La realidad tiene muchas capas. Por Enid Carrillo

 

 

 

La realidad tiene muchas capas está publicado en la Segunda Antología de Escritoras Mx/2019,  el libro compila las veinticinco narraciones ganadoras del Segundo Certamen Nacional de Cuento organizado por la plataforma digital Escritoras.mx.

 

 

 

 

 

 

 

 

La realidad tiene muchas capas

 

Enid Carrillo

 

 

Desde el anonimato del silencio hice cosas horribles con un hombre. Lo convertí en un vagabundo de la noche que no podría dormir aunque matara. Desvelado, hice que cumpliera todos mis caprichos: lo llevé a vivir a una ciudad sin mar sólo porque eso era lo que él más amaba. Allí, dejé que extrañara al niño que fue cuando volaba cometas en el cielo anaranjado de Hawái.

Lo hice mudarse de nuevo ¡Con lo que odia los cambios! Lo incité a probar frutos prohibidos y a que amara todo lo que eclipsa y ensombrece. Le di un dios para que creyera en la vida después de la muerte y luego le mostré muerte para ya no pudiera creer en nada. Le quité el don del llanto y le dejé los libros de Salinger para cavar en sus heridas. Ya desolado, lo dejé frente a la desdicha que produce el vacío de saber que no había más camino para él que el que yo quisiera.

Escribí con precisión de relojero inglés cada momento de su vida. Lo hice nacer de entre las muchas palabras con las que vine al mundo, pero decidí ser cruel.

A veces eso hacemos las escritoras.

Pero desde hace días, el hueco de la mano con que escribo se ha hecho inmenso. Esta mañana, estaba redactando un momento en el que este hombre, al que llamé Mark, subía a un taxi que lo llevaría a la tragedia, pero me quedé dormida por culpa de una inesperada languidez que se apoderó de mí y me hizo tumbarme en plena mesa. Recuerdo el olor a cáscara de naranja y a ensalada vieja que estaban en la cocina. Me perdí en los sueños un rato, no sé cuánto tiempo pasó, pero de entre una especie de neblina acústica, escuché en la radio que habían matado a John Lennon.

Cuando desperté, no pude encontrar a mi personaje por ningún lado. Busqué entre las hojas por si acaso se encontraba perdido en alguna de ellas, reviviendo dolores añejos. Pero no. No dejó una nota, una carta de despedida, nada. Cobarde, este hombre huyo del fatal destino que le tenía preparado, estoy segura de que escuchó todo cuando se lo contaba a mi editora por teléfono y me dejó aquí, con un trabajo a medias que me ayudaría a llegar a fin de mes.

Porque eso también hacemos las escritoras: sobrevivir.

Al paso de las horas, las palabras me faltan y me asustan. Algo me dice que Mark no

regresará. Vuelvo sobre mi escritura para repasar la ruta de mi personaje y nace en mí una

horrible sospecha: en la maleta que llevaba había una pistola que tenía cinco balas del mismo calibre con las que mataron a Lennon; el taxi al que subió tenía instrucciones para llegar al Edificio Dakota donde — según mis planes — Mark mataría a un sujeto del que nunca supo el nombre porque dejé de escribir.

La realidad tiene muchas capas, no sé en cual se encontrara mi pluma, pero siento que he

cruzado los límites de toda lógica. Enciendo la tele y en las noticias veo a un hombre que

siento haber escrito de principio a fin; me acerco lo suficiente a la pantalla para reconocerlo.

Lo miro con cuidado, tiene los ojos que le di; puedo ver en ellos todas las historias que escribí durante semanas. Tengo miedo. Pienso que si los personajes son proyecciones de aquello que nos resulta inaceptable, toda nuestra oscuridad es revelada cuando los creamos ¿Qué soy entonces? ¿De dónde ha salido esta tenebrosidad? No lo sé, por ahora sólo hay una certeza: Mark ya no es papel. Está allí en la pantalla, tan vivo como yo; violento y engreído, orgulloso de verme a los ojos, arrojándome al abismo.

No quiero creerlo.

 

 

 

 

Enid Carrillo (Pachuca, Hidalgo, 1988). Comunicóloga por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y Maestra en Desarrollo Urbano Sustentable por El Colegio del Estado de Hidalgo. Doctora en Ciencias Sociales y Humanidades de la UAEH. Autora de La noche nunca termina (2019), obra ganadora del Premio Estatal de Cuento Ricardo Garibay 2018. Es una de las ganadoras del Segundo Concurso Nacional de Cuento del proyecto Escritoras Mexicanas (2019). Ha publicado cuento en las antologías  Lotería (2020)  y la Primera Antología de Cuento de Escritores Hidalguenses (2015) ambos  publicados por Editorial Elementum. Algunos de sus cuentos se han publicado  en medios impresos y digitales.

 

 

 

 

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