El espejo
Jorge A. González
“La vanidad de una persona es la destrucción de la belleza misma”
Jorge A. González Todos en algún momento hemos escuchado hablar de que los espejos, son puertas o entradas a otros mundos, también que, al mirarnos en uno, a la medianoche, se revela nuestra verdadera personalidad.
Pues algo de esas historias le sucedió a Antonieta, una joven alegre, delgada, de buen cuerpo, realmente una joven muy guapa. Sin embargo, tenía un defecto bastante marcado, era una mujer muy vanidosa, no pasaba ni un día, sin que se viera en el espejo en la mañana, tarde o noche, ella siempre tenía un espejo a su lado. Toda esta situación ya era una obsesión para ella, pero no lo aceptaba, en la escuela no le hablaba casi a nadie, pues ella decía que no cualquiera era merecedora de su amistad, pues se creía la más hermosa de la escuela y hacia lo posible para que todos, siempre la voltearan a mirar, era realmente una mujer muy vanidosa.
Un día común y cualquiera un grupo de amigas cercanas a Antonieta, pero ya fastidiadas y, aburridas de que les dijera lo que debían usar, como arreglarse, y aparte de que las criticaba. Decidieron jugarle una broma e invitarla a jugar el juego de la QUIJA, pues le contaron a Antonieta que, al tratar de invocar a uno de esos espíritus, encontraría la forma de permanecer joven y conservar su belleza.
Ella acepto sin ninguna vacilación y, se encamino con sus amigas a una casa abandonada completamente en ruinas, estando ahí se dice que comenzaron a jugar e invocar a espíritus malignos en nombre de Antonieta para que le dieran la juventud por siempre, pero no midieron los riesgos que esto provocaría, el cielo se tornó nublado, con truenos estruendosos y así la casa quedo iluminada de un rojo sangriento, las amigas salieron corriendo de ese lugar y dejaron ahí a Antonieta la que aun con temor termino el llamado, pues quería ser siempre hermosa.
En los días siguientes, en la casa comenzó a sentir que alguien la observaba, pero al voltear no encontraba a nadie, -que está pasando. se preguntaba.
Parecía que tenía delirio de persecución, pero ya había ido a hacerse un chequeo médico para que la revisaran y no le encontraban nada.
Esta sensación fue creciendo y aumentando el temor de Antonieta, pues ya no era solamente que alguien la observara, sino que también empezó a escuchar voces que le hablaban y la amenazaban con asesinarla. Todo esto la tenía en vela, pues no podía dormir por la inquietud, de pensar que alguien entrara y la matara, pero a pesar de eso seguía teniendo muy cerca su espejo de bolsillo, tres en su cuarto, dos abajo y uno cerca de la puerta de la entrada.
Pasado un mes de toda esta situación, un día que llego temprano a casa cansada y con bastante sueño por las desveladas, cuando iba pasando por el pasillo donde tenía uno de sus espejos, se observó, se arregló el cabello, cuando se iba a retirar miro, que su propia imagen se había congelado, pues por más que se movía, su reflejo seguía inmóvil. Esto la lleno de un terror desquiciante, comenzó a escuchar unas risas macabras y fue cuando se dio cuenta que provenían del interior del espejo, recordó la noche que jugó con la tabla QUIJA y que alguien o algo quería algo de ella, -déjenme en paz, váyanse de aquí. Gritaba Antonieta muy fuerte.
Empezaron a volar cosas y a romperse en toda la casa, así que fue corriendo a la habitación y al girar al tocador vio que su propio reflejo le hablaba, -acércate, Antonieta, soy tú, no querías ser bella por siempre, para conseguirlo necesitas acercarte, tocar el espejo las dos juntas. Antonieta se fue acercando,
-¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí? Márchate.
Cuando quedaron frente a frente, el ser del espejo salió del él y se abalanzo contra Antonieta,
-maldita vente conmigo, jajajaja. Jamás te dejare ir.
Antonieta gritaba y no podía zafarse, el ser era bastante fuerte, que consiguió jalarla hacia el interior del espejo, donde se dice que aún vive y vivirá por siempre y nunca envejecerá.
Ella consiguió lo que quería, pero a que costo, el ser o el reflejo de Antonieta ocupo su lugar en el mundo real y oculto los espejos de la casa en el sótano, para que Antonieta no tratara de salir.
Según cuentan, aún existe ese espejo y se observa a Antonieta que pasa caminando aun joven, esperando salir de él.
Mi nombre es Jorge Armando González Lara, nací en León, Gto., el 15 de Septiembre de 1987 mis padres son Antonio y Rosalba, tengo tres hermanos, estoy casado, mi esposa se llama Karina, es quien me ha ayudado en la realización de este sueño. Termine la universidad en el Instituto de Educación Superior José Vasconcelos, graduándome en 2010 de Licenciado en Educación Primaria. Actualmente trabajo en la Escuela Primaria Juan Escutia de León, Gto.