Entrevista a David Huerta: Incurable. Por Jobyoán Villarreal

 

 

 

* Entrevista realizada al maestro David Huerta el mes de Septiembre del año 2016 por el poeta Jobyoán Villarreal https://losconjeturales.wixsite.com/poesia

 

 

 

 

Incurable: Sobre la batalla que libra el poeta

por definir el mundo a través de su viaje sensorial

 

Entrevista a David Huerta

 

 

Por Jobyoán Villarreal

 

 

JV: Buenas tardes maestro David Huerta, he leído su extraordinario libro de Incurable, que es lo que yo llamo "un macropoema" de no más ni menos que 389 páginas según su edición en editoriales ERA, y he quedado sin aliento. También, y a diferencia de Incurable, he leído otros poemas de una similar envergadura tanto temática como en extensión que la corriente de la segunda mitad del siglo XX nos ha dado, como Cántico Cósmico de Ernesto Cardenal, Cuerpos de Max Rojas, Migraciones de Gloria Gervitz, estos grandes poemas de largo aliento que en cierta medida y para ciertos autores se han convertido en el oficio de toda una vida, son poemas que causan (por lo menos para su servidor) una profunda interrogante, las preguntas serían:

¿Cuál es su opinión sobre "los macropoemas" que se han realizado desde finales del siglo XX hasta la fecha en hispanoamérica y el mundo?

 

David Huerta: Para tener una opinión como la que me pide usted, Jobyoán, tendría que haber leído esos que llama usted, extrañamente, “macropoemas”, y no lo he hecho; vaya: no he hecho esa tarea, quizás importante. Me han distraído algunos otros poemas, de épocas muy anteriores y de diferentes idiomas. Nos llama la atención que los poetas escriban mucho y conciban y ejecuten obras de cierta extensión porque hemos confinado la poesía en el poema lírico, y este suele ser breve; pero escribir poemas largos no es nada novedoso. Allí tiene usted el Canto General de Pablo Neruda, o el extraordinario Omeros, del poeta santalucí Derek Walcott, o los cantos de César Dávilla Andrade, “Boletín y elegía de las mitas” y “Catedral salvaje”. Uno de mis poemas tutelares o lares se llama Muerte sin fin. Otro poeta casi latinoamericano es el caribeño de lengua francesa Saint-John Perse, cuya obra es absolutamente fascinante, hipnótica; otro caribeño grandioso es Aimé Césaire, cuyo Cuaderno de un retorno al país natal es pieza central de mi poemoteca. Los poemas que usted menciona allá arriba, de Cardenal, Rojas y Gervitz, apenas los he hojeado; de Cardenal me gustan sus poemas epigramáticos y sus imitaciones de Marcial y Catulo. De Max Rojas leí El turno del aullante con entusiasmo, y de Gervitz algunos poemas que me han gustado pero que ahora no recuerdo con precisión. Con Gloria Gervitz comparto el mismo traductor al inglés: el gentil y sagaz Mark Schafer, de Boston, la ciudad de mi equipo favorito de beisbol, los Medias Rojas, que juegan en el mítico Fenway Park, a donde fuimos una vez con Mark y unos amigos de la Universidad de Boston. Vi jugar al inmenso David Ortiz. En eso también hay poesía, caray.

 

 

JV: En relación a la macropoesía o la poesía de largo aliento que se produce actualmente en el mundo, que con una maquinaria retórica muy precisa, (y otras veces no tanto) logran mantener un hilo narrativo, en ocasiones intermitente y con un cuerpo conceptual (como en el caso de Incurable).

¿Cree usted que actualmente la poesía de largo aliento como en este caso los macropoemas, intentan de alguna forma inconsciente (y con más carga conceptual) regresar el hilo narrativo con el que contaba la poesía épica en la antigüedad?

 

DH: Desde luego que sí. Leamos una vez más las “Notas sobre poesía” de Gorostiza para recordar eso mismo que usted dice: el hilo narrativo de los poemas largos que hemos perdido en el laberinto embrutecedor de la sedicente modernidad, palabrita que ya va siendo más que chocante. Con lo que no estoy de acuerdo en su pregunta es con eso de “intentan de alguna forma inconsciente”: un poeta no hace las cosas dormido o sonámbulo, no escribe con los ojos cerrados, ni a tientas o a ciegas. Escribe y compone lo que escribe con los ojos abiertos, poniendo en ello su voluntad, su inteligencia, sus ideas, sus saberes, sus destrezas, sus convicciones. Tiene que haber averiguado qué ve en el otoño y qué siente ante el sol, ante los demás, ante el agua y las formas orgánicas, ante los cuerpos y ante los climas. Si escribe en trance o inconsciente, desmayado, quién sabe qué valor tenga lo que hace, aparte del interés acaso clínico de esos estados, digamos. El poeta no es un esperpento sibilino que “mana profecías” o derrama parrafadas misticoides o suda mensajes herméticos como si los “vehiculara” desde algún rincón tenebroso del cosmos, como cualquier personaje de Philip K. Dick, autor admirable, por cierto. Pero sí: hay narración en los poemas largos. Hay una historia en La Araucana y hay historias múltiples en la Divina Comedia y en el extraño y pintoresco poema carolingio de Ariosto. Hay narración y narraciones en Incurable. No debería extrañarnos. Que nos extrañe es un mal síntoma, pero así están las cosas.

 

 

Cuéntenos un poco, por favor, de su libro de Incurable, cuánto tiempo tardó en escribirlo, cómo fue su proceso creativo, las circunstancias creativas y de vida en las que se forjó el poema.

 

DH: Estoy muy lejos del libro, que en 2017 cumplirá 30 años de publicado. Imagínese si me acuerdo. En estas décadas hubo mil cosas que dejan aquella experiencia muy, muy lejos. Me limitaré a transcribir aquí lo que ya dije en una conversación con Josué Ramírez: “Grandes porciones de mi libro de 1987, Incurable, fueron compuestas de una manera peculiar, que recordaré aquí una vez más (lo he contado en otras ocasiones). Yo trabajaba en una imprenta, “vigilando” (es un decir) la impresión de cierto suplemento literario de tiempos ya muy lejanos; sustraía del taller, de vez en cuando —robos innocuos—, rimeros de galeras en blanco, no impresas y bastante limpias para mis propósitos: largas tiras de papel Revolución, del ancho de una cuartilla normal, pero larguísimas. Cuando llegaba a mi casa, unía con cinta adhesiva dos o tres, o cuatro o cinco, de esas tiras y las metía en el rodillo de mi máquina Brother, una antigualla que conservo todavía; así escribía, lleno de contento con mi cargamento de historias e imágenes, sin necesidad de cambiar cada tantos minutos la cuartilla, pues lo que tenía en el rodillo de la máquina de escribir era una cuartilla kilométrica. Luego me enteré de que un escritor español, Juan Benet, hacía algo parecido; como él era ingeniero, incluso inventó un artilugio de madera para colocar el papel detrás de la máquina de escribir, según cuenta Carmen Martín Gaite. Yo no llegué a tanto, pero me divertí como loco. (Diré, de pasada, que Juan Benet es uno de mis escritores favoritos; su ensayo sobre la construcción de la Torre de Babel me parece sencillamente genial.) Al terminar una sesión de algunas horas, y agotada la tira de papel (repletas mis macrocuartillas), despegaba las “secciones” y las iba colgando con chinchetas en la pared de mi pequeño estudio, me sentaba frente a cada una de ellas como un pintor ante su lienzo colocado en un atril, y comenzaba a corregir con plumones, tachando a mi sabor y sustituyendo, enmendando, trasladando, trocando y otro montón de gerundios. También grabé algunas partes en cinta magnetofónica; mi dicción es muy defectuosa y estaba, además, continuamente estropeada por ciertos malos hábitos de aquella época.” En esa plática con Josué olvidé mencionar los hábitos mecanográficos de Jack Kerouac, escritor beat, que se parecen mucho a esa forma de escribir con las viejas máquinas.

 

 

JV: En su reseña llamada Incurable de David Huerta: una solución para la poesía de la posmodernidad el maestro Thorpe Running escribió sobre Incurable “el texto literalmente incorpora las teorías literarias y filosóficas de los pensadores más influyentes de la época posmodernista – Principalmente las de Jacques Lacan y las de Jacques Derrida-“, la pregunta sería.

¿Qué tanto influyeron estos personajes y otros del panorama posmodernista en la construcción de Incurable?

 

DH: No sé qué significa “panorama posmodernista” en literatura y menos aún en filosofía. Vivo en el pasado y poco se me alcanza de los derridás y los fucós que andan retozando por distintos cristalillos del candelero. Según entiendo yo las cosas, el posmodernismo es una escuela ecléctica de arquitectura. En la ciudad de Pittsburgh vi algunos edificios de esa tendencia y me gustaron; ahora eso se ha vuelto una moda muy aburrida, y la Ciudad de México está infestada por edificios mediocres muy encristalados y llenos de acero que me desagradan profundamente. Soy aficionado a ver edificios con cierta atención; mi amigo, el gran arquitecto Enrique Lastra, se ha encargado en tiempos recientes de tratar de completar esa parte de mi educación.

 

 

JV: Veo el poema de Incurable como la batalla que libra el poeta por definir el mundo, y dentro de esta intensa batalla de realidades multiplicadas existe un viaje sensorial de la consciencia del poeta tanto dentro como fuera de sí, y de todas las partes del libro, me llaman la atención en particular dos partes; la primer parte “Simulacro” en donde se da una extraordinaria metáfora que da inicio a una consecución de definiciones del mundo por el poeta, “el mundo es una mancha en el espejo”, también está la metáfora registrada en la tercer parte, “Puerta de vidrio” donde dice el usted para dar introducción a esta extraordinaria imagen “Me detengo en los límites y sé / que los límites son un disfraz, otro, del simulacro. Veo desconsolado hacia el fondo del pasillo. / La humedad espaciosa de un relámpago me abrasa las entrañas: al fondo del pasillo / hay, previsiblemente, una puerta de vidrio.”

¿Qué significan para David Huerta, estos símbolos? Una mancha en el espejo, y una puerta de vidrio.

 

DH: Esa forma de interrogarme me obliga a ponerme francamente profundo. Si me habla usted de símbolos, tengo que pensar en la poesía francesa del siglo pasado y en el poema “Correspondances”, de Charles Baudelaire. Desde luego, estoy al tanto de la escuela simbolista pero nunca me he puesto a pensar en el principio de Incurable en esos términos. Pero, bueno: haré un esfuerzo. El principio del libro, del poema, es un versito que traje en la cabeza durante algunos días. Me gusta su acentuación, muy canónica, por cierto; el acento casi obligado en la sexta sílaba está en una sílaba abierta: mancha. Pero lo que ha llamado la atención es la palabreja “mundo”, al punto de que esa manera de comenzar le hizo decir a un amigo mío, cuando salió el libro y él se asomó a las primeras páginas, que parecía una cosmovisión, o que ese verso anunciaba una cosmovisión, a la manera de los poemas anitguos. Desde luego, la idea me encantó, sobre todo por mi afición a Lucreio y su gran poema filosóficoDe la naturaleza de las cosas, que mi amigo Ulises Bravo me hace leer en estos días con nuevos ojos. Si hay alguna filosofía en Incurable es filosofía antigua, a pesar de que parezca que estaba yo metido en cosas modernas.

 

 

JV: Tengo entendido que usted es un lector atento de la obra de José Lezama Lima, y que es considerado un exponente del neobarroco en Latinoamérica, ¿nos podría decir qué autores (vivos) recomienda de esta corriente literaria, y cuales libros suyos son los que considera se encuentran más apegados a dicha corriente?

Menciónenos por favor, cuales son los autores/escritores que han influenciado más en su oficio y estilo de poesía.

 

DH: Nunca he entendido el término “neobarroco”. Lo diré sinceramente: lo inventaron Jacobo Sefamí y Roberto Echavarren, creo que con la complicidad de José Kozer; pero no me dice gran cosa. A Lezama Lima lo leí con fervor durante muchos años; él era amigo de mi padre, y en una carta me dijo cosas muy bonitas sobre mi primer libro, publicado por la UNAM en 1972, hace más de medio siglo. En cuanto a mis influencias, la lista sería larguísima, pero creo que debo mencionar a un montoncito de poetas mexicanos y españoles: Carlos Pellicer, Manuel José Othón, Ramón López Velarde, Xavier Villaurrutia, José Gorostiza. Entre los españoles, García Lorca en primer lugar, junto con Rafael Alberti; más acá en el tiempo, me impresionaron mucho Jaime Gil de Biedma y Claudio Rodríguez. Ya no enlisto latinoamericanos para no volver esto una aburrición total, pero debo invocar el nombre inmenso de Pablo Neruda. También hay un puñado de narradores que han sido importantísimos para mis escrituras: Juan Carlos Onetti, José Revueltas, Juan Rulfo. Todo lo que escribió, en verso y en prosa, Jorge Luis Borges, me importa, me interesa y me gusta. Un caso singular es el del poeta Gerardo Deniz, a quien quise muchísimo: fue mi amigo, mi hermano mayor y mi maestro. Su muerte en 2014 fue una tragedia mayúscula para mí y para algunos amigos que lo amábamos de veras.

 

 

Menciónenos 5 libros que considere usted que hayan sido determinantes o que hayan tenido algún grado de relevancia en su vida y/o en su oficio como poeta.

 

DH: Los poemas de Jorge Luis Borges; la antología de Góngora hecha por Antonio Carreira; la antología de Saint-John Perse en traducción de Jorge Zalamea; el libro de Antonio Alatorre sobre la lengua española; todo lo que escribió Gerardo Deniz.

 

 

En analogía a la Divina Comedia, si usted tuviera que escoger a un Virgilio (escritor) para que lo acompañara en su viaje del infierno a las altas esferas del cielo, ¿quién sería?

 

DH: A mi amigo Juan Almela. Él conocía esos rumbos dantescos al dedillo.

 

 

Deseo hacerle una pregunta que le hago a todos los poetas y que creo importantísimo hacerla; ¿Qué es para David Huerta la poesía?

 

DH: Poesía eres tú. O yo. O el perro que se muere con el lomo desgarrado y la panza llena de gusanos en el rincón de una tienda oscura en la que se ha quedado encerrado. O las lluvias de estrellas de agosto. O la hermosísima cara de mi gato Timoteo Fum. O la mano de ella en mi hombro, mientras amanece. O mejor todavía: una serie de las mejores palabras que se la han ocurrido a una persona, puestas en el mejor orden posible. Esto último es una recreación de Samuel Taylor Coleridge, para dar el crédito debido.

 

 

Y por último ¿Qué le dijera usted a manera de consejo a la nueva generación de Jóvenes Escritores de México y el mundo?

 

DH: ¿Quién soy yo para dar consejos? Ni siquiera mi gato Timo me hace el menor caso. Tarea inútil. Pero si no me quedara otra, diría que leyeran mucho, que viajaran, que se interesaran en la política de todos los días y en sus maneras de mirar el crepúsculo, en el sexo y en la teología, en el mar y en los escarabajos. Un poeta al que solamente le interesa la poesía es muy sospechoso: yo digo que si dice que nada más le interesa la poesía, ¡no le interesa ni siquiera la poesía!

 

 

J.V: Muchas gracias por su tiempo maestro Huerta, esperamos no ser inoportunos con alguna de nuestras preguntas. Reciba un abrazo del colectivo.

 

 

Los Conjeturales

 

 

 

El lector puede leer un fragmento  del poemario Incurable en el siguiente enlace:

 

 

Incurable (Fragmentos). Por David Huerta. Selección de Jobyoán Villarreal

 

 

 

 

 

 

David Huerta (Ciudad de México, 1949-2022). Poeta, ensayista y traductor. Estudió Filosofía, Letras Inglesas y Españolas en la ffyl de la UNAM. [...] Redactor y editor de la Enciclopedia de México; [fue] director de la colección de libros Biblioteca del Estudiante Universitario; coordinador de talleres literarios en la Casa del Lago de la unam, del inba y del issste; [impartió] cursos en la Fundación Octavio Paz y en la Fundación para las Letras Mexicanas; secretario de redacción de La Gaceta del fce; miembro del consejo editorial de Letras Libres; director de Periódico de Poesía (nueva época); integrante de la Comisión de Artes y Letras del fonca. Colaborador de Diorama de la CulturaEl DíaEl UniversalLa Gaceta del fceLa TalachaLetras LibresNexosNovedades y Proceso. Becario del Centro Mexicano de Escritores (1970-1971); de la Fundación Guggenheim, (1978-1979), y del fonca, 1989. Miembro del snca desde 1993. Premio Diana Moreno Toscano 1971. Premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer para obra publicada 1990 por Historia. En 1998 los estudiantes de la Preparatoria Popular le otorgaron la medalla “Mártires de Tlatelolco”. Premio Xavier Villaurrutia 2006 por Versión. Premio Nacional de Ciencias y Artes 2015, en el área de Lingüística y Literatura. En noviembre de 2017 le fue otorgado el Premio Universidad Nacional. Premio Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco 2018, otorgado por la uady, uc Mexicanistas y la filey, entregado en Mérida, Yucatán. Premio de Literatura en Lenguas Romances 2019. En 2013 el Fondo de Cultura Económica publicó su obra poética reunida, en dos volúmenes que suman más de 1,000 páginas, con el título La mancha en el espejo.  En 2021 la editorial española Galaxia Gutenberg dio a conocer con su sello la extensa antología El desprendimiento, que presenta selecciones de la poesía de Huerta a lo largo de casi medio siglo. Sus publicaciones más recientes son el volumen de ensayos titulado Las hojas (2020) y El viento en el andén (2022).

 

 

 

 

Jobyoán Villarreal nació en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, México, el 19 de abril del año 1985, estudió la carrera de Ingeniería Industrial y de Sistemas en la Universidad de Occidente, Campus Culiacán (UDeO, 2003-2007). Estudió dos años de la carrera Técnico Instructor en Música Clásica en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS, 1999-2001). Obtuvo el diplomado Técnicas Avanzadas de Lectura y Comprensión DALPA (Estrategia y desarrollo humano S.A. de C.V., -2012) Fue acreedor a la beca otorgada por el Fondo Estatal de Cultura y Artes por su proyecto Pretéritos del polvo (FOECA, 2007), fue acreedor a la Beca al Lector otorgada por el Instituto Sinaloense de Cultura los años 2009 y 2010. Coordinó el Círculo de Lectura Atrás de la memoria del año 2009 al año 2011. Ha participado en diversos eventos culturales de carácter nacional e internacional dentro de los que destacan el Festival de Literatura del Noroeste (CECUT, 2009) el Encuentro de Jóvenes Escritores Sinaloenses (ISIC, 2014) la Feria Internacional del libro Los Mochis 2020 (ISIC, 2020) la serie de lecturas de la Feria Iberoamericana del Libro en Canadá (Canadá, 2021) el evento ‘Siete poetas, un continente’ (Canadá, VLACC, 2022) y el Festival Internacional de Poesía Bolognia in Lettere (Italia, 2022). Ha recibido diversas distinciones dentro de las que destacan las siguientes: Fue finalista del VIII Premio Internacional de Poesía Jovellanos, ‘El Mejor Poema del Mundo’ con su poema Llanto de tierra (Ediciones Nobel, Asturias, España, 2021). Recibió una mención honorifica en la I Convocatoria Internacional de Poesía “Vuela Palabra” (Vuela Palabra Revista de Literatura y Arte, Concord, California, USA, 2021). Algunos de sus poemas han sido traducidos al italiano y al inglés y han aparecido en diversas revistas digitales e impresas. Es autor de los poemarios Dime qué somos donde las estaciones se ensamblan (H. Ayuntamiento / IMCC, 2014) y Semilla: Remanencia de la luz (ISIC,2019). Es autor del Plaquette de poesía; Lo que dicen los espejos y Hialurgia (Trajín Literario, México, 2021). Fue incluido en la antología de la Nueva poesía y narrativa hispanoamericana del siglo XXI, (Lord Byron ediciones, Madrid, España, 2016). Fue incluido en las muestras de poesía Sinaloense Una fiera lentísima (ISIC, 2017) y Muestra de poesía Sinaloense 1982-1997 La liebre es ligera (ISIC, 2018). Fue incluido en la antología El mejor poema del mundo, 2021 (Ediciones Nobel, Asturias, España, 2021). Fue incluido en la primera antología de Arte y Literatura Hispanocanadiense (FIL Canadá, 2022). Ha impartido diversas charlas y conferencias relacionadas al tema de la poesía, dentro de las que destacan las siguientes: taller/conferencia de poesía ‘Delante de la luz cantan los pájaros’ en su Alma Mater (UAdeO, 2017), y las charlas “¿Qué es la poesía y cómo entenderla?” como parte de las actividades del programa de Tertulias del Vancouver Latin American Cultural Centre (British Columbia, VLACC, 2021, 2022). Es fundador y colaborador del blog Los Conjeturales (2016) http://losconjeturales.wixsite.com/poesia. Perteneció a la Academia de Ingeniería Industrial del Instituto Tecnológico Superior de Eldorado en donde impartió clases desde el año 2014 al año 2018. Desde el año 2018 reside en la ciudad de Vancouver, Canadá. Desde el año 2021 es colaborador y miembro activo de la comunidad artística del Vancouver Latin American Cultural Centre .