Ensayo

Del Logos Moderno a la Razón Global: Ortega y Gasset. Gabriel Jiménez Emán (Venezuela)

 

 

 

 

Del Logos Moderno a la Razón Global:

Ortega y Gasset

 

Gabriel Jiménez Emán (Venezuela)

 

 

España invertebrada, El tema de nuestro tiempo y La deshumanización del arte son los principales libros de Ortega y Gasset. En ellos asoma claramente una posición vitalista; especialmente, la idea de que la verdad es relativa; tampoco la realidad que captamos es unívoca: depende sólo del punto de vista, y cada punto tiene una perspectiva distinta, que cada observador juzga correcta o incorrecta; es decir, el punto de vista cambia dependiendo de la perspectiva y no hay manera de hacer convalidar ambos puntos de vista en uno solo, de manera unitaria. En La deshumanización del arte parece decirnos que la moral, la razón y las obras artísticas están al servicio de la vida. Si los valores sociales son igualitarios y justos, entonces el arte y la literatura se desprenden de lo humano parcialmente, para luego buscar su verdad en los modos en que éstos nos hablan. La visión del arte moderno en Ortega es ciertamente limitada. En su alegato de La rebelión de las masas los estratos medios de la sociedad culta son agredidos por las masas; esta noción en Ortega es bastante confusa: contra qué o quienes se rebelan las masas, eso nunca queda claro: divagaciones, paréntesis, excusas, tesis que prometen enriquecerse y no lo hacen. Le es difícil a Ortega adentrarse en determinadas categorías, de las que parece huir para ocultarse en acontecimientos históricos.

El centro focal de Ortega aquí es el hombre-masa, el hombre sin nobleza, el snob. Nos dice que la masa en rebeldía ha perdido toda capacidad de religión y de conocimiento, y se entrega a una política exorbitada y frenética, y que ésta vacía al hombre de su soledad e intimidad, viendo a Europa como una prisión donde se han amontonado las personas en aglomeraciones monstruosas. Se burla de las revoluciones y cree en el hombre superior, en el hombre individual realizado. Nos dice que Europa está destinada a ser liberal y aristocrática; que la capacidad intelectual del hombre-masa no le sirve de nada, la vida para él es esencialmente drama y que quiéralo o no, de manera inexorable, está signado a ser liberal; que la edad moderna es la época de la hegemonía europea, pero que ésta época se ha quedado sin moral. Tiene muchas ideas racistas. Filósofo con un lenguaje ciertamente enrevesado, por la cantidad de rodeos y circunloquios que emplea para decir las cosas, se va por las ramas cuando está a punto de llegar a alguna conclusión, disfraza las ideas con un sinfín de artilugios retóricos. Veamos algunos ejemplos:

Para el hombre de la generación novísima, el arte es una cosa sin trascendencia. Una vez escrita esta frase me espanto de ella, al advertir su innumerable irradiación de significados diferentes. Porque no se trata de que a cualquier hombre de hoy le parezca el arte cosa sin importancia o menos importante que el hombre ayer, sino que el artista mismo ve su arte como una labor intrascendente. Pero aun esto no expresa con rigor la verdadera situación. Porque el hecho no es que al artista le interese poco su obra y oficio, sino que le interesen precisamente porque no tienen importancia grave y en la medida que carecen de ella. No se entiende bien el caso si no se le mira en confrontación con lo que era el arte hace treinta años, y en general durante todo el siglo pasado”. (La deshumanización del arte, 1921).

Según inferimos de la mayoría de los juicios emitidos en este ensayo, Ortega no comprendió bien el sentido del arte vanguardista de su tiempo, el surrealismo, el dadaísmo ni el cubismo, ni siquiera se molestó en indagar en éste y observar las causas de la reacción de los vanguardistas contra el arte convencional, naturalista, impresionista o realista del momento.

Un ejemplo de La rebelión de las masas:

Hace unos días Alberto Einstein se ha creído con “derecho” a opinar sobre la guerra civil española y tomar posición ante ella. Ahora bien: Alberto Einstein usufructúa una ignorancia radical sobre lo que ha pasado en España ahora, hace siglos y siempre. El espíritu que le lleva a esta insolente intervención es el mismo que desde hace mucho tiempo viene cuando el desprestigio universal del hombre intelectual, el cual, a su vez, hace que vaya hoy el mundo a la deriva, falto de pouvoir spirituel.”

Es decir, le quita el derecho al enorme científico y humanista que fue Einstein a pronunciarse sobre la guerra civil española, independientemente si tenía o no la razón.

Así abundan los ejemplos. En La deshumanización del arte Ortega no ve ni por asomo ningún artista moderno que valga la pena. En cambio, en La rebelión de las masas su claridad racista es meridiana, citándose a sí mismo editado en inglés:

En el libro The revolt of the masses, que ha sido bastante leído en lengua inglesa, propongo y anuncio el advenimiento de una forma más avanzada de convivencia europea, un paso adelante en la organización jurídica y política de su unidad. Esta idea europea es de signo inverso a aquel abstruso internacionalismo. Europa no es, ni será la internación porque eso significa, en claras nociones de historia, un hueco, un vacío y nada. Europa será la ultranación, la misma inspiración que formó las naciones de occidente sigue actuando en el subsuelo con la lente y siente la proliferación de los corales”.  (La rebelión de las masas, 1929)

Ortega no se atreve a romper con el cerco del liberalismo que él mismo se ha impuesto, convirtiéndolo en una especie de mordaza filosófica. Por ello quizá sus libros mejores sean Meditaciones del Quijote y El tema de nuestro tiempo, donde reflexiona sobre el carácter o la peculiaridad de ser español, asimilarlo a lo universal, lo cual le permitiría afirmar que Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo, según reza su frase más célebre.

Ortega y Gasset tuvo varios discípulos, entre ellos José Gaos y Julián Marías. El primero de ellos se fue a México, donde cumplió una labor pedagógica de relevancia, pero cometiendo el error de ver en Ortega a un modelo de filosofar que podía ser aplicado a América Latina, cuestión cada día más improbable y absurda; mientras que Julián Marías, otro filósofo que se asocia como discípulo de Ortega, si lo hizo mejor en su Introducción a la filosofía, que no tiene nada que ver con aquel, tejiendo un volumen muy bien organizado de temas, métodos, circunstancias, sentidos o unidades históricas de la filosofía, a la vez que precisó varias fundamentaciones de la función vital de la verdad, la historia, el horizonte de los problemas y la estructura de la vida humana, estableciendo distinciones entre pensar, saber y conocer el horizonte de las cosas, a través de un lenguaje ponderado y equilibrado. Me atrae la parte final del libro de Marías, donde muestra una reflexión muy personal de la filosofía como hacer humano e ingrediente de vida, si tomamos en cuenta que hace veintiséis siglos el hombre consciente ha tenido a la filosofía como una actividad que pertenece a la naturaleza de su ser.

Gabriel Jiménez Emán es narrador, ensayista y poeta. En el campo del microrrelato ha publicado obras consideradas referentes del género en Hispanoamérica, como Los dientes de Raquel (1973), Saltos sobre la soga (1975), Los 1001 cuentos de 1 línea (1982), La gran jaqueca y otros cuentos crueles (2002) y Consuelo para moribundos (2012) e Historias imposibles (2021) y entre sus libros de cuentos más conocidos están Relatos de otro mundo (1988), Tramas imaginarias (1990) y La taberna de Vermeer y otras ficciones (2005), entre otros. En el campo de la ciencia ficción son conocidas sus novelas Averno (2006) y Limbo(2016) y dentro de la novela histórica Sueños y guerras del mariscal (1995) y Ezequiel y sus batallas (2017), y varias novelas cortas como Una fiesta memorable (1991), Paisaje con ángel caído (2002), El último solo de Buddy Bolden (2016) y Wald (2021). Ha publicado numerosos ensayos, algunos de los cuales se hallan en sus libros Provincias de la palabra (1995), El espejo de tinta (2007), Mundo tórrido y caribe. Cultura y literatura en Venezuela (2017), y sendos estudios sobre César Vallejo, Elías David Curiel, Franz Kafka, Armando Reverón, Rómulo Gallegos, y un ensayo sobre filosofía moderna, La utopía del logos (2021). Su obra poética se encuentra reunida en los volúmenes Balada del bohemio místico (2010), Solárium y otros poemas (2015), Los versos de la silla rota (2018) y Hominem 2100 (2021). En 2019 recibió el Premio Nacional de Literatura por el conjunto de su obra.