Elementos de la novela de formación femenina en Nada, de Carmen Laforet. Por Paula Ortiz Ayala
Elementos de la novela de formación femenina en Nada,
de Carmen Laforet
Paula Ortiz Ayala
Hay pocos periodos tan duros para una nación como el posterior a una guerra. No es en el fulgor de la batalla sino en la violencia del silencio posterior donde la voz interior irrumpe en busca de sentido: en busca de la estructura perdida durante la guerra. Una de las voces en cuya prosa es posible encontrar un íntimo retrato de la sombría posguerra española y la dictadura franquista, es la de Carmen Laforet. Esta escritora nacida en Barcelona es reconocida como ganadora del Premio Nadal con tan solo 23 años, por su novela Nada. Este galardón catapultó a la joven autora al ojo del huracán literario, provocando un estruendo del cual jamás podría liberarse, y en el cual se sentiría perdida en múltiples momentos de su vida. La novela es una de las obras más reconocidas del periodo de posguerra, siendo parte del momento literario que revitalizaría la narrativa española después de años de letargo y censura. También incluyó a Laforet dentro de la basta genealogía de autoras que desafiaron las limitaciones patriarcales, consolidando el canon literario que tantas escritoras admirarán ahora y en las generaciones literarias por venir.
Nada, publicada en 1945, es una novela de corte existencial que transcurre en Barcelona durante los primeros años después de la guerra civil. En ella Laforet retrata las vivencias de Andrea, una joven inteligente e introvertida que pretende construir su identidad en una Barcelona enferma, estancada y lúgubre sumida en el cinismo, la desesperanza y la precariedad de un momento donde la guerra, a pesar de haber terminado, respira en las nucas de todos los personajes que la rodean. Esta obra es reconocida como un referente icónico y necesario para la literatura de posguerra, sin embargo, la novela no puede ser limitada únicamente a este calificativo. En sus páginas es posible encontrar la historia de una joven que atraviesa un importante proceso de madurez psicológica, detonado por su llegada a un entorno cruento en el cual, a través de diversas confrontaciones con la realidad, emprenderá un viaje de autodescubrimiento y angustia existencial que desembocará en su liberación al dejar las cadenas del hogar familiar.
La búsqueda de identidad de la joven en medio de este peculiar entorno, permite asociar la obra a los procesos de una Bildungsroman o novela de formación. Históricamente las mujeres fueron excluidas del personaje ideal de una Bildungsroman en tanto éste se trata de un hombre que mediante procesos de aprendizaje y perfeccionamiento logra convertirse en la versión más virtuosa de sí mismo en un contexto que facilita esta transición y le acerca a sus metas. En contraste, y frente a esta carencia, surge el concepto de Bildungsroman femenina, que adapta la noción del proceso formativo y la madurez física, social y psicológica de un personaje a los matices que surgen cuando este personaje es femenino y se enfrenta a limitaciones o prejuicios asociados con su sexo. El proceso de formación en una novela de formación tradicional recorre, usualmente, un periodo temporal que va desde la infancia o juventud del protagonista, hasta la adultez, donde se logra el perfeccionamiento. No obstante, si el personaje principal es femenino, es común que el periodo temporal de descrito en la novela sea más breve, ya que el punto de inflexión donde comienza la catarsis surge casi al llegar a la adultez o alcanzada esta, que es uno de los primeros momentos donde a la mujer le es permitida, hasta cierto punto, la independencia.
En este sentido, una de las características principales de Nada, en el marco de la Bildungsroman femenina, es que los sucesos que le ocurren a la protagonista suceden en la juventud, y en lo que es posible denominar como un contexto adverso. Ya sea por las dificultades económicas, los choques culturales y personales con los otros personajes, o la turbulenta situación familiar en la casa de la abuela, Andrea aparece en un entorno donde difícilmente podrá seguir el proceso típico de perfeccionamiento de una novela de formación tradicional. Al contrario, como menciona María Inés Lagos sobre la Bildungsroman femenina, se encontrará en una confrontación frente a los valores de su entorno, en la cual serán puestos en juego sus deseos y las posibilidades de cumplirlos.[1]
En las novelas de formación es común encontrar un desarrollo progresivo que lleva al personaje a una conclusión positiva después de seguir un proceso lineal de aprendizaje. Blanca García Ruiz menciona que, en una novela de formación femenina, en cambio, “las protagonistas tienen un desarrollo regresivo que culmina con su sometimiento o muerte. [2] Este proceso regresivo que experimentan los personajes femeninos devienen en finales trágicos ya las condiciones del entorno no operan a su favor. Nada, en este sentido, se perfila dentro de la novela Bildungsroman femenina en tanto, a pesar de que Andrea alcanza la madurez en múltiples aspectos, la eventual salida de Barcelona demuestra su rechazo a un entorno que inicialmente la rechaza a ella, y del cual será liberada por un factor externo que resultará clave en la construcción de su identidad.
Resulta pertinente mencionar que, pese a la negación de la autora en el ámbito público, Nada es una novela de corte autobiográfico que retoma experiencias vividas por la propia Laforet en su juventud. La autora toma estos elementos autobiográficos y a través de la voz de Andrea hilvana las reflexiones y los temores de una joven con el paisaje desolador y conflictivo de la sociedad barcelonesa. Este hecho resulta de mucho interés si se toma a consideración que Biruté Ciplijauskaité destaca en La novela femenina como autobiografía que, a pesar de la elección de una narradora en primera persona, la estructura de Nada es transgresora en su contexto en tanto conforma una historia colectiva en lugar de un análisis subjetivo de la situación[3]. Laforet lo logra mediante el uso de la narradora como observadora objetiva, y en su forma retórica qué es la que le une con el entorno. Esta característica rompe con el modelo tradicional y plantea un panorama más complejo e imbricado entre personaje y espacio.
Nada es una novela emblemática y compleja, en la cual nos adentramos en la vida de un personaje profundo, entrañable, y cuyos pensamientos están en contraposición con el entorno que la rodea y el periodo que le tocó vivir. La influencia devastadora de la guerra en los personajes define el tono crítico de esta obra y genera un discurso atemporal de rechazo hacia las consecuencias de la violencia desmedida que puede vivir un pueblo.
Bibliografía:
García Ruiz, Blanca Verónica, “La construcción de la identidad en A cidade sitiada de Clarice Lispector, un bildungsroman femenino” [Tesis], UNAM, 2016.
Laforet, Carmen, Nada, Ediciones Destino, 1945, España.
Ciplijauskaité, Biruté, “La novela femenina como autobiografía”, [WEB], Biblioteca virtual Miguel de Cervantes, (08/10/2020).
[1] García Ruiz, Blanca V., “La construcción de la identidad en A cidade sitiada de Clarice Lispector, un bildungsroman femenino”, p.31.
[2] Ibid. P.22
[3] Ciplijauskaité, Biruté, “La novela femenina como autobiografía”, p.5
Paula Ortiz Ayala (1997), escritora originaria de Pachuca, Hidalgo. Es Co-Fundadora y directora de la Revista Estroboscopio. Gestionó "El rincón maldito - Cine Club" por dos años. Actualmente cursa el último año de la licenciatura en Escritura Creativa y Literatura en la UCSJ y está trabajando en su primera novela.
Carmen Laforet Díaz (6 de septiembre de 1921, Barcelona-29 de febrero de 2004, Madrid). Se trasladó a Canarias con su familia cuando contaba dos años de edad, pero con 18 regresó a Barcelona para estudiar Filosofía y Letras y Derecho, sin llegar a terminar ninguna de las dos carreras. Tres años más tarde se va a vivir a Madrid, donde contrae matrimonio. Ganó con 23 años la primera edición del Premio Nadal con su novela Nada, obteniendo un enorme éxito de público (tres ediciones en el mismo año de su publicación) y de crítica, que culminó en 1948 con el premio Fastenrath de la RAE. Más tarde continuó su obra narrativa con varias novelas, cuentos y relatos cortos. La insolación, publicada en 1963, es hasta la fecha su última novela y la primera parte de una trilogía que debía titularse Tres pasos fuera del tiempo. Falleció en Madrid el 29 de febrero de 2004.