Ensayo

La Renaixença: más que un movimiento literario, una postura política frente al comienzo de la modernidad: Michelle Rodríguez Chiw

 

 

 

 

La Renaixença: más que un movimiento literario,

una postura política frente al comienzo de la modernidad

 

 

Michelle Rodríguez Chiw

 

 

Cataluña ha estado dividida de España por siglos mediante fronteras inasibles como la cultura y la lengua. Incluso antes de la existencia del español y el catalán como tal, existía una diferencia entre el romance que se hablaba en el área que representa a Castilla La Vieja y el área noreste de la península. La organización, de hecho, también comprendía un mundo que, si bien tenía afinidades, correspondía a contextos sociales distintos, costumbres distintas y manifestaciones artísticas distintas. Los condados catalanes llegaron a expandirse tanto que, mientras al norte colindaban con Francia al oeste tenían a la Corona de Castilla, esto aconteció cuando se conformó la Corona de Aragón que poseía, a su vez, a la gran Caesar Augusta; es decir, la Zaragoza actual.

Cabe señalar que el hecho de que esta zona estuviera supeditada a España hacía que el desenvolvimiento cultural y literario no fuera exactamente análogo ni paralelo; la lengua catalana, la cual posee un estrecho parentesco con el occitano, fue prohibida en distintas ocasiones por el Estado español; una de ellas en 1700 y la otra al comienzo del franquismo. Esto mismo frenó la producción literaria en dicha área, por lo que, cuando la sociedad catalana retomó la creación de textos, asieron este sentimiento patriótico (vinculado con las características del romanticismo) para iniciar una especie de Renacimiento catalán en el siglo XIX llamado la Renaixença.

La Renaixença marcó el comienzo de la literatura catalana contemporánea, dejando atrás su pasado trovadoresco y las famosas novelas de caballería que tanto inspiraron a Cervantes al escribir El Quijote. Se colocaron límites entre la decadencia de su literatura propiciada por el establecimiento de un poder central y comenzó una nueva era donde las palabras catalanas ascenderían mediante la creación de los famosos Juegos Florales. Este cambio de paradigma literario significó un cambio cultural e intelectual. El rememorar su pasado servía como herramienta para construir un futuro mediante la palabra. Antónia Tayadella menciona que “Els Jocs Floráis de Barcelona ocupen un lloc decisiu en tot aquest procés, atés el fet que será precisament el vessant literari del moviment aquell que actuará com el més eficaç impulsor del conjunt” (1992, p. 51).

Ipso facto, al retomar la realización de textos con un sentido mucho más nacionalista, el catalán comienza  a utilizarse como lengua no sólo conversacional, sino literaria. Esto logra posicionar la normalización del catalán frente al castellano y a diferenciarse de quienes vivían en zonas donde el español era el único idioma.  De este modo, se recupera la propia historia, el propio legado de la oralidad que por muchos años estuvo vinculado con la literatura popular, pero que obtuvo gran valor con el paso del tiempo. Al iniciar este movimiento, la literatura catalana ya no se reducía a aquellos sermones llamados Homilies d’ Organyá, sino que de una vez y para siempre comenzaría a forjar el camino para ser reconocidos como una nación independiente del Estado Español y de su respectiva producción hispánica que tanto renombre había adquirido en los Siglos de Oro y, que posteriormente, destacaría debido al Modernismo.

Se considera que el inicio de este pequeño lapso tan significativo para los catalanes se dio con la publicación de La Pátria de Carles Aribau, poema en el recurre a topónimos catalanes para exaltar, como su nombre dice, su patria. El tono melancólico-patriótico es el que configuró las características del movimiento. Por otro lado, el trasfondo de esta representación artística mediante la lengua catalana, estaba basado en un contexto político y económico preciso: en palabras de Pol Serrabassa i Puntí inactivo y empobrecido. De este modo, el círculo literario de Vic alienta el comienzo de la época que nos atañe en el presente texto.

El Círcol Literari de Vic va ser el fonament principal per a l’establiment definitiu de la Renaixença a la capital osonenca. Per això ens centrem en la seva significació a nivell cultural i ens deturem en alguns aspectes concrets. Aquest període de gestació del que hem anomenat Renaixença vigatana, que abasta fins al 1865, és l’etapa de formació dels joves escriptors que apareixeran a la palestra literària a partir, sobretot i per agafar una data significativa, del primer triomf de Verdaguer als Jocs Florals de Barcelona del mateix any (Serrabassa i Puntí, 2017, p. 53).

 

Muchos personajes relevantes de la época colocaron un elemento para aproximase a su cometido, un ejemplo de ellos es el autor Joaquim Salarich i Verdaguer quien mediante su obra Vich, su historia, sus monumentos, sus hijos y sus glorias se vincula con las propuestas coetáneas y los conceptos de literatura que se gestaron en dicho tiempo. Así es como un espacio literario se transforma en una postura política o el cómo una postura política se expande por la literatura.

Mientras estos sucesos comienzan a acontecer en la delimitación de Cataluña, las Islas Baleares y Valencia ejecutan un proceso parecido, debido a que comparten todavía un idioma que las enlaza. Se podría decir, entonces, que esta disrupción tiene como base no sólo un estado, sino un origen lingüístico afín. En Valencia, por ejemplo, la entrada de la Renaixença se da alrededor de 1830 mediante la popularización de la revista El Mole. Por su parte, en lugares como Mallorca esto sucedió tres años más tarde por medio de otra revista.

Las actitudes y posturas que se desarrollaron en la Renaixença también agudizaron una perspectiva estética y crítica frente al arte. Se buscaba una renovación y se consiguió. Algunos de los tantos sucesos destacables respecto al movimiento fue la creación de una academia de la lengua que delimitaba la identidad que se reconocía desde tiempo atrás, pero que no tenía aún una verificación institucional. De ello devino la búsqueda de que el poder central reconociera como una lengua oficial a su idioma materno; años ulteriores existió una insistencia por conseguirlo, mas no fue hasta después del franquismo que se obtuvo: se presentaron varios hechos históricos que obstaculizaron este logro.

Para el año 1865 se publicaron algunos artículos entorno al catalán; en ellos se explicaba la historia del catalán teniendo como uno de los tantos temas la explicación sobre la supuesta  condición  de dialecto del mismo. Este cuestionamiento recuerda la manera en que el occitano fue marcado como patois con el fin de desprestigiar su existencia debido a la homogeneidad lingüística que se buscaba con respecto al francés; empero que tiempo después fue reconocido como un idioma más que como una variante.

Si consideramos lo redactado en los párrafos precedentes tenemos hasta aquí que uno de los mayores indicadores del comienzo de la modernidad (intelectual y social) fue el reconocer la nación de Cataluña como un espacio autónomo ligado a un Estado reconocido y la mejor manera de caracterizarse como los otros fue a través de su herramienta más fuerte: el catalán. Catalunya ara volia la seva llibertat.

Lo personal es político. Que un individuo se reconociera como diferente y después se uniera a otro individuo y, luego, a otro, habla de una conciencia frente al contexto. Este renacer, sin embargo, tenía dentro de sí oposiciones conservadoras y progresistas. El movimiento coincide con la Revolución Industrial catalana de lo que brotó una nueva economía y un posicionamiento en Europa. Además, sus textos también estaban ascendiendo hacia un canon europeo que muchas otras lenguas neolatinas tuvieron desde siglos atrás como el español, el italiano y el francés.

Me parece conveniente añadir que una de las figuras más importante de esta etapa fue Valentí Almirall, quien tuvo un gran papel en la política que se iba forjando. El mismo buscó la unión entre los conservadores y progresistas ya mencionados, y, asimismo, apoyó el reconocimiento de la cooficialidad de la lengua catalana. Como lo vemos nuevamente, el área intelectual y la política continúan con gran proximidad. Dentro de lo mismo, se puede destacar que en la vida política se involucraron los intelectuales, la iglesia e individuos republicanos.

Al final del siglo, debido a los Juegos Florales y demás logros obtenidos por el pueblo catalán, brotaron autores que hoy día decantan reconocimiento a nivel mundial como Jacint Verdaguer, Narcís Oller, Josep Pin i Soler y Emili Vilanova. Se fundaron revistas importantes como La Renaixensa, Lo Gay Saber y La Ilustració Catalana. De alguna manera se veía el porvenir: el siglo XX estaba cerca y con ello el florecimiento de editoriales importantes que se establecería en Barcelona y autores que inician la renovación literaria de un nuevo siglo: Terenc Moix ha sido equiparado con autores como Luis Martín Santos.

La rebelión del pensamiento decretado se manifestó mediante la literatura; un movimiento social gestó el patriotismo intrínseco que se encontraba en lo más profundo de la esencia catalana; bastaron grupos literarios para que los catalanes delimitaran sus objetivos como territorio y tomaran una postura acerca de su situación en España y Europa: quizá un movimiento fue el primer paso hacia una independización definitiva, la toma de los “carrers” (en palabras catalanas) nacieron de la toma de la “llengua”. Resurgió una zona estratégica para el comercio y comprobó que, incluso su idioma, era su posesión más valerosa.

Por consiguiente, podemos determinar que la Renaixença es un movimiento cultural y literario, no obstante, también un momento histórico equiparable a una independencia. Su importancia radica en la unión de dos puntos opuestos en un camino; Cataluña gestó su independencia hace más de cien años a través de narrativa, de poesía, de dramaturgia. La literatura fijó los estatutos del deber ser catalán; generaciones ulteriores bebieron de este resultado cauteloso que hace unos años sufrió una metamorfosis estrepitosa. La modernidad comenzó antes del Modernismo.

Si bien el Modernismo determina un antes y después en esta línea de tiempo ilusoria, los años anteriores fueron los cimientos para que dicho logro se afianzara. Esta puerta literaria abrió paso a la actualidad y con ello el perfeccionamiento de ideas y recomendaciones para una emancipación. Muchas veces se considera que lo real es lo que está establecido en espacios rígidos como la ley; olvidamos que, en palabras de Gilgamesh, “todo cuanto hace es viento,  y que la literatura puede ser la que evoque lo quimérico de esa brisa llamada existencia. Los catalanes tienen una palabra para referirse a los literatos: lletraferits, esto es, heridos de letras. Las letras los han herido de forma profunda, pues éstas han desmentido los preceptos más generalizados y propuesto disyuntivas atípicas para desmenuzar paradigmas y crear nuevos cánones. Las letras los han herido lo suficiente como para convertirlos en un ejemplo de sociedad autónoma; las heridas no siempre duelen, a veces son un cierre que resquebraja nuestros párpados con el objetivo de poder mirar aquel sueño mejor conocido como porvenir.

 

 

 

 

Bibliografía:

 

Alonso González, F. (1997). Aproximación a la nueva narrativa catalana.

Recuperado de:             http://revistas.uned.es/index.php/RLLCGV/article/download/5877/5604

Serrabassa i Puntí, P. (2017). La Renaixença literària a Vic: dels orígens a la consolidació.

Recuperado de: https://portalrecerca.csuc.cat/thesis/handle/10803/461857

Sin autor. (1979). Breve historia de las historias de la literatura catalana.

Recuperado de:             http://lear.unive.it/jspui/bitstream/11707/6146/1/17.1%20breve%20historia%20de%        20las%20historias%20de%20la%20literatura%20catalana.pdf

Tayadella, A. (1992). La Renaixença i els certàmens literaria.

Recuperado de: http://revistas.uned.es/index.php/RLLCGV/article/view/5687

Tiñena i Amoros, J. (1992) La novel·la històrica catalana (1862-1882).

Recuperado de: https://www.tesisenred.net/bitstream/handle/10803/289564/JTA_TESI.pdf?sequence=1&is            Allowed=y

Michelle Rodríguez Chiw, 1995.  Amante de la literatura y apasionada de la lingüística. Es Licenciada en Letras Hispánicas por la Universidad de Guadalajara; además estudió una temporada en la Virginia Commowealth University y en la Universitat de Lleida. Ha participado en diferentes congresos nacionales e internacionales como el CoLiCo por la UNAM y el Congreso Internacional de Lingüística Coseriana organizado por la Universidad de Cádiz. Trabajó en el área de lingüística en la editorial Larousse y, también, se ha desempeñado como docente de español.

 

Correo electrónico: mdrchiw@gmail.com

 

 

 

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