Autoficción poética en el poema “Descalza”, de Nancy Banard: Por Yordan Arroyo Carvajal

 

 

 

 

 

 

 

 

Autoficción poética en el poema “Descalza”, de Nancy Banard

 

Yordan Arroyo Carvajal[1]

 

 

Introducción

 

En este ensayo, con un énfasis en la autoficción poética, se presenta un análisis del discurso psicológico en el poema “Descalza”, de Nancy Banard. Cabe decir que dicho texto se halla en su libro Canción negra para niñas de cuna (2019),[i] ópera prima de esta autora afrocostarricense, quien, a pesar de que en su libro se presenten rastros importantes, entre ellos hibridación dialógico-cultural, un exquisito manejo de recursos míticos (mitopoéticas), poemas de reivindicación étnica y de la mujer, todos en un estilo narrativizante propio de ella, no aparece comentada en ningún estudio de crítica o difusión literaria.

Aunque, poemas de Banard aparecen en revistas internacionales como Ígitur, quienes la publicaron en la sección “Diáspora africana”, en Letralia, México y en revistas nacionales como Íkaro. Por su parte, también aparece publicada por primera vez en la antología sobre Medea en Costa Rica realizada por Yordan Arroyo Carvajal y Luis Gustavo Lobo Bejarano, por segunda vez en la antología sobre el Bicentenario de Centroamérica coordinada en Costa Rica por Carlos Javier Jarquín (Chico poeta) y por tercera vez en la antología de poesía iberoamericana que tienen en proceso y que publicarán en España Yordan Arroyo Carvajal y Fernando Salazar Torres.

 

 

Desarrollo

 

Primero, antes del análisis, se presenta el poema para su lectura y acercamiento.

 

 

 

Nancy Banard (Costa Rica): Descalza

 

 

 

En los tres primeros versos del poema citado se describe la casa, con base en la postura de la doctora María Amoretti Hurtado (2007), como representación del interior de la mujer: “Esta es la puerta de entrada, / en la otra esquina: / el diván” (p. 47). El diván es el sillón donde se atienden los (as) pacientes cuando van a atención psicológica. Esto no es casualidad, sino un intratexto, pues Nancy Banard es de profesión psicoanalista. Con ello se logra justificar el recurso de la autoficción en este poema.

Respecto a este concepto teórico, según el investigador Jorge Montelone, citado en Scarano (2014): “el sujeto imaginario se vincularía con el sujeto social [...] al tiempo que la figura autoral (para no asimilarlo con el individuo concreto del autor) introduce el contenido de la experiencia biográfica y el mundo de la vida privada” (p. 33). Así entonces, en los tres primeros versos del poema se invita a la población lectora a descubrir qué sucede con esa mujer que anda descalza (título del poema) por la vida producto una carga de sufrimientos emocionales detrás suyo.

En la siguiente estrofa se muestra por qué la voz lírica tomó la decisión de asistir a terapia psicológica “Te presento mi cicatriz de los sábados: / hilvana preguntas de ojos gigantes, / de impresentables tempestades.” (vv. 4-6). Ella posee una cicatriz muy fuerte producto de todo el daño sufrido y el silencio soportado quizás por muchos años. Por esta razón, su cicatriz es de los sábados, no de cualquier otro día. La etimología del sábado proviene del hebreo שבת (shabbath), cuyo significado es descanso. En efecto, era el día de descanso y silencio de los judíos para conmemorar la partida de Jesús de Nazareth. A su vez, se conmemora el dolor de la Virgen María al llevar el cuerpo de su hijo (Jesús) al sepulcro. Los sábados son tiempo para estar consigo mismo, y el dolor de Medea es tanto que al estar consigo misma se abren todas las cicatrices de su pecho, pues en vez de descansar, se le vienen a la mente un mar de preguntas en torno al sufrimiento de seguir arrastrando con un imaginario de condenas, prejuicios y exclusión.

En la tercera estrofa, la mujer suma valor y le expone al tú lírico todos los “surcos” o más bien dicho huecos (dolores) que él le ha dejado. Incluso, a ella le da rabia cuando él se desaparece “el fin de semana.” (v. 9, p. 47). Lo anterior, como si se entrara, a manera de terapia ficcional, en la psique de la voz lírica, permite ver que ella, consciente de su condición, cuestiona su rol de mercancía con respecto al tú lírico, quien, debido a que no la valora, no está el fin de semana a su lado. No es casualidad la mención al fin de semana, pues este supone descanso y tiempo para compartir con seres queridos y amados.

Existe una molestia muy fuerte en esta paciente, quien con cada paso de los versos va proyectando nuevos espacios de su casa o más bien dicho, de su ser, para gritar todo lo que guardan las puertas cerradas con candados durante siglos; debido a ello, en la siguiente estrofa, con todo el dolor del mundo, la voz lírica muestra los pedazos del rompecabezas que el yo lírico ha  desarmado de tragedia en tragedia (sea en poesía o en narrativa)[2] a lo largo de la historia. Ella dice: “Estos son mis restos; / traigo todo en pedazos (vv. 10-11), existe un yo lírico femenino prácticamente roto, pero al estar cansado de vivir así, ha comenzado a gritar por todo el dolor (pedazos) que lleva dentro.

Enseguida, en otra estrofa se dice “Si caminas a tientas, / encontrarás el apagador roto de aquellas tinieblas” (vv. 19-20) en este caso, el apagador roto de aquellas tinieblas significa la imposibilidad de ver la luz. El apagador ha sido roto por el tú lírico para que la habitante de la casa viva a oscuras, entre las tinieblas, y, por ello, en este poema de Banard, tal cual se ha visto, la voz lírica cuestiona los espacios rotos de su casa como reflejo de los sitios fragmentados en su interior; sin embargo, lo importante de aquí es que, como toda casa, se puede remodelar o restaurar. Igual, desde una lectura sociocrítica, también es posible restaurar la casa (Costa Rica) donde habitan cientos de personas agredidas y violentadas a diario. La paz es un mito más en la identidad costarricense.

Enseguida, es lamentable descubrir la semántica de los códigos utilizados por la hablante lírica para expresar su dolor. Ella utiliza imágenes como “frío”: “el acuario del frío que siempre me acompaña” (v. 24). Luego, en otra parte de la casa, en el sótano, vive encerrada “la niña que teje y desteje esperanza” (v. 26). El tejer y destejer como referente mítico[3] también es un punto de crítica a la sumisión de la mujer, desde los viejos y nuevos tiempos (niña), por esta razón, se desteje la “esperanza” porque a veces, por tener la esperanza de que sus esposos o parejas cambien, las mujeres no toman la iniciativa de marcharse. Ante ello es mejor ver a la esperanza como un mal de la humanidad, tal cual lo plantea Hesíodo en Los Trabajos y los Días (S. VIII / 2015):

 

Pero aquella mujer, al quitar con sus / manos la enorme tapa de una jarra los dejó diseminarse / y procuró a los hombre lamentables inquietudes. /

Solo permaneció allá dentro de la Espera,[4] aprisionada / entre infrangibles muros bajo los bordes de la jarra / y no pudo volar hacia la puerta; pues antes cayó la tapa / de la jarra [por portador de Zeus portador de la égida / y amontonador de nubes] (vv. 94-99)

 

Respecto a la escena anterior, se genera cuando Zeus le ordena a Hefesto fabricar los males que acompañarán a la humanidad, entre ellos la esperanza o como lo traducen otros autores “la espera”. Por esta razón, en el último verso de esta estrofa del poema de Nancy Banard se critica o cuestionan los celos: “A su lado el cultivo infernal de los celos” (v. 28) pues estos muchas veces son utilizados para manipular a quienes muchas veces perdonan actos de violencia por esperar cambios en una persona controladora, machista, entre muchos adjetivos más. [5]

Asimismo, de la mano con la crítica a los celos, en la siguiente estrofa, mediante la alusión al ático, aparece una manifestación contra los hombres que se creen dueños únicos de las mujeres: “En el ático no tropieces con la madeja del espanto / es para ahuyentar amantes que se piensan intactos” (vv. 29-30). En este caso, se replantea la noción del olvido, pues se muestra como una posibilidad sobre la cual también tienen derecho y poder las mujeres. Olvidar para tejer una nueva historia a partir de la “rabia” (v. 31) ubicada en el estante de la casa que muy probablemente no ha sido abierto durante siglos.

Por esta misma razón, se menciona “una gaveta abierta para tus dudas de avena / y los fantasmas que impiden tu grandeza” (vv. 33-34). Las gavetas abiertas son necesarias. Ellas permiten la salida de los fantasmas, las sombras o los miedos provocados por el tú lírico, quien no le ha permitido volar a la hablante lírica, así sea con las puntas de las alas “un poco quemadas” (v. 38) signo de las cicatrices dejadas por las heridas, pero sin ser ello un impedimento para transformarse, punto muy propio y mayormente marcado en la poesía costarricense publicada después de 1980 donde las mujeres empiezan a mostrar un tercer nivel de conciencia sobre sus situaciones y más que reflexionar, como se dice en Rodríguez (2006), ellas cuestionan sus roles sociales.

 

 

Conclusiones

 

En este ensayo se logró comprobar que el recurso autoficcional sirve como manejo psicológico de la autora para proyectar la metodología de terapia con pacientes que tienen que quitarse los zapatos, es decir, desnudarse, para liberar, a modo de catarsis, lo que llevan dentro, y, por ende, sanarlo. En este caso, la poesía sirve como medio no solo de denuncia para el contorno sumiso y violento que viven muchas mujeres, sino también de sanación, esto se ve claro en el final del poema, en él, existe un afán, propio de la literatura del posmodernismo, donde la voz lírica tiene el deseo inconsciente, epifánico, de volar, trascender, con el afán de olvidarse de los problemas vividos en el contexto real, así sea con las alas rotas, símbolo de los sufrimientos autoficcionales que la voz lírica ha tenido que soportar.

 

 

Referencias

 

Amoretti Hurtado, M. (2007). Didáctica de la literatura en la Enseñanza de segundas lenguas. San José, Costa Rica. Editorial de la Universidad de Costa Rica.

Banard, N. (2019). “Descalza”, en Canción negra para niñas de cuna. Letra maya.

Hesíodo. (2015). Teogonía. (Notas de Aurelio Pérez Jiménez y Alfonso Marínez Díaz). Gredos. (Fecha original de aparición, VIII a. C.).

Scarano, L. (2014). Vida en versos: autoficciones poéticas. Ediciones UNL, 2014.

 

 

[1]              Docente universitario costarricense e investigador académico. Director y fundador de la revista literaria Ajkö ki. Jefe editor de la Revista De Dioses y Hombres: Estudios de las religiones y mitos (España-Costa Rica). Certificado de Oro, MEP, 2019, excelencia académica en estudios de maestría, UCR.

[2]              Debemos entender la tragedia como un factor, elemento o temática vigente en diferentes géneros literarios (narrativa, poesía o teatro).

[3]              El acto de tejer y destejer en la literatura es utilizado principalmente por las escritoras para recordar y cuestionar la personalidad sumisa de Penélope en la literatura griega. Destejer en este caso, representa un acto de rebeldía para transgredir la manera en la que se cose el presente. Las mujeres buscan tejer futuros diferentes. Ellas quieren tener mayor acción, poder tomar decisiones por sus cuentas y dejar de ser violentadas y asesinadas. Cabe destacar que la influencia de la mitología griega es rotunda en la poesía de Nancy Banard.

[4]              Aurelio Pérez Jiménez y Alfonso Marínez Díaz (2015) prefieren traducir espera en vez de esperanza pues la espera remite a la llegada de los males sin los hombres esperárselo, propio de las desgracias particulares de Hesíodo. Sin embargo, sobre el tema existe todo un campo de tensiones sobre si la esperanza es buena o mala. Diversos autores como W. J Verdenius, Palay, Wilamowitz, Mazon, Leskin Adams, Onians, Lendle difieren y convergen al respecto. No existe un consenso claro, aunque se apunta a un hecho más malo que bueno para la humanidad.

[5]              Incluso, el tema de los celos ha sido un punto de cuestionamiento bastante marcado en la literatura. Recuérdese el caso del personaje Otelo en la obra de Shakespeare.

 

 

 

 

Yordan Arroyo (San Ramón de Alajuela, Barrio Lisímaco Chavarría, 1995)Filólogo graduado de la Universidad de Costa Rica. Docente Universitario e investigador académico. Presidente y Director Literario Nacional de la Unión Hispanomundial de Escritores, Costa Rica. Cofundador del Recital Internacional de Poesía “Ponte un alma” y el Recital “Alas en verso” en conmemoración del Día Nacional de la Poesía en Costa Rica. Compilador de las antologías: “Voces en el aire” (en proceso); “Sin dolor en la garganta” (en proceso); “Primera Antología de Literatura Infantil Ramonense: Niños y Niñas Héroes en Tiempos de Pandemia” (2021) y Los Gritos de Medea: Violencia de Género en la Poesía Feminista Costarricense (2021), donde también realizó el estudio introductorio.

Realizó el prólogo y análisis literarios en la “Primera Antología Poética Puntarenense” (1990-2019). Forma parte del equipo editorial que trabaja actualmente en la próxima publicación de la “Segunda Antología de Poesía Puntarenense” (en proceso). Ha sido publicado en diferentes antologías, entre ellas: Antología de Poesía Joven. Nueva poesía Costarricense (2020); “Siempre un Girasol. Antología Colectiva” (2020) “Mitologías del río: Transformación” (2020) y “Sexta Antología de Escritores y Poetas Latinoamericanos de la Red Némesis en Perú” (2020). Además, posee distintas publicaciones en revistas académicas, literarias (Taller Igitur, Quimera, Cardenal, Atunys Poetry, Santa Rabia Magazine y Liberoamérica) y en periódicos tanto a nivel nacional como internacional.  Editor y jefe de revistas académicas y literarias en España, Perú y Costa Rica.

Ha sido jurado en concursos sobre poesía y cuento. Es integrante de Poetas del Mundo, Colectivo Faro Cultural, Puntarenas y Grupo Literario Poiesis. Ganador del premio Intercontinental de poesía Kairat Duisseno V Parman, 2020. Ganador del Premio Mundial a la Excelencia Cultural y Literaria “César Vallejo” (2020), Certificado de Oro del Ministerio de Educación Pública en Costa Rica por su excelencia académica en estudios de posgrado y distintos premios más por su aporte a la cultura costarricense.

Brinda talleres literarios a niños. Por último, desde el 2017 ha participado como investigador en 35 congresos, simposios y encuentros a nivel nacional e internacional, figuran invitaciones de la Universidad de Murcia; España, Universidad de la Plata; Argentina, Universidad de la Habana, Cuba y la Universidad Nacional Autónoma de México. Además, fue invitado de honor en la Pluma de Oro, Perú, 2020. Pronto a publicar su primer poemario e iniciar estudios de posgrado en España.