Cristóbal de Castillejo (Ciudad Rodrigo, 1490-Viena, 1550): Contra los encarecimientos de las coplas españolas que tratan de amores

 

 

 

Un documento muy interesante de Castillejo, poco o nada citado por la crítica, es la Carta dedicatoria a su diálogo político Diálogo de la vida de Corte o Aula de cortesanos (ed. J. Domínguez Bordona, vol III, pp.95-258).  Esta vez en serio y sin ninguna sorna, Castillejo valora el estado general de la poesía castellana, incluyendo también los metros de arte mayor.  La dedicatoria a un tal dr. Carnicer es desde Praga, en 1547, falta en todas las ediciones impresas de la obra pero se conserva en manuscrito (ms.  BN 3691).  En ella, Castillejo dice obececer la petición de Carnicer de escribir en “metro castellano alguna cosa de la vida y miseria de palacio” (93) Sobre la elección de “estilo” menor en la obra dice Castillejo:

. . .  no dudo seré notado de bajo y poco grave; lo cual yo, a la verdad, en semejantes obras prolixas, en parte hago de industria, a fin que se lean con menos enhado.  Pues aun con toda su baxeza y facilidad, no suelen carescer dél, cuanto más si se escribiesen en otro estilo mayor, que, por perfecto que sea, no dexa a ratos que enhadar y empalagar los lectores, presupuesto que las trovas castellanas no son aun de tanto crédito y auctoridad en caso de veras, que puedan ponerse en la mesa por manjar principal, sino por fructa.

 

 

 

Sigo la edición de J. Domínguez Bordona (1927, vol. II:  221-226).

 

 

 

 

 

Cristóbal  de Castillejo (Ciudad Rodrigo, 1490-Viena, 1550)

 

 

 

Contra los encarecimientos de las coplas españolas que tratan de amores

 

 

Estando conmigo a solas,

me viene un antojo loco

de burlar con causa un poco

de las trovas españolas

al presente;

de aquellas principalmente

muy altas, encarescidas,

excellentes y polidas,

que mucho estima la gente;

Y de aquellos estremados

que por estilo perfeto

sacan del pecho secreto

hondos amores penados.

Son del cuento

Garci-Sánchez y otros ciento

muy gentiles caballeros,

que por esos cancioneros

echan suspiros al viento.

No se me achaque o levante

que me meto a decir mal

de aquel subido metal,

de su decir elegante;

antes siento

pena de ver sin cimiento

un tan gentil edificio,

y unas obras tan sin vicio

sobre ningún fundamento.

Los requiebros y primores

¿Quién los niega, de Boscán,

y aquel estilo galán

con que cuenta sus amores?

Mas trovada

una copla muy penada,

el mismo confesará

que no sabe dónde va

ni se funda sobre nada.

Aunque no por un tenor,

todos van por un camino,

también sabe Guadarmino

quexar su mal y dolor

sin paciencia;

no hay dél otra diferencia

al que se cuelga de un hilo,

que no ser tal el estilo

sobre la misma sentencia.

Y de aquí debe venir

que contando sus pasiones,

las más más comparaciones

van a parar en morir;

Van de suerte

que nunca salen de muerte

o de perderse la vida;

quitaldes esta guarida,

no habrá copla que se acierte.

Por donde los trovadores

son de burlar y reir,

que no se dan a escribir

sino penas y sin dolores.

¡Cosa vana ,

que la lengua castellana,

tan cumplida  y singular,

se haya toda de emplear

en materia tan liviana!

Coplas dulces, placenteras,

no pecan en liviandad,

pero pierde autoridad

quien las escribe de veras,

y entremete

el seso por alcahuete

en los misterios de amor;

cuanto más si el trovador

pasa ya del caballete.

Y algunos hay, yo lo sé,

que hacen obras fundadas

de coplas enamoradas,

sin tener causa por qué.

Y esto está

en costumbre tanto ya,

que muchos escriben penas

por remedar las ajenas,

sin saber quién se las da.

Pero digo que arda en ellas

de los pies a la cabeça,

decidme ¿a quién endereça

sus coplas y sus querellas?

Si las vende

a la dama que le prende,

¿Qué mayor desaventura

que hablar por escritura

con quién sé que no la entiende?

Cuanto más que ni leer

las más saben ni escribir,

y en el dar o rescibir

aún hay algo que hacer.

Mal mascada

vais, copla desaventurada,

y la que más os estima

devana su seda encima,

y quedáis vos allí aislada.

Ved qué donoso presente,

que la que más fe aventura

por gozar d’esta locura,

ni la gusta ni la siente;

y el provecho,

es que por vuestro derecho,

alguna dama loquilla,

diré por gran maravilla:

<¡Ay, qué coplas que me han hecho!>

Pues si donde era razón

tan pequeño fruto hacen,

con los demás, aunque aplacen ,

deshonesta cosa son,

y muy vano

exercicio, y aún profano,

publicar yo mis flaquezas,

liviandades y baxezas,

y escribirlas de mi mano.

Sobra de bien y pan tierno

hace que los amadores

comparen el mal de amores

a las penas del infierno.

Tú, Cupido,

estás muy favorescido

pensando que aquello es,

mas donde hay dolor francés

el tuyo queda en olvido.

Final

Coplas y locuras mías,

vuestro tiempo se ha llegado

para aliviar el enfado

destos trabajosos días.

Todas pasaréis por buenas,

siendo aquél que os da favor

por natura mi señor,

y por suerte mi Mecenas.

 

 

 

 

Cristóbal  de Castillejo (Ciudad Rodrigo, 1490-Viena, 1550). Nació en Ciudad Rodrigo aproximadamente en 1490. Ingresa en la orden cisterciense en el Convento de San Martín de Valdeiglesias. A partir de 1525 ocupa el cargo de secretario del Archiduque Fernando, nieto de Fernando el Católico. Fue uno de los últimos que siguió utilizando el verso octosílabo medieval. Es considerado el máximo representante de la reacción poética tradicionalista frente a las formas métricas italianas. Sin embargo, es considerado renacentista por su clasicismo y humanismo. Sermón de amores (1542) es un poema erótico del que la Inquisición suprimió partes. Otras desus obras son: Diálogo de mujeres; Obras de amores; Obras de conversación y pasatiempo, Obras morales y Obras de devoción. Muere en Viena hacia el año 1550 y es enterrado en Wiener Neustadt.

 

 

 

 

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