Ensayo

Osip Maldestam (1891-1938), por Miguel Ángel Zapata

 

 

 

 

Osip Maldestam (1891-1938)

Miguel Ángel Zapata

 

 

Osip murió en un campo de concentración de los que dirigía con maestría Stalin para torturar y asesinar a los subversivos. Osip miraba el cielo y la nieve caía sobre sus párpados agotados. Levitaba con el frio deseando el calor de una vela. Osip, escribió en un “Epigrama contra Stalin” (1933): “sus dedos gruesos como gusanos/, grasientos, y sus palabras como pesados martillos, certeras. Sus bigotes de cucaracha parecen reír/ y relumbran las canas de sus botas…” De ahí, perseguido y acosado, se inició su calvario hasta su muerte en 1938. El mismo año que murió Vallejo. El ruso publicó una de sus obras maestras: "Tristia" (1922).  “Trilce” de Vallejo también salió en 1922. Más lirico que poeta de lo “social” o maestro del facilismo, fue en cambio, complejo y extraño, maravilloso. Leo sus poemas y aprendo a resistir el frío. Lo invito a tomar el té en casa esta noche que nieva en Nueva York, o mejor un vodka o un vino tibio. Mirar el fuego subir por los ladrillos nos da paz. La llamarada de la noche y la vigilia nos acoge. Se levanta y mira por la ventana: la nieve no cesa, y el mar negro y sordo ya no lo atormenta más.

Pablo Neruda fue sin duda un poeta conocido a nivel internacional en el siglo XX, sobre todo por su libro "Veinte poemas de amor y una canción desesperada" y “Residencia en la tierra”.  Neruda, como buen revolucionario, escribió un "Epigrama a Stalin": “Stalin alza, limpia, construye, fortifica / preserva, mira, protege, alimenta, / pero también castiga. / Y esto es cuanto quería deciros, camaradas: / hace falta el castigo…”. Neruda celebró al verdugo Stalin en una oda tan larga que no hay espacio aquí para tanta veneración a una oda a la muerte. Además, ganó el Premio Stalin de la Paz. Osip Maldestam espera el unánime reconocimiento internacional de los ángeles de la poesía verdadera. Recomiendo las precisas traducciones de W. S. Merwin. Neruda gana el Nobel aun habiendo apoyado al verdugo ruso. Borges, quien se lo merecía mucho más, no tuvo tanta suerte: él no se lo ganó por haber defendido a Pinochet y a Videla. Menos mal que no escribió epigramas ni odas elementales a dos asesinos iguales a Stalin.

 

 

 

Miguel Ángel Zapata (Perú). Poeta y ensayista. Ha publicado recientemente: Hoy dejó de ser invierno por un día (Buenos Aires: El Suri Porfiado, 2017), Uno scrive poesía camminando Italia (traducciones de Emilio Coco) Ladolfi Editore, 2016, Hoy día es otro mundo (Granada: Valparaíso, 2015) y La nota 13 (Bogotá: Los Torreones, 2015). Su poesía ha sido traducida al inglés, portugués, italiano, portugués, francés y ruso. Ha publicado varios libros de ensayos: La voz deudora: conversaciones sobre poesía hispanoamericana (FCE, 2014), Nueva poesía hispanoamericana (UNAM, 1999), Moradas de la voz. Notas sobre poesía hispanoamericana actual (Universidad de San Marcos, 2002), entre otros. Ha publicado libros y ediciones críticas sobre la poesía de Antonio Cisneros, Jorge Eduardo Eielson, y Carlos German Belli. ejerce de Catedrático de Literaturas Hispánicas en Hofstra University, Nueva York.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *