 libros de artista para la mítica editorial Pulcinoelefante y numerosos compendios y ediciones de crítica sobre poesía, fotografía, pintura y artes visuales. Entre sus títulos más recientes se encuentran el estudio Giordano Bruno. Un poeta al rogo (Eretica, 2021), el libro de poemas L’altro dire (Helicon, 2020) y la compilación de pintura y fotografía Poetiche dell’invisibile (I Quaderni del Bardo, 2020). Es uno de los aforistas italianos más prolíficos: cuenta con una decena de títulos, entre los que destacan Taccuino Zen (I Frutti dell’Albero Edizioni, 2003), Poesisimi (Onirica Edizioni, 2012), Lampi di leggerezza (Acquaviva Edizioni, 2017), Poesismi Cosmoteandrici (I Quaderni del Bardo, 2018) y Una virgola per pensare (I Quaderni del Bardo, 2022). Editó, en coordinación con Hiram Barrios, la antología bilingüe Silenzi scritti. Aforismi / Silencios escritos. Aforismos (I Quaderni del Bardo, 2020), que congrega a 14 aforistas actuales; 7 italianos y 7 mexicanos. Algunos de sus libros se han traducido al inglés, al español, al árabe y al rumano. Reside en Milán desde 1982.
Hiram Barrios (Ciudad de México, 1983). Ha traducido poemas de Edoardo Sanguineti, Roberto Roversi, Alda Merini, Bartolo Cattafi y aforismos de Carlo Gragnani, Fabrizio Carmagna, Rinaldo Caddeo, entre otros. Preparó la antología bilingüe Voces paranoicas. Bitácora inédita, de Eros Alesi (Cuadrivio, 2013) y coordinó, junto a Donato Di Poce, la antología bilingüe Silenzi scritti / Silencios escritos (I Quaderni del Bardo, 2020), que reúne la obra de 14 aforistas: 7 mexicanos y 7 italianos.
Es autor de los libros de ensayo El monstruo y otras mariposas (Naveluz-UNAM, 2013) y Las otras vanguardias (UANL, 2016). En Apócrifo (Naveluz-UNAM, 2018) reúne sus aforismos.