Narrativa

Ciclo de letras inglesas. La novia triste: Rachel B. Glaser (Estados Unidos). Traducción de Lysistrati Ainatzis

 

 

 

 

Empezamos un ciclo de traducción de letras inglesas, coordinado por Juan Manuel Esquivel. Las traducciones son realizadas por distintos autores que actualmente están cursando el Diplomado en Formación de Traductores Literarios en la ENALLT.

 

 

 

 

La novia triste

Rachel B. Glaser (Estados Unidos)

 

Traducción de Lysistrati Ainatzis

 

 

Ella y su psicoanalista pasaron buena parte de una tarde analizando un “a-m-o-r” fijado al final de una carta. “¿Los guiones son por su fuerza?”

“No, los guiones son palos en el amor. Cortan la palabra. Esparcen el amor sobre la página hasta hacerlo nada. Es un amor débil.”

“¿Son cadenas los guiones?”

“Los guiones son agujas”

“¿Será que solo son juguetones esos guiones? Tal vez están influenciados por el hip hop”

“Son agujas” Un suspiro escapa del aire acondicionado. “Tengo la certeza de que son agujas”

Miércoles, clase de yoga para principiantes. Toma su lugar. Durante una pausa se queda dormida. El resto asume que está meditando. Tratan de no clavarle la mirada. Se estiran. La novia triste despierta con un sobresalto. Se lame la baba de la mejilla. “Solo estaba meditando”, explica en voz alta. Algunas personas asienten.

“¿Qué viste?” susurran, “¿Qué descubriste?”

El retrato de una novia triste puede hallar sombra en muchas siluetas: tratando de llorar en el baño; batallando con el cinturón de seguridad de asientos traseros; frunciendo el entrecejo bajo el peso de un brazo. Creciendo, las niñas ambicionan ser novias. Cuántas velas de cumpleaños mueren por ello

“Al principio todo estaba oscuro. Podía escuchar la instrucción perro boca abajo. Vi números y los números vestían colores. Después estaba en un Starbucks, pero todo estaba hecho de agua. El suelo era de aguas poco profundas, y las paredes eran agua honda. Había diferentes tazas y cada una contenía una broma”. Un murmullo se extendió en la clase.  “¿Qué clase de broma” “¿La probaste?” “¿Estuve yo en tu meditación?” El instructor les silencia con un movimiento de su mano.

Tim McWilliams mira a su novia a través de sus anteojos. ¿Triste de nuevo? ¿Y por qué? ¿Por helado de fresa arrojado sobre el de chocolate y vainilla? ¿No puede una cuchara cucharear alrededor? “El helado de fresa sabe a todo menos a fresas.  Es un recordatorio desagradable”. Tim McWilliams ha gastado una fortuna en estrenos de Blockbuster. ¿No puede la noche recuperarse en la oscuridad?

Puede parecer que nada ocurre. Las nubes hacen lo suyo sobre los edificios. Los comerciales se enfilan en los cortes comerciales. Una historia hace meandros sin trama discernible. Pero detrás de estas pantallas, un mundo respira alientos sobre alientos ya respirados. Brad Pitt poco a poco se desenamora y se enamora de un amor nuevo. Materia en energía, energía en luz.

La novia triste pinta sus uñas con esmalte. Decide cambiarse de ropa antes de que el esmalte haya tenido tiempo de secar. El esmalte se corre. Ella no llora. Limpia la uña con papel higiénico y el papel se pega. Utiliza quitaesmalte, lo  cual la marea. O no la marea. O si la marea. Revisa g-mail. Revisa g-mail. Revisa g-mail.

“Una película de Kim Basinger hizo que mi relación pareciera aburrida.” El reloj arrastra su minutero constante y parejo.

“¿Qué fue lo primero que te atrajo de Tim?” Pregunta la psicoanalista, buscando puntas abiertas en su cabello.

La novia triste espera por el metro presionando su tarjeta en los labios. Camina en el borde de la plataforma y mira dentro del túnel. ¿Dónde están los brillantes ojos del tren? Una pareja se recarga en la pared esperando, abrazándose de aburrimiento. Viene el tren. Todo mundo se sienta. El tren arranca. Al interior, nadie se mueve. Los ojos de quienes van a bordo vagan intranquilos de los anuncios hacia otras personas, y después rápido a través de la ventana hacia los solitarios túneles con sus repetitivos grafitis. “Estábamos en una piscina y sus pestañas se adherían unas con otras como puntas de una corona. Eso me resultó atractivo.”

La novia triste siente una sensación en su estómago. Se queda muy quieta. No hay otras chicas en el vagón. Cruza los brazos sobre las tetas. Hace una cara poco atractiva. Hay una gran mierda en mi estómago y se rehúsa a salir por mi culo. El vagón del metro se detiene en una estación. La psicoanalista flota dentro del Starbucks, “¿Por qué crees que sea?” Creo que tiene miedo. Toda la gente en el vagón tiene la cara seria. Si la novia triste deja que su mirada permanezca demasiado tiempo sobre algún hombre, el hombre podría después entrar a Craigslist y publicar una entrada sobre conexiones perdidas.

La novia triste busca infantes pequeños en quien apostar su fe. Durante las paradas del metro, encuentra útil concentrar su miedo y su esperanza en un niño pequeño. No hay ninguno a la vista. Se va la luz. El vagón espera en la ansiosa oscuridad. Es probable que el conductor haya sido asesinado por terroristas. La psicoanalista presiona entre sus dedos los delgados mediocabellos de la punta abierta. Será que induzcan un coma colectivo o entren con  induzcan un coma colectivo con gas o entren con cuchillos, balas, flamas. El terrorismo se ensaña con Nueva York porque es la gran máquina de pinball de este país. La línea de su horizonte asemeja una hilera de botellas esperando a ser derribada como en una cantina. Ningún anuncio por parte del conductor del metro. La psicoanalista jala para ver hasta qué punto la punta abierta se abrirá. La novia vuelve a buscar un niño.

En este año de principios de los dos miles, la ansiedad se encuentra dentro. Está rodeada de objetos estáticos, paredes muy blancas y muy lisas. Afuera, los árboles resuenan, los pájaros charlotean, y una hormiga se arrastrará sobre tu pierna incluyéndote. Pero dentro, el único sonido que acompaña al aire acondicionado es el quejido metálico de una alarma mal programada. M4w, tren E, 3 de la mañana. Eras la chica triste vestida con una camiseta azul y bermudas blancas/gris claro. Yo, con pantalones cargo color caqui, camiseta negra/logo blanco, lentes oscuros, bob marley sonaba en el aleatorio de mi iPod. Tenías el cabello ondulado sujeto por detrás, y después lo soltaste. Tienes una asombrosa belleza natural.

La novia triste talla la tarjeta del metro en su cara. La tinta le ha manchado la nariz. ¿Vale la pena ponerse un vestido? Durante el día puede sentirse relajante, pero ya de noche es solo una bandera ondulando para los violadores. La novia triste se da cuenta de que sus ojos han estado reposando en los ojos de alguien más. Ese alguien más sonríe. Te sientas cerca de la puerta. Lancé algunas miradas furtivas, no miré con detenimiento, pero eso es lo que querría. Eras asombrosa. Si sucede que lees esto y estás disponible/interesada envíame un correo.

A veces, conseguir novio se siente como ser reclutada por la NBA. Pues bien, siempre quise jugar, desde que siendo pequeña veía los partidos. Creo que realmente puedo ayudar a este equipo a recuperarse de sus recientes dificultades. ¿Cuál será el último pensamiento comprendido en deambular hoscamente por su cerebro? Su familia le parece tan lejana como una fotografía en una cartera. Su lápida se erigirá recta mientras la vida de Brad Pitt continúa su caprichoso camino.

Sobre el metro, el mundo está viviendo su ruidosa existencia. Tanto Craigslist marea los ojos matutinos.  Hombres corpulentos arrojan luces pequeñas sobre licencias de conducir. ¿Por qué construyeron edificios sobre nuestro cielo? Es solo ocasionalmente que vemos la luna, pero se supone que es lo principal allá arriba. Tomas el tren desde Astoria hacia Manhattan. Mides menos de 1,70, eres pequeña, cabello corto y oscuro muy lindo, siempre vistes casual: camiseta, pantalones cargo, etc. Creo que eres griega. Nunca sonríes. Eres increíblemente sensual y raramente alzas la vista de tu sudoku.

El mundo llegó a su fin. Terminó cuando Cris Colón orinó en tierra. Cuando Jesús murió y todo mundo se obsesionó con él. En el 2000 cuando todo iba a joderse y luego nada se jodió en absoluto. Todo el próximo milenio se extendió en su apertura, sus diez siglos disponibles, sus décadas en hileras. Nadie nos mira poner papel higiénico sobre asientos mojados de baños públicos. Cargamos el agua en tazas, dibujamos lentes solares al sol. Debí haber dicho algo pero no pude pensar en nada que no fuera lamentable. Te veías tan cansada, encorvándote en tu blusa. Permíteme atenderte. Te veo la mayoría de los días laborales. Entramos al vagón por las mismas puertas y salimos en Penn. Tienes el cabello oscuro a la altura de los hombros, algunas veces lo llevas aún mojado por las mañanas. Me da vergüenza saludar. Me había asombrado tu belleza y me impresionó y nunca me impresiono con nadie y por nada.  Eventualmente tendré que decirte algo, tal vez cuando te vea caminando por la 22 hacia la parada, sandalias que marcan los golpes de mi corazón. Te sentaste a mi lado hasta que bajé en Times Sq. el conductor dijo: tengan cuidado en la estación de la calle 59 y yo dije: ¿cuidado de qué? Nos miramos y tú asentiste.

La novia puede morir una terrible muerte de terroristas. No habrá infancias que mirar con ojos honestos. La psicoanalista estará muy descontenta. La novia triste había intentado mirar las noticias del mundo, pero las historias carecían de los detalles necesarios para captar su atención.  Brad Pitt se enamoró de una chica que no usa zapatos cuando no lo desea. Tener un novio es actuar en el centro privilegiado de una historia. Estar triste es flotar por lo bajo, un estado mental emparejado con la gravedad, sentir el interior y el exterior tan fuerte que timbra tu cabeza. Esto está siendo escrito para el ángel que compartió su botella de agua con una persona indigente durante la ola de calor. Vestías un atuendo beige traslúcido. Tenías una hermosa complexión dorada. Creo que eres italiana. Espero que estés allá afuera.

 

 

 

 

Rachel B. Glaser es oriunda de Nueva Jersey y tiene una joven carrera. Pese a ello, su exploración estilística se ha desempeñado con mérito tanto en la novela, la poesía y el cuento corto, como en la enseñanza de la misma. Asimismo, su carrera se sustenta sobre las bases de la relación que mantiene respecto a la academia y las instituciones educativas estadounidenses, que la han visto formarse en las artes y las letras y que fungen como propulsores para su escritura. Nacida en 1982, pertenece a una generación que cuestiona los estatutos en términos de estilo, temáticas, enunciaciones y reflexiones. De tal suerte que los objetos adoptados por la autora para tejer a su alrededor las palabras son de una naturaleza próxima, introspectiva, pero también, urbana y contemporánea.

 

 

 

 

Lysistrati Ainatzis es de doble ascendencia, griega y mexicana, llevada desde siempre por la extrañeza, siempre un poco ajena, extraña ella misma. Nacida a la mitad del año 1990, en la ciudad de México. Estudió Antropología Social en la ENAH, manteniendo simultáneamente una relación de interés y curiosidad respecto al lenguaje, no solo por cuanto hace en su dimensión social, sino también en la subjetiva.  Heredó de su padre una fascinación por desmenuzar las pequeñas partes significantes que llenan y alumbran las palabras. Esta fascinación tiene por muletilla o pivote el idioma griego que aprendió al migrar al país de su padre siendo muy joven y con el exceso de atrevimiento que conlleva dicha juventud. Afecta del lenguaje, peregrina de los caminos de divinidades errantes y sabias, antiguas como la pezuña fosilizada o sublimes como las danzas en las copas de los árboles.  Traductora del inglés y del griego por instinto, curiosidad y juego, y en curso de la profesionalización en ello en el Diplomado en Formación de Traductores Literarios de la ENALLT.