Poesía andalusí: Ibn Zamrak (Granada, España, 1333-1394)
Ibn Zamrak (Granada, 1333-1394)
Abū ÿAbd Allāh Muḥammad b. Zamrak
«Bendito sea Aquél que otorgó al imán Mohamed
las bellas ideas para engalanar sus mansiones.
Pues, ¿acaso no hay en este jardín maravillas
que Dios ha hecho incomparables en su hermosura,
y una escultura de perlas de transparente claridad,
cuyos bordes se decoran con orla de aljófar?
Plata fundida corre entre las perlas,
a las que semeja belleza alba y pura.
En apariencia, agua y mármol parecen confundirse,
sin que sepamos cuál de ambos se desliza.
¿No ves cómo el agua se derrama en la taza,
pero sus caños la esconden enseguida?
Es un amante cuyos párpados rebosan de lágrimas,
lágrimas que esconde por miedo a un delator.
¿No es, en realidad, cual blanca nube
que vierte en los leones sus acequias
y parece la mano del califa, que, de mañana,
prodiga a los leones de la guerra sus favores?
Quien contempla los leones en actitud amenazante,
(sabe que) sólo el respeto (al Emir) contiene su enojo.
¡Oh descendiente de los Ansares, y no por línea indirecta,
herencia de nobleza, que a los fatuos desestima:
Que la paz de Dios sea contigo y pervivas incólume
renovando tus festines y afligiendo a tus enemigos!»
Ibn Zamrak: Abū ÿAbd Allāh Muḥammad b. Zamrak. Granada, 29.VI.1333 – 1393. Poeta y alto funcionario de la dinastía nazarí de Granada, autor de algunos de los poemas inscritos en las paredes de los palacios de La Alhambra. Procedía de una familia pobre del barrio del Albaicín, donde su padre era herrero y alquilaba asnos. Su inteligencia le permitió llegar a estudiar en la Madrasa de Granada y recibir enseñanzas de los intelectuales más brillantes del Reino de Granada, entre ellos Ibn Marzūq de Tremecén ‘1310-1379), que se encontraba momentáneamente exiliado en Granada, e Ibn al-Jaðîb de Loja ‘1313-1375) que desde 1349 era visir o primer ministro de la dinastía nazarí. Ambos personajes le protegieron e Ibn Zamrak fue introducido en la corte y se convirtió en miembro del Dīwn al-InŠâ’ u Oficina de Redacción, donde se redactaba la correspondencia real en prosa rimada y los panegíricos oficiales en alabanza del soberano, que se leían en todos las fiestas y acontecimientos solemnes de la corte.
En el año 1359 el emir Muḥammad V es derrocado y se refugia en Marruecos con sus más fieles cortesanos entre los que se encuentra Ibn Zamrak y su maestro Ibn al-Jaðīb. Cuando el soberano nazarí recobra el trono ‘1362) Ibn Zamrak es nombrado secretario particular de Muḥammad V y encargado del Dīwn al-InŠâ’, componiendo numerosas casidas en honor del emir. Diez años más tarde y por razones que aún son desconocidas, Ibn al-Jaðīb, que seguía siendo primer ministro, abandona Granada y se autoexilia en la corte meriní. Entonces Ibn Zamrak se convierte en primer ministro, sin dejar de ser el encargado o arráez del Dīwân al-inŠâ’. Mientras, ha habido cambios dinásticos en Marruecos y el nuevo soberano meriní encarcela a Ibn al-Jaðīb, a petición del emir Muḥammad V. Una comisión enviada por el soberano nazarí se trasladó a Fez a juzgar a Ibn al-Jaðīb como hereje y, tras torturarle, le asesinaron en su celda y quemaron su cadáver ‘1375). Este terrible acontecimiento llena de sombras la catadura moral de Ibn Zamrak.
Hasta la muerte de Muḥammad V ‘1391), Ibn Zamrak fue primer ministro, pero el nuevo soberano Yūsuf II, le quita de su puesto y le encarcela en Almería, aunque luego le reintegra en sus cargos ‘1392). Muy poco después moría el emir, y su sucesor Muḥammad VII le vuelva a destituir. Un año después es repuesto como primer ministro, pero al poco tiempo, los esbirros del sultán entran en su casa y le asesinan junto con sus hijos varones.
Aunque como se ha visto desempeñó una importante función política con los emires granadinos, su mayor orgullo fueron sus panegíricos, pues declara en un pliego de descargo, haber compuesto setenta y siete casidas en honor de Muḥammad V. En esta misma función de versificador real es autor de los poemas que están inscritos en los palacios de La Alhambra que construyó o reformó Muḥammad V: Patio de los Arrayanes, Fachada de Comares, Tazón de la Fuente de los Leones, Sala de Dos Hermanas y Mirador de Lindajara. Compuso más poemas para otros lugares de La Alhambra, según muestra su diván, pero no se conservan. Fue desde el punto de vista literario el mejor de los tres poetas, cuyos versos se conservan en La Alhambra: Ibn al-Ŷayyâb ‘1274-1349), Ibn al-Jaðīb e Ibn Zamrak.