Ensayo

El kigo en el haiku (Primera parte de tres): Por Ángel Acosta Blanco

 

 

 

 

El kigo en el haiku

(Primera parte de tres, agosto 2023)

 

Por Ángel Acosta Blanco

(Escuela Haikai México)

 

 

1.- El elemento kigo ( 季語 ) ha sido y es importante entre la poesía japonesa y, en particular, en su uso para la composición del haiku tradicional. El kigo es el axis del género haiku ( 俳句 ), su participación es imprescindible. Se trata de designar una palabra o frase que haga referencia a un estado climático en específico, ya sea en su fase inicial o shoki ( 初期 ), avanzada o kooki ( 後期 ) o final o shuuryoo kikan ( 終了期間 ). Esto debe tener relación contextual a través del suceso o sucesos sensibles a los cambios de estación que se muestran interrelacionados uno con otro mediante la imagen global lograda dentro de esta estructura literaria.

2.- Los kigos son de elementos concretos y existentes que al paso del tiempo se han convertido parte de un juego poético de origen animista, aunque hoy no por fuerza coincidirán con la realidad misma debido al cambio del calendario lunar al gregoriano. Los kigos son nominaciones sustantivas, que por lo regular han sido construidas con lenguaje que reconocemos como literal u objetivo (“cuervo”, “bambú”, “nieve”, “ciruelo en flor”), aunque también los hay con el metafórico (“río de estrellas”, “flor de doncella”, “cigarra monje”, “lluvia de cigarras”, …). Existe el directo, es decir, se especifica la estación en sí: “tsuki no tsuki” (luna de agosto) (verano), “natsu no ame” (lluvia de verano) (verano), “Yuki” (nieve de invierno) (invierno) y el indirecto: “sakura” (flor de cerezo) (primavera), “hototoguisu” (pequeño cucú) (verano), “amanogawa” (vía láctea) (otoño), “kita” (viento del norte) (invierno).

 

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この秋は膝に子のない月見かな

kono aki wa hiza ni ko no nai tsukimi kana

 

Este otoño                                          (otoño / luna, elemento kigo directo de otoño)

contemplo la luna sin mi hijo

sentado en mis rodillas.                                  Ueshima Onitsura ( 上島鬼貫 : 1661 - 1738 ) siglos XVII-XVIII

(Traducción de Vicente Haya, A. Yamada, Y. Uchida)

 

 

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kiri fukashi nani yobariau oka to fune

 

Densa niebla:                                    (niebla, elemento kigo no directo de otoño)

¿qué voces se entrecruzan

del barco a la colina?                         Takai Kitoo ( 高井 几菫 : 1741 - 89 ) siglo XVIII

(Traducción de Alberto Silva)

 

 

3.- El kigo suele ser un componente simbólico, relacionado directamente con la cultura nipona, pues como tal, el léxico conceptual histórico puede referir datos polisémicos, ya sean estos denotativos o connotativos, o bien, con ambos aspectos. Un mismo vocablo o frase puede no sólo marcar la temporalidad (primavera, verano, otoño, invierno, inicio de ciclo solar), sino a la vez proporcionar referentes culturales significativos [como la buena suerte (“cuervo”, “rana”, “sapo”), o la belleza efímera (“flor”), o el deseo de salud, o la prosperidad (“arroz”), o la purificación (“sal”), o lo inmutable o trascendental (“cigarra”), o la representación de la longevidad (“bambú”), o el protegerte de las cosas negativas, o repeler malos espíritus, …; nos puede incluso recordar el inicio de las cosas, su transición de una cuestión hacia otra, pero también su final; por otro lado, aunque son los menos, logran estar tras la función de proverbios, o sea, hace expresión o alusión de un consejo o una enseñanza, como por ejemplo sobre la fragilidad de las cosas ante el tiempo (“flor”)].

 

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散る桜 残る桜も 散る桜

chirusakura nokoru sakura mo chirusakura

 

Las flores de cerezos caen,   (flores de cerezo, elemento kigo indirecto de primavera,

Las que quedan también caen,           simboliza que nada es permanente, que todo tiene un fin, aun lo que es bello)

Las flores de cerezos que caen…      Ryookan Taigu ( 良寛大愚 : 1758 - 1831 ) Siglos XVIII-XIX

 

 

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世の中は 三日見ぬ間の 桜かな

yononaka wa mikka minu ma no sakura kana

 

Me pregunto si el mundo                   (flores de cerezo, elemento kigo indirecto de primavera. En conjunto, el texto adquiere

no ha visto flores de cerezo  tono o grado de proverbio)

durante tres días                                 Oshima Ryota ( 大島蓼太 : 1718 - 87 ) Siglo XVIII

 

 

Además, el ejercicio del kigo conlleva el resguardo civilizatorio, por un lado, porque al practicarlo se hace mención y uso del conocimiento empírico-natural directo y sensorial de y con las cosas en general que el humano ha registrado y registra (pasado y presente, historia y crónica) de las manifestaciones naturales y cósmicas y de los quehaceres del mismo hombre en la reacción con esos mismos fenómenos y, por otro, porque en gran medida la correspondencia que toda palabra tiene como concepto entre naturaleza-cosas-sucesos y humano es el vínculo comunicativo y de enlace posible, pues al evocarse emotivamente existe la idea de la comunicación del exterior con el interior, así como de esto último de forma viceversa. Esto lo podemos notar por ejemplo en los registros y clasificaciones de las legendarias “siete hiervas de primavera” (haru no nanakusa: “seri”, “nazuda”, “gogyoo”, “hakobera”, “hotokenoza”, “suzuna”, “suzushiro”) y en “las siete hiervas de otoño” (aki no nanakusa: “hagi”-“trébol”, “kudzo”, “susuki”, “ominaeshi”-“flor de doncella”, “nadeshiko”, “fujibakama”, “kikyoo”); donde las primeras tienen un sentido más de uso ritual y plegarias para una salud libre de enfermedades y las segundas están vinculadas por sus características físicas en torno a disfrutarlas estéticamente y, de alguna manera, ambos grupos poseen aspectos medicinales y de aseo personal, y todas y cada una de ellas pueden funcionar como un kigo y como un símbolo. En la actualidad (durante estos primeros veinte años del siglo XXI), muchos elementos léxicos o fraseos modernos que denotan un referente u objeto real contemporáneo y hasta hoy no necesariamente poseen polisemia o cuestión mítica también se han ido incorporando (“calefactor”-invierno, “ventilador”-verano, “buque pesquero”-otoño, …), quizá, hasta estén ganando más terreno en su uso y provocando el posible desuso de otros; incluso, se ha involucrado en los diálogos el cómo la modificación climática se ha percibido con base en la alteración de los estados naturales cíclicos, pues sí, esto es relevante porque el haiku de estación -como se ha dicho- es sensible en captar los momentos de cambios y su interrelación natural, por decir unos ejemplos: se ha captado la disminución y duración de las nevadas, más rápido el deshielo, el anticipo o atraso de aves migratorias, el aumento de duración y grados de calor en el solsticio de verano, la demora de lluvias y de ciclones y tormentas, etc.; todo lo cual puede poner en duda la “precisión” del uso de algunos kigos respecto a esa interrelación natural que se da. Con todo lo anterior, apreciamos cómo es que el kigo posé dinamismo de integración, elección, función y uso de los elementos haiku-kigo desde lo que podemos concebir como realidad real hasta funcionar ésta como elemento y, como ya se ha mencionado, juego poético.

 

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行行てたふれ伏とも萩の原

yuki yukite taure fusu to mo hagi no hara

 

Ando y ando.                         (tréboles, elemento kigo indirecto de otoño, elemento simbólico de suerte…)

Si he de caer, que sea

entre los tréboles.                  Kawai Soora ( 河合 曾良 : 1649 - 1710 ) Siglo XVII

(Traducción de Octavio Paz y Hayashiya Eikishi)

 

 

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なきやみてなほ天を占む法師蝉

nakiyamite nao ten o shimu hooshizemi

 

La cigarra cesa de cantar                  (cigarra, elemento kigo indirecto de otoño, elemento simbólico de transmutación…)

y su voz continua

llenando los cielos.                 Yamaguchi Seishi ( 山口 誓子 : 1901 - 1994 ) Siglo XX

(Traducción de Vicente Haya)

 

 

4.- El kigo por ventura alguna tiene sus raíces de origen chino (téngase en cuenta que esta parte asiática continental más que un país ha sido una civilización influyente en el mundo) y de éstas pasó parcial y con cierta medida a Japón desde hace más de mil años. En un inicio entre los japoneses, quienes practicaron la poesía China, evidentemente se sujetaron a los moldes y elementos de procedencia, no obstante, al paso del tiempo se fueron modificando, de algún modo, se fueron adaptando a lo que emanaba como nipón. Esto no quiere decir que se experimentara con proceder desbocado en los géneros poéticos. Un ejemplo de trueque relativo por adecuación es el uso mismo del kigo, (aunque tiene como base ese cambio desde cada uno de los empujes o fases “nacionalistas”). En línea técnica, el kigo en términos relativos sigue operando igual, sólo que en sus “kigologías” (es decir, sus registros conceptuales ampliados de tal forma que ahora el conjunto dominante es el propio, el regional), es el padrón nipón de sus entornos y conocimientos, fenómenos y eventos, con los que ha ido sustituyendo a los de causa extranjera, ya que en muchos de los casos esos ni aplicaban al contexto japonés; <<ojo en esto acotado, porque hay que tomarlo en cuenta para las próximas incidencias en nuestra lengua, no en lo traducido a tal lengua, sino en el creado desde los lugares donde se habla y hace haiku en español>>, por eso, en los inicios también vamos a encontrar dentro de los prolegómenos “saijikis” ( 歳時記 ) (considerados crónicas anuales o diccionarios o calendarios de kigos), kigos para el uso en la poesía de otros géneros literarios, tales como la tanka ( 短歌 ), el renga ( 連歌 ) y el renku ( 連句 ), y de manera apartada, entonces se dará que tendremos en breves listas (de 300 a 500 palabras estacionales) las primeras conformaciones para uso exclusivo en el, y del, haikai ( 俳諧 ) o haiku.

 

5.- Desde el Yama no i (trad. lit. Lugar de la montaña, obra que responde como muchas de su tiempo al desarrollo del shugendoo, al ejercicio espiritual en relación con las montañas) (1ª ed. 1647-8; 2ª 1663) de Kigin Kitamura (1625-1705), encontramos cómo se comienzan a conformar los saijikis, ya estos con una tendencia con referentes correspondientes a Japón. No olvidemos que dicho autor fue maestro de haikai de Bashoo. Tampoco olvidemos que a este mismo la escuela “darín” (de Nishiyama Sooin) le legó el recurrir en la poesía imágenes de lo cotidiano, de lo común, de la vida ordinaria. Hoy para Satomi Miura, tan sólo en el haikai de Bashoo encontraremos múltiples kigos respecto alimentos locales o regionales. Vamos a notar registros como el del melón oriental (“uri”), la berenjena (“nasubi”), ..., sólo que Bashoo le dará a eso común su toque de elegancia y equilibrio y resaltará su belleza que en sí posee dentro de su contexto. Y de este último haijin mencionado, sus propios discípulos extenderán la escuela de él, aquella que en grandes rasgos nominamos como “shoofuu haikai”, donde de lo cotidiano además se incluirán valores estéticos antiguos (wabi, sabi, yugen, aware, …), junto con nuevos (hashoo, karumi, teian). Lo anterior corresponde por un impulso a la exacerbación del desarrollo creativo junto con los de la tradición, dando como resultado un tipo de amplitud como de diversificación en el Periodo Edo. Es necesario entender que lo dicho responde a la efervescencia económica, social y modo de vida, y que por consecuencia el aumento de las categorías literarias se verá reflejado.

 

6.- A finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, tenemos en claro la concepción de la construcción de uno de los iniciales saijikis japoneses que se muestra más solidificado en términos premodernos, el cual es probable que sea parte de los resultados o inquietudes del movimiento o desarrollo haikista que se había propulsado desde Otnisura y Kitamura, Bashoo y Buson y seguidores y coetáneos, además, es donde se separó por un lado los temas o tópicos estacionales, denominados kidai ( 季題 ) y, por otro, las palabras o frases con función de kigo. El libro al que nos referimos y que nos sirve ahora como uno de los ejemplos es el que compiló y editó Takizawa Okikuni (Bakin) (1767-1848): Zooho Haikai Saijiki Shiorigusa (Kanzoo) en 1803 (de hecho, hubo una edición revisada y aumentada por parte de Rantei Seiran en 1851 y, hoy, existen la edición del 2000 y la edición moderna por la editorial Generic, publicada en 2018). Algunos estudiosos señalan que en este trabajo vamos a encontrar que de forma aproximada 2600 son temas y tópicos estacionales (son kidais) y 3300 corresponden a palabras estacionales (a kigos). Y será hasta finales del siglo XIX y principios del XX, lo cual dicho por primera vez en Occidente por Richard Gilbert (en El corazón en temporada), que en “1908 es cuando Otsuzi Oosuga (1881-1920) acuña el término ‘kigo’ para referirse y delimitar la palabra o frase estacional de cualquier otra cosa”. Como se observa, tenemos que relativamente es nuevo el uso de la denominación y ya aun conceptualizada y sobre todo literaturizada, y es seguro también que responde, en este caso, al movimiento haikista impulsado por Shiki Masaoka (1867-1902), Kyoshi Takahama (1874-1959) y otros como Otsuzi (que giraron en torno a los inicios y primera etapa de la revista japonesa Hototoguisu). Incluso, también vamos a tener como resultado propiamente de la época moderna los iniciales saijikis que se enfocan al uso del kigo en el haiku: Nuevo saijiki (1934) de Kyoshi Takahama y Saijiki (Kigo no tanjoo) (1937) de Miyasaka Shizuo. Y de estas fechas y publicaciones, el aumento, la mejora y la especialización de saijikis y kiyoses ( 清瀬 ) (lista de kigos) para el haiku serán de manera prolífera e incomparable que le dará pleno perfil de autonomía entre nuestro mencionado género literario.

 

7.- En la actualidad, el haiku es la expresión textual nacional de Japón. Es el género literario popular más practicado dentro del archipiélago y uno de los más extendidos de interés en el mundo. En la mayoría de los certámenes, antes y ahora, y sobre todo con los escritores más experimentados, todavía se inician colocando primero el kigo, y a la par el tema, y en lo sucesivo comienza la construcción del resto del haiku. Es ahí que con ello el texto tendrá una base y virtud de lograr ser verosímil, donde el efecto emocional (el aware) también será logrado. El haiku incluye kigo, y como se ha dicho, este último es la médula de tal poema. No bien, los hay sin él (hoy denominado muki ( 無季 ), o haiku sin kigo, haiku no estacional), pero en realidad el más valorado es aquel que se ciñe con la técnica tradicional y que da uso a la enorme categorización poética de representaciones. En el proceso de configuración no sólo del haiku mismo sino también del elemento kigo se ha tenido que construir como se ha visto o sucedido en su kigología propia, claro, teniendo como base ancestral las de origen chino y posterior la correspondiente que sería por decirlo de alguna manera “puramente japonés”, y no se sobreentienda cuando digo “puramente”, sólo que evoca al contexto japonés, a la diversificación y pluralidad japonesa. Aunque curiosamente, por el gusto del haiku en la mayor parte del mundo, los mismos japoneses tratan ahora de crear una “kigología mundial”, de ahí que ya hayan surgido propuestas como la de la edición de Mina Mukose (1960) (Saijiki internacional (Primavera)) (2020), en la cual participan haijines de 25 países y cuya muestra se basa en este tomo de 700 haikus con kigos de primavera que intentan ser prototipos local y continental.

 

8.- El kigo se vuelve más elocuente y significativo, ya que uno de estos representa el símbolo nacional por excelencia, la “flor de cerezo”. Con decir “flor” (sakura), la referencia es instantánea en cualquier japonés, para ellos indica la “flor de cerezo”. Este vegetal junto con la “flor del ciruelo”, tienen alusiones históricas con China, pero sobre todo con lo nativo, para ellos también no sólo es de ornato y de relación con el amor y la pasión, sino además se asocian con distintos significados como la fuerza, el poder y la belleza junto con la religión sintoísta, así como con la sexualidad femenina. De China llegó el influjo del “cerezo de flor blanca” (yamazakura), de la “flor del ciruelo” y de las “peonías”. Aunque podemos ver que del primero se hace mención, tiene más presencia el segundo dentro de los poemas de la antología del Manyooshuu (del Periodo Nara, 710-794). Se podría interpretar que en dicho momento para Japón su flor nacional era la de ciruelo. Más adelante en el Periodo Heian (794-1185) se optó por la “flor de cerezo” (sakura). Su proliferación tiene relación con el desarrollo del shugendoo ( 修験道 ) (“práctica mística-espiritual o el camino de la disciplina y la prueba, variante budista, que se practicaba en retiro entre las montañas). Por eso, no es difícil de entender el porqué de la presencia del cerezo en montes, considerados sagrados tanto ese árbol como esos lugares de las montañas. Japón, todavía va más allá de lo dicho, porque experimenta en el transcurso del tiempo modificaciones, adaptaciones y preferencias, pues en el Periodo Edo (1603-1869), el cerezo adquiere todavía mayor importancia, ya que, por los distintos senderos hacia monasterios, templos, palacios y demás lugares de envergadura se sembraron infinidad de árboles de distintas especies, que cada una tiene un porqué de estar ahí, de estar en tal lugar. Y es en esta época cuando se prefiere y populariza la “flor de cerezo”, la costumbre del hábito de contemplar o visitar en grupo los cerezos en flor (cuyo ginko y kukai es el que se muestra en los folios 22 y 23 del Nihon Saijiki de 1782 de Kaibara) y asimismo la presencia en el arte ukiyo-ê, en el teatro kabuki, en la cerámica, en los kimonos y en los diseños. Sobre todo, formará parte de un rescate, desarrollo e ideal estético, político y espiritual amalgamado y colectivizado que le irá dando el perfil nipón. Conceptos como el wabi-sabi (la belleza de lo cotidiano, la belleza en lo imperfecto), el yugen (lo inasible, lo impenetrable, pero intuible, perceptible), el mujookan (todo está siempre cambiando y en algún momento tendrá su fin), …, tienen profunda relación en lo estético-espiritual. Y dentro de las imágenes de los haikus logra uno leerlos e interpretarlos, logra uno traer esas significaciones contextuales. En el Periodo Meiji (1868-1912), aparece la especie de sakura (somei-yoshino) que tiene pétalos de color rosa claro, cuyas hojas nacen poco después de la caída de las flores, y desde entonces hasta hoy es la planta dominante en todo Japón. Así tenemos que dos de los elementos culturales representativos japoneses, la flor de cerezo (kigo de primavera y símbolo cultural-estético-espiritual nacional) y el haiku (poema breve y sensitivo), comparten a la par y entrelazados su desarrollo histórico.

 

9.- Tanto el haiku como el kigo han tenido una relación estrecha con las distintas perspectivas y cosmovisiones culturales-doctrinarias filosóficas. El haiku no se ha ocupado de tener el papel de difusor de alguna de ellas. Sin embargo, por su presencia en la vida japonesa, por su impacto en la manera de ver el mundo, en efecto, vamos a encontrar muchos aspectos de esas ideas en la literatura, sobre todo lo coincidente, aunque tengan variantes en sí mismas. También hay que considerar que los practicantes del haiku son de distintos contextos, que van desde el aficionado común y estudiantes de escuela básica hasta los universitarios y escritores profesionales, incluso incluyendo todavía hoy a distintos grupos que llevan vida monástica o practicantes religiosos. Por otro lado, es necesario no olvidar que en Japón domina la ceremonia y la ritualidad en casi todo, de ahí que haya quien escriba sus haikus de una manera cuidadosa y hasta ritualista, vinculada la escritura también como algo sagrado. Por tanto, no nos sorprenda que a pesar de que la concepción dominante respecto al haiku y al kigo sea hoy la de literatura, existen tanto las apariencias, como las verdaderas prácticas de corte religioso, o bien, enfocadas a lo “espiritual”. Si el Sintoísmo, el budismos y el zen se inmiscuyen desde sus aspectos de cosmovisión hasta celebraciones y cultos como tratamiento estético, también tenemos que una religión tan poco practicada en Japón como lo es el cristianismo aporte kigos fuertemente operantes (el “día de san Valentín”, el “día de los inocentes” y las celebraciones o representaciones de “semana santa” y “navideña”). Asimismo, el sistema capitalista y sus prácticas deportivas tienen presencia y representaciones (o sea, son kigo de invierno y verano aludir por un lado la “celebración de fin e inicio de año” según el calendario gregoriano y, por otro, “el balón o el torneo de fútbol” que se realizan en el país nipón; también son kigos los días de la celebración del “Día del Padre”, o del “Día del Niño” o del “Día de la Madre” o del “Día del Anciano”).

 

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請ふらくは父の日の父を嘆かすな

kouraku wa chichi no hi no chichi wo nagekasu na

 

Es inevitable…                                   (Día del padre, elemento kigo indirecto de celebración en primavera)

No dejo de llorar por papá

en este “Día del Padre”                    Azumi Atsushi ( 安住敦 : 1907 - 88) Siglo XX

Traducción de Gonzalo Marquina

 

10.- Las cosmovisiones más antiguas aportan el animismo, no sólo en el haiku sino desde las gestaciones del kigo se ven tocadas, pues estas filosofías existenciales nos dicen que “los elementos del mundo natural están dotados en el interior del mismo elemento que lo hacen asimismo y lo mueve asimismo”. Por su parte el zen nos invitará a comprender la naturaleza de la mente, así como la relación con el exterior, de ahí que cada elemento natural tenga cierta injerencia en nuestro interior. La práctica taoísta o dookyoo nos recuerda que “el humano es naturaleza en un mundo de energías dicotómicas, en visión y aspectos polares o dual; y nos induce a practicar el aquí y el ahora y vivir en armonía en el camino del andar, en el arte de vivir”. El shugendoo nos invita a la práctica de contemplación y vivencia directa con los espacios naturales-sagrados. Etcétera. El punto es que gracias a lo anterior se irán gestando aspectos e ideas tales que se irán convirtiendo en bases técnicas de una tradición literaria, un tanto entretejidas éstas que hoy cuesta un poco de trabajo de dilucidar o destejer. Por ejemplo, no olvidemos que los temas en torno a la naturaleza (ligado al haiku y al kigo) se forman ideales poéticos como en “shizen to no tsunagari” (conexión con la naturaleza), o incluso el famoso fueki-ryuke atribuido en la obra de Bashoo (un aspecto de constancia y de verdad eterna y un elemento que experimenta cambio en el ahora), o la relación de la contemplación del exterior con la construcción de esa imagen a través de un texto haiku objetivo o un “haiku moment”. Etcétera.

 

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古池や 蛙飛び込む 水の音

furuike ya / kawazu tobikomu / mizu no oto

 

Un viejo estanque;                 (rana, elemento kigo indirecto de primavera, que simboliza o alude a la buena suerte)

al zambullirse una rana,                    (ruido de agua, elemento y ejercicio espiritual en conexión con la naturaleza)

ruido de agua.                                  Maetsu Bashoo ( 松尾芭蕉 : 1644 - 94 )

 

11.- Puede notarse entonces cómo los temas de la naturaleza y de las cosas humanas tienen vital importancia y presencia hasta hoy. Hay que entender estas bases antiquísimas y que hoy siguen siendo válidas practicarlas, ya sea desde el enfoque “espiritual” o literario, el punto es entender no sólo cómo han funcionado sino como han sido y son ideales poéticos que se siguen practicando todavía, aunque hay que tomar en cuenta que se siguen anexando elementos correspondientes al contexto actual, pero esto no quiere decir romper con plenitud con la tradición y rigor tanto en el ejercicio como en la composición del haiku y de los kigos.

12.- Entendida la injerencia y carga cultural diversa entre la conformación y juego literario del kigo como concepto y que por asociaciones y deducciones se obtienen los significados e imágenes implícitas, entonces resta tomar en cuenta la parte quizá más superficial-técnica de su funcionamiento dentro del poema-haiku. Es único entre la gama de tipos de poemas en el mundo el que haya un elemento que tenga la función de palabra de estación. Que ese elemento tenga además la disposición de señalar “cuándo se compuso el texto”, sino también en el contexto interno de ese poema señale la temporalidad del suceso o cambio de estación que el autor experimenta y muestra. Para el japonés cada estación representa algo, por ejemplo, en el caso de verano, es la estación de la vida activa; en el otoño, la recolecta, la cosecha y la maduración de alimentos; … Y se vuelve tan interesante que además todo esto arroje significaciones en tan breve composición literaria. La máxima que señala Itsuki Natsui respecto para “saber cuándo un haiku es un buen haiku”, la clave está en que la palabra de estación (el kigo) no puede ser ésta sustituida en ese texto por otra, ya que eso delataría artificialidad y no, en parte, su efecto de verosimilitud que cada poema-haiku exige.

 

 

 

 

Bibliografía

 

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Shirane, H. (2000, invierno-primavera). “Más allá del momento Haiku: mitos de Bashoo, Buson y Haiku moderno”, Haiku moderno, XXXI: 1.

Ángel Acosta Blanco (Xochimilco, CDMX) (https://orcid.org/0000-0002-8461-6536):

Poeta y ensayista. Lingüista Hispánico por la UNAM. Capacitador en Comunicación Escrita para el IPN. Tallerista en el Instituto de la Juventud de la CDMX. Así como promotor e investigador literario independiente.