Poesía nueva: César Vallejo
Favorables París Poema, Nº 1, París, julio de 1926, también en Amauta, Nº 3, Lima, noviembre de 1926, y en la Revista de Avance, vol. 1, Nº 9, La Habana, agosto de 1926.
POESÍA NUEVA
César Vallejo
Poesía nueva ha dado en llamarse a los versos cuyo léxico está formado de las palabras «cinema, motor, caballos de fuerza, avión, radio, jazz-band, telegrafía sin hilos», y en general, de todas las voces de las ciencias e industrias contemporáneas, no importa que el léxico corresponda o no a una sensibilidad auténticamente nueva. Lo importante son las palabras.
Pero no hay que olvidar que esto no es poesía nueva ni antigua, ni nada. Los materiales artísticos que ofrece la vida moderna, han de ser asimilados por el espíritu y convertidos en sensibilidad. El telégrafo sin hilos, por ejemplo, está destinado, más que a hacernos decir «telégrafo sin hilos», a despertar nuevos temples nerviosos, profundas perspicacias sentimentales, amplificando videncias y comprensiones y dosificando el amor: la inquietud entonces crece y se exaspera y el soplo de la vida se aviva. Esta es la cultura verdadera que da el progreso; éste es su único sentido estético, y no el de llenarnos la boca con palabras flamantes. Muchas veces las voces nuevas pueden faltar. Muchas veces un poema no dice «cinema», poseyendo, no obstante, la emoción cinemática, de manera oscura y tácita, pero efectiva y humana. Tal es la verdadera poesía nueva.
En otras ocasiones el poeta apenas alcanza a combinar hábilmente los nuevos materiales artísticos y logra así una imagen o un «rapport» más o menos hermoso y perfecto. En ese caso ya no se trata de una poesía nueva a base de palabras nuevas como en el caso anterior, sino de una poesía a base de metáforas nuevas. Mas, también, en este caso hay error. En la poesía verdaderamente nueva pueden faltar imágenes o «rapports» nuevos ―función ésta de ingenio y no de genio― pero el creador goza o padece allí una vida en que las nuevas relaciones y ritmos de las cosas se han hecho sangre, célula, algo, en fin, que ha sido incorporado vitalmente en la sensibilidad.
La poesía nueva a base de palabras o de metáforas nuevas, se distingue por su pedantería de novedad y, en consecuencia, por su compilación y barroquismo. La poesía nueva a base de sensibilidad nueva es, al contrario, simple y humana y a primera vista se la tomaría por antigua o no atrae la atención sobre si es o no moderna.
Es muy importante tomar nota de estas diferencias.
César Abraham Vallejo Mendoza (Santiago de Chuco, Perú, el 16 de marzo de 1892-15 de abril de 1938). Fue el menor de once hermanos, su abuelo era un sacerdote gallegony su abuela una india mestiza. La familia pensó en dedicarlo al sacerdocio, lo cual marcó su formación y explica la presencia en su poesía de abundante vocabulario bíblico y litúrgico. Sus estudios primarios los realizó en el mismo Santiago de Chuco, pero desde abril de 1905 hasta 1909 estudió la secundaria en el colegio San Nicolás de Huamachuco. Inició los estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Trujillo y de Derecho en la Universidad de San Marcos (Lima), pero abandonó sus estudios para instalarse como maestro en Trujillo. En 1916 frecuentó el grupo El norte y se enamoró de María Rosa Sandoval, pero no tardó en irse a la Lima, donde conoció a lo más selecto de la intelectualidad limeña. En 1918 publicó su primer poemario: Los heraldos negros, en el que son patentes las influencias modernistas, sobre todo de Julio Herrera y Reissig. En esta época trabajó como profesor en el colegio Barros, y en el Colegio Guadalupe. Su madre murió en 1920 y al volver a Santiago de Chuco fue encarcelado injustamente durante cien días, acusado de haber participado en el incendio y saqueo de una casa. En la cárcel escribió la mayoría de los poemas de Trilce. Trilce anticipó gran parte del vanguardismo que se desarrollaría en la década de los veinte. En este libro Vallejo lleva la lengua española a límites insospechados: inventa palabras, fuerza la sintaxis, emplea la escritura automática. Cuando es liberado embarcó en el vapor Oroya el 17 de junio de 1923 en dirección a Europa. Llegó a París el 13 de julio. Allí consiguió mantenerse como redactor en Variedades, Amauta, El Comercio y Mundial, pero lo importante fue que inició su amistad con dos de los grandes poetas hispanoamericanos: Juan Larrea, Vicente Huidobro, Pablo Neruda y conoció a Tristán Tzara. En 1930 el gobierno español le concedió una modesta beca para escritores. En 1932 se afilió al Partido Comunista Español, regresó a París, donde vivió en la clandestinidad, y donde, tras estallar la guerra civil, reunió fondos para la causa republicana, que le inspiró una de sus últimas obras: España, aparta de mí este cáliz. En París se casó con Georgette Phillipart en 1934. César Vallejo falleció el 15 de abril del 1938, un viernes santo con llovizna en París.