Cantos Órficos: Dino Campana. ¿Quiere Usted Mate? Traducción de Antonio Nazzaro
Traducción, prólogo y video: Antonio Nazzaro.
Revisión de la traducción: Elizabeth Uribe Pérez.
Revisión literaria: Fredy Yezzed.
Gráfica: Stefhany Rojas Wagner.
Portada: Eleonora Buselli.
¿Quiere Usted Mate?
Antonio Nazzaro presenta la versión en español de los Cantos Órficos de Dino Campana
Traducir es una aventura. Traducir a Dino Campana es una peripecia pero sobre todo es viajar. Yo era un joven estudiante de secundaria desenfrenado cuando me encontré en las manos sus Cantos Órficos. Ya entonces tenía la costumbre de abrir una página al azar de los libros de poesía y comenzar a leer. El destino puso ante mis ojos el poema Pampa con su íncipit: ¿Quiere Usted Mate? No tenía ni la más mínima idea de lo que eran la Pampa ni el mate pero desde ese momento los Cantos me han acompañado en cada lugar donde he vivido y han marcado mi destino.
Ese mismo año, tenía quince años, junto con mi primo Dario compramos el primer boleto de tren Interrail decididos a llegar al sol de medianoche. Fue el comienzo de un viajar que aún no se ha detenido. Cuando en Narvik, Noruega, nos encontramos frente a este atardecer que no se oculta, con los compañeros de viaje, mientras algunos cantaban Because the Night de Patti Smith, yo leía esa frase: "¿Quiere Usted Mate? un español me preguntó en voz baja, como para no perturbar el profundo silencio de la Pampa (...)". Me separé del grupo imaginando que allá, más allá del horizonte estaba La Pampa. Muchos años después partía a un viaje a América Latina que se suponía que debía durar quince días y se convirtieron en más de veinte años.
Casi por juego y por amor infinito a la poesía empecé a traducir versos de poetas italianos y latinoamericanos mientras continuaba escribiendo poemas (mi primer poema fue publicado en 1982 en una antología titulada El rinoceronte entre las nubes (Genesi Edizioni), pero sin hacer pública mi poesía.
En 2016 el encuentro con Paolo Primavera y su esposa Alice Rifelli, quienes sacan adelante la editorial independiente Edicola Ediciones, que opera entre Chile e Italia, me propusieron el proyecto de la traducción de La Noche, el poema que abre los Cantos Órficos. Libro publicado y presentado en 2017 en la Feria Internacional del Libro de Santiago de Chile, donde Italia era el invitado de honor. Siempre había evitado traducir a Campana, me parecía que no estaba a la altura, pero entonces decidí que todos deberían poder leer a "mi Dino". Así comenzó un viaje que ha llegado a su fin el día de hoy, cuando en Argentina está saliendo: Dino Campana Suramericano, Cantos Órficos, por Abisinia Editorial.
Quiero precisar que mis traducciones de Campana nunca han estado movidas por el dinero, de hecho ambos proyectos los he querido realizar por amor al poeta de Marradi y el amor no tiene precio. En 2020 debido al Covid y a las ganas de estar cerca de mi pareja, Eleonora, regresé a Italia. Un día, mientras caminaba por las calles de Turín, recibí una llamada telefónica de Fredy Yezzed, amigo, poeta y editor colombiano que desde hace años vive en Argentina, preguntándome si quería traducir los poemas de Campana relacionados con su viaje a América Latina. No sé si por las restricciones de la pandemia o por el deseo de no querer desprenderme de esa tierra latinoamericana que ahora es mi tierra, pero de inmediato respondí que sí. Inevitablemente el proyecto se hizo cada vez más grande y de los poemas de Campana "Suramericano" hemos llegado a la decisión de traducir no solo todo el corpus de los Cantos sino también otros poemas que nos parecen hermosos e importantes. Se necesitaron dos años para cerrar el proyecto. Luego nos encontramos con un ensayo de Eugenio Montale sobre el famoso Cuaderno de Campana y decidimos incluirlo también. En el libro están presentes incluso algunos códigos QR que remiten a video poemas, mi otra gran pasión, que he realizado.
Dino Campana (Marradi, 1885 –1932)
Traducción de Antonio Nazzaro
Revisión: Elizabeth Uribe Pérez
Pampa
¿Quiere Usted Mate? un español me preguntó en voz baja, como para no perturbar el profundo silencio de la Pampa. —Las carpas se extendían a pocos pasos de donde estábamos sentados en círculo en silencio mirábamos por momentos furtivamente las extrañas constelaciones que doraban lo ignoto de la pradera nocturna. —Un misterio grandioso y vehemente nos hacía fluir con refrigerio de fresca veta profunda nuestra sangre en las venas: —que nosotros saboreábamos con voluptuosidad misteriosa— como en la copa del silencio purísimo y estrellado.
…..¿Quiere Usted Mate? Recibí el vaso y chupé la caliente bebida.
…..Tirado en la hierba virgen, de cara a las extrañas constelaciones yo me iba abandonando entero a los misteriosos juegos de sus arabescos, acunado deliciosamente por los ruidos atenuados del vivac. Mis pensamientos fluctuaban: se subseguían mis recuerdos: que deliciosamente parecían sumergirse para reaparecer a ratos lúcidamente trashumantes en la distancia, como por un eco profundo y misterioso, dentro de la infinita majestad de la naturaleza. Lentamente gradualmente yo ascendía hacia la ilusión universal: desde las profundidades de mi ser y de la tierra yo rebatía por las vías del cielo el camino venturoso de los hombres hacia la felicidad a través de los siglos. Las ideas brillaban con la más pura luz estelar. Dramas maravillosos, los más maravillosos del alma humana palpitaban y se respondían a través de las constelaciones. Una estrella fluyente en carrera magnífica marcaba en una línea gloriosa el final de un curso de la historia. Aligerada la balanza del tiempo parecía elevarse lentamente oscilando: —por un maravilloso instante inmutable en el tiempo y en el espacio alternándose los destinos eternos. . . .
…..Un disco lívido espectral apareció en el horizonte lejano perfumado irradiando reflejos gélidos de acero sobre la pradera. La calavera que se elevaba lentamente era la insignia formidable de un ejército que lanzaba formaciones de caballeros con las lanzas en ristre, agudísimas lucientes: los indios muertos y vivos se lanzaban a la reconquista de sus dominios de libertad en un arrebato fulmíneo. Las hierbas se doblaban con gemido ligero al viento de su paso. La conmoción del silencio intenso era prodigiosa.
…..¿Qué cosa huía sobre mi cabeza? Huían las nubes y las estrellas, huían: mientras que de la Pampa negra que huía por momentos en la salvaje negra carrera del viento ahora más fuerte ahora más débil ahora como un lejano fragor férreo: por momentos a la melancolía más profunda del errante un llamado: … de las crines de las hierbas sacudidas como a la melancolía más profunda del eterno errante por la Pampa sacudida como un llamado que huía lúgubre.
…..Estaba en el tren en marcha: tendido en el vagón sobre mi cabeza huían las estrellas y los soplos del desierto en un fragor férreo: encuentro las ondulaciones como de lomos de fieras al acecho: salvaje, negra, atravesada por vientos la Pampa que corría a mi encuentro para envolverme en su misterio: que la carrera penetraba, penetraba con la velocidad de un cataclismo: donde un átomo luchaba en el torbellino ensordecedor del lúgubre estrépito de la corriente irresistible.
…... . . . . . . . . . . . . . . . .
…..¿Dónde estaba? Yo estaba de pie: Yo estaba de pie: en la pampa en la carrera de los vientos, de pie en la pampa que volaba a mi encuentro: ¡para envolverme en su misterio! ¡Un nuevo sol me habría saludado en la mañana! ¿Yo corría entre las tribus indias? ¿O era la muerte? ¿O era la vida? Y nunca, me pareció que nunca aquel tren habría tenido que detenerse: mientras que el rumor lúgubre de las herramientas ya comentaba incomprensiblemente el destino. Luego el cansancio en el hielo de la noche, la calma. El tenderse sobre la placa de hierro, el concentrarse en las extrañas constelaciones fugaces entre leves velos plateados: y toda mi vida tan parecida a esa carrera ciega fantástica irrefrenable que me tornaba la mente en oleadas amargas y vehementes.
…..La luna iluminaba ahora toda la Pampa desierta e igual en un silencio profundo. Solo por momentos las nubes jugueteando un poco con la luna, sombras repentinas corriendo por la pradera y aún una claridad inmensa y extraña en el gran silencio.
…..La luz de las estrellas, ahora impasibles, era más misteriosa sobre la tierra infinitamente desierta: una patria más vasta el destino nos había dado: un calor natural más dulce estaba en el misterio de la tierra salvaje y buena. Ahora adormecido yo seguía desde los ecos de una emoción maravillosa, ecos de vibraciones cada vez más lejanas: incluso con los ecos la emoción maravillosa se apagó. Y fue entonces que en mi adormecimiento final yo sentí con deleite al hombre nuevo nacer: el hombre nace reconciliado con la naturaleza inefablemente dulce y terrible: deliciosamente y orgullosamente jugos vitales nacen desde las profundidades del ser: fluyen desde las profundidades de la tierra: el cielo como la tierra en lo alto, misterioso, puro, desierto de la sombra, infinito.
Pampa
Quiere Usted Mate? uno spagnolo mi profferse a bassa voce, quasi a non turbare il profondo silenzio della Pampa. — Le tende si allungavano a pochi passi da dove noi seduti in circolo in silenzio guardavamo a tratti furtivamente le strane costellazioni che doravano l’ignoto della prateria notturna. — Un mistero grandioso e veemente ci faceva fluire con refrigerio di fresca vena profonda il nostro sangue nelle vene: — che noi assaporavamo con voluttà misteriosa — come nella coppa del silenzio purissimo e stellato.
…..Quiere Usted Mate? Ricevetti il vaso e succhiai la calda bevanda.
…..Gettato sull’erba vergine, in faccia alle strane costellazioni io mi andavo abbandonando tutto ai misteriosi giuochi dei loro arabeschi, cullato deliziosamente dai rumori attutiti del bivacco. I miei pensieri fluttuavano: si susseguivano i miei ricordi: che deliziosamente sembravano sommergersi per riapparire a tratti lucidamente trasumanati in distanza, come per un’eco profonda e misteriosa, dentro l’infinita maestà della natura. Lentamente gradatamente io assurgevo all’illusione universale: dalle profondità del mio essere e della terra io ribattevo per le vie del cielo il cammino avventuroso degli uomini verso la felicità a traverso i secoli. Le idee brillavano della più pura luce stellare. Drammi meravigliosi, i più meravigliosi dell’anima umana palpitavano e si rispondevano a traverso le costellazioni. Una stella fluente in corsa magnifica segnava in linea gloriosa la fine di un corso di storia. Sgravata la bilancia del tempo sembrava risollevarsi lentamente oscillando: — per un meraviglioso attimo immutabilmente nel tempo e nello spazio alternandosi i destini eterni. . . .
…..Un disco livido spettrale spuntò all’orizzonte lontano profumato irraggiando riflessi gelidi d’acciaio sopra la prateria. Il teschio che si levava lentamente era l’insegna formidabile di un esercito che lanciava torme di cavalieri colle lance in resta, acutissime lucenti: gli indiani morti e vivi si lanciavano alla riconquista del loro dominio di libertà in lancio fulmineo. Le erbe piegavano in gemito leggero al vento del loro passaggio. La commozione del silenzio intenso era prodigiosa.
…..Che cosa fuggiva sulla mia testa? Fuggivano le nuvole e le stelle, fuggivano: mentre che dalla Pampa nera scossa che sfuggiva a ratti nella selvaggia nera corsa del vento ora più forte ora più fievole ora come un lontano fragore ferreo: a tratti alla malinconia più profonda dell’errante un richiamo: … dalle criniere dell’erbe scosse come alla malinconia più profonda dell’eterno errante per la Pampa riscossa come un richiamo che fuggiva lugubre.
…..Ero sul treno in corsa: disteso sul vagone sulla mia testa fuggivano le stelle e i soffi del deserto in un fragore ferreo: incontro le ondulazioni come di dorsi di belve in agguato: selvaggia, nera, corsa dai venti la Pampa che mi correva incontro per prendermi nel suo mistero: che la corsa penetrava, penetrava con la velocità di un cataclisma: dove un atomo lottava nel turbine assordante nel lugubre fracasso della corrente irresistibile.
…... . . . . . . . . . . . . . . . .
…..Dov’ero? Io ero in piedi: Io ero in piedi: sulla pampa nella corsa dei venti, in piedi sulla pampa che mi volava incontro: per prendermi nel suo mistero! Un nuovo sole mi avrebbe salutato al mattino! Io correvo tra le tribù indiane? Od era la morte? Od era la vita? E mai, mi parve che mai quel treno non avrebbe dovuto arrestarsi: nel mentre che il rumore lugubre delle ferramenta ne commentava incomprensibilmente il destino. Poi la stanchezza nel gelo della notte, la calma. Lo stendersi sul piatto di ferro, il concentrarsi nelle strane costellazioni fuggenti tra lievi veli argentei: e tutta la mia vita tanto simile a quella corsa cieca fantastica infrenabile che mi tornava alla mente in flutti amari e veementi.
…..La luna illuminava ora tutta la Pampa deserta e uguale in un silenzio profondo. Solo a tratti nuvole scherzanti un po’ colla luna, ombre improvvise correnti per la prateria e ancora una chiarità immensa e strana nel gran silenzio.
…..La luce delle stelle ora impassibili era più misteriosa sulla terra infinitamente deserta: una più vasta patria il destino ci aveva dato: un più dolce calor naturale era nel mistero della terra selvaggia e buona. Ora assopito io seguivo degli echi di un’emozione meravigliosa, echi di vibrazioni sempre più lontane: fin che pure cogli echi l’emozione meravigliosa si spense. E allora fu che nel mio intorpidimento finale io sentii con delizia l’uomo nuovo nascere: l’uomo nascere riconciliato colla natura ineffabilmente dolce e terribile: deliziosamente e orgogliosamente succhi vitali nascere alle profondità dell’essere: fluire dalle profondità della terra: il cielo come la terra in alto, misterioso, puro, deserto dall’ombra, infinito.
Dino Campana (Marradi, 1885 –1932) es una figura controvertida, fascinante y anómala en su condición de poeta en la Italia del primer Novecento. Ha sido definido como poeta simbolista (“el Rimbaud Italiano”), expresionista, hermético, moderno y experimental. Uno de los elementos cautivadores de Campana es la particularidad del lenguaje de sus textos, líricas y poemas en prosa y también su vida de inadaptado, anárquico, consumidor sin medida de experiencias y sometido por la locura en toda la parte final de su breve vida.
Antonio Nazzaro (Turín, Italia, 1963). Periodista, poeta, traductor, video artista y mediador cultural. Fundador y coordinador del Centro Cultural Tina Modotti. Colabora con las revistas italianas Atelier, Fuori/Asse y Crackers y latinoamericanas PoÆrea (Chile), Ablucionistas (México) y Taller Igitur (México). Director de la colección de poesía latinoamericana Territorio d’Incontro por Edizioni Arcoiris (Italia), de la colección de poesía italiana Territorio de Encuentro por Uniediciones (Colombia) con el patrocinio del Instituto Italiano de Cultura de Bogotá, y de la colección de poesía Stanze por Edizioni Carpa Koi (Italia). Ha realizado publicaciones bilingües en italiano y español de los libros Olor a, Turín Caracas sin retorno (Edizioni Arcoiris, Italia, 2015) y Appunti dal Venezuela. 2017: vivere nelle proteste (Edizioni Arcoiris, Italia, 2017) así como de los poemarios Amor migrante y el último cigarrillo (RiL Editores, Chile/Arcoiris, Italia, 2018) y Cuerpos humeantes (Uniediciones, Colombia, 2019). En la India recibió en el Naji Naaman literary prizes 2019 el premio por la mejor obra social con el libro Appunti dal Venezuela. 2017: vivere nelle proteste. Solo entre 2020 y 2022 ha traducido los poemarios: Fárrago de Marco Amore (Uniediciones, Colombia/Samuele Editore, Italia, 2020); Olimpia de Luigia Sorrentino (Ril Editores, Chile, 2020); Estaciones Remotas de Stefano Simoncelli (Carpa Koi, Italia/Uniediciones, Colombia, 2021); Casa de los huesos de Prisca Agustoni (Pro Helvetia, Suiza/Ril Editores, Chile, 2021); Poemas de la oscuridad de Giuseppe Nibali (Uniediciones Sello Editorial, Colombia, en coedición con Carpa Koi, Italia, 2022); Dino Campana Suramericano, Cantos Órficos y otros poemas de Dino Campana (Abisinia Editorial, Argentina, 2022).