JOSÉ VICENTE ANAYA Y LA “BRIGADA MARILYN MONROE”

 

 

JOSE VICENTE ANAYA Y LA BRIGADA MARILYN MONROE

 

Daniel Terrones

 

 

 

1.-REFLEXIONES CONTEMPORÁNEAS SOBRE TAN SIGNIFICATIVO ASUNTO

Las narrativas de diversos acontecimientos históricos van cambiando al paso del tiempo. En el caso del movimiento estudiantil mexicano de 1968, lo que hemos visto a través de cinco décadas de conmemoraciones ha sido un cambio paulatino de percepciones y de protagonistas. La atención ha ido pasando de ciertas corrientes políticas y algunos líderes, a personas y diferentes formas de pensar que habían permanecido marginadas. En cincuenta años han pasado muchas cosas. Después de la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la URSS, del surgimiento del EZLN, de los movimientos altermundistas y de los más recientes colectivos ANTICAPITALISTAS del siglo XXI, pienso que es el momento idóneo para empezar a conocer, así sea brevemente, la historia de la Brigada Marilyn Monroe.

 

EL MUNDO DE 1968

Conforme avanza el siglo XXI es más difícil de imaginar la vida cotidiana de los jóvenes mexicanos de 1968. No hay internet, ni redes sociales, y la perspectiva de tener una computadora personal  es aún muy lejana. Pero a ellos eso no va a detenerlos. Es una generación que todavía no puede difundir masivamente muchos contenidos propios más allá de su ámbito físico (es la época del mimeógrafo) y que para informarse depende casi únicamente de los grandes medios de comunicación controlados por el Autoritario Estado Mexicano. Sin embargo hallaran espacios de libertad en las canciones que escuchan en discos de vinil, en películas y documentales del cine mundial que tienen que ver forzosamente en una sala de proyección, y en los libros de literatura, filosofía y política que ese Estado no puede controlar del todo. Tienen a su favor que  la mayoría de la población en el orbe está compuesta precisamente por jóvenes, y ellos sienten que pueden influir en el curso de los acontecimientos políticos y sociales de sus propios países y más allá. Además es el momento que  desde el llamado tercer mundo tienen lugar procesos de liberación  revolucionaria y post-colonial que significan cierta esperanza frente al mundo bipolar diseñado por las ya ruquísimas elites políticas y militares de los Estados Unidos y la URSS, con todo y su arsenal nuclear.

 

 

2.-LA UNAM ANTES DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL. JOSÉ VICENTE ANAYA LLEGA A LA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS y SOCIALES

En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México se encuentran estudiantes agrupados en las más diversas tendencias políticas, desde las más autoritarias, de tristísima memoria, hasta las más libertarias. Y otras que surgen de los puntos e iniciativas más inesperadas. José Vicente Anaya, el poeta nacido en Chihuahua y que ha tenido una vida fronteriza en Tijuana y en California, llega ahí en la segunda mitad de 1967 cargando un morral lleno de ejemplares del Oracle, el periódico underground que desde San Francisco da cuenta del movimiento contracultural de envergadura que vienen formando los jóvenes de los Estados Unidos.  Ciencias Políticas es una escuela más chica de lo que es ahora, con un jardín al centro, donde suelen reunirse los estudiantes después de clases. Y más sovietistas que nada, sus compañeros lo cuestionan al verle el periódico. Le preguntan si acaso es un hippie, sin saber de primera mano de lo que se trata ese movimiento. Pero con sorpresa se dan cuenta que José Vicente se maneja al dedillo todos esos términos de la lucha social que ellos profesan, aunque a él le vengan más del contacto que ha tenido con el movimiento chicano, la teología de la liberación o de las canciones del Rock Protesta que del  puro leninismo teórico. Pronto se encontrara con compas con los que tendrá más afinidad. Y no será difícil encontrarlos en el ambiente rico que culturalmente aún puede permitirse la UNAM en esos momentos.  La visita de Herbert Marcuse, Susan Sontang, Simone de Beavoir y Jean Paul Sartre  a lo largo de esos años de 1960 no hacen más que confirmar la afirmación anterior.  Así  conoce a Eligio Calderón, poeta de Ciudad Juárez, Chih., con el que la identificación es inmediata;  a René Cabrera Palomec, Indio zapoteca, quien al enterarse que José Vicente vive en una casa de huéspedes lo invita a compartir su modesto departamento de la Colonia Portales. Ahí en esa casa se encontrará con que Palomec tiene casi todos los ejemplares de la legendaria revista de poesía y arte El Corno Emplumado/The Plumed Horn publicada por Sergio Mondragón y Margaret Randall en la Ciudad de México pero de alcance continental, que conecta los movimientos y las resistencias culturales que suceden tanto en los Estados Unidos como en Latinoamérica.  Será un motivo más de afinidad entre ambos estudiantes.

INTERCAMBIOS SIGNIFICATIVOS

Los primeros meses de 1968 transcurren en una aparente calma. El Autoritario Estado Mexicano  (AEM) supone que los acontecimientos del exterior no afectaran a ese remanso de paz que es México y se dedica a organizar las olimpiadas, tan esperadas por todos y que supone le darán al régimen, a pesar de sus desvaríos, un gran reconocimiento internacional. De pronto por la Facultad de Ciencias Políticas se aparece un chavo muy joven, alto, con el pelo muy largo, vestido completamente de negro, de aspecto gringo. Y como efectivamente es norteamericano poco se hace entender entre los estudiantes por su incipiente español. José Vicente y Eligio lo abordan al instante, que por ser fronterizos y hablar el inglés se entienden con él sin broncas. Se llama Erick, es de San Francisco, se ha fugado de su casa y anda en México por la libre. Luego descubren que entre las cosas de Erick hay una revista recientemente publicada, que aborda de manera espacial los acontecimientos del movimiento estudiantil del pasado Mayo en Francia, lectura que resulta muy estimulante. Y es que los encuentros son intercambios, sobre todo si te ofrece alguna información nueva, con un enfoque distinto, del mundo. A pesar de lo que diga el AEM,  precisamente lo que quieren los estudiantes de esta y otras facultades, es informarse de lo que pasa a nivel internacional y que sienten que tanto les atañe, tanto a el país como a ellos mismos, así sea en la sesgada y monolítica prensa mexicana. Algunos seguirán las últimas escaramuzas de la guerra de Vietnam y leerán con sorpresa sobre el asesinato de Martin Luther King; Otros están al pendiente de lo que viene sucediendo en Cuba durante los últimos años e irán a la marcha que el próximo 26 de julio celebra todos los años cierta izquierda mexicana para conmemorar el asalto al Cuartel Moncada. Y de ahí algunos regresan su atención a lo que sucede en México, como la huelga de hambre en pro de la liberación de los presos políticos que está llevando a cabo Demetrio Vallejo, en la lúgubre cárcel de Lecumberri, y que tiene gran resonancia entre los universitarios. Entre ellos está Jaime Goded, quien dibuja muy bien y que al igual que a Eligio y René también hay una afinidad por el arte y la poesía, y junto con Javier Molina y José Vicente también una coincidencia en cuanto una manera de entender la política, poco Ortodoxa. Asimismo existe una admiración unánime por una actriz norteamericana cuya existencia vital y trágico final les será emocionante y conmovedor  al mismo tiempo.

 

 

3.-EL MOVIMIENTO ECLOSIONA    

AL 26 de Julio la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales lleva una semana en Huelga en apoyo a los Presos políticos. Unos van a ir la marcha que conmemora el inicio de la Revolución Cubana. Aunque a decir de algunos ya es una marcha ritual de cierta izquierda y ya todos saben que ira por San Juan de Letrán, girará a la izquierda a la altura de la torre latinoamericana y llegara a la Alameda, al Hemiciclo a Juárez y ahí se dirá un discurso muy parecido al del año anterior.  Los que se quedaron esperan que sus compañeros les cuenten quien de la izquierda fue esta vez, y si hubo una variante en el discurso.  Pero más bien los que regresan tienen una expresión nada feliz. Llegan con una preocupación desbordante, con miedo o con desconcierto. Además no solo llegan universitarios, entre los que está José Vicente, sino también algunos estudiantes del Politécnico Nacional ¿Qué hacen hasta acá? Enojados, emputados, rabiosos. Al principio no se nota pero de entre los que llegan están los moretoneados, visiblemente lastimados, de un brazo, de una pierna. Ahí si uno no puede dejar de exclamar.

-Pero que chingados pasó, compañeros!!

Las versiones que dan son confusas al principio: que la marcha Pro-Cuba al estar en pleno mitin en la alameda se cruzó con un contingente de la marcha de las vocacionales del Poli (donde también iba la FNET, una especie de CTM de los estudiantes) que protestaba por la desproporcionada represión policiaca que habían sufrido sus escuelas los últimos tres días por un pleito estudiantil, y que los granaderos había madreado a las dos concentraciones sin hacer distinciones; que por encima de los deseos de la FNET, cuya marcha de las vocacionales quería controlar y llevar al Casco de Santo Tomás, un contingente pretendía llegar al Zócalo y ahí se dirigió, y una vez en las calles del Centro Histórico los granaderos empezaron a golpearlos con saña. Los que lograron escapar dieron aviso de auxilio a los de la concentración pro-Cuba y que algunos fueron en su ayuda, especialmente estudiantes de la UNAM, y a la altura de la calle de Palma se toparon con un grupo de granaderos, y que en vez de decirles simplemente que se retiraran, como había sido en otras ocasiones, simplemente los rodearon y los golpearon hasta hartarse. Sea como fuera los ánimos estaban caldeados, y ya en asamblea los del Poli referían como en días pasados los granaderos incluso habían entrado a los recintos de las vocacionales y golpeado sin mirar bien a alumnos, maestras y empleados que ni enterados estaban de la situación. Había que hacer algo contra tal represión, chingado, pronunciarse, una huelga.  Se acordó que se iría por todas las escuelas a exponer la situación y proponer un paro.  Y es en esos momentos de la historia en que la voluntad es unánime, que facultad por facultad votó en favor del paro y se iban todos  a la huelga. Pero he aquí que los enfrentamientos entre los chavos de las prepas y vocacionales del centro de la ciudad con los granaderos no ha cesado. De pronto, el ejército empieza hacer presencia. ¿Será, intervendrá el ejército? Algunos estudiantes piensan que no, imposible. Sin embargo el martes 30 de julio un bazucazo derriba la puerta de la prepa 1, la de San Idelfonso, donde se protegían  sus alumnos. La indignación se deja sentir, los ánimos se caldean. Algunas personas y grupos que había permanecido indecisos frente al paro se unen a él. El movimiento crece y toma forma frente a la represión.  Y es aquí donde empiezan a entrar en acción esos grupos de 7 o 8 personas, que son además grupos de conciencia, de autodefensa, con gente que en ese momento es tu familia, de una movilidad increíble, antiburocráticas, horizontales,  llamadas brigadas.

 

UN NOMBRE, UNA BRIGADA

En corto los estudiantes se van organizando en brigadas. José Vicente Anaya, Jaime Goded, Javier Molina, Rene Cabrera Palomec y Eligio Calderón por sus afinidades culturales y políticas de manera natural forman una brigada. Se juntan con ellos Erick, el joven norteamericano y un pintor, Librado, al que apodan Calzonzin, por su parecido con el personaje del caricaturista Rius. Hay mucha expectación en la facultad, se van organizando además comisiones y trabajos propios de un Movimiento como tal. Desde conseguir y cocinar los alimentos, llevar a cabo la limpieza de los espacios y vigilar, además de hacer volantes, elaborar un discurso, salir a distintos puntos de la ciudad a realizar mítines relámpagos, informarle a la raza de las causas y objetivos del movimiento. Y llevar un censo de las brigadas ¿Cuál salió y a dónde? ¿Cómo se denomina? Aquí tocamos un punto importante: el nombre que le vas a poner a tu brigada, porque Nombre es seña de identidad, caracterización y destino. No se hicieron esperar nombres como Che Guevara, Fidel Castro o Federico Engels. Aunque también hubo quien pensó ponerle a su brigada Leonidas Brezhnev. Sin embargo nuestros amigos como poetas irreverentes y contestatarios que ya eran, al juntarse a decidir en el mero centro de la Facultad de Ciencias Políticas pensaron “Nel, vaya nombre (el de Brezhnev) ni que fuéramos burócratas stalinoides o entumecidos, tiesos y mamones funcionarios del Partido. Hay que encontrar un nombre que sea de veras significativo, que nos congregue de verdad, que no solo nos invite a la acción política sino también al juego, que rebele y concientice por contagio, por la alegría y lo lúdico, por las ganas de  mucha vida frente a un gobierno de muerte”. Ya está, ellos serán conocidos como la “Brigada Marilyn Monroe”. Irán a las colonias, mercados y fábricas a informar puntualmente de lo que sucede, a arengar políticamente. Pero también leen poemas de César Vallejo y Miguel Hernández, harán una pinta, un happening, un acto que apunta directamente a la sensibilidad  para la revelación de la realidad del país. Al regreso a la universidad, al comedor de la facultad, se comentan las experiencias, las noticias e incluso los rumores. “Se dice que la próxima marcha la encabezara el Rector”. “¿Tú crees?” “¿Quién sabe?” “Ya se pronunció en contra de la intervención del ejército en la ocupación de las escuelas”. “¿Y Díaz Ordaz?” “Anda en Guadalajara”. La marcha se llevó a cabo con el Rector, el día 1 de julio en defensa de la Autonomía Universitaria. En ese tiempo las marchas no eran del Ángel de la Independencia al Zócalo, hubiera sido imposible, no había mítines ahí que no fueran oficiales. Esta partió de Ciudad Universitaria hasta Félix Cuevas y ahí a dar vuelta, porque más allá estaba la chota, los sardos. Esa misma tarde Díaz Ordaz, en toda su “Magnanimidad Imperial”, se le ocurre decir algo así como “Una MANO esta tendida…los mexicanos sabrán si se queda tendida..”. O sea que, pobres de nosotros si no hacemos caso de esa MANO que está ahora de buenas, aunque siempre nos ha golpeado. Si la desaprovechamos entonces nosotros seremos  los únicos responsables de lo que pueda pasar. ¿Así, o más autoritario, amenazador? Al día siguiente en la Facultad nadie deja de hablar de la dichosa MANO tendida de Díaz Ordaz. Jaime Goded de la Brigada Marilyn Monroe sugiere entonces a sus compañeros: “A la mano tendida, la prueba de la Parafina”. No cabe duda que hubiera sido un meme genial, si hubieras podido verlo por Facebook en esos tiempos.

 

 

4.-MOMENTOS DEL MOVIMIENTO 

Las cosas se van desarrollando de manera vertiginosa: para el  4 de agosto se presentan públicamente los 6 puntos del pliego petitorio que resume las aspiraciones del movimiento.  Entre ellos destacan, además de los que piden la renuncia de las autoridades responsables de la represión,  los que se pronuncian por la libertad de los presos políticos y por la derogación de artículos mamertos como el 145 y 145 bis del código penal, que tipificaba el delito de disolución social.  Y el punto que en muchos sentidos es audaz hasta hoy mismo, que es la exigencia de tratar con las autoridades a través de un dialogo público. El 5 de agosto tiene lugar una de las primeras marchas masivas y para el 8 de agosto se forma el Consejo Nacional de Huelga que además de estar conformado por el Poli y la UNAM, incluye a Chapingo y la Normal superior con el apoyo de Bellas Artes, la Ibero y la ENAH. Aún hay optimismo y se convoca para una nueva marcha el 13 de Agosto, que tiene como fin llegar hasta el Zócalo, como para de una vez exorcizar ese espacio de las grandes concentraciones oficiales, para ganarlo de nuevo. Las brigadas siguen sus actividades de volanteos en la ciudad. La brigada Marilyn Monroe va a Ferrocarriles, a Apatlaco, a los barrios pobres de la ciudad. Y en los espacios ganados de las facultades hay de pronto tiempo para la convivencia y hacer demostraciones de felicidad. José Vicente es de los que se quedan a dormir en la facultad, junto con el pintor Librado y Erick, que prácticamente viven ahí.    Siempre se puede platicar y debatir  en los pasillos sobre quien se había solidarizado con el movimiento y sobre la declaración retórica del regente de que “el cese de los jefes policiacos tendría que derivarse de la comprobación de su culpabilidad” (no mames, te mando una radiografía de mi femur madreado) además se podían adornar las paredes con pintas o frases, cocinar para el comedor. O encerrase en el cuarto del mimeógrafo a trabajar elaborando volantes y de paso besarse con alguna compañera. Abundan quienes leen, de teoría política a poesía. O a quienes les gustan los rondines nocturnos, oportunidad para cotorrear con los compañeros de la facultad de enfrente.  Por fin, llega la marcha del 13 de Agosto que irá del Casco de Santo Tomás al Zócalo, y mientras muchos contingentes preparan su manta con un fondo blanco y letras rojas, la Marilyn Monroe prefiere para su manta usar un fondo negro libertario con letras blancas. Los contingentes del Poli y la UNAM marchan alternados. Hay quien piensa que no se podrá llegar al Zócalo porque lo impedirían los granaderos y propone, en ese caso, hacer mítines relámpago en los primeros cuadros de la ciudad. Sin embargo, el sueño se cumple y 200 mil personas llegan hasta ese centro de la ciudad. La multitud, emocionada demanda el cumplimiento del pliego petitorio y repudia a la FNET. Se aprueba, a través de las brigadas, ampliar el movimiento.

 

INTERMEDIO CON JOSÉ REVUELTAS

Luego se  da un especie de intermedio donde el gobierno no hace más que rechazar el dialogo público que le proponen los estudiantes  mientras sigue madreándoles, en un momento en que el movimiento empezaba a calar en otro sectores de la población. En tanto, como solía pasar, los mismos estudiantes discuten si el movimiento debe quedarse en las reivindicaciones estudiantiles del respeto a la Autonomía Universitaria o debía extenderse más allá sirviendo como caja de resonancia de los problemas del país y así abrir procesos sociales que promovieran las reivindicaciones de los sectores más desfavorecidos, como la clase trabajadora. En tanto resultaba que un grupo de diputados culines había rechazado una invitación a debatir en Ciudad Universitaria para el 20 de agosto. Lo que no impidió que se disfrutara de un Festival el  día 18 donde artistas plásticos como Francisco Toledo y José Luis Cuevas realizaron un mural efímero y mostraban su apoyo al movimiento que, a su decir, por fin lograba despertar la conciencia dormida del país. Entre la música, los poemas y las obras de teatro se podía ver a un personaje que era cada vez más conocido, no solo entre los estudiantes sino en el país entero. Había escrito libros como los Muros de Agua, Los Días Terrenales y escribirá todavía algunos más. Se trataba de José Revueltas, quien se había atrincherado en la Facultad de Filosofía y Letras, andaba por ahí, y  José Vicente tuvo el gusto platicar con él, como si fuera un estudiante más.

 

LA INTENSA MARCHA DEL 27 DE AGOSTO

El CNH convoca a una nueva marcha hacia el Zócalo para el 27 de agosto, mientras hay señales poco convincentes de parte del gobierno de querer iniciar el diálogo. ¿Quién les puede creer? Sobre todo si, para iniciarlo, se quiere valer sus propios organismos charro-seudo estudiantiles como la FNET. La marcha arranca esta vez del Museo de Antropología y forma un contingente de más de 300 mil personas. La expectación es muy grande, incluso entre la de la gente que los aclama por Paseo de la Reforma o por Cinco de Mayo. La llegada al Zócalo es apoteósica: se encienden antorchas, se alza la bandera rojinegra de la huelga en el asta. Los estudiantes sienten que el movimiento ha llegado a un momento muy importante, a un punto bisagra, diríamos. Con ánimo celebrativo se encienden las luces y se tocan las campanas de la catedral. Y ahí, en corto se acuerda que el diálogo público sea el 1 de septiembre, en el Zócalo mismo, con la presencia de Díaz Ordaz y que en tanto se queden ahí brigadas nocturnas. Es la ocupación en forma; la brigada Marilyn Monroe acompaña al contingente que en ese momento va a rodear la cárcel de Lecumberri en un acto simbólico, tomar dicha cárcel también, símbolo de la ignominia. Sin embargo, en el Zócalo, las guardias estudiantiles no tardan en ser desalojadas, a punta de tanquetas que salían de la puerta de Palacio Nacional,  y los tres mil estudiantes que permanecen ahí salen por piernas. Con excepción de un chavo, el Ruso, que en el máximo heroísmo se queda a darle de tubazos a una tanqueta, ante la mirada impasible de un soldado. Sus amigos tienen que retirarlo de ahí

 

¿QUIÉNES SON LOS “MODERNOS FILÓSOFOS DE LA DESTRUCCIÓN”?

El 1 de septiembre el presidente de México en su informe de gobierno resta importancia a los puntos del pliego petitorio. Si hubiera presos políticos ya los hubiera liberado, dice cantinflescamente. Y hace amenazas veladas del uso de la fuerza con las bonitas frases clásicas que conocemos todos los que hemos seguido de cerca 1968: “Hemos sido tolerantes hasta excesos criticados…No quisiéramos tomar medidas que no deseamos pero que tomaremos si es necesario…”, etc. Pero además el presidente incluye en su informe una frase que, si no está uno en contexto, le hace a uno decir, bueno ¿y este güey de que está hablando?:   “Que grave daño hacen los modernos filósofos de la destrucción que están en contra de todo y a favor de nada”. Después del desalojo del Zócalo los estudiantes se repliegan a sus escuelas. Con todo en Ciencias Políticas los ánimos no decaen, a pesar de que ahora con más insistencia cunden los rumores de que el ejército tomará Ciudad Universitaria.  Se organiza una nueva marcha, pero ya no hacia el Zócalo, se habla de un conjunto habitacional al norte de la ciudad: Tlatelolco. Los estudiantes están en los lugares habituales, preparando su manta, sacando carteles, reflexionando en los mensajes que son importantes de dar a esta hora del movimiento. Librado y Erick están de nuevo en el centro de Ciencias Políticas, pensando. Llegan José Vicente y Eligio Calderón, uno con una libreta, el otro con una manta. Jaime Godet, que anda cotorreando por ahí con una chava, también se acerca. La brigada Marilyn Monroe en pleno.

-¿Qué onda?-dice Eligio-¿Qué le ponemos a la manta?

 -Yo todavía traigo lo que dijo el presidente en su informe-Dice Librado

 - ¿Lo de “los Filósofos de la destrucción” que tanto daño hacen?-Recuerda Eligio con sorna.

-¿Y quiénes son los Modernos Filósofos de la destrucción?-Lanza José Vicente la pregunta.

Se quedan un rato muy pensativos, luego empiezan a enumerar: Carl Marx, Bakunin, Herbert Marcuse, Kropotkin, Charles Fourier, Simone de Beavoir, Sartre, Theodor Adorno.

Y al iniciar la marcha en la manta de la brigada Marilyn Monroe se puede leer: “Estamos con los modernos filósofos de la destrucción”.

Uno de los estudiantes de tendencia ortodoxa se acerca a la manta con el ceño fruncido.

-¡Quiten ese mensaje, eso es escribir una provocación!

-No, que provocación!!  Si es casi una broma.

Y al día siguiente en el  Heraldo de México sacan una foto en primera plana, donde aparece muy claramente la manta de los compas, en cuyo pie dice: “He aquí que nuestro presidente tiene razón, y los cínicos estudiantes aceptan tener la influencia de los filósofos de la destrucción”.  Y yo muero de risa al ver la reacción ridícula y gazmoña de los tipos de este periódico. Es que eran muy serios.

 

SE ACABAN LAS PALABRAS

En el mes de septiembre el movimiento estudiantil pasa de la euforia a la resistencia, aunque numerosos grupos sindicales independientes les muestran su apoyo. Las brigadas siguen haciendo sus labores de volanteo y la policía y los granaderos reprimiéndolas, llevándose presos a los estudiantes. El ejército se ve cada vez más cerca, haciendo todo tipo de movimientos por las calles de la ciudad. Y la renuencia del gobierno a aceptar el dialogo público era más que evidente. Las palabras de denuncia parecían acabarse. Es  cuando tiene lugar el 13 de septiembre “La Marcha del Silencio” saliendo del museo de Antropología. La impresión es muy grande y muy simbólico las bocas tapadas, y las V en alto. El silencio era un recurso para enfatizar el silencio a que el gobierno quería someter al país, pero al mismo tiempo el silencio hablaba por primera vez. El prestigio ganado en esa marcha no hará sino precipitar las acciones del gobierno contra el movimiento. Pasado el momento de la celebración del grito de independencia en Ciudad Universitaria, los estudiantes empiezan a levantar sus cosas, a llevarse documentos, sacar mimeógrafos, para preparase en caso de tener que irse. Lo mismo en Ciencias Políticas. En una oficinita Eligio y José Vicente reúnen sus pertenencias. De pronto se acercan Erick y el pintor Librado.

- En este momento a los revolucionarios-les dice Librado, ante la mirada aprobatoria de Erick-les quedan dos caminos, la guerrilla o el hippismo.

Y se van los dos al jardín de la facultad, a reflexionar seriamente, ante la mirada atónita de Eligio y José Vicente. Una hora después regresan a la oficinita, descalzos, sonrientes, y aventándoles los zapatos dicen:

-Nos vamos de hippies!!!-

Y se sabe que tiempo después estuvieron muchos meses en la sierra de Oaxaca.

LOS MADRAZOS

El 18 de septiembre José Vicente y otros compañeros deciden hacer una reunión en casa de uno de ellos, para discutir problemas del movimiento. La reunión termina en la noche y como José Vicente se está quedando en CU, hasta allá se dirige. Pero el camión que ha tomado se detiene en el monumento a Álvaro Obregón.

-Hasta aquí llego, chavo-le dice el chofer.

Sin desanimarse sigue el camino a pie. Pero antes de llegar, se encuentra con que la zona ha sido acordonada por miembros del ejército que le impiden el paso pero no lo detienen. Tiene que regresar a su casa en la Portales y de ahí ya enterarse que Ciudad Universitaria ha sido, efectivamente, tomada por el ejército. UF!!! Más tarde, el día 23, las instalaciones del Politécnico serán así mismo tomadas.  A partir de aquí la dinámica del movimiento, que se acerca dramáticamente a su fase final, cambia drásticamente. Las reuniones tendrán que ser casi a escondidas y aún más las acciones de impresión y volanteo. Ya no habrá marchas de gran envergadura y los mítines se realizarán cada vez más en la explanada ubicada en ese conjunto habitacional, inaugurado hace apenas unos 15 años, pero que contiene edificios coloniales de hace 200 años, o prehispánicos, de hace 600: La plaza de las tres culturas de Tlatelolco. A lo largo de los días siguen los estira y afloja entre estudiantes y autoridades. Todavía los estudiantes enfrentan a los granaderos en aquel lugar sin renunciar a las demandas del pliego petitorio, al tiempo que las autoridades anuncian que desocuparan CU el 30 de septiembre, y así lo hace, causando toda clase de destrozos. Pero las instalaciones del Politécnico no han sido devueltas, y aún está programado un mitin para el dos de octubre en Tlatelolco. Un día antes la brigada asiste a una asamblea del Sindicato de Electricistas, José Vicente recuerda que votaron para irse a la Huelga, al día siguiente el 2 de octubre, y de hecho, muchos de sus miembros estaban en el mitin de ese día. Y con la expectativa de que quizá a partir de ese momento las huelgas de los trabajadores apoyando al movimiento iban a ser más frecuentes, Eligio y José Vicente  se encontraron también ese dos de octubre en Tlatelolco. La cosa fue que ambos caminaron hasta el pódium donde estaban los oradores, en uno de los balcones de los edificios con la idea de ver el mitin desde ahí, con la seguridad que los dejarían pasar, pues eran conocidos en el CNH, pero ya no fue posible. Por fortuna!!!. Se quedaron a un costado del edificio junto a un grupo de personas. Lo que sigue ha sido ampliamente documentado y descrito, da escalofrío volverlo a narrar, aunque ahora sea siguiéndole los pasos a dos miembros de la todavía Brigada Marilyn Monroe. Las luces de bengala planearon sobre la plaza, los disparos empezaron a oírse, pero muchos creen que son de salva y que todo se trata de una provocación. Eligio y José Vicente no tardan en percatarse de que los disparos son de verdad. La gente empieza a llorar, a caer herida, a correr por la plaza. Con agilidad deciden hacer compacto al grupo de personas que tienen al lado, y con el que se habían estado identificando y conviviendo a lo largo del mitin. La idea es guiarlos por detrás del edificio donde han estado y luego ingresar al siguiente. Y así lo hicieron, con la contrariedad que el siguiente edificio ya estaba cerrado. De pronto una hilera de soldados, marchando, se dirige hacia ellos. Pero una mujer del grupo, quizá la madre de un estudiante, se abre y confronta al soldado que viene al frente.

-Asesinos-le grita la mujer.- ¿No se dan cuenta que están asesinando a jóvenes estudiantes? Asesinos, criminales!!

El soldado se quedó tieso, casi inmóvil, y acaso conmovido o sorprendido, mueve los ojos y la cabeza indicando la dirección en que el grupo puede moverse. Y de ahí fue seguir adelante, adelante sin detenerse, salir de la plaza, salvar la vida y salvar la vida de los que se podía. Ya vendría tiempo para atestiguar, escribir y para pensar lo que había sido ese movimiento, lo que había sucedido ese día, para recordar lo que ese Autoritario Estado Mexicano se ha tardado décadas en reconocer.

Daniel Terrones Zapata nació en la Ciudad de Chihuahua  en la década de 1970. Realizó estudios de literatura en la Facultad de Filosofía y letras de la UNAM. Fue reportero de sucesos culturales en Op Cit, el periódico de la CDMX especializado en el Mundo Editorial. Al poco tiempo inició sus labores de escritor saltimbanqui y nómada viviendo en diferentes ciudades de México como Tijuana, San Cristóbal de las Casas, Querétaro y Ciudad Juárez, donde ha colaborado en infinidad de proyectos kolectivos. Tiene una plaqueta de relatos: No es Kuartel editada en el 2010 por Offline Books, la editorial itinerante de Barrio Nómada, donde aborda temas como el de la militarización de Ciudad Juárez en el sexenio de Felipe Calderón y sus consecuencias en la vida cotidiana de sus habitantes. La editorial  la Tinta del Silencio publicará en breve  su libro de relatos Amanece Mañana.

2 comentarios en "JOSÉ VICENTE ANAYA Y LA “BRIGADA MARILYN MONROE”"

  • el agosto 2, 2020 a las 4:23 pm
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    Que buena crónica

  • el octubre 2, 2020 a las 9:13 pm
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    Muy bueno!!
    Mi papá es un sobreviviente más de esa matanza. Ingeniero mecánico egresado del IPN

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