Ensayo

Ana Caro Mallén, poeta y dramaturga española del siglo XVII

 

 

ANA CARO MALLÉN,

POETA Y DRAMATURGA ESPAÑOLA DEL SIGLO XVII

 

Roxana Elvridge-Thomas

 

 

Un perfecto caso de escritora secular que precedió a Sor Juana es Ana Caro Mallén, poeta y dramaturga del siglo XVII que se distinguió no solamente por su gran calidad, sino por hacer de la literatura su profesión, ya que cobraba por su escritura, principalmente por sus poemas de relaciones y por sus obras dramáticas, siendo considerada por algunos como Juana Escabias, una de sus más importantes estudiosas como “la mejor dramaturga del Siglo de Oro español” (Escabías, 2013, p. 29).

Hasta hace muy poco tiempo, el lugar y fecha de nacimiento de Ana Caro Mallén era una total incógnita. La mayoría de sus estudiosos se inclinaban por Sevilla, el lugar donde transcurrió la mayor parte de la vida de la escritora. Y así, a pesar de que Manuel Serrano y Sanz anotó un posible origen granadino, debido a que su hermano mayor, Juan Caro Mallén había nacido en Granada, la mayoría de los investigadores daban a Sevilla por el lugar de origen de Ana Caro Mallén, debido a las referencias que hacen de ella autores contemporáneos, como Andrés Grande, que en 1635 realiza una compilación de poemas donde incluye uno de nuestra autora dedicada a la iglesia de San Miguel de Sevilla escrita por “Ana Caro de Mallén, vezina de dicha ciudad” (Citado por Alba Urban Baños en su tesis Dramaturgas seglares en la España del Siglo de Oro,2014 Universitat de Barcelona, p. 30); Su gran amigo madrileño Alonso Castillo Solórzano la llama “dama de nuestra Sevilla” en su novela La garduña de Sevilla; En su famosa novela El diablo cojuelo, Luis Vélez de Guevara la llama “Décima musa sevillana”;  su gran amiga María de Zayas la denomina “natural de Sevilla” en sus Desengaños amorosos y  Diego Ortiz y Zúñiga en sus Annales Eclesiásticos y Seculares de la muy Noble y muy Leal Ciudad de Sevilla, Metrópoli de Andalucía, la califica de “Musa sevillana”.

Con todos estos testimonios es totalmente admisible que estudiosos como Lola Luna, la primera en hacer un estudio serio y acucioso de la vida y obra de Ana Caro Mallén, José Sánchez Arjona, los norteamericanos Matthew Stroud, Teresa Soufas y Luisa Foley, supusieran que el origen de nuestra escritora fuera Sevilla, aunque daban pie a la duda de que pudiera ser granadina.

Es Juana Escabias quien, a partir de una escrupulosa investigación llevada a cabo en Sevilla y en Granada, da con los documentos para establecer los orígenes y ciertos datos reveladores sobre la vida y el entorno familiar de Ana Caro Mallén, así como de su segundo apellido.

Juana Escabias descubre en Granada el origen del apellido Caro Mallén y la partida de matrimonio de los padres de Ana; Gabriel Caro Mallén y Ana María de Torres, por lo cual el segundo apellido de Ana no es de Soto, como algunos investigadores veníamos pensando a partir de una impresión del Conde Partinuprés del siglo XVIII, sino de Torres.

Descubre también el acta de nacimiento de Juan, el hermano mayor de Ana, de marzo de 1600 (Escabias, 2012, p. 183, Escabias, 2013, p. 31) y el acta de Ana, que arroja datos interesantísimos. Dice así:

En seis dias del mes de octubre de mil seiscientos y uno anos bautice a ana maria sclava de Gabriel Mallen. Fue su compadre el secretario Melchor de Adarve, testigos Juan Sillero y Bartolome Munoz. Era adulta. (Escabias, 2012, p. 184)

 

Entonces tenemos que Ana se llamaba Ana María, era esclava y era “adulta” al ser bautizada. Pasemos a explicar todo lo anterior. El nombre de Ana María resuelve un enigma ya que una de las obras de Ana Caro Mallén, las décimas dedicadas a su amiga María de Zayas, están firmadas por María Caro Mallén y los estudiosos creían que se trataba de un error de transcripción. Con este dato vemos que es el nombre de Ana María Mallén de Torres. Por otra parte, recordemos la situación complicada que se vivía en España a lo largo de los siglos XVI y XVII, y sobre todo en Granada a raíz de la rebelión de los moriscos.

Los sublevados, mudéjares conversos al cristianismo o descendientes de ellos, protagonizaron una revuelva que vivió su momento álgido entre 1568 y 1571, y que terminó con su derrota. Desde finales del siglo XVI hasta 1609, en el que se         decreta la expulsión definitiva de los moriscos de España (expulsión que finalizaría en 1614), esta población es dispersada para evitar nuevos  levantamientos,  vendiéndose a los niños y niñas como esclavos. (Escrabias, 2013, p. 31)

 

Debemos aclarar que el término morisco no estaba vinculado a una raza o color de piel, sino a una religión, y existían moriscos árabes, pero también castellanos.

La adopción o prohijamiento por parte de cristianos viejos de niños moriscos separados de sus familias era una medida para la asimilación de estos niños en la sociedad española de ese entonces y fue la manera como la pequeña Ana María entró a la familia Caro Mallén.  La condición para este prohijamiento era que se fuera cristiano viejo, que se tuviera demostrada facultad para procrear y que se fuera mínimo dieciocho años mayor que el prohijado.

Juana Escabias apunta que es muy posible que la niña Ana María ya viviera bajo el techo de los Caro Mallén y que hasta la demostración de paternidad, esto es, hasta el nacimiento de Juan, pudieron prohijarla legalmente.

Por otra parte está el hecho de que era “adulta”. En ese tiempo se consideraba adulto a un niño de diez años y medio y a una niña de nueve años y medio (Escabias Tesis, 2012, p. 162), por lo que suponemos que Ana tendría alrededor de diez años de edad al ser prohijada.

De su familia recibió una esmerada educación, ya que “sus referencias mitológicas  e históricas y su dominio de los clásicos permiten adivinar largos años de estudio y preparación.” (Escabias, 2013, p. 32), Dominaba, además, las técnicas y corrientes literarias contemporáneas y conocía a los escritores de su generación, lo que la hace ver como una mujer atenta a su entorno, inquieta y en continua preparación.

En su juventud, Ana asistió con asiduidad a la Academia Literaria mantenida por el Conde la Torre  que tenía como presidente honorario a don Antonio Ortiz Melgarejo, donde asombró a los caballeros de esta academia con su versatilidad para la escritura del verso y su clara inteligencia.

A lo largo de su vida,  sobresalió en los géneros literarios más competitivos e influyentes de la época: la poesía, específicamente la de relaciones, y el teatro. El género que le dio fama a un nivel inusitado, el de las relaciones, o crónicas poéticas -que eran por lo general textos por encargo-, consistía en informar al pueblo de las fiestas y sucesos que habían dado lugar a alguna conmemoración importante, fuera ésta civil o religiosa, y durante los Siglos de Oro gozó de gran difusión y popularidad.

Las relaciones se imprimían para satisfacer la demanda de información y se podían escribir en verso, presentarse en pliegos sueltos o en formato libro. Hablaban de hechos políticos, de solemnidades religiosas, de catástrofes naturales y, en definitiva, todo lo que pudiera resultar interesante para la sociedad de aquella época. Eran creadas como producto editorial para su producción. (Riesco Suárez, 2005, p. 115)

Con la poesía de relaciones, Ana Caro Mallén no sólo alcanzó altas cimas poéticas, sino también se consagró como una de las más importantes escritoras de “relaciones” de su tiempo, siendo contratada por los ayuntamientos, los cabildos y por el mismísimo Conde-Duque de Olivares para realizar esta tarea.

 

Las Relaciones de Ana Caro Mallén que nos han llegado hasta ahora son las siguientes:

  1. Relación, en que se da cuenta de las grandiosas fiestas, que en el convento de N.S.P. Francisco de la Ciudad de Sevilla se an hecho a los Santos Mártires de Iapón, 1628.
  2. Grandiosa victoria que alcanó de los Moros de Tetuán Iorge de Mendoa y Pi, General de Ceuta, quitándoles gran suma de ganados cerca de las mesmas puestas de Tetuán, este año 1633. Compuesto por Doña Ana Caro de Mallén. Dedicado al Mesmo General (Al fin). Impreso en Sevilla por Simó Fajardo en la calle de la Sierpe enfrente de la iglesia de las Monjas de la Victoria, 1633.
  3. Relación de la grandiosa fiesta y octava, que la Iglesia parroquial de el glorioso San Miguel de la Ciudad de Sevilla, hizo don García Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salvatierra, Marqués de Sobroso, Gentilombre de la Cámara del Rey nuestro señor, y del Serenissimo Infante, Caballero de la Orden de Santiago, Assistente, y Maese de Campo General de la gente de guerra de Sevilla, y su partido, por su Magestad, 1635. En Sevilla. Impreso por Andrés Grande, impresor de libros, en la calle de Génova, 1635.
  4. Contexto de las reales fiestas que se hicieron en el Palacio del Buen Retiro a la coronación del Rey de Romanos, y entrada en Madrid de la Señora Princesa de Cariñán en tres discursos, 1637.

En ellas demuestra su dominio de la versificación y su conocimiento tanto de los gustos de su tiempo como del relato del poder y sus fastos.

De su vasta producción literaria conservamos hoy en día además de las relaciones dos comedias, una loa, un coloquio sacramental y varios poemas sueltos.

Para llevar a cabo la relación de las fiestas del Palacio del Buen Retiro, se trasladó a Madrid por un tiempo, donde hizo amistades trascendentales para su formación intelectual, artística y sentimental. Durante su estancia en Madrid traba amistad con personalidades muy importantes que la marcarán en muchos sentidos, como los dramaturgos Luis Vélez de Guevara y Juan de Matos Fragoso, con quienes conversará de temas referentes a la construcción de personajes, diseño de las comedias y uso del polimetrismo en ellas – recordemos que entre los muchos seguidores de Lope de Vega destaca Vélez de Guevara por la intensidad de su lirismo y por la potencialidad trágica de algunos de sus dramas-. Es posible que también intercambiaran pareceres sobre su idea de libertad en los personajes femeninos, ya que tanto la protagonista de  La serrana de la Vera de Vélez de Guevara, como la de Valor, agravio y mujer, de Ana Caro Mallén guardan similitudes en su manera de vengar el propio honor.

Pero sin lugar a dudas son las amistades femeninas las que dejarán más honda huella en su ser: intima con doña María Luisa Manrique de Lara, condesa de Paredes y marquesa de la Laguna, futura protectora de sor Juana Inés de la Cruz, (Riesco Suárez, 2005, p. 106)  quien la anima a continuar con su labor como poeta; y con quien será para Ana Caro maestra y amiga, María de Zayas, otra gran escritora madrileña.

Todos quienes la conocen, tienen elogios para el quehacer literario de Ana Caro Mallén, no solamente el llamarla “Musa sevillana” o “Décima musa sevillana”, sino incluirla en sus textos con alabanzas. Sus colegas la celebraban largamente. Luis Vélez de Guevara, la menciona dentro de su obra El diablo cojuelo, donde dice:

que leyó doña Ana Caro, décima musa sevillana, les pidió el presidente a los dos forasteros que por honrar aquella academia repitiesen algunos versos suyos que era imposible dejar de hacerlos muy buenos. (Vélez de Guevara, 1990, p. 158)

 

Por otra parte, Juan de Matos Fragoso menciona una obra escrita por Ana Caro Mallén de Soto, El conde Partinuplés dentro de su obra La corsaria catalana. Al mismo tiempo, existe una  obra de Rodrigo Caro[1], Varones insignes en letras naturales de la Ilustrísima Ciudad de Sevilla, donde se describe la fama creada por Ana Caro Mallén:

Doña Ana Caro, insigne poeta, que ha hecho muchas comedias representadas en Sevilla, Madrid y otras partes con grandísimo aplauso, y ha hecho otras muchas y varias obras de poesía, entrando en muchas justas literarias, en las cuales, casi siempre, se le ha dado el primer premio (Riesco Suárez, 2005, p.108)

Fue además una gran trabajadora, una prolífica escritora; al menos se publicaron seis obras suyas durante el segundo cuarto del siglo XVII. Vemos, pues, que Ana Caro ganó el justo aplauso de escritores y lectores por igual sobreponiéndose a las normas morales que dictaban a la mujer: encierro, recato y silencio.

Porque entramos aquí a otra singularidad en la vida de esta peculiar mujer: nunca se casó. Probablemente, al igual que Sor Juana, se rehusó al matrimonio debido a que las labores de esposa y madre no le hubieran permitido la libertad de dedicarse con ahínco a sus pasiones: el estudio y la escritura.

Escritura en la que alcanzó grandes vuelos, como da cuenta de ello su labor como poeta de relaciones. Por otra parte, la gran obra dramática, de entre las que nos han llegado, de nuestra autora, es Valor, agravio y mujer,  comedia de capa y espada que puede competir con cualquiera de las escritas en su época, en la cual resalta el papel de la mujer como forjadora de su propio destino y defensora de su honor.

La obra cuenta con algunos pasajes plenos de lirismo, otros más con pícara gracia y toda la comedia está envuelta en un dinamismo que mueve el interés del espectador hacia los empeños de Leonor, la protagonista.

Quiero resaltar un diálogo entre los dos graciosos: Ribete y Tomillo, que me parece esclarecedor respecto a lo que pensaba Ana Caro acerca de  su labor como poeta y dramaturga:

 

RIBETE:   (…) aun quieren poetizar

las mujeres, y se atreven

a hacer comedias ya.

TOMILLO:    ¡Válgame Dios!  Pues, ¿no fuera

mejor coser e hilar?

¡Mujeres poetas!

RIBETE:                   Sí;

mas no es nuevo, pues están

Argentaria, Safo, Areta,

Blesilla, y más de un millar

de modernas, que hoy a Italia

lustre soberano dan,

disculpando la osadía

de su nueva vanidad

 

 

Entre veras y bromas los dos graciosos dejan claro el papel de la mujer como creadora y su derecho a hacer de las letras su oficio y la opinión de la sociedad de su tiempo ante esta actividad, teñida de incomprensión y reproche.

Ana Caro Mallén se rebeló ante las normas de esa sociedad ejerciendo libremente su oficio de poeta y dramaturga, negándose a seguir las normas sociales que le exigían a una mujer los papeles de esposa y madre sumisa y silenciosa, dignificando en su obra la valentía, inteligencia y calidad artística de la mujer y promoviendo, con su propio ejemplo de creadora reconocida y remunerada por su trabajo, la actividad literaria de las mujeres de su época.

En 1645, escribe y cobra la última pieza teatral que le conocemos y conservamos de ella, Coloquio entre dos. Ese mismo año aparece impreso un soneto dedicado al notario Tomás de Palomares y en 1646 encontramos la última de sus creaciones, un soneto escrito a doña Inés Jacinta Manrique de Lara y a partir de entonces su rastro se pierde.

Juana Escabias ha encontrado el acta del entierro de Ana Caro Mallén, que se celebró en Sevilla, el 6 de noviembre de 1646, en la Real Parroquia de Santa María Magdalena, que se hallaba dentro del edificio que fue el Convento de San Pablo el Real (dominico). Muy ligado a la vida de Ana Caro Mallén por su hermano menor, fraile dominico.

El entierro de la finada es uno de los más costosos celebrado en esas fechas. Se contabilizan por ella, en reales de la época, los siguientes gastos: “Sepultura 12.Capas 3. Dobles 4. Ciriales 4.”

Los conceptos de los gastos hacen referencia al ornato y preparación de su sepultura, a los religiosos con capa que escoltaron el cortejo (“capas”), a los dobles de campana con los que se anunció su fallecimiento (“dobles”) y a losportadores de cirios que se unieron a la comitiva (“ciriales”). (Escabias, 2013, p. 39)

Su defunción se halla inscrita en un listado de muertos por la peste en el hospital de la Rabeta, en Sevilla, y como pudimos observar, hasta el último momento de su vida se mantuvo escribiendo, entregada a esa pasión que convirtió en su vida.

 

 

BIBLIOGRAFÍA.

 

Caro Mallén de Soto, Ana, Valor, agravio y mujer, Lola G. Luna (ed.), Madrid: Castalia (Instituto de la mujer, Biblioteca de escritoras, 39), 1993

De Guevara, Luís Vélez, El diablo cojuelo, Enrique Rodríguez Cepeda (ed.), México: REI (Letras Hispánicas, 204), 1990.

Escabias, Juana, “Ana María Caro Mallén de Torres, una dramaturga del siglo de oro ausente en las historias de la literatura”, en Revista internacional de culturas y literaturas, ISSN 1885-3625, Nº. 1, 2013 (Ejemplar dedicado a: AUSENCIAS. Escritoras en los márgenes de la cultura).

Escabias Toro, Juana, Ana Caro Mallén: Reconstrucción biográfica y análisis y edición escénica de sus comedias. Tesis doctoral, 2012,  Universidad Nacional de Educación a Distancia, España.

Escabias, Juana, “ Ana María Mallén de Torres: una esclava en los corrales de comedias del siglo XVII”, digitalizado en: http://www.escritorasyescrituras.com/pdf/13.escabias.pdf

Ferrer Valls, María Teresa,  “La ruptura del silencio: mujeres dramáticas en el siglo XVII” en Mujeres: escrituras y lenguajes (en la cultura Latinoamericana y Española), S. Mattalía y M. Aleza (eds.), Valencia: Universitat de València (Departamento de Filología Española), 1995. Digitalizado en <<http://www.uv.es/entresiglos/teresa/pdfs/dramaturgas.PDF>>.

Riesco Suárez, Nerea, “Ana Caro de Mallén, la musa sevillana: una periodista feminista en el Siglo de Oro” en Revista Científica de Información y Comunicación, Sevilla: Editores Universidad de Sevilla (2005), no. 2, 2005. Digitalizado en <http://www.nereariesco.com/Articulo%20Ana%20Caro.htm>.

Urban Baños, Alba, Dramaturgas seglares en la España del Siglo de Oro, Tesis doctoral, 2014 Universitat de Barcelona.

[1] Se ha establecido una relación familiar entre este autor con Ana Caro; sin embargo no se ha comprobado y siguen siendo conjeturas. Véase: “Introducción: Leer a una dramaturga barroca”, Lola G. Luna en Valor, agravio y mujer, Ana Caro Mallén de Soto, Lola G. Luna (ed.), Madrid: Castalia (Instituto de la mujer, Biblioteca de escritoras, 39), 1993, p. 13.

ROXANA ELVRIDGE-THOMAS  (Ciudad de México, 1964). Estudió la Licenciatura en Ciencias Humanas en la Universidad del Claustro de Sor Juana y la Maestría en Literatura Mexicana en la UNAM. En 1990 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Joven “Elías Nandino”; en 1993 el Premio Nacional de Periodismo Juvenil “Elena Poniatowska”, en el área de Entrevista; en 1998 el Premio Nacional de Ensayo “El Privilegio de la Palabra (Instituto de Cultura de Yucatán), en 1999 el Premio Nacional de Poesía “Enriqueta Ochoa”  y en 2010 los Juegos Florales Nacionales “San Marcos Tuxtla 2010”, Premio de Poesía “Daniel Robles Sasso”. Ha obtenido las becas del Centro Eurolatinoamericano para la Juventud (CEULAJ), de España, en 1993 y la de Jóvenes Creadores, del FONCA, en el periodo 1997-1998, ambas en el área de poesía. Ha publicado “Memorias del aire”, dentro del libro colectivo Labrar en la tinta (UNAM, 1988, poesía), El segundo laberinto (UNAM, Colección El ala del tigre, 1991, poesía), La fontana (UAM, Colección Margen de poesía, 1995, poesía), Imágenes para una anunciación (Casa Juan Pablos, 2000, poesía), La turba silenciosa de las aguas (UAEM/La tinta del alcatraz, 2001, poesía), Fuego (Lunarena, Colección Poetasdeunasolapalabra, 2003, poesía),   Xavier Villaurrutia …y mi voz que madura (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2003, ensayo), Gilberto Owen. Con una voz distinta en cada puerto (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2004, ensayo),  Umbral a la indolencia (Orizaba, Letras de Pasto Verde, Colección El Celta Miserable, número 3, 2009, poesía)  Imágenes para una anunciación/Images for an annunciation (New York, Foothills, 2012, traducción al inglés por Don Cellini en edición bilingüe) y Pequeño bestiario ígneo (Parentalia, editores, Colección Fervores, 2016, poesía).  Poesía y ensayos suyos han sido recogidos en numerosas antologías en México, España, Canadá, Estados Unidos y Francia. Poemas, ensayos, artículos, y entrevistas suyos han sido publicados en revistas y suplementos culturales del país y del extranjero. Asimismo, ha dirigido numerosos espectáculos teatrales en diversos teatros y espacios culturales de la República Mexicana, ha realizado la dramaturgia de varias puestas en escena y llevado a cabo diversos montajes como actriz.  Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte de 2004 a 2007. Actualmente se desempeña como profesora-investigadora de Medio Tiempo tanto en la Universidad del Claustro de Sor Juana como en la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA.

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