Entrevista: Anne Waldman en México. Por María Vázquez Valdez

 

 

 

Entrevista publicada en Voces desdobladas / Unfolded Voices, de María Vázquez Valdez, publicado en 2004 por la Universidad Autónoma Metropolitana y Ediciones Alforja, Ciudad de México, 268 pp.

 

 

 

ANNE WALDMAN EN MÉXICO

 

María Vázquez Valdez

 

 

Hace unos años emprendí un viaje a varias ciudades de Estados Unidos para entrevistar a algunas mujeres poetas. Esos encuentros se reunieron en un libro bilingüe de entrevistas, Voces desdobladas / Unfolded voices, que en 2004 publicaron Ediciones Alforja y la Universidad Autónoma Metropolitana.

Una de las voces ahí reunidas es de Anne Waldman, una inigualable poeta reconocida no sólo en Estados Unidos, también en muchos países de todos los continentes por una poesía prolífica, brillante, de gran fuerza e intensidad, que ha roto múltiples estructuras, y reinventado muchas más. Es también una voz consistente debido a su pertenencia a la Generación beat.

Como beatnik, la poeta fundó con Allen Ginsberg y William Burroughs la Universidad Naropa, en Boulder Colorado, y es ahí donde la encontré en ese recorrido. La siguiente entrevista se deriva de ese encuentro, y forma parte del compendio condensado en ese libro.

Este acercamiento a la obra de Anne Waldman refiere, entonces, hasta el primer lustro de la década anterior. Por ahora podemos agregar a las siguientes líneas que la poeta es autora de los volúmenes Jaguar Harmonics, Voices Daughter of A Heart Yet To Be Born, y el más reciente, Trickster Feminism. Es pertinente añadir también que Anne se ha desempeñado como canciller de la Academia de Poetas Americanos, y recibió el Premio Shelley Memorial, un Guggenheim, y su obra feminista de mil páginas, The Iovis Trilogy: Colors in the Mechanism of Concealment, ganó el premio PEN de poesía de Estados Unidos.

Conviene ahora recordar las palabras de esta poeta, pues el próximo 11 de diciembre de 2018 tendremos la oportunidad de escucharla en México, en un recital bilingüe. Esta ocasión única de presenciar en vivo un performance de gran intensidad poética, acompañado por un saxofón en vivo, se llevará a cabo en la Casa del Poeta.

Una oportunidad magnífica, sin duda, de ver arder la poesía en la potente voz de una de las mejores artistas que actualmente producen obras de gran altitud, y que porta en sí una parte destacada y memorable de la poesía en Estados Unidos.

 

 

 

ENTREVISTA CON ANNE WALDMAN

 

Vigorosa y magnética. Allen Ginsberg la describió como una poeta oral: “su cuerpo es un instrumento para la vocalización, su voz una llama que vibra y brota de un cuerpo fuerte...”.

Anne Waldman nació el 2 de abril de 1945 en Nueva York, y se graduó en 1966 en Bennington College. Su primera colección larga de poemas, Giant Night, apareció en 1970, y desde entonces ha publicado más de treinta libros, entre ellos: Baby Breakdown (1970), No Hassles (1971), Life Notes (1973), Fast Speaking Woman (1975 y 1978), Journals & Dreams (1976), Shaman (1978), Countries (1981), First Baby Poems (1983), Make-up on Empty Space (1984), Skin Meat Bones (1985), Blue Mosque (1988), Helping the Dreamer (1989), Fast Speaking Women (1996), IOVIS Books I & II (1993 y 1997), Marriage: A Sentence (2000), y Vow to Poetry: Essays, Interviews and Manifestoes (2001). También es autora de In the Room of Never Grieve, New & Selected Poems, con un CD que contiene poesía y una composición musical y arreglos realizados por su hijo, Ambrose Bye (Coffee House Press, 2003).

Anne ha editado numerosas antologías de poesía y conferencias, incluyendo The World Anthology (1969), Another World (1972), Talking Poetics (1978), Nice to see you (1988), The Beat Book (1999) y The Angel Hair Anthology (2001).

Después de graduarse, Anne comenzó una revista de poesía llamada Angel Hair, con el poeta Lewis Warsh. De 1968 a 1978 fue directora del proyecto de Poesía en St. Marks Church In-the-Bowery, en Nueva York. Actualmente es Profesora Distinguida y Directora Artística del Programa de Escritura de Verano en la Escuela Kerouac, un programa que fundó con Allen Ginsberg en 1974.

En Naropa, Anne se mueve como pez en el agua. Es una clave de ese tejido. Ahí la encuentro por primera vez durante el programa de verano del 2002. Esa noche da una lectura en un pequeño restaurante de la calle Pearl. Su voz resuena potente, como su presencia. Es una mujer que habla-canta-transmite rápido.

 

 

CAMBIANDO DE FORMA

 

En Naropa, una mañana de ese verano, Anne Waldman admite haber trabajado “con toda clase de formas, explorándolas, y con estructuras inventadas”. Sus libros son un lujo en cuanto a la multiplicación de las formas del poema. De Fast Speaking Woman a Iovis, de Countries a Marriage: A Sentence, y en general partiendo de cualquiera de sus obras a una comparación anterior o posterior, sus poemas son un caleidoscopio: interminables.

En Giant Night ya advierte:

 

Despierta en una noche gigante / es donde estoy / Hay un río donde mi alma / hambrienta como un caballo / bebe junto a mí.

 

Luego, en Fast Speaking Woman:

 

Porque no tengo saliva / porque no tengo basura / porque no tengo polvo… déjame tratarte con mi poder mágico: soy una mujer que grita.

 

En 2000 Penguin Poets publicó Marriage: A Sentence, que resulta un hito en la obra de Anne. En cuanto a este “poema prosa / poemario-secuencia, Marriage: A Sentence, quería ver qué tan lejos iría una oración al escribir acerca del matrimonio, que es en sí mismo un periodo, una vuelta de varias longitudes y tamaños”.

El canto, la repetición de palabras y los juegos verbales son características involucradas en las lecturas públicas de Anne, y por supuesto en sus libros. En Skin Meat Bones da ciertas instrucciones:

 

He venido a hablarte de cosas valiosas para mí / y de lo que he descubierto de piel / carne / HUESOS // Tu cuerpo despertando tan dulce para mi / piel / la luz del alba es verde / piel / estoy en hambriento reposo / Carne / está acercándose al movimiento / oh esqueleto / HUESO.

 

Al preguntarle cómo se asume a sí misma como ser creativo, responde que el lugar en que se sitúa “es una especie de túnel en la tierra, un lugar al que los chacales acuden, las energías, los poderes ocultos que se alimentan de creatividad e imaginación, transformada en una forma sugestiva; así que, usando esta imagen, retomo también la de la bruja o la hembra, la practicante que cambia de forma, proteica, que puede manifestarse como compasiva, nutriente. He estado jugando con varias apariencias, máscaras y personas de energía cuando toma forma, en un aspecto y principio femeninos que en budismo se refieren a adornar el espacio vacío, el crear atmósfera”.

El espacio vacío tiene un interesante vínculo con el escenario, por el cual Anne tiene especial interés: “En performance me gusta inventar una especie de escenario. Bueno, performance no es realmente la palabra adecuada, y creo que es un proceso que está aunado a un compromiso hacia las comunidades, ayudando a crearlas y construirlas”. En este contexto dicho proceso, además, constituye una especie de ritual.

Sin embargo, la forma “nunca parece lo suficientemente grande para la energía que siento no sólo en mí misma, sino en la mitad de la gente que quiere trabajar, particularmente en poesía, en estas formas radicales”.

 

 

TRABAJO POÉTICO

 

En cuanto a su visión de sí misma como poeta, como artista, Anne Waldman responde: “Me siento como alguien al borde de una era, en la tradición del posmodernismo experimental, pero también muy involucrada con modalidad y performance, y trayendo a la poesía de regreso a sus raíces orales, lo cual es algo que mucha gente está haciendo recientemente. Pienso en algunas de las piezas que hago como estructuras modales, hechas para que suenen”.

Al hablar de la tradición en la cual se encuentra inserta, considera que este movimiento se expande desde el siglo XX e incluye a Whitman y Dickinson, y se trata en general de poéticas exploratorias.

Su experimentación en el trabajo poético tiene un buen ejemplo en el poema “Baby’s Pantoum”, publicado en su libro First Baby Poems, al cual define como el primer poema formal exitoso que escribió. También relata su trabajo en un poema muy largo, de más de setecientas páginas en la tradición épica de la oralidad, “pero también involucra investigación y collage más en la estructura de raison, así que es a muy largo plazo, un proyecto de largo alcance que trata de retomar una reflexión acerca del patriarcado, y más allá de eso trae consigo todo tipo de cuestiones de género, poder, guerra, la voz femenina; lo femenino como el lamento, pero también lo femenino como algo creador y destructor”.

En este sentido, “jugando con energía, mis intereses como escritora y artista son escribir fuera de la atracción hacia las dinámicas de lo que es visto, lo no visto, el obtenerlo, la verdad. Este no es un proceso literal, sino “a través de la imaginación, del descubrimiento, el viajar, el activismo cultural”.

Anne afirma que siempre trabaja “en muchos proyectos a la vez, en colaboración con artistas visuales y músicos, trabajando en grabaciones pero también en libros, considerando el libro como un artefacto y un objeto precioso”.

Como escritora, retoma “mucho del lenguaje como es refinado y usado en formas nuevas y dinámicas”; de alguna forma eso estaría ligado con cierta “sensibilidad budista, una sensibilidad dármica del discurso sagrado o de elevada conciencia del cuerpo, el discurso y la mente”.

 

 

EL SITIO DE LOS POETAS

 

Al hablar de la figura del poeta, Anne se refiere al papel de quien escribe, que posee un discurso personal en el cual se encuentran involucrados los “géneros poéticos” que Ezra Pound nombrara melopea, que se refiere a la cualidad musical que poseen las palabras; fanopoea, que consiste en la proyección de imágenes en el contexto de la imaginación visual, y logopoea, que Anne define como “la danza de las ideas”.

Respecto a estas categorías, puntualiza la importancia de “accionar las imágenes dentro de esos terrenos de la creación, porque cada poema individual es una clase de experiencia que te puede cargar, despertarte, activar cierta parte de tu ser que a menudo no tiene porvenir en nuestra cultura”.

En ese sentido se refiere a las poéticas Kali Yuga, de las cuales da una definición precisa en un texto que publicó en el libro Polemics, al lado de Anselm Hollo y Jack Collom: “Las Poéticas Kali Yuga nunca pasan de moda. Son existenciales. Nadie te pide que hagas algo. Lo haces. Las poéticas Kali Yuga intuyen el conocimiento de la destrucción de este mundo, la nombran, la transmutan, literalmente la deconstruyen…”.

Sobre el concepto de Kali Yuga, explica: “Tenemos una responsabilidad como intelectuales, como activistas, como gente creativa que trabaja con las palabras, el lenguaje, el pensamiento, la imaginación”; tenemos “una responsabilidad para responder; no podemos permanecer simplemente en un estado de ignorancia”.

Todo lo que hacemos “será construido sobre el sufrimiento de otra gente, así que necesitamos reconocerlo, visualizarlo. No se trata de ser visionario o de tu corazón sangrante, sino de tener una conciencia expandida por la condición en que viven otras personas, sin mencionar la condición del planeta, de los animales, las plantas y demás”.

Al hablar de una especie de cualidad chamánica del poeta, Anne considera que se trata de “una visión útil, aunque por supuesto nosotros no nos adentramos en lo salvaje por días ni pasamos por un entrenamiento riguroso como a menudo hacen los chamanes tradicionales. Pienso que a través de la exploración, del viajar y de la experiencia sicotrópica puedes obtener una conexión más profunda con las oscuras energías invisibles, y los artistas lo hacen generalmente a través de la imaginación”.

Sin embargo, “desearía que tuviéramos más poder de curar, que se nos hubiera dado más voz, digámoslo así, que se nos hubiera dado más un papel en la cultura. En las tribus el poeta tiene un papel, un sitio, y se le escucha, se le agradece lo profeta y visionario y tiene cierta influencia en la condición del grupo”.

Reitera que es muy fácil “invocar estas imágenes, y hay que tener respeto por las culturas que tienen tradiciones muy profundas, tradiciones activas de chamanismo que son parte de su sistema de creencias y de su camino espiritual”.

 

 

ALLEN GINSBERG Y LOS BEATNIKS

 

Los beatniks, y especialmente Allen Ginsberg, han sido presencias clave en la vida de Anne: “Pasé muchos años con Allen en muchas ocasiones diferentes, situaciones públicas, de viaje, y luego creando este programa juntos en Naropa, y trabajando cada verano hasta que murió, en 1997. Juntos iniciamos este proyecto, en el que ambos estuvimos comprometidos”.

Apreciaba por supuesto “su activismo, su accesibilidad; particularmente su generosidad y el ver cómo se relacionaba con la cordura, una especie de consistencia, inteligencia, paciencia; quiero decir, no que no pudiera ser impaciente y temperamental, pero usualmente cuando lo era estaba muy exhausto o tenía mucha presión del exterior”.

Allen “estaba siempre consciente de muchas cosas que sucedían alrededor del mundo, tenía un agudo sentido de geopolítica. Y había viajado por la India, Europa, China, Rusia; tenía un vívido sentido de ubicación; era muy importante para él que los poemas surgieran en esos momentos preciosos de estar dislocado de su propio hogar, y yo diría que estaba más al corriente fuera de lo que estaba en casa. Así que llevaba todo consigo, lo cual ha sido una inspiración para mí; en cierto sentido, hay una cualidad casi nómada en su vida”.

Su mente “era muy penetrante, muy clara, intelectualmente; en cuanto a su memoria, recordaba hechos, figuras, fechas, líneas completas de poemas y pasajes de gran literatura, tenía una mente muy afilada, atenta”.

Le pregunto si extraña a Ginsberg, y responde: “Aprendes mucho de la gente tan sólo por su presencia ordinaria, por cómo responden en formas muy simples. Así que lo extraño, particularmente después del 11 de Septiembre. Extraño su sensatez brillante por sobre el caos. Incluso respecto al fuego que está ardiendo ahora en Colorado, Allen habría tenido una visión muy compasiva, muy proactiva”.

Recuerda también a Gary Snyder: “Cuando estuvimos en California, y él vio un fuego ardiendo —se había entrenado para ser voluntario— estábamos yendo a la ciudad y él quería volver, traer su equipo y ayudar a combatir el incendio. Me refiero a esa clase de adaptabilidad y buena voluntad para ayudar y no ser un problema, y quiero citar unas palabras de ese poema de Allen: ‘Bien, mientras estoy aquí, haré el trabajo, ¿y cuál es el trabajo? Aliviar el dolor de vivir. Todo lo demás es pantomima de borrachos’”.

En cuanto a William Burroughs, “era, con mucho, una especie de alquimista y científico, y tenía una mente muy diferente de la de Allen: más tranquilo, lejano, ‘tomando una perspectiva extensa y general’, que es una línea de uno de sus personajes. Y con un increíble ingenio mental y atención a muchas posibilidades. Interesado en tantrismo, trabajando con energía y magia en cierto sentido, experimentando con la mente, y capaz de enfocar su fuerza en la concentración mental. Estaba muy interesado en viajes astrales, en experimentar con los sueños, era un artista investigador en ese sentido, y también un gran escritor satírico, capaz de ver. Pienso en él como alguien que podía crear personajes que bien podrían estar en una novela de Charles Dickens, lo mismo que una especie de visiones a la Bosch o Armagedón, digamos Cities of the Red Night. Intentando penetrar en asuntos de violencia, deseo, poder y control de la mente; algo realmente fantástico, una especie de ciencia ficción. Tenía una energía mental muy diferente de la de Allen. Ambos aprendieron uno de otro, con una especie de camaradería”.

Entre las mujeres beatniks, “mi amistad con Diane di Prima y Joanne Kyger fueron también muy importantes para mí; escritoras fuertes, dentro de la comunidad. Vemos mucho del trabajo de escritoras de mi generación salir a la luz y ser publicado. Uno de los géneros para las mujeres fueron las memorias de ese periodo, su experiencia. Las mujeres no habían experimentado todavía el movimiento femenino o alguno de los giros más radicales que mi generación vio”.

En ese sentido “he sido muy afortunada al vivir en un tiempo en el cual había una ola de libertad sexual, el movimiento de los derechos gays, los derechos de la mujer, y todas las clases de comunidades que surgieron del activismo derivado de la guerra de Vietnam, especialmente en Nueva York”.

Recientemente “me he sentido con ese espíritu; de pronto quienes estuvimos involucrados en los setentas intentamos continuar eso ahora en el nuevo siglo. En abril de 2002 estuve en una manifestación en San Francisco contra el racismo y las guerras, fui a la toma de protesta de George Bush en enero de 2001 y observé prácticamente un Estado policial. La ciudad de Washington DC fue realmente capturada por el enemigo” —comenta entre risas.

Entonces menciona nuevamente a Ginsberg: “Extraño a Allen, pero siento que este programa en Naropa, sin embargo, transmite su trabajo así como el de maestros y el de muchos escritores más jóvenes que tampoco están presentes”.

Respecto a los beatniks, “hay mucho trabajo que surgirá. Creo que todavía necesita ser digerido. Ciertamente Jack Kerouac, Ginsberg y Burroughs están finalmente surgiendo por sí mismos. A menudo toma, después de la muerte de un poeta, cuarenta años para ser digerido, apreciado, estudiado y acogido”.

Estos poetas “fueron iconos culturales e influyeron en otros mundos —no sólo en universos creativos-literarios—, como el de la música”.

Al hablar de las mentes brillantes de su generación, Anne sostiene que “la era heroica se terminó. Tienes por ejemplo los años cincuenta con los pintores del Expresionismo Abstracto, en Nueva York. Incluso puedes considerar el tiempo de los grandes muralistas, José Clemente Orozco, Diego Rivera”.

Sin embargo, ahora “la escena es mucho más vasta, tienes más gente escribiendo, y esa clase de posición de ser oracular, profético, como Allen y Burroughs lo fueron, y Kerouac hasta cierto punto”.

También menciona a Gregory Corso, Charles Olsen y Robert Duncan, “todos ellos poetas de esa generación. Olsen trajo a la poesía de regreso al aliento. Y en eso estableció sus formas antiguas, que eran casi victorianas y dominadas por cierta clase de poéticas inglesas”.

Por su parte, “William Carlos Williams la trajo de regreso al discurso americano”, mientras que “Gertrude Stein jugaba con la sintaxis y cierta meditación mental, y Gary Snyder estaba a tono con el medio ambiente y cerca de la Tierra y la naturaleza”.

Son las circunstancias, “las condiciones que permiten esa especie de vanguardia inconforme. Eso es lo que tratamos de perpetuar en Naropa; es difícil ser sólo una especie de poeta sin orden ni concierto pidiendo aventón en un peligroso y extraño mundo, un universo económicamente agresivo”.

El poeta es, “en cierto modo, esa especie de protagonista heroico, figura oracular; es casi una cuestión de tradición o leyenda o casi, literalmente, mítica en sí misma. Allen Ginsberg tenía una proporción mítica en su ser. Muchos de los poetas hoy son más ordinarios, no que no puedan escribir un trabajo interesante, pero es más pedestre. Y no están en contacto con una mente mayor o un don mayor”.

 

 

MAPA DE HORIZONTES

 

Anne ha estado en Sudamérica, Europa, Asia, con motivos múltiples. Su poesía está entretejida con estos viajes, vinculados con su identidad artística en diferentes formas. En 1980 publicó Countries en The Toothpaste Press, Iowa. En ese libro da voz a Walt Whitman: “Veo vapores exhalando de países inexplorados”. Anne ha caminado y explorado muchos de esos países, que en este libro toman nombre: Bulgaria, Inglaterra, Albania, Nepal, etc. Ahora continúa trabajando no sólo en Estados Unidos; dice estar muy inmersa en muchas clases de “dinámicas, energías, comunidades, tradiciones de performance”.

Además, son muchos los vínculos con comunidades extranjeras: “He trabajado con el Study Abroad Program que tenemos en la Universidad Naropa, principalmente en Indonesia. También he estado involucrada con un grupo en Italia, la librería City Lights en Florencia, y tengo un libro traducido al italiano, Fast Speaking Woman, y también al checo”.

El proyecto de Naropa “también tiene sus raíces en Praga, porque primero fui ahí en 1990 con Allen Ginsberg, cuando la Revolución de Terciopelo; ahí nos encontramos con Vaclav Havel y después otra gente de Naropa comenzó a trabajar ahí. Por varios años “trabajé con un grupo en Viena, la Schule für Dichtung, una escuela de poesía también, inspirada en el trabajo de aquí”.

Así que hay “muchas razones para viajes particulares fuera de este país. Pero también en los Estados Unidos hay comunidades de poesía muy activas. Nueva York es también un hogar para mí, es donde realmente crecí y estuve involucrada por muchos años en el St. Marks Poetry Project. A veces pienso que he sido una embajadora para el trabajo que estamos haciendo aquí, el trabajo comunitario, de activismo cultural”.

 

 

ORÍGENES

 

Al hablar de sus raíces, Anne menciona sus vínculos con el área de Pennsylvania por medio de su madre, de quien recuerda que “sus antepasados eran hugonotes que escaparon de los católicos y vinieron a América”.

La madre de Anne, Frances LeFevre, “se casó con un hombre que era mitad griego, y se fueron a vivir a Grecia varios años. Él era hijo de un famoso poeta griego, Anghelos Sikelianos. Mi madre vivía entonces como campesina, tejían sus ropas, usaban sandalias. Tuvieron un hijo en 1930, mi medio hermano, Mark Sikelianos, quien murió en 2000”.

Anghelos Sikelianos y su primera esposa, Eva Palmer, quien era coreógrafa y directora, fueron artistas que se adelantaron a su tiempo, practicaban yoga, principios budistas, y desarrollaron importantes conceptos y ámbitos en la cultura griega. Sikelianos nació en la isla de Lefkas en 1884. Su voz poética ha sido comparada con las de Cavafis, Elytis y Seferis, y su posición artística radical tuvo una reverberación importante en generaciones posteriores.

Eva Palmer nació en 1874. Escribió una autobiografía llamada Upward Panic y tuvo una vida apasionante. Sus interesantes reuniones y tertulias convocaban a artistas e intelectuales, entre los que se encontraba el pintor mexicano José Clemente Orozco, quien pintó un retrato de ella como parte de la obra que desarrolló en Nueva York durante los años treinta.

Al hablar de Orozco, Anne recuerda, entre risas: “Tengo una pintura de él que no voy a vender a menos que me enferme. Es muy dulce y pequeña, se llama El maestro, y crecí con ella. El pintor se la dio a mi mamá en su primera boda, cuando tenía 19 años”.

Eva y Frances trabjaron en la traducción de varios poemas de Anghelos Sikelianos, especialmente en The Dithyramb of the Rose, que fue publicado en 1939, y en 1982 —el año que murió su madre— Anne editó una selección de las traducciones de los poemas políticos de Anghelos, titulada The Border Guards.

En cuanto a su padre, pertenecía a “la clase trabajadora; soplaban vidrio y eran del sur de Nueva Jersey. Vinieron de Alemania en 1830. Fue el primero de su familia en ir al colegio. Mi madre dejó sus estudios. Así que yo fui la primera en esa familia en tener educación superior”.

Al preguntarle si se consideraba una chica rebelde, responde: “Bueno, fumaba mariguana, tenía amigos; parece muy inofensivo. Me fui de casa cuando tenía 17 años, y desde entonces nunca viví realmente ahí. Iba de visita, pero tenía mi propio apartamento en Nueva York. Y empecé a trabajar justo después de la escuela en el St. Marks Project. Así que cuando tenía 20 años ya estaba realmente trabajando con poesía y comunidad”.

 

 

DEFINICIÓN NUEVA

 

La obra de Anne Waldman reinventa formas en un espacio vacío. Por medio de la transformación misma de la poeta, y de una transmutación que llega a la desaparición de sí misma, su poesía rompe, quiebra estructuras, para reinventar un nuevo espacio.

Make-up on Empty Space —publicado en 1984 por The Toothpaste Press—, es un poemario de 75 páginas: definición nueva en espacio vacío:

 

Estoy poniendo maquillaje en espacio vacío / todas las pátinas reuniéndose en espacio vacío / el rubor coloreando en espacio vacío / …estoy colgando ornamentos en espacio vacío… / Hay una forma mejor de decir espacio vacío / Voltéate a ti mismo de adentro hacia fuera y puedes desaparecer / tienes una definición nueva en espacio vacío.

 

 

María Vázquez Valdez. Poeta, editora, periodista y traductora mexicana nacida en Zacatecas. Es autora de diez libros publicados, entre ellos los poemarios Caldero (1999), Estancias (2004) y Kawsay. La llama de la selva (publicado en la Ciudad de México en 2016 y en Nueva York en 2018). También es autora de Voces desdobladas / Unfolded voices (libro bilingüe de entrevistas, 2004), Estaciones del albatros (ensayos, 2008), y de cinco libros de arte para niños y jóvenes.

Ha traducido del inglés al español cinco libros de la escritora estadounidense Margaret Randall: Dentro de otro tiempo: reflejos del Gran Cañón (2006), Testigo de Piedra (2011), La Llorona (2015), El Rizoma como un campo de huesos rotos (2017) y 12 Poetas. Antología de nuevos poetas de Estados Unidos (2017). También ha publicado la traducción de otros poemas de dicha autora en Estados Unidos, Cuba y Brasil.

Ha recibido becas y apoyos del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), del Fideicomiso para la Cultura México-Estados Unidos y de la Secretaría de Cultura de México. Se ha desempeñado en diversos medios y proyectos editoriales de México y otros países como fotógrafa, periodista y editora, y textos y poemas suyos se han incluido en libros y antologías de varios países. Ha sido parte del equipo editorial de la Academia Mexicana de la Lengua.

Estudió la licenciatura en periodismo y comunicación, la maestría en diseño y producción editorial y el doctorado en teoría crítica. Actualmente colabora en varios proyectos artísticos, académicos y culturales, desarrolla el proyecto independiente MarEs DeCierto Ediciones, y es directora de las bibliotecas Legislativa y General del Congreso de la Unión.