Cesare Pavese (Italia, 1908-1950): Vendrá la muerte y tendrá tus ojos. Traducción: José Palacios
Estos poemas aparecen publicados en Vendrá la muerte y tendrá tus ojos. Cesare Pavese. Traducción de José Palacios. 2005. Edición bilingüe. Formato 12.5x20.5. Encuadernación rústica. Edición limitada de veinte ejemplares numerados.
Cesare Pavese (Italia, 1908-1950)
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
(11 de marzo - 11 de abril de 1950)
Traducción: José Palacios
Por la mañana siempre vuelves
El resplandor del alba
respira con tu boca
al final de las calles vacías.
Luz gris tus ojos,
dulces gotas del alba
en las colinas oscuras.
Tu paso y tu aliento
como el viento del alba
sumergen las casas.
La ciudad se estremece,
huelen las piedras –
eres la vida, el despertar.
Estrella perdida
en la luz del alba,
silbido de la brisa,
tibieza, respiro –
ha acabado la noche.
Eres la luz y la mañana.
20 de marzo de 1950
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
– esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo pesar
o un vicio absurdo. Tus ojos
serán una vana palabra,
un grito callado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas
ante el espejo. Oh esperanza,
ese día también nosotros sabremos
que eres la vida y eres la nada.
Para todos la muerte tiene una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como abandonar un vicio,
como ver aparecer en el espejo
un rostro muerto,
como escuchar un labio cerrado.
Descenderemos al abismo mudos.
marzo 1950
Pasaré por Piazza di Spagna
Habrá un cielo claro.
Se abrirán las calles
sobre la colina de pinos y de piedra.
El tumulto de las calles
no cambiará ese aire tranquilo.
Las flores salpicadas
de colores en las fuentes
pestañearán como mujeres
felices. Las escaleras
las terrazas, las golondrinas
cantarán al sol.
Se abrirá aquella calle,
las piedras cantarán,
el corazón batirá estremecido
como el agua en las fuentes–
esa será la voz
que subirá tus escaleras.
Las ventanas sabrán
el olor de la piedra y del aire
de la mañana. Se abrirá una puerta.
El tumulto de las calles
será el tumulto del corazón
en la pálida luz.
Serás tú – tranquila y clara.
28 de marzo de 1950
La noche que tú dormías
También la noche se te parece,
la noche remota que llora
muda, dentro del corazón profundo,
y la estrellas pasan cansadas.
Una mejilla toca una mejilla –
es un escalofrío, alguien
se debate y te implora, solo,
perdido en ti, en tu fiebre.
La noche sufre y anhela el alba,
pobre corazón estremecido.
O rostro impenetrable, oscura angustia,
fiebre que entristeces las estrellas,
hay quien como tú espera el alba
escrutando tu rostro en silencio.
Estás echada bajo la noche
como un cerrado horizonte muerto.
Pobre corazón estremecido,
un día lejano eras el alba.
4 de abril de 1950
Lo spiraglio dell'alba
respira con la tua bocca
in fondo alle vie vuote.
Luce grigia i tuoi occhi,
dolci gocce dell'alba
sulle colline scure.
Il tuo passo e il tuo fiato
come il vento dell'alba
sommergono le case.
La città abbrividisce,
odorano le pietre ‒
sei la vita, il risveglio.
Stella sperduta
nella luce dell'alba,
cigolio della brezza,
tepore, respiro ‒
è finita la notte.
Sei la luce e il mattino.
20 marzo 1950.
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi -
questa morte che ci accompagna
dal mattino alla sera, insonne,
sorda, come un vecchio rimorso
o un vizio assurdo. I tuoi occhi
saranno una vana parola
un grido taciuto, un silenzio.
Così li vedi ogni mattina
quando su te sola ti pieghi
nello specchio. O cara speranza,
quel giorno sapremo anche noi
che sei la vita e sei il nulla.
Per tutti la morte ha uno sguardo.
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi.
Sarà come smettere un vizio,
come vedere nello specchio
riemergere un viso morto,
come ascoltare un labbro chiuso.
Scenderemo nel gorgo muti.
marzo 1950.
Passerò per Piazza di Spagna
Sarà un cielo chiaro.
S'apriranno le strade
sul colle di pini e di pietra.
Il tumulto delle strade
non muterà quell'aria ferma.
I fiori spruzzati
di colori alle fontane
occhieggeranno come donne
divertite. Le scale
le terrazze le rondini
canteranno nel sole.
S'aprirà quella strada,
le pietre canteranno,
il cuore batterà sussultando
come l'acqua nelle fontane -
sarà questa la voce
che salirà le tue scale.
Le finestre sapranno
l'odore della pietra e dell'aria
mattutina. S'aprirà una porta.
Il tumulto delle strade
sarà il tumulto del cuore
nella luce smarrita.
Sarai tu - ferma e chiara.
28 marzo 1950.
The night you slept
Anche la notte ti somiglia,
la notte remota che piange
muta, dentro il cuore profondo,
e le stelle passano stanche.
Una guancia tocca una guancia -
è un brivido freddo, qualcuno
si dibatte e t'implora, solo,
sperduto in te, nella tua febbre.
La notte soffre e anela l'alba,
povero cuore che sussulti.
O viso chiuso, buia angoscia,
febbre che rattristi le stelle,
c'è chi come te attende l'alba
scrutando il tuo viso in silenzio.
Sei distesa sotto la notte
come un chiuso orizzonte morto.
Povero cuore che sussulti,
un giorno lontano eri l'alba.
4 aprile 1950.