Corpus Priapeorvm: poesía latina anónima epigramática. Traducción de Enrique Montero Cartelle. Comentario de Fernando Salazar Torres
La colección de poemas conocida bajo el título Corpus Priapeorvm fueron escritos aproximadamente durante el siglo I de nuestra era en la Roma alejandrina. Durante mucho tiempo fueron considerados escritos de diferentes autores, no obstante estudios y trabajos dedicados a su estilo, composición y contexto, modificaron el juicio. Las variantes a este respecto sugieren que son de un solo autor, pero hasta ahora no se precisa con alguna conclusión definitiva su nombre, aunque hay investigadores, en todos los casos vacilan, que proporcionan distintos nombres. Así, pues, Corpus Priapeorvm bien puede tener por autor a Marcial, Virgilio, Ovidio, e incluso Tibulo. Más vale considerar que estas piezas literarias son poesía latina anónima de carácter epigramático, con temática sexual homogénea cuya influencia, sin duda, tiene a Catulo como referente de ese género poético. Príapo (Πρίαπος [Príapos]), cuyo dios es el tema o protagonista de los 80 poemas epigramáticos de esta colección, es hijo de Dionisio y Afrodita, culto que tuvo prestigio e influencia en la Roma de la etapa tardía de Augusto. Dios de la fertilidad, pastor de ovejas, por lo cual fue adorado como protector de los rebaños de cabras y ovejas. Los frescos y esculturas que se conservan dibujan a Príapo con un falo en completa erección.
Fernando Salazar Torres
Corpus Priapeorvm
Traducción de Enrique Montero Cartelle
6
Aunque, como ves, soy un Príapo de madera y de madera es mi hoz, así como mi pene, te cogeré y, así cogido, toda ésta, sin dejar nada fuera, por grande que sea, más tensa que una ballesta y que una cítara, te la hundiré hasta a séptima costilla.
10
¿De qué te ríes, estúpida muchacha? No me hizo Praxíteles, ni Escopas, ni me pulió la mano de Fidias, sino que un campesino desbastó un informe leño y me dijo: “Sé Príapo”. Sin embargo, tú me miras y te ríes. Sin duda te parece salada esta columna que se yergue rígida en mis ingles.
17
¿Qué tengo yo que ver contigo, inoportuno metomentodo? ¿Por qué impides que se acerque el ladrón? Deja que venga. Se irá más ancho.
19
Si la trotacalles Teletusa un día, con las nalgas al aire [y agitado el vientre de la ceca a la meca], se te meneara moviendo el espinazo podría con tales artes, oh Príapo, no sólo conmoverte a ti, sino también al mismísimo hijastro de Fedra.
26
En consecuencia, oh Quírites (pues ¿cuál será el límite?), o me cortáis el miembro viril que noche tras noche fatigan las vecinas siempre calientes y más salaces que los gorriones en primavera, o reventaré y os quedaréis sin Príapo. Vosotros mismos veis qué jodido, agotado, pálido y macilento estoy, yo que antes, rubicundo y vigoroso, solía atravesar aún a los ladrones más fuertes. Ahora, pobre de mí, me faltan las fuerzas y escupo peligrosos esputos entre los espasmos de la tos.
33
Los antiguos Príapos tenían a las Náyades y a las Dríadas y había siempre con qué satisfacer la verga erecta del dios. Mas ahora de esto nada queda y tan entera está mi pasión, que pienso que las ninfas todas han muerto. Es, en efecto, vergonzoso de hacer, mas para no reventar de erección, dejando a un lado mi hoz, mi mano será mi amante.
48
Para entender por qué ves empapada la parte que me acredita como Príapo, debes saber que no es rocío, ni escarcha, sino lo que brota por sí sólo cuando pienso en una lasciva mozuela.
49
Tú, que ves en el estuco que me rodea poemas llenos de chanzas no muy castas, no te ofendas por esos versos obscenos, ya que ves que mi méntula no tiene arrugado el entrecejo.
50
Cierta muchacha, falsa como la que más, escucha, oh Príapo, se burla de mí y ni se deja, ni dice que no se dejará: siempre encuentra excusas para diferirlo. Mas si alguna vez al fin puedo gozarla, ceñiré toda tu méntula, oh Príapo, con coronas como la mía.
57
Una vieja corneja, una carroña, un cadáver ambulante, hecha un asco por el paso de los siglos, mujer que bien habría podido ser la nodriza de Titono, Príamo y Néstor, si no fuese ya muy vieja cuando ellos aún eran niños, me pide que no le falte un machacante. ¿Qué pasaría si ahora me pidiese ser doncella? “Con tal de que tenga dinero será doncella”.
61
¿Por qué te quejas a mí, granjero, de que, siendo antes un fértil manzano, lleve ya dos años aquí estéril? No me rinde, como piensas, la vejez, ni me maltrata el violento pedrisco, ni quemó mis retoños recién brotados el soplo de un frío retardado, ni me causaron mal, del que quejarme, los vientos, las lluvias o la sequía. Tampoco me dañó el estornino o el grajo ladrón, ni la vieja corneja, el acuático ganso o el sediento cuervo. Lo que pasa es que sostengo en mis fatigados ramos los versos de un pésimo poeta.
66
Tú, para no ver el testimonio de mi virilidad, te marchas de aquí, como conviene a una casta mujer. Y me parece bien, si no es que temes contemplar lo que dentro de tus entrañas deseas tener.
78
Que dioses y diosas nieguen el alimento a tus dientes, lamerón de mi vecina y amiga, pues por tu culpa una muchacha vigorosa antes y sincera, que presurosa solía venir a mí con rápido andar, ahora confiesa, la pobrecilla, que apenas puede caminar por culpa de las fosas del monte de Venus.
80
¿Es que no es una polla bien larga, es que no es bien gorda? ¿No crees que pueda crecer si la meneas? ¡Ay, mísero de mí! Su dimensión engaña a las impacientes mozuelas. Mas esta verga no tiene precisamente nada [mejor que eso]. Mejor suerte corrió Tideo, quien, si en algo te fías de Homero, era de carácter fiero, mas de cuerpo pequeño. Pero quizá me perjudicó la novedad y el pudor que una y mil veces debo rechazar. Pero mientras hay vida hay esperanzas. Tú, rústico guardián, ven aquí y ayuda mis fuerzas, rijoso Príapo.
Enrique Montero Cartelle, Catedrático de Filología Latina, se formó en la Universidad de Salamanca, fue Becario investigador de la Fundación Alexander von Humboldt en Múnich durante los años 1978- 1979, donde trabajó como redactor del Mittelateinisches Wörterbuch. Ha sido profesor en Salamanca, Santiago de Compostela y Valladolid. En la actualidad está jubilado, pero sigue colaborando en varios proyectos de investigación y pertenece al GIR Speculum medicinae de la Universidad de Valladolid, que él mismo fundó en el año 2005. Es un experto en crítica textual, en lexicografía, en literatura erótica latina y en textos médicos medievales y renacentistas. En estos campos ha publicado varios tratados teóricos, ediciones críticas y traducciones, además de numerosos artículos de su especialidad. Es un experto en la figura de Constantino el Africano, algunas de cuyas obras ha editado y traducido. También ha sido traductor de clásicos latinos como Ovidio y Marcial. Su experiencia en este terreno ha sido reconocida en 2017 con el Premio Internacional Gerardo de Cremona para la Promoción de la Traducción en el Mediterráneo, impulsado por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) a través de la Escuela de Traductores de Toledo. Ha dirigido casi una veintena de Tesis Doctorales y es director del Diccionario de andrología, ginecología y embriología (DILAGE, Brepols, 2018), que constituye un hito en la investigación sobre lexicografía médica latina. Dirige asimismo las colecciones de clásicos latinos, medievales y renacentistas de la editorial Akal. Pertenece al Comité Ciéntífico de varias revistas de su especialidad.
En la actualidad colabora en la edición y traducción española de las tres primeras Centuriae de casos clínicos del médico judío portugués Amato Lusitano (1511-1569), participando en el equipo de trabajo de dos Proyectos consecutivos (2013-2017 y 2018-2020) financiados por el MINECO.