Ensayo

Ante Diem XV Kalendas Martias: Por Yordan Arroyo Carvajal

 

 

 

 

Ante Diem XV Kalendas Martias (15 de febrero, celebración de las lupercales):

Algunas reflexiones sobre la celebración del día del amor y la amistad o día de San valentín

 

 

 

Yordan Arroyo Carvajal[1]

 

 

 

Omnia vincit amor et nos cedamus amori

(Traducción propia: el amor todo lo vence,

cedámosle el paso [al amor])

VIRGILIO

 

 

 

 

Introducción

 

Cada vez que alguien dice “Uyyy, mañana es 14 de febrero”[2] normalmente, dependiendo de la persona y lo dominada o no que se encuentre por el sistema capitalista, lo primero que se le vendrá a la mente será su preocupación por comprar regalos para su novia, novio, esposa, esposo, etc.

No obstante, está la otra parte de la población que, como un acto gentil o más ligado al amor filial (amistad desde la postura de Platón) lo celebra enviando mensajes a amigos o amigas más cercanas y a todos sus seres queridos y amados, por esta razón, este artículo tiene el afán de mostrar un recorrido, a grandes rasgos, sobre ciertos comportamientos ligados, principalmente con el amor erótico en la antigüedad y su relación con el presente, lo cual permitirá explicar, en mayor medida, por qué es importante tener a mano los orígenes sobre el Día del Amor y la Amistad o San Valentín, para abordar un marco de reflexiones inscritas en un listado de dudas y misterios próximos a las leyendas generadas bajo sincretismos religiosos y su pervivencia en la cotinianidad y en el arte, propiamente el mundo literario, donde se tomó como ejemplo o muestra, el poemario Lupercalia, de Ignacio Aru (2020).

Por último, anterior a las conclusiones se les muestra una lista de restos hallados gracias al trabajo arqueológico realizado en Pompeya, con el fin de permitirles a los lectores de este trabajo, apreciar parte del modelo de vida sexual en Roma, paralelo a las lupercales, donde según detallan las fuentes no faltaban los tríos sexuales.

 

Basílica de San Valentín en la ciudada italiana de Terni. [3]

 

 

Desarrollo

 

 

¿Día del Amor y la Amistad o Día de San Valentín?

 

Culturalmente hablando, el festejo del 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad o de San Valentín, según gustos onomásticos de cada persona, es una fecha para evaluar, pues, en su mayoría, se convirtió en un festejo dentro del imaginario occidental moldeado a los principios capitalistas: el consumismo “te amo y porque te amo debes demostrármelo cada 14 de febrero con regalos”. Por tanto, se le debe prestar atención a la forma en la que se celebra, valorar si se hace realmente por amor o por un compromiso con el capitalismo.

Dentro de las interrogantes alrededor de este tema, podría plantearse el siguiente problema: ¿Acaso se debe asumir un compromiso de esta índole con el capitalismo? La respuesta queda a decisión de cada persona, pero a mi criterio, no debería existir la necesidad de vivir obligados, como marionetas del sistema capitalista, a la compra de regalos en una fecha específica ¿se hace realmente para demostrar amor? Incluso, tampoco se debería vivir atado a una fecha para decirles a las personas cuánto las amamos o queremos, en la medida de lo posible, tal acto debería ser diario y más allá de palabras, demostrarlo con hechos en el día a día. Sería lo más adecuado, ¿no? En fin, queda a decisión de cada persona según sus principios, ideologías y valores, simplemente, se abre este espacio como medio cuyo fin es buscar la reflexión, considerando que siempre es importante reflexionar porque esto nos permite abrir nuevos horizontes y expectativas.

Ahora bien, dentro de este marco de reflexiones e interrogantes surge otro planteamiento del problema ¿Antes de celebrar el Día del Amor y la Amistad, alguna vez se han preguntado sus orígenes? Si no es así, enseguida, se invita a leer la procedencia de esta fecha, relacionada de manera misteriosa con la palabra “amor”, la cual, al ser leída al revés, remite al lugar donde se origina esta festividad: Roma.

 

 

 

El amor en la antigüedad: breve acercamiento en Roma

 

Basado en los libros Amor y sexo en la antigua Roma, de Alberto Ángela (2015), El amor en la antigua Roma, de Pierre Grimal (2000) y Eros romano: sexo y moral en la Roma antigua, de Robert, Jean Noel (1999), Marco Almansa, doctor en historia antigua, comenta que los matrimonios en Roma, en su gran mayoría, no se realizaban como un acto de amor entre las parejas, sino como una estrategia política para procrear mercaderes, políticos, agricultores, etc y con ello acrecentar el poder socioeconómico del Estado. Lo anterior, permite entender por qué muchos de los matrimonios en Roma llevaban de inmediato al divorcio por parte de la mujer, quien, para hacerlo efectivo debía llevar testigos hombres y argumentar el trasfondo de su decisión.

Al ser el matrimonio un asunto más ligado o comprometido con el derecho romano, esto permite entender por qué la falta de cariño entre las parejas, quienes ni siquiera se solían besar en las calles, pero, para que los hombres resolvieran este problema y recibieran un beso por día por parte de sus esposas, prácticamente, como un asunto obligado, se creó el ius osculi (derecho al beso). Las mujeres debían besar a sus maridos porque esta era la manera y el derecho que tenían los hombres para verificar si sus esposas habían tomado vino, pues paralelo a una ley antigua, ellas tenían prohibido hacerlo porque beber vino en la República se consideraba como una posibilidad para ellas, en medio de la embriaguez, de exponerse al adulterio, pero ¿acaso el efecto del vino no es igual para hombres y mujeres? Juzguen ustedes como lectores y valoren la evolución como sociedad que se ha tenido, en algunos sitios más que en otros.

Para ampliar un poco más sobre el tema del adulterio dentro de las leyes romanas,  como era normal, por aquellas fechas, en una sociedad sumamente patriarcal, se sancionaba únicamente a las mujeres, pero si se les veía in fraganti, es decir cometiendo el delito, porque, en realidad, casi todas las personas sabían que las mujeres cometían adulterio debido a la falta de satisfacción erótica en sus matrimonio, incluso, muchas de estas complacencias las lograban al estar en reuniones privadas, principales religiosas y nocturnas (los hombres tenían prohibido participar), con otras mujeres o amigas ¿lesbianismo? pues sí, esto no es una práctica para nada moderna e incluso, arrastra su nombre en honor a las transgresiones que legitimó Safo de Lesbos mediante sus poemas, pero ya habrá otros espacios para navegar sobre este otro océano.

En relación con la forma en la que los hombres podían satisfacer sus deseos eróticos, a diferencia de las mujeres, quienes, como se indicó, debían esconderse en espacios místicos, ellos podían salir con otras mujeres en plena luz del día y, si se piensa en satisfacer los deseos propiamente sexuales, tenían la posibilidad de asistir a prostíbulos[4] donde se podían acostar con hombres o con mujeres según gustos de cada quien, pues para aquellas fechas, al igual que en Grecia, se tenía una visión diferente sobre el amor, incluso, era un asunto más político y de relaciones de poder, para ellos, sin embargo, para quienes se interesen en el tema, se recomienda consultar el libro Eros en la antigua Grecia, de Claude Calame (1992, fecha de publicación original). [5]

Por otro lado, al igual que hoy, no todo el amor podía mirarse desde una visión idealista, cabe pensar también las posibilidades de amor habidas ya desde Grecia: como dependencia o πάθος “páthos”, νόσος “nósos” (enfermedad). Platón en el Fedro (265 b), habla de una especie de locura amorosa enemiga de muchas personas. Incluso, en El banquete de Platón se comenta “Κρείττων αὑτοῦ ἦν ὁ Σωκράτης. οὐδεμιᾶς ἡδονῆς ἥττων ἦν ὁ Σωκράτης”. (Traducción propia: Sócrates era superior a sí mismo. Sócrates no era inferior a ningún placer), lo anterior da prueba de la resistencia de Sócrates ante los placeres, él poseía un dominio sobre sí mismo y esto le permitió ser una persona admirable para muchos, aunque poco querido por otros.

En cierta ocasión, Alcibíades (joven y apuesto) y Sócrates llegaron a estar solos en una habitación, por tanto, Alcibíades intentó seducir a Sócrates, pero no pudo, tiempo después, el joven llegó al banquete a contar lo sucedido con el fin de enaltecer las resistencias del gran filósofo, inalcanzables para muchos.

Tras tener claro que el amor enfermizo no podía ser vencido por cualquier persona, pues solo se podría lograr con un dominio absoluto de los placeres y vicios, justamente, cabe citar los siguientes versos de Safo de Lesbos (Fragmento: 31),[6] quien presenta una lista de síntomas provocados por el amor como enfermedad:

 

… pues cuando

te miro un solo instante, ya no puedo

decir ni una palabra,

 

la lengua se me hiela, y un sutil

fuego recorre mi piel,

mis ojos no ven nada, el oído

me zumba y un sudor

 

frío me cubre, un temblor me agita

el cuerpo todo y estoy, más que la hierba,

pálida, y siento que me falta poco

para quedar muerta.

 

Tal y como se aprecia, en la hablante lírica del poema de Safo existe una especie de virus cuyos efectos son: fiebre, ceguera, sordera, escalofríos, dolor de cuerpo, palidez y, en fin, un dolor y debilidad tan fuerte que solo hacen pensar en la inmediata llegada de Θάνατος “Thánatos” (dios de la muerte). Asimismo, paralelo a la idea de amor como enfermedad, hoy sigue vigente su presencia como obsesión, lo cual no es un asunto nuevo.

En Roma se han encontrado tabulae difixionis (tablillas de maldición) utilizadas para lanzar una especie de conjuros o maldiciones, las cuales, tenían por objetivo enamorar al amado o a la amada a partir de una especie de “hechizo” (puede mirarse como una especie de obsesión) y, en caso de no surtir efecto, se recurría por enojo, según se puede ver hoy, a una alternativa diabólica, mediante un Kolossoi (podría pensarse en una especie de muñeco vudú), se le insertaban agujas para maldecir a la persona no conquistada. Entre las solicitudes de maldición estaban la pérdida de órganos, ceguera, sordera u otra especie de castigos inhumanos.

Tras tener claras una lista de diferentes nociones, síntomas y comportamientos en torno a un tema tan convulso y tenso como lo es el amor, más que todo erótico (para ver a Eros como una especie de divinidad que se puede encarnar en el individuo de manera positiva o como una especie de maleficio, hoy, mañana y siempre), enseguida, se recurre de inmediato a mostrar los orígenes de la celebración del 14 de febrero.

 

 

Día del Amor y la Amistad: ¿sustrato[7] de las lupercales fusionadas con el cristianismo?

 

Debido a que ya se le dio, en la medida de lo posible, suficiente énfasis a la palabra “amor” desde una postura erótica, a continuación, se hablará sobre San Valentín, denominación hallada en el 270 a. C, justamente, en el gobierno del emperador Claudio II el gótico. Más a detalle, Valentín era un ciudadano romano cuya historia cuenta, se encargaba de casar a escondidas soldados cristianos[8] con mujeres romanas, pero ¿qué de malo podría haber en ello? Justamente, los cristianos eran perseguidos por el gobierno de Claudio II el gótico (Marco Aurelio Flavio Claudio), por tanto, a resumidas cuentas, lo que Valentín hacía era considerado delito y como tal fue sancionado con muerte,[9] pero la historia no termina aquí, como muchas veces, los muertos vuelven a tomar partida en el diario vivir (hay indicios de que el tema escatológico tenía relación con las lupercales, de las que ya hablaremos). Como posible fecha, según Espejo (1995), el 14 de febrero de 495 d. C[10] (hace aproximadamente 1526 años), en una posición de poder, el papa Gelasio I,[11] coloca a Valentín, quien recientemente había sido declarado santo, por primera vez, al frente de una festividad de amor con el afán de eliminar las lupercales en Roma, celebración pagana donde los invitados principales eran el desenfreno y la lujuria o más bien dicho, personas poseídas por Fauno (macho cabrío).[12]

Para brindar más detalles y contextualizar el tema, deben brindarse una serie de datos relevantes sobre las lupercales. Estas eran unas fiestas, posiblemente realizadas, durante varios días (no se hallaron fechas exactas de manera fiable, incluso, hay quienes dicen que solo duraban un día, 15 de febrero, pero es importante mencionar la falta deun consenso sobre el tema) y finalizaban 15 de febrero. A su vez, Carlos Espejo (1995), se pueden considerar las fiestas más antiguas de Roma. Al respecto, en el Calendario romano (s.f) se dice que durante el reinado de Rómulo, las romanas sufrieron infertilidad, por ende, se recurrió a consultar el oráculo de la diosa Juno en el bosque de Esquilo, de donde obtuvieron la siguiente respuesta “Madres del Lacio, que os fecunde un macho cabrío velludo” tal cual aconteció posteriormente en las Lupercales.

Como agregado a lo anterior, según Espejo (1995), el carácter primitivo de estas fiestas, antes de tener un vínculo con las mujeres, estaba asociado con la pérdida del ganado, pero siempre en un sentido de renovación de la agricultura.[13] Se buscaba ahuyentar a las pestes que estaban exterminando no solo el ganado en Roma, sino la economía del país, esto ha permitido hablar, a manera de posibilidades de sacrificios humanos anteriores a los animales (machos cabríos y perros).

La búsqueda de la fecundidad con el macho cabrío, según Pérez Rioja (1962) representante de los deseos primitivos del hombre y de lo fecundo al habitar en los bosques de las sociedades más primitivas que adoraban a las deidades más antiguas, permite comprobar la relación con la fertilidad que, según Santiago Borja (2019) ha sido abordado por diferentes académicos, pero también discutida por otros autores, entre ellos Wiseman y North, quienes prefieren asociar esta fiesta con Inuus, dios de la penetración sexual.

Asimismo, para Borja (2019) otros autores prefieren asociar esta fiesta con los muertos. Se ha llegado a asociar a los lupercos con ancestros fallecidos, sin embargo, si algo se puede decir es que antes de prohibirse, los romanos ya no sabían cuál era su verdadero origen, ante estas disyuntivas, lo único cierto para ellos era su procedencia antiquísima cuyo fin, relacionado con lo fecundo y lo escatológico (esto le da fuerza a una tesis que indica sus orígenes en los etruscos también fortalecido mediante el parentesco con el dios Marte) era garantizar, mediante la flegelación ritual de la espalda de las matronas, la supervivencia de Roma y librarlo de pestes y hambrunas. Al respecto, las pestes y hambrunas (elementos cercanos a los muertos o lo ctónico) siguieron siendo uno de los mayores miedos ni siquiera vencidos incluso cuando a finales del siglo V d. C, el papa Gelasio I cristianiza las lupercales.

En cuanto a dedicatoria, para confirmar lo dicho párrafos atrás, las fuentes y visiones más acertadas según Borja (2019) dicen que el dios de las Lupercales era Fauno “el Pan Lykaeo arcadio” (p. 164),[14] el cual era descrito como un macho cabrío con partes humanas, aunque, existen los debates en torno a la siguiente duda ¿los lupercos hacían de lobo o de macho cabrío? (J. Carcopino, citado por Borja, 2019, habla de la fusión de lupus [lobo] + hircus [macho cabrío], ambos animales están contra la ética).

La respuesta por la que se inclina Borja (2019) es que “Pan es el mejor situado para ser el dios patrón de esta festividad tradicional romana” (p. 164), además, Pan es nieto de Licaón, quien, según las Metamorfosis de Ovidio, fue transformado por Zeus en lobo “lupus” (“En vellos se vuelven sus ropas, en patas sus brazos: / se hace lobo y conserva las huellas de su vieja forma (vv. 236 – 237, libro I, trad. Ana Pérez Vega)), de allí surge Lupercales o como también se le llamaba en latín Lupercalia (mismo nombre que carga un poemario costarricense referido en las últimas páginas de este trabajo), la relación, tal cual se ve en López (1995), definitivamente es ineludible.

Este dato es importante porque, a partir de la búsqueda del estado de la cuestión se halló, en muchos casos, la atribución de los orígenes de esta festividad a “Lupercus” (dios de la fertilidad, aunque el dato no está como tal, deben darse más aclaraciones). Lupercus, según Mercedes López-Cuervo Garrido (1995, citando a Tito Livio, 1,5,1) era el sobrenombre bajo el que se conocía a Fauno, unas de las deidades más antiguas de la religión romana. A él se le atribuía la fecundidad y cuidado de los campos. A su vez “Cuando se heleniza la religión latina, a Fauno, por su carácter agreste y pastoril, se le identifica con Pan (Tito Livio 1,5,7, citado por López, 1995, párr. 2).”

Por otro lado, se suelen confundir los inicios de esta fiesta pagana con el tributo a Luperca, nombre de la loba que dio de mamar a los fundadores de Roma, Remo y Rómulo. Incluso, sobre esta misma loba y los atributos negativos que este animal esconde, el ensayista y escritor italiano Corrado Augias, en su libro I segreti di Roma defiende la posibilidad de que Luperca fuera una prostituta, pues en la Roma antigua las prostitutas recibían el apodo “lupa” (loba), justamente, de allí surgió la palabra “lupanar” (prostíbulo). De antemano, el fascismo “eligió el nombre de hijos de la loba para los niños italianos que quería educar en su ideología” (El país, 2007, párr. 5), he ahí la supervivencia y marco de tensiones sobre el tema, incluso, según Borja (2019) es importante ampliar el horizonte de expectativas y considerar los siguientes nombres en las lupercales: Lupercus, Faunus, inuus (epíteto de Fauno), Februus, Pan y Juno.

Otras posibilidades sobre la denominación lupercalia, lo cual jamás remitirá a una sola respuesta, son anotadas por el académico Carlos Espejo (1995) para quien los lupercos siguieron vivos en Hispania a partir de mosaico número dos, hallado en Córdoba y donde se aprecia una escena de las fiestas lupercales, propiamente lupercos azontando la espalda de matronas. Para este autor existen tres posibilidades acercamientos etimológicos sobre la denominación lupercalia:

1.- Forma enfática de lupus que permite hablar de las lupercales como las fiestas del lobo. Sin embargo, Holleman parte del origen etrusco de la palabra para defender que en un principio no era “lupu” porque la “p” no es latina, por tanto, lupus tuvo que haber sido luquos o lucus, cuyo significado en latín arcaico es “estar muerto o morir” (p. 160), esto reafirma la tesis que relaciona a los lupercos con ancestros fallecidos y, de allí también su relación con una de las interpretaciones más fuertes y aprobadas: su sentido reproductor.

2.- Procedencia de lupus + arcere o luus + arceo, lo cual da como significado “ahuyentador de lobos”, sin embargo, esta hipótesis ha tomado poca fuerza debido a que se considera absurdo ahuyentar a un animal de tanta importancia para la fundación de Roma.

3.- Compuesto de lipus “(itálico, de origen indoeuropea) con el tema herquo-lhirquo (en itálico, herpo-lhirpo-) con idéntico significado, probablemente de origen anaria” (p. 160). El tema originario hirquo tomó por significado “cabrón” entre los latinos, mientras, por otra parte, poblaciones itálicas como los sabinos (se ha llegado a explicar las lupercales a partir del rapto de las sabinas y sus raíces en torno a la presencia de pocas mujeres o bien bajos indicios de fertilidad) conservaron hirpos, cuyo sentido original es lobo, esto daría paso a un lobo-cabrón.    

 

Asimismo, otras anotaciones de interés mostradas por Espejo (1995) es la existencia de académicos que rompen con la idea de lupercalia como fiesta dedicada a Fauno, sino a Juno, no obstante, no se referían a la diosa de los matrimonios, sino a una de carácter más primitivo “que dominaba toda la naturaleza, incluidos los seres humanos. Es una Juno itálica que se encuentra en Lanuvium y en otras villas del Lacio y la Campania y que llegó muy pronto a Roma” (p. 163). Sin embargo, esta tesis ha sido debatida y se defienden sus imposibilidades, entre ellas, el hecho de que las lupercales se festejaran 15 días antes de las fiestas del parto, en los primeros días de marzo, lo cual le brinda un mayor sentido o fuerza a la tesis que vincula a febrero con el mes de los muertos o de renovación, más cercano a Fauno como ser primitivo de los bosques y vinculado con lo sexual.

Ahora, para caer más a detalle sobre lo realizado durante estas festividades, en efecto, primero se buscó renovar la vegetación como un rito más de la naturaleza, luego, en su traslado hacia lo humano, se buscaba estimular la fertilidad de las mujeres, solo que, no hay quienes no lo han visto de muy buena forma; incluso, entre los mismos asistentes estas fiestas paganas no se veían con buenos ojos, porque se asesinaban machos cabríos, cabras y perros (animales antiéticos), mayores enemigos de los lobos en la cueva Lupercal o, en palabras de Espejo (1995), higuera ruminal, lugar donde fueron encontrados Rómulo y Remo y que, aparentemente, en términos reales “ está a 16 metros de profundidad entre el Circo Máximo y la Casa de Augusto, justo en la Roma Imperial, y tiene un diámetro de 6,53 metros y una altura de 7,13 metros” (El país, 2007), para bañar con su sangre a los jóvenes asistentes, quienes según Santiago Borja Méndez (2019), una vez empapados de ella, recurrían a maltratar con el amicula Iunonis (látigo)[15]  a las matronas, quienes, posteriormente, como si fueran ganado u objetos de venta, se sorteaban para ser utilizadas en tríos, tal cual se comentó en la nota cuatro, colocada al pie de página de este trabajo.

También, dentro de la actividad estaban el flamen dialis (sacerdote de Júpiter, dios supremo en el panteón romano), quien era uno de los tres sacerdotes mayores[16] y también lo acompañaban las vestales (sacerdotisa de Vesta, diosa antigua del hogar en Roma), ellas preparaban la februa (personificación divina de los ritos de purificación)[17], que era una especie de salsa utilizada siempre (al igual que la muries) en los rituales religiosos realizados en la antigua Roma, junto con los cantos en honor a Fauno y ofrendas con la participación de dos jóvenes a quienes un sacerdote (los sacerdotes eran llamados lupercos) ungía con la sangre salida del animal asesinado con un cuchillo.[18]

Posteriormente, los sacerdotes (lupercos) bailaban[19] desnudos o casi desnudos (existe más indicios de que fueran desnudos del todo como parte del rito, no existe un concenso ni se cree llegar a ello) quienes reían y, con tiras realizadas con la piel del animal sacrificado a la loba Luperca, latigaban las espaldas desnudas de las matronas integrantes del rito. De inmediato, los jóvenes corrían a limpiar con una februs casta (lana empapada en leche según lo llamaba así Ovidio) la sangre derramada en el cuerpo de los sacerdotes presentes en el acto.

Por último, la festividad daba fin a partir de un banquete donde se comía la carne de las víctimas del sacrificio. No sin antes haber realizado todo tipo de actividad sexual y de desenfreno, siendo esto uno de los motivos por las cuales esta actividad sufrió distintas persecuciones, principalmente en el siglo III a. C hasta dar fin (más que fin sincretizarse con el cristianismo) en el siglo V a. C.[20]

Cuando se menciona el siglo III d. C es necesario referir el contexto posterior a las persecuciones de cristianos,[21] en gran parte, bajo solicitud de Dioclesiano (284-305), antecesor de Constantino, quien se encargó de dar fin a tales acechos, en junio del 325 d. C en el concilio de Nicea, donde se legitima la religión Cristiana, con el afán de dejar una religión de paz en el mandato de su hijo Constantino II (337-361), quien, como herencia de su padre, se da la tarea de seguir su lucha contra los sacrificios paganos, entre ello, ordenando el cierre de varios templos pertenecientes al panteón romano, lo cual se tornó muy complicado, el paganismo adoptado mediante sincretismos religiosos donde participan griegos y celtas, tenía mucha fuerza, incluso, este poder toma posición de nuevo cuando Juliano toma el mandato, pues él era un gran amante de la cultura clásica y, por ende, atenta contra las leyes cristianas ya afirmadas por sus antecesores, entre ello, reconstruye templos paganos, pero esto le sirvió de poco porque sus sucesores Valentiniano y Valente (ambos cristianos) no estuvieron a favor de su trabajo, aunque lo respetaron sin atacar al paganismo, hasta que llegó al poder Graciano, hijo de Valentiniano y ahora sí, le da todo el poder a la Iglesia.

De inmediato, la posición en la que Graciano dejó a la Iglesia le permitió a Teodosio en el 392 acabar con el paganismo tras la firma de un decreto donde se declara al cristianismo como religión oficial, prohibiéndose con ello (mediante grandes multas) el culto a todo Dios que no fuera el de la religión cristiana, en este caso, según el tetragrámaton hebreo YHVH (Yahvé o Jehová según lo llaman en diferentes lugares, aunque hay quienes se opone y dicen que nadie sabe su nombre, por tanto, dichos nombres son un intento de acercarse a la verdad absoluta, inconseguible para un humano).

Logrado lo anterior, las Lupercales se quedan sin templo para celebrar la primera parte de los cultos y sin lupercos para dirigirlos.[22] No obstante, el arraigo era tan fuerte que los ciudadanos romanos persistieron. Ellos siguieron realizando cantos y procesiones en honor de Fauno hasta que, tal cual se dijo, papa Gelasio I en el año 495 (esto según Espejo, 1995, otras fuentes, entre ellas, ABC, 2021 y Mercedes López, 1995, apuntan que tal acto se dio entre 496 y 498), entra en controversia con Anastasio se da cuenta del gran poder de esta festividad, por ende, no le queda más alternativa que cristianizarla.

Durante el proceso de cristianización de las Lupercales, el 15 de febrero se cambia por el 14 de febrero, lo cual coincidía con la Candelaria Cristiana, la presentación del señor Jesucristo en el templo y la purificación de su madre la virgen. Ahora, en vez de los cantos dedicados a Pan, los seguidores empezaron a realizar una procesión con candelas cuyo fin era pedir protección y fertilidad a Dios, llamándola, a partir de ese momento “Día de San Valentín”, como tributo o recuerdo a Valentín, mártir cristiano asesinado en el mandato del emperador Claudio II. Este asunto tenía el afán de convertirse en un ejemplo de alguien que entregó la vida por el amor a Dios según el cristianismo y, que, nunca quiso dejar de ser un fiel seguidor a pesar de de él sabía su destino.

Sin embargo, a pesar de los intentos por convertir a San Valentín en una figura ideal, tal cual lo fueron, en épocas pasadas, por ejemplo Heracles, Eneas, Odiseo o el mismo Alejandro Magno mediante apoteosis, siempre fue un santo mejor, prueba de ello se encuentra en el calendario litúrgico donde la Iglesia Católica mostraba tal fecha, 14 de febrero, como día dedicado a San Cirilo y a San Metodio; incluso, San Valentín, llegó a aparecer como patrono de los epilépticos y los enfermos psíquicos hasta que, gracias a los benedictos, custodios de la basílica de Terni, sitio donde se hallan sus reliquias, su culto toma importancia y se expande por toda Europa, dando con ello surgimiento a diferentes leyendas hasta hoy creídas, entre ellas, la historia de amor entre Serapia y Sabino o la de la rosa de la reconciliación, que da paso a la actual costumbre de regalar rosas, tras convertirse San Valentín en el patrono de los enamorados.

Presentadas todas estas variantes que forman parte de los sincretismos religiosos, normales cuando se pasa por procesos de conquista e intercambios culturales, es imposible no mencionar la inexistencia de fuente alguna en textos latinos donde se indique la presencia de jóvenes metiendo, en el primer día de la fiesta, una caja con el nombre de las jóvenes, de donde los varones debían sacar un papel con el nombre de la mujer que lo acompañaría en la festividad, dicha posibilidad se considera otra alternativa más del sistema capitalista americano para hacerse con las suyas a partir de la venta masiva de cartas de amor y regalos.

No obstante, no solo la leyenda de San Valentín ha sido fuente de inspiración, sino también su fuente originaria, las lupercales, al menos, para dar inferencia de ello, se menciona el poemario Lupercalia, publicado a finales de 2020 en Diablura Ediciones, México, por el costarricense José Ignacio Arias Ruiz, cuyo pseudónimo es Ignacio Aru.

Un acercamiento sobre este libro lo presenta Javier Alvarado en su trabajo “Ignacio Aru: Lupercalia, Una luna para todos” (2021), donde cita algunos versos del poemario de Aru: “traemos tiras para azotar los / vientres y las espaldas / Y nacen niños que nos muestran sus dientes”. Las tiras para azotar citadas en los versos anteriores no son ni más ni menos que el amicula Iunonis y la mención a palabras como “vientres”, “espaldas” y “niños” están totalmente relacionadas con la feminidad y el interés de fecundidad (protección de Roma paralelo a lo ctónico) detrás de las lupercales tras, como una de las posibilidades de estas fiestas, tiempos de sequía o infertilidad de las mujeres en la antigua Roma. No obstante, queda el espacio abierto a nuevos trabajos sobre este libro de Aru (2020), como un puente de comunicación, tal cual rito, entre antiguos y modernos.

 

 

 

Algunas muestras de tríos sexuales en Roma[23]

 

 

Altorrelieve donde se muestra un trío sexual entre dos hombres (en posición activa)

y una mujer (en posición pasiva)

 

 

 

 

Sprintia: muestra un trío sexual entre dos hombres (solo uno en posición activa y otro a la espera, no obstante, no hay muestra de cunnilungus (sexo oral: el varón se colocaba de cuclillas o debajo de la mujer para lamer su vagina o clítoris) donde el hombre podía ser fuertemente sancionado si se le encontraba en esta posición porque era vista como muestra de sumisión)y una mujer.

 

 

 

 

 

Moneda romana: muestra de un trío sexual entre dos hombres (en posición activa)

y una mujer (en posición pasiva).

 

 

 

 

 

Fresco donde se aprecia un trío (un hombre penetrando a otro hombre: mal visto y podía ser sancionado por la ley pues era ponerse en una posición otorgada a la mujer, viendo de esta manera el sexo a partir de una mirada política) y una mujer (en posición pasiva) en los baños público suburbanos en Pompeya.

 

 

 

Conclusiones

 

En un primer punto, a partir de este trabajo se logró comprobar cómo el concepto de amor erótico ha pasado por distintas vertientes hasta hoy, entre ellas, como comportamiento vinculado más con el tema político (consumismo: amo en tanto doy material y demuestro tener como propietario) que con el sentimental, lo cual les permite a los humanos olvidarse del amor propio, punto conseguible a partir de lo solicitado por el siguiente aforismo griego γνωθι σεαυτόν (conócete a ti mismo), hallado en el Templo de Apolo en Delfos. Si nos olvidamos de la esencia del amor y lo cambiamos por lo mercantil, entonces ¿hacia dónde vamos?

Como segundo punto, se comprobó el origen del Día del Amor y la Amistad o de San Valentín, de fiestas paganas donde el amor era lo menos importante, allí prevalecían, desde la mirada de Gelasio en su carta contra las lupercales (citada por López, 1995) e incluso, todavía vigente: la lujuria, el desenfreno, el maltrato, los robos, las violaciones y en sí, los deseos supremos de poder o soberbia del hombre, asociados con el tema religioso (la fertilidad paralela a lo ctónico o el temor a los espíritus, entre ellas pestes), como punto, muchas veces, utilizado aún hoy, para invisibilizar la verdadera máscara del ser humano: un individuo lleno de características irracionales y vicios que a veces no se saben dominar, provocándole expresiones de locura en diferentes planos ¿Acaso nos importa más lo externo y la vida de los demás que el propio dominio de nuestro cuerpo?

En un tercer punto, se demostró que el tema sobre las lupercales (encargadas de dar origen al Día de San Valentín) no puede tener una sola interpretación y sigue siendo tema de interés en la humanidad, ejemplo de ello, la literatura ¿razones? ¿Acaso ese misterio universal que mueve el tema de la muerte? Quedan las expectativas abiertas al público lector y a futuros investigadores.

Como cuarto y último punto, definitivamente, todavía hoy debe tenerse cuidado para que el amor erótico no se convierta en una enfermedad (páthos kay nósos) e incluso, la celebración de su día, desde una visión filial (amistad según la postura de Platón), sea una especie de virus capitalista donde la única cura de muchas personas está en ir a las tiendas o al mercado a comprar cientos de regalos para demostrar “amor” a sus seres cercanos, esto da pie una lista de interrogantes cuyo fin es provocar una serie de reflexiones en los lextores:

 

  • ¿Acaso los regalos son muestra total de amor? Si es así ¿por qué hacerlo solo un día?
  • ¿Acaso el amor se reactiva solo por una fecha o por fechas?
  • ¿Acaso las parejas solo deben hacer el amor (eros) en estas fechas?
  • ¿Se siguen celebrando las lupercales como tal en alguna parte del mundo? Se dará una pista, busquen ustedes mismos en qué parte del planeta los cigarrones ataviados con trajes de pastores siguen azotando a las mujeres con tiras de piel de cabra. Se espera den con la respuesta.

 

El amor, con todo y sus complejidades (eros, philia, atorgé y ágape: según los tipos presentados por Platón) es una decisión y compromiso donde debe lucharse para no caer, de manera desastrosa, en los vicios, y mostrarse como humanos que aman de manera prudente, entre ello, siendo enemigos de una farsa capitalista, lo cual podría concebirse como un amor filosófico donde los mitos y leyendas se convierten en herramientas de análisis para quitar las máscaras escondidas detrás de lo que muchas veces se ha legitimado, con el poder de las religiones, como verdades absolutas, en fin, se cierra este trabajo con la siguiente pregunta generadora de nuevos estudios ¿estará el futuro de la humanidad en el amor filosófico, donde el encuentro de la plenitud viva atrapada en nosotros mismos y no en cualquier objeto conseguible con dinero?

 

 

 

Referencias:

 

ABC de Sevilla. (13 de febrero de 2021). ¿Quién fue San Valentín y por qué se celebra el 14 de febrero? ABC. https://sevilla.abc.es/sevilla/sevi-quien-san-valentin-y-celebra-14-febrero-202102130816_noticia.html

Angela, A. (2015). Amor y sexo en la antigua Roma. La esfera de los libros.

Almansa, M. (s.f). Amor y sexo en la antigua Roma: el origen de San Valentín. Historiae. https://historiaeweb.com/2021/02/14/amor-sexo-en-la-antigua-roma/?fbclid=IwAR01eu-DAzJaW30gfU4DFiEfK97y_Gh3UIrClaEE9nKjBhQg4nGJmJi3xJY

Alvarado, J. (27 de enero de 2021) Ignacio Aru: Lupercalia, Una luna para todos. Nueva York Poetry Review https://www.nuevayorkpoetryreview.com/Nueva-york-Poetry-Review-2909-22-javier-alvarado-ignacio-aru-lupercalia-una-luna-para-todos

Calame, C (1992). Eros en la antigua Grecia. Akal.

Cirlot, J. E. (1982). Diccionario de símbolos. Nueva Colección Labor.

El País (20 de noviembre de 2007). Hallada en Roma la cueva donde una loba supuestamente amamantó a Rómulo y Remo. El País. https://elpais.com/cultura/2007/11/20/actualidad/1195513203_850215.html

Equilato. (2021). Tríos sexuales en la Roma clásica. https://www.equilato.com/Trios-Sexuales-en-la-Roma-Clasica

Espejo Muriel, C. (1995). ¿Lupercos en Hispania? Interpretación iconográfica de uno de los mosaicos encontrados en Fuente Alamo (Puente Genil, Córdoba). Revistas eug. https://core.ac.uk/download/pdf/230540517.pdf

Foucalt, M. (1993). La historia de la sexualidad. El uso de los placeres. Siglo XXI.

Gavaldá, J. (13 de febrero de 2020). ¿Celebración o consumismo? El origen histórico del día de San Valentín. National Geographic. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/origen-historico-dia-san-valentin_15084

Grimal, P. (2000). El amor en la antigua Roma. Paidós.

López-Cuervo Garrido, M (1995). Una carta del papa Gelasio (492-496) contra una fiesta popular. Gazeta de antropología, 11 (14), http://www.ugr.es/~pwlac/G11_14Mercedes_Lopez_Cuervo.html#8.

Martínez, A. (3 de febrero de 2021). Quién fue San Valentin y por qué se festeja el amor el 14 de febrero. GQ. https://www.gq.com.mx/entretenimiento/articulo/la-historia-de-san-valentin-y-por-que-se-festeja-el-14-de-febrero

Nava Contreras, M. (2 de mayo de 2020). Locas de amor. Medea, Fedra y el amor como enfermedad. Prodavinci. https://prodavinci.com/locas-de-amor-medea-fedra-y-el-amor-como-enfermedad/

Ovidio. (1982). Metamorfosis. Bruguera. http://webs.hesperides.es/Ovidio_files/Ovidio-Metamorfosis-bilingue.pdf  

Platón (2003). Diálogos. Obra completa en 9 volúmenes. Volumen III: Fedro y el Banquete. Gredos.

Pérez Rioja, J. A. (1962). Diccionario de símbolos y mitos. Tecnos.

Robert, J. N. (1999). Eros romano: sexo y moral en la Roma antigua. Complutense, la mirada de la historia.

Safo. (2004). Antología. Edición bilingüe. Losada.

  1. a. (20 de noviembre de 2007). Hallada en Roma la cueva donde una loba supuestamente amamantó a Rómulo y Remo. El país. https://elpais.com/cultura/2007/11/20/actualidad/1195513203_850215.html

El calendario romano. (s.f). Calendario romano. http://www.tarraconensis.com/fiestasromanas.html

 

 

 

 

[1] Docente universitario e investigador académico graduado de la Universidad de Costa Rica.

Correo electrónico: yordan.arroyo@ucr.ac.cr

[2] En las calendas romanas no existía el 14 de febrero. Téngase acceso y al significado de cada día y mes al ingresar a través de este link: https://masegosa.webs.uvigo.es/calendario.pdf

[3] Imagen tomada de: https://sevilla.abc.es/sevilla/sevi-quien-san-valentin-y-celebra-14-febrero-202102130816_noticia.html

[4] A diferencia de hoy, que los clientes pagan con billetes, monedas o con tarjeta de crédito, en fin, con dinero, por aquellas fechas, básicamente en el siglo I d. C, tras decreto de la manera de pago tras influencia de la vida llena de goce y lujuria del emperador Tiberio tras su retiro en Capri, se pagaba con sprintias; estas eran una especie de fichas que tenían un valor diferente según los intereses de consumo de cada cliente, en la sección 2.4 de este artículo se muestra una de ellas donde se aprecia un trío sexual.

[5] Si se consultan los tratados sobre Historia de la sexualidad (1993), del filósofo francés Michel Foucalt, se sabe que el tema del amor y los tabúes sobre la “homosexualidad” (concepto moderno, pero con huellas en la antigüedad) y una lista de restricciones sobre la manera de practicar la sexualidad se convirtieron en tema de mayor persecución y florecimiento con el establecimiento de la Iglesia Católica y la legitimación del cristianismo como religión monoteísta, principalmente, a partir de la Edad Media. Incluso, se han hallado tablillas donde se muestra un trío: dos hombres teniendo sexo con una mujer ubicada en el medio, pero no puede caerse en el error de verlo como algo totalmente normal y pensar en la promiscuidad y la celebración de las bacanales como algo sin restricciones, tal cual lo hicieron ver los cristianos para dominar masas al decir que aquellas muestras de lujuria eran una especie de comportamiento demoniaco para quienes no eran cristianos, omitiendo del todo el papel político detrás de ello. Por ejemplo, quien tenía poder debía asumir, en el acto sexual (e igual en la sociedad), una posición de “activo” (penetración), mientras, por ejemplo, un esclavo o una mujer (prostituta, esclavo o mujer libre), siempre debía ser el “pasivo” (quien recibe).

A raíz de esto, posiciones sexuales como el cunnilungus eran mal vistas porque ponían al hombre por debajo de la mujer, lo cual, podía verse como reflejo de sumisión y sumisas solo podían ser ellas, pues las posiciones y comportamientos en el acto sexual no podían separarse del accionar político. Esto explica, claro, por qué ya asentado el cristianismo, los varones siguieron siendo seres privilegiados e incluso, dentro de las prácticas constantes de la pedofilia, por ciertas personas de la Iglesia Católica, los niños se siguieron viendo como sujetos desamparados por ley (ἐρώμενος “erómenos”) tal cual se miraba en la Grecia antigua a partir de la práctica de la pederastia, datos que también se pueden hallar en el libro Eros en la Grecia antigua, de Claude Calame (1992).

[6] Diversos temas relacionados con Safo, incluso sus dedicaciones no solo a otras mujeres, sino también a hombres, han sido estudiados por la académica autraliana Margaret Reynolds.

[7] Fragmento que tiene sus raíces en otro terreno. En este caso, se considera que el Día del Amor y la Amistad sienta sus orígenes en las Lupercales, fiestas dedicadas a Fauno.

[8] Según se documenta en Crónica de Nuremberg (1493), se creía que un guerrero podía rendir mejor en la guerra si estaba soltero porque no tenían preocupaciones familiares. Asimismo, durante el siglo II y III d. C periodo de tensión, debido a las persecuciones a los cristianos, pero principalmente el acoso y temor tras las invasiones germánicas, lo cual explica la necesidad de mantener a todos los soldados concentrados y en su mejor nivel.

[9] Una versión popular cuenta que Valentín fue decapitado, no sin antes ser retado (con el fin de burlarse de él) por Asterius, quien le pidió devolverle la vista a su hija Julia, solicitud lograda de diferentes formas, una de las más difundidas dice que, mientras Valentín era decapitado, Julia se encontró una carta y pudo leer, por primera vez en su vida (nació ciega) las siguientes palabras: “de tu Valentín”; otra versión dice que Valentín le devolvió la vista a Julia, de inmediato, tras lograr este milagro, toda su familia, entre ella su padre Asterius, se convirtieron al cristianismo; sin embargo, tiempo después, Valentín fue decapitado un 14 de febrero de 269 d. C (según otras fuentes 270, ABC, 2021), misma fecha donde se dio a luz su amor secreto por Julia, pues ella, en el preciso momento cuando él estaba siendo castigado dio con una carta donde, al igual que en la versión anterior decía “de tu Valentín”. Aunque, en esta versión se añade que Julia agradecida con Valentín plantó junto a la tumba del mismo un almendro que dio hermosas flores rosadas (a partir de este punto se explica el simbolismo, según Cirlot (1992) que tiene el almendro para expresar “dulzura y ligereza.” (p. 65)).

Por su parte, según el filólogo español, Josep Gavaldá Roca en su artículo “Celebración o consumismo. El origen histórico del Día de San Valentín” (2020), los restos de Valentín (como en toda leyenda, existen discusiones sobre si existió o no, no podrían darse aseguraciones al respecto) fueron enterrados en las afueras de Roma, propiamente en la vía Flaminia, sitio más tarde conocido como Puerta de San Valentín. Además, su tumba se convirtió en sitio de peregrinaje durante la Edad Media.

De la mano con lo anterior, para Martínez (2021) existen tres tipo de Valentín: Valentín de Roma (al respecto, existen dudas sobre la existencia de los demás e incluso de este mismo), San Valentín de Terni (sobre quien se refiere Josep Gavaldá Roca, 2020 para referir sus restos en la vía Flaminia) y un tercer Valentín martirizado (los tres fueron martirizados) en África junto con varias personas, aunque no se sabe nada más de él (teniendo en cuenta que lo que se sabe sobre los otros dos, si acaso existieron dos o uno, pueden ser puras bases populares. Por lo hallado en este artículo, da más para pensar en su inexistencia).

No obstante, a pesar de las dos versiones e incluso más, ello no se puede asegurar, es parte de una de las leyendas más del folclor y, como tal, pudo haberse originado con el afán de romantizar esta fecha de “lujuriosos” mezclada con el ejemplo del ciudadano ideal en tanto muere por seguir su amor a Dios (cristiano) y, más tarde (a partir del siglo XIV y XV; en el siglo XVI en Inglaterra surgió la tradición de regalas dulces y demás regalos a las parejas), los “enamorados” que hasta hoy dan paso a una fecha donde, en gran parte, el capitalismo es el mayor beneficiado (from your valentine, tal cual se firma en las cartas de tradición anglosajona).

[10] Esta es una posible fecha, no se podría asegurar una con exactitud, Mercedes López-Cuervo Garrido (1995) deja las posibilidades abiertas del 492 al 496, por tanto, es lo más prudente considerar este dato.

[11] Según López (1995), Gelasio I, al igual que Ovidio, consideraron a Evandro como el inventor de las lupercales.

[12] José Antonio Pérez Rioja, en su Diccionarios de símbolos y mitos (1962) presenta a Fauno como una de las divinidades itálicas más antiguas y populares. Se le asocia con el dios griego Pan, debido a sus similitudes en tanto protección de los bosques, campos y ganados. Esto lo convirtió en el máximo representante, en la mitología romana de la vida nómada y pastoril. Los faunos eran un poco menos brutales que los sátiros y los silvanos.  En cuanto a su simbología, se vincula con los sueños amorosos del hombre, no solo en un sentido físico sino desde una metafísica idealista. Eran mitad hombre mitad animal (macho cabrío al igual que Pan en la mitología griega). Tanto Pan como Fauno, entonces, cumplen la función de reflejar los deseos primitivos. Por último, se les asociaba constantemente con la danza.

[13] Esto ha permitido asociar a los lupercos con daemones de la vegetación: “al igual que los carneros, se los sacrificaba simbólicamente para luego volver a revividos, consiguiéndose así la muerte y resurrección de los espíritus de la vegetación” (Espejo, 1995, p. 162).

[14] Dios arcadio porque según cuenta Pérez Rioja (1962):

antiguas leyendas refieren que los pastores de la Arcadia creían oír la música de Pan cuando silbaba el viento en los pilares de Arcadia. Dícese también que la hora de la siesta era considerada en los campos arcadios como el tiempo del sueño de Pan (p. 281).

[15] Borja (2019) habla del amicula Iunonis como si fueran pequeños amigos de Juno, lo cual ha permitido defender que la importancia del papel de la diosa Juno (Hera para los griegos), relacionada con la maternidad. En palabras de Espejo (1995) los azotes se veían, por un lado, como un facto para asegurar la fertilidad de las mujeres por medio del “contacto físico con lo sagrado (recibe la fuerza viva y fecundante del animal a través de los azotes que sufre por medio de látigos que están elaborados con la piel del carnero)” (p. 165), pero existen oposiciones al respecto, tal punto de fecundidad, se le ha atribuido más bien al Dios Inuus, del verbo inire “entrar” en el sentido más sexual. .

[16] Eran ritos donde la jerarquía o la posición social era muy importante, al menos en un principio, porque, en palabras de Borja (2019) luego esto perdió valor entre los mismos aristócratas, por ende, prefirieron ceder su función de lupercos o sacerdotes a otras personas que tenían una posición social más baja, así con ello la fiesta se fue debilitando y, de paso, esto les permitió a los cristianos cultos atacar más a las lupercales, considerándola una actividad propia para personas de “mentes débiles” y desprestigiadas.

[17] También, Tortorella, citada por Borja (2019) comenta que la empuñadora de los látigos se llamaba fébruum, esto enlace rotundamente el carácter sagrado y de purificación detrás de este objeto, su uso y el significado oculto detrás de febrero: mes de la purificación, donde algunos académicos lo han visto como una iniciación o preparación para el nacimiento del dios Sol, Sol invictus, también nacimiento de Mitra (dios iraní del cielo y la luz), el 25 de diciembre, fecha que la Iglesia Católica festeja como el nacimiento del niño Jesús.

[18] Algunas apreciaciones mostradas por Borja (2019) y Espejo (1995) comentan que estos jóvenes fueron niños que inicialmente vivieron como lobos en el bosque, por tanto, dentro de las lupercales se comportan como tal. Otras posturas dicen que se buscan volver o retornar a los inicios, el hombre antes que hombre es lobo, lo cual solo se lograba (ritual hallado en Oriente) comiendo carne humana.

[19] Según Espejo (1995) subían y bajaban la vía sacra. Se ha dicho que ellos corrían alrededor del Palatino, pero eso fue una idea de la ilustración, pues en realidad lo que realizaban era una circumambulatio.

[20] Una de las razones que la hicieron sostenerse fue la carencia de hijos en Roma (lo que podía en debilidad al Imperio, próximo a caer) y el alto aumento de la tasa de solteros, lo cual se había normalizado.

[21] Para la redacción de este apartado se ha utilizado como fuente principal el artículo de Mercedes López (1995).

[22] Según López (1995) en el 428, Honorio solicitó la destrucción de todos los altares paganos en Roma, con ello, las lupercales pierden gran poder.

Por otra parte, López (1995) cita lo siguiente:

Tres son los motivos fundamentales que llevan a Gelasio a dictar su decisión final: (1) el orden público y la moralidad, en definitiva el mismo pretexto que en el año 186 a. C. alegó el senado romano para prohibir las Bacanales, (2) la ineficacia de las Lupercales, y (3) ser un culto pagano, totalmente contrario al cristianismo (párr. 21).

[23] Todas las muestras han sido tomadas de: https://www.equilato.com/Trios-Sexuales-en-la-Roma-Clasica

 

 

 

 

 

 

 

 

Yordan Arroyo (San Ramón de Alajuela, Barrio Lisímaco Chavarría, 1995)Filólogo graduado de la Universidad de Costa Rica. Docente Universitario e investigador académico. Presidente y Director Literario Nacional de la Unión Hispanomundial de Escritores, Costa Rica. Cofundador del Recital Internacional de Poesía “Ponte un alma” y el Recital “Alas en verso” en conmemoración del Día Nacional de la Poesía en Costa Rica. Compilador de las antologías: “Voces en el aire” (en proceso); “Sin dolor en la garganta” (en proceso); “Primera Antología de Literatura Infantil Ramonense: Niños y Niñas Héroes en Tiempos de Pandemia” (2021) y Los Gritos de Medea: Violencia de Género en la Poesía Feminista Costarricense (2021), donde también realizó el estudio introductorio.

Realizó el prólogo y análisis literarios en la “Primera Antología Poética Puntarenense” (1990-2019). Forma parte del equipo editorial que trabaja actualmente en la próxima publicación de la “Segunda Antología de Poesía Puntarenense” (en proceso). Ha sido publicado en diferentes antologías, entre ellas: Antología de Poesía Joven. Nueva poesía Costarricense (2020); “Siempre un Girasol. Antología Colectiva” (2020) “Mitologías del río: Transformación” (2020) y “Sexta Antología de Escritores y Poetas Latinoamericanos de la Red Némesis en Perú” (2020). Además, posee distintas publicaciones en revistas académicas, literarias (Taller Igitur, Quimera, Cardenal, Atunys Poetry, Santa Rabia Magazine y Liberoamérica) y en periódicos tanto a nivel nacional como internacional.  Editor y jefe de revistas académicas y literarias en España, Perú y Costa Rica.

Ha sido jurado en concursos sobre poesía y cuento. Es integrante de Poetas del Mundo, Colectivo Faro Cultural, Puntarenas y Grupo Literario Poiesis. Ganador del premio Intercontinental de poesía Kairat Duisseno V Parman, 2020. Ganador del Premio Mundial a la Excelencia Cultural y Literaria “César Vallejo” (2020), Certificado de Oro del Ministerio de Educación Pública en Costa Rica por su excelencia académica en estudios de posgrado y distintos premios más por su aporte a la cultura costarricense.

Brinda talleres literarios a niños. Por último, desde el 2017 ha participado como investigador en 35 congresos, simposios y encuentros a nivel nacional e internacional, figuran invitaciones de la Universidad de Murcia; España, Universidad de la Plata; Argentina, Universidad de la Habana, Cuba y la Universidad Nacional Autónoma de México. Además, fue invitado de honor en la Pluma de Oro, Perú, 2020. Pronto a publicar su primer poemario e iniciar estudios de posgrado en España.

 

 

 

 

 

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